Volvía del médico luego de una tarde calurosa, volvía en un colectivo de la línea roja hacia mi viejo apartamento. En esos tiempos estaba soltera desde hace bastante y con los tiempos de estudio y de trabajo no había tenido mucha acción, soy rubia muy guapa, así dicen mis victimas las cuales literalmente abuso en la cama, ya que soy muy fogosa y me gusta ver como sufren de placer hasta más no poder.
Retomando, Llevaba mucho tiempo en el gimnasio y mi colita estaba parada y firme de tanto ejercicio mas mis tetas de talla 100 hacia de mí a una silueta infernal, ese día tenía una calza engomada, y una remera suelta que mostraba mi corpiño negro finito de costado, el cual mostraba gran parte de mis senos. Como soy provocadora sabía que en mi ciudad está lleno de pajeros y pocas putas, yo aprovecho eso y además al estar buena me llevo la mirada de muchos. El colectivo que tomé estaba lleno, estaba al último parada, el calor me había provocado calor del otro también jeje, atrás mío había un viejo verde de unos 60 o 50 y largos, canoso, de gran espalda y manos grandes, ya que tocaba mi mano en cada oportunidad que tenía, viejo verde decía yo, porque me apoyaba y miraba mis senos poniéndose al lado mío. En fin, parece que este viejo verde no solo las manos tenía grande, ya que en cada apoyada sentía un bultaso, y si, me gustaba como buena putita que soy, y estaba caliente, pese a que este me doblaba edad más unos cuantos más, me excitaba demasiado. Disfruté de todas las apoyadas y roces de manos de este depravado hasta que llegué a mi parada, me bajé y antes vi la cara del viejo verde, que ni me miró de la vergüenza, cuando bajé caminé hasta mi depto, y al abrir la puerta de vidrio, la cual refleja a las personas vi que detrás mío estaba él, lo miré y me dijo:
- ¿puedo pasar?
+me dejó helada, pero mi calentura era tan semejante que no le contesté, solo me aparte y dejé que pasase. Llamé al ascensor, y en el comenzó a besarme mientras susurraba con bronca.
- que putita sos pendeja eh!
Me calentaba tanto que el viejo de mierda me insultase y me tratara como una puta barata que mi concha tiraba una cascada de flujo, y sí, este lenguaje es de bronca, ya que no me gusta ser tan fácil, el ascensor se frenó en el 4to piso, en el subió el de cobranza, dinero no tenía, pero al gordo cachondo me lo había culiado varias veces por meses de renta, me miró y dijo:
-subo hasta tu piso a cobrar.
Miró al viejo verde y le dijo:
-¿visitando a la hija?
El viejo sonrió y le afirmó con la cabeza.
Yo estaba calentita y cuando llegamos, dejé pasar a los dos, el viejo se sentó y le dije al de la renta que tomé asiento.
Pensé con mi mente de puta el pago de mis deudas y la calentura del viejo.
Me desnude y con tan solo una tanguita roja, salí, me paré adelante y dije:
+Acá esta tu paga, compártela con él, ¿pero quién empieza?
El viejo bajo sus pantalones y el gordo se desnudo completamente.
En frente tenía un pene gigante de un viejo que trataba de pararlo, y un pene gordo y venoso del cobrador, lo cual mi concha conocía.
Me senté arriba del pito del gordo, corriendome la bombachita y dejando que me folle, y comencé a cabalgarlo, el viejo se paró y comencé a mamarle el pito, hasta que se le paró, le mame y me tragué su pito hasta que me acabo y hasta que el gordo me hizo levantar para acabarme afuera, me levante me di vuelta, me agache y el viejo empezó a culearme por la cola, mientras le mamaba la pija con rastro de semen del dueño de mi depto. Logré hacerlos acabar hacerlo dos veces a ambos, después de un largo rato de coger. Ellos se vistieron y se fueron, el viejo me dijo que por su mujer no volvía jamás, que era una puta solo para una vez, y el gordo, que pasaba el mes que viene...
¡Que decirles chicos! Los disfruté al máximo, no gasté dinero y me hice una fiestita después de haber cogido por un mes. Pasé una hermosa tarde aquel día, extraño a ese maduro verde y su pene, y al gordito, lo veo una vez al mes. Espero que les haya gustado mi relato, besos y ¡feliz año nuevo guapos!
Pd: no puse más detalles. Porque si no debería ser larguísimo.