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El delegado

en Hetero: General

Esto que os relato me ocurrió cuando tenía 18 años. Durante esa época cursaba bachillerato, nunca fui buena estudiante y ese trimestre me estaba volviendo loca con la asignatura de biología. Hablé  con la profesora para ver si haciendo algún trabajo extra podría subir nota…pero su respuesta fue seca…cómo lo era ella;

-Déjese usted de tontear con los chicos y dedíquese a estudiar, señorita Natalia.

Lo peor de todo es que ella tenía razón. Los chicos eran en aquella época motivo de mis ratos de ocio y enseguida mi cabecita se distraía pensando en ligoteos y flirteos con varios compañeros.  Así  que , pedí  ayuda a mi amiga Marta y ella me aconsejó que hablase con Antonio, el delegado de clase. Seguro que él me iba a ayudar. Antonio era un chico poco dado a estar con chicas. Era el típico empollón , no muy agraciado físicamente pero con un cuerpo bien musculado debido a que jugaba en el equipo de basket. Yo no tenía muy claro cómo plantearle mi necesidad, pero me sorprendió  su amabilidad y disposición.

-No hay ningún problema, podemos quedar cuando quieras….me dijo….si quieres quedamos después de clase algún dia en la biblioteca o en mi casa.

-Perfecto, te va bien el lunes que viene? Pregunté emocionada.

-Mejor el martes, -respondió-,  de todos modos…..hay una cosita que…. Me gustaría que me hicieses un favor a cambio.

-¿Cómo?  -pensé  que mi bien ganada fama de “chica fácil” me iba a fastidiar esta vez- ¡Si te crees que voy a hacer sexo contigo!…..!OLVIDALO ¡  grite indignada.

-Jajajaja no es eso tonta , me dijo, es casi peor…..mira , te explico, tan solo quiero que me hagas llegar una prenda interior de Cristina.

-¿Qué? Pero tú estás loco.

Cristina era la más guapa del instituto. Una rubia alta y con un cuerpazo de infarto, la envidia de todas las chicas y el deseo de los chicos. Antonio me dijo que era un poco fetichista y que aprovechando nuestra próxima clase de gimnasia, yo debía de coger del vestuario la braguita de Cris, y dársela a él. La otra opción era que yo hablase con la rubia y ella aceptase a darme una prenda suya. Esto era más complicado ya que…. ¿cómo le explicaba yo que quería sus braguitas?. Al final tuve que aceptar a su chantaje, no podía permitirme más problemas con mis padres por los dichosos estudios. Al día siguiente teníamos clase de educación física y sería la ocasión pero la fortuna me fue esquiva una vez más. Cristina se ausentó de la clase por no encontrarse bien…..No sabía qué hacer, mi mente se quedó en blanco, días después pensé “con lo fácil que hubiera sido coger las braguitas de cualquiera,,,,”.

Posteriormente, y por los pasillos del centro, le conté a Marta todo lo acontecido. No se lo podía creer pero me dio la solución…!Pues dale unas bragas tuyas!. La idea me pareció descabellada pero…..el muchacho no se iba a enterar…..Terminé por decidirme cuando vimos que Antonio se nos acercaba y me dijo….

-¿Qué ¿ ¿Ya tenemos la mercancía?

En ese momento tuve un arrebato, no sé si era que esa situación  me estaba excitando, o simplemente mi rabia salió a relucir. Me acerqué a él y le susurre al oído….

-Metete en un baño y te las doy ahora mismo.

Me miró con indiferencia y dirigiéndose a los servicios levantó su dedo pulgar en señal de aprobación. Cogí a Marta del brazo y me dirigí con ella a los baños de chicas, nos encerramos en una de las cabinas, levante mi falda y me quite mis bragas. Eran de color azul, con puntillitas en los laterales.

-¿Te gusta ese tio?

-No, pero estoy excitada, y diciendo este la bese apasionadamente. Marta y yo solíamos jugar entre nosotras a menudo y disfrutábamos  de nuestros jóvenes cuerpos.

-Espera….- me quitó las bragas y las paso por mi coñito que ya desprendía bastante humedad- que ese cerdo note cómo huele la rubia esa, jajajaja.

-Deseame suerte –le dije, y nuevamente nos besamos.

Salí y tras mirar que no me veía nadie…entré en el baño de chicos. Olía fatal, mire por debajo de las puertas si había gente y sólo vi unos pies en uno de ellos…

-¿Antonio?

La puerta se abrió y alargando su mano me hizo pasar… se apoyó en un lateral y subió una pierna encima del retrete. Entré, y cerré con pestillo.

-¿Las has traido? –preguntó.

-si, pero,,,¿me quieres explicar para que coño quieras las bragas de esa guarra? –aunque yo realmente ya me lo imaginaba.

-No se lo digas a nadie, pero es como una droga para mi, necesito olerlas, notar el aroma del sexo impregnado en la tela, es un placer inmenso….comentó.

-Estás enfermo tio, le dije, y ¿haces esto a menudo?.

-Siempre que puedo, venga dámelas…me ordenó.

Se las di, y empezó a olisquearlas, aquello le excitaba y a mi también, estaba  al lado de un tio que se ponía cachondo oliendo mis bragas.

-Pues a mi no me has pedido nunca las mías….dije sin darme ni cuenta de lo que decía.

-A ti te pediría otra cosa, dijo mientras se tocaba un bulto que vi como crecía bajo su pantalón,me dicen los chicos del equipo que la chupas muy bien….

Ah los hombres…..cómo exagerais. Tan sólo había tenido sexo con un muchacho del equipo de baloncesto, sólo uno, y ya parecía que me follaba a todos a diario.

-Como no apruebe contaré a todo el mundo que estás enfermo, y mientras decía eso le saque el pene que saltó como un resorte al liberarse de la presión del pantalón. Estaba ya bastante dura, era larga, no muy gruesa. Comencé a lamerla, pasando mi lengua por toda su longitud, mmmmm, chupé su glande y mirándole a los ojos me la metí enterita en mi boca. Se notaba que le gustaba , comencé a subir y bajar mis labios por la polla. De pronto agarrándome de la cabeza hizo que la sacase, colgó mis bragas (las de Cris, para el) de su polla , las dio un par de vueltas y empezó a follarme con violencia. Como era bastante larga me llegó hasta la garganta provocándome arcadas que tuve que  escupir, aproveché la ausencia de ropa interior para meterme dos deditos en mi coño, que… estaba empapado, Dios mío, aquello era una locura. Imaginé que se correría pronto. De repente y sin soltarme la cabeza empezó a correrse dentro de mi boca. Me ahogaba y tuve que tragarme buena parte de su semen. El resto quedó a chorros por mi barbilla, en mi nariz… El se soltó las bragas y dulcemente comenzó a limpiarme con ellas hasta dejarme bien limpia.

-UFFF que pasada, dije mientras me colocaba bien mis ropas, ¿Qué vas a hacer ahora con ellas?

-Las guardo para mi colección, dijo, y volvió a olerlas, ahora con todo los restos de su semen.-Por cierto, añadió, tienes que darme las tuyas.

-Antonio , te lo juro, no puedo. Le dije mientras abría la puerta para salir de allí.

-¿Por qué?

Y mientras me iba me levanté las faldas enseñándole mi desnudo culito.

Al día siguiente le prometí que si conseguía aprobar el examen le regalaría un tanguita usado.

Llegó el examen y……!!SUSPENDIDA!!

Natalia

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