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Mica de los andenes.

en Sexo Anal

En sus siguientes viajes en ese medio de transporte, Mica no deja de recordar todo ese  suceso completo y en especial ese último saludo de Vivian. Ese último acto, frotando  su dedo con saliva en su pezón, le había producido casi un 2do orgasmo en ese solo  instante.

Comprendía y asumía, que la alta experiencia de esos amigotes entre sí, le hacían sentir algo similar, a que podría convertirse en esclava sexual de Vivian. Comenzó a sentir admiración y  seguramente más adelante un deseo muy fuerte le uniría hacia esta mujer.

Razonar esto, a Mica le generaba constante excitación en los trayectos de sus viajes. Cada tanto sacudía su cabeza, para poder limitar los irrefrenables deseos de  masturbarse allí mismo y delante de los otros pasajeros. Comenzaba a pensar seguido, que hacerlo delante de este público era una manera de compartirles a estos, el placer de su vivencia y de su excitación. No comprendía bien el porque sentía ganas que los demás  supieran cuanto había gozado. Solo sentía la necesidad que al menos ese hombre Ariek, volviera a encontrarla y le dilatara sus agujeros más y más aun.

Esta incompatibilidad,  de querer contar sus preparativos para eso y la realización  de la vivencia, era otro ingrediente importante para que su excitación perdurara cada mañana y cada tarde y se estirara en el paso de los días; llevándole realmente a veces, a  masturbarse en algún toilette de su trabajo, en el primer  momento que tenia libre.

Solía ingresar al reservado de un toilette sentándose en donde pusiese simular estar en un asiento de tren o subte, y colocando frente a ella una revista de esas de inicio de año con mucha gente en las tapas, comenzaba a imaginar que esos eran las personas del subte/vagón a quienes quería mostrarles como se sentía. Ya con esto comenzaba a frotarse y  acariciarse tal cual lo hacía despierta en sus sueños en el transporte  mientras viajaba.

En algunas ocasiones recreaba aquel suceso, arrodillándose en el suelo y apoyando su  brazo sobre los sanitarios, introducía sus dedos en su agujero trasero otras veces algún  elemento grueso que se asimilara a la verga de Ariek.  Cuando alguien ingresaba  también al otro recinto separado del toilette, en su imaginación estas personas se  convertían en la simulación de los dos adolecentes espiones imposibilitados de participar en aquella estación por acción disuasiva de mi duo de sometedores. Todos sus orgasmos, que siempre eran 2, llegaban de la misma manera: uno en el momento que recreaba a Viviana acariciándole el pezón con su dedo y el otro cuando comenzaba a sentir el fragor de la representación de Ariek, con aquello que Mica se introdujera ella misma en su ano.

Con el paso del tiempo, esto se distanciaba más, pero algunas veces en que debía  quedarse más tiempo en su trabajo, sabiendo que ya no tendría subtes para su regreso,  aun habiéndose masturbado por la mañana, por el recuerdo que el haber perdido ese ultimo tren fue lo que provoco aquel suceso, volvía a masturbarse antes de abandonar su trabajo, estas solían ser las mas intensas ya que habiendo descubierto la existencia de  una cámara de seguridad, podía bloquear la visión de la misma y del guardia, abriendo una puerta  y lo hacía directamente en la oficina, detrás de esa puerta, de una u otra forma el guardia de seguridad estaba tranquilo ya que sabía que esa puerta que bloqueaba la visión había sido abierta por la única persona que quedaba en la oficina y esto no generaba inconvenientes. Por cierto que la puerta le daba la intimidad suplente de ese pasadizo en los andenes del subte y el pensar que el guardia podría llegar a venir un día, se convertía en su mente de nuevo en los posibles espiones.

Todo se había vuelto un círculo vicioso de pensamientos. Sus recuerdos la llevaban a  masturbarse con ellos y la masturbación le llevaba a volver a recordar. Cuando estos pensamientos le aparecían, siempre quería volver a su casa, asegurándose de hacer todo lo necesario en sus masturbaciones, para sentir al sentarse en algún asiento del transporte, ese típico dolor anal que tanto la excitaba, a modo de compañía de viaje.

Un viernes  de esos que se quedaba en la oficina hasta tarde y que se había masturbando tanto por la mañana, como por la tarde y otra antes de retirarse, creyó ver desde el bus en que viajaba, a Vivian y Ariek junto a otra mujer muy similar a ella misma. Se sintió celosa porque esa otra 3ra mujer se parecía demasiado a ella. O porque no sabía a ciencia cierta si los haba visto de verdad o era el dolor anal que se ella se auto-procuraba como acompañante de viajes, que le estaba haciendo ver visiones.  Bajó del bus en la parada siguiente y camino  en sentido contrario, para poder acercarse a ellos y comprobar su vision y claro... ser su acompañante también si se podía. O al menos asegurar brindarse alguna forma de comunicación a futuro.

Se sentía emocionada y con mucha adrenalina. Llegó al lugar donde creyó verlos. El lugar  era real,  el vendedor de flores que también había creído ver de reojo muy cercano a ellos,  estaba allí. Ellos no. Dio vueltas alrededor de sí misma, tratando de divisarlos cerca. Al parar de esas vueltas o unos pasos para aquí y para allá, se percató que algo hacia presión fuerte tanto en su raja trasera como en la delantera. Al mirar para abajo se dio cuenta que era ella misma que se presionaba así con sus 2 manos al dar vueltas y vueltas. Sintió enojo y desesperación mezclados. También vergüenza, al verificar que el florista la estaba observando con las manos en esos lugares. Quiso huir del lugar y dio unos pasos pero reparó en que este hombre podría ser testigo y haberlos visto. Desandó sus pasos y le preguntó sin vueltas por ellos. Se los describió como recordaba o creyó verles. Agregando.

-la mujer más baja de estatura, se parecía  a mí en físico y mi mismo cabello y color rubio rojizo-

A lo que el florista le respondió:

- Es muy raro esto. Los 2 integrantes de la pareja que Ud. menciona; estaban aquí recién, no pude dejar de observarlos. Hay en ellos,algo inusual. Pero no hubo una tercera persona con ellos en  ningún momento.-

-Repito que es rara esta situación, Ud. parece conocerles muy bien a los otros dos-

Mica respondió:

- Me pareció verlos dese el bus en que viajaba. -

A lo que el florista respondió sin comprender mucho, pero con curiosidad:

 -Las dos personas que dice; estaban aquí recién. Fue difícil dejar de observarlos. Tienen algo distinto al resto de la gente. En especial la mujer, como que algo sale de ella.-

Mica le observaba con malestar como deseando que se apure en terminar de hablar, pero   expectante y con la ansiedad de recibir toda información posible.

El florista concluyó:

-Es así como ud dice. Vi que la mujer le señaló algo al hombre. Ambos observaron hacia un autobús que  pasaba y se miraron sin hablar como comunicándose con la mente muy hacia sus  adentros. Hay algo difícil de deducir en esas 2 personas. Haber pensado en eso, me distrajo como para ver donde fueron, pero creo que entraron en la galería de ropas de aquí al lado. -

Mica, se dió cuenta que al finalizar de hablar, esta persona dirigía sus ojos hacia la mitad  de su cuerpo. Entonces notó que estaba de nuevo presionando su entrepierna y  acariciándose o frotándose su cadera izquierda, con sus propias manos.

Sin saber si agradeció o no la información recibida, apuró sus pasos hacia la Galería de  ropas, sin entender mucho el porqué esa persona, el florista, había visto tantos detalles.  Respondiéndose a sí misma que quizás la sensualidad de ambos le fue notoria.

Comenzó a recorrer la galería. Lentamente en sus pasos y aceleradamente en su interior  y en su mente; mirando con precaución dentro de cada negocio. Volteándose cada tanto  para verificar, si ellos pasan por detrás desde un local que aun no había revisado ó, si las ropas que veía de reojo en las vidrieras eran lo que realmente ella estaba viendo. Le daba la sensación que las prendas expuestas eran de calle pero muy especiales...  y en realidad eran solo ropa de diversidad común a todo paseo de compras. En  2 de los locales estaba segura haber visto indumentarias fetiche de látex o vinílicos y al retrotraer sus pasos y verificar, veía que eran vestidos de gala o simplemente ropa de jeans. 

Todo lo que pasaba por su mente era confuso y la mantenía excitada pero con mucha ansia. Se sentía a cada paso, muy mucho observada. No por el resto de la gente, sino solo por dos personas a las cuales no lograba identificar. En un momento dado estaba convencida haberlos divisado a través del reflejo en una vidriera.  ¡Eran ellos sí!;  las mismas ropas que al verlos desde el bus y esos mismos ojos con una visión tan particular en ellos; la mirada con leve sonrisa y muy penetrante y dominante de Ariek y la mirada de potente atracción y de fiel secuaz de Vivian.

Se detuvo ante un gran espejo que reflejaba casi todo el recinto, a modo de poder espiar todo sin que alguien se diera cuenta de ello. En ese  momento  tuvo fantasías. Que esos ojos que sentía que la observaban eran de ellos y que en algún momento inesperado, en cuanto ella pasara por algún lugar semi apartado o dentro de a algún local, Vivian le haría saber su presencia incentivándola con esas miradas conminantes irresistibles y casi dictatoriales, o indicándole algún lugar adecuado allí mismo, donde Ariek esperaría y la someterían sexualmente otra vez y más duramente entre ambos.

Sintió una sanción distinta en su cuerpo; un enorme calor y una mínima perdida de conciencia siguiente. Un minuto después, que para ella fue una eternidad, al bajar la vista  vio su jean notoriamente mojado y la humedad le traspasaba el pantalón. 

Había tenido por primera vez un leve orgasmo, así, parada, sola y sin tocarse.

 Se cruzó a ese negocio y nada...  Ni en los alrededores. Pero estaba muy  segura que estaban allí.

 Mica no gustaba que el enojo le quitara esa sensación que tanto la satisfacía... la excitación.

Tal cual le sucedió en toda su inspección de la galería, ella gozaba mucho ir caminando y sentir como sus pensamientos hacían que su entrepierna se humedeciera y el calor de su sexualidad inundara su cuerpo. También gozaba caminar sabiendo que esos jugos mojaban levemente sus ropas, sin que se le notara, aunque en esta oportunidad si se le viera. No solo no le importo sino que estaba a gusto; después de todo también a veces quería hacerles saber a los demás de lo muy puta que era y se sentía.

Finalmente había recorrido todo sin hallarlos. Entonces sí, se vio frustrada. Y Enojada más que nada.

Saliendo de la galería el paisaje citadino había cambiado. Menos gente, menos autos, otras gentes.  Se sentó en un bar con mesas en la vereda, optando sin análisis previo por la del borde, donde pasaban bien cerca los autos. Al acercarse el camarero, le solicitó un café y un coñac.

El hombre la miró extrañado y ella no respondió. Al alejarse éste, se preguntó a sí misma el porqué de haber solicitado esa bebida que en su vida antes probó.  

Habiendo consumido primero y raudo al café y luego de unos sorbos mas espaciados de esa bebida que le generaba cierta inconsciencia, unas manos evidentemente femeninas por la suavidad al acercarlas a su piel con total convicción, taparon sus ojos. Al primer contacto, Mica imaginó a Vivian en esas manos; su cuerpo se e estremeció entero volviendo a sentir las endorfinas que llenaban su mente y su cueva sexual se humedecía nuevamente.

Una  gran pausa en ese acto le generaba un hilo de traspiración recorriendo la zanja de sus pechos y sus pezones endurecidos y visibles a cualquier transeúnte. El susurro de aliento cálido al oído y de poderoso imán a su sexualidad que le decía:

-Te hemos sentido y sabemos que todo el tiempo Ariek estuvo dentro tuyo y nos gusta mucho eso-

- Ariek está ahora con la dueña de ese local que te detuviste tanto;  le gustan tus pensamientos y muy probable los haya practicado con ella,  para vos.

Mica solo balbuceó. No lograba tomar decisiones.

La mujer prosiguió:

-Estaremos mucho más adentro tuyo; así de duro como tanto te gusta o deseas. En el momento preciso te encontraré o te haré acercarte, tal cual lo hice hoy. -

Las manos extrañas liberaron sus ojos.

Rodeando a Mica mas hacia la calle y acercando su mejilla a la de ella en una casi imperceptible caricia,  la mujer le susurró nuevamente al oído.

-No tienes idea de las ganas que he tenido de lamer todo ese jugo que se juntó en tu jean hoy entre tus piernas, cuando estabas frente al espejo. También,  me humedecí por igual  al verte así-

Atónita,  Mica no dejaba de mirar la boca, las tetas y pezones tan cercanos de Vivian;  se distrajo solo un instante al ver el auto estacionarse junto a la mesa.

Subiéndose y al cerrar la puerta, Vivian se introdujo uno de sus índices en la  boca y mirando en línea los ojos de Mica, lo fregó por el cristal de su ventanilla muy suave, lento  y hacia abajo, gozando su accionar y dejando que la saliva mostrara la marca en el vidrio. Mica sintió otro estremecimiento y que le estallaban sus pezones...

La intrigante mujer se alejó sin dejar de mirar a Mica  a los ojos, hasta donde el avance del auto le permitió.

Su vista queda clavada en la calle como siguiendo indefinido el recorrido de ese auto que ya no estaba allí, tardando un buen rato en reaccionar al sentir algo de dolor en sus pezones, sin que eso fuera cuestión del clima ya que hacía calor. 

Apretándoselos firme y suave con el antebrazo con la intención que bajaran su dureza, dejaran de notarse y se disipe ese dolor pequeño pero intenso; una exhalación profunda la distiende por completo y se pregunta:   el porqué  de verle y mirarle a Vivian o la cercanía de su piel o su voz; le generan tanto deseo de ser penetrada duro por Ariek, pero siempre con la presencia de la secuaz Vivian; cuando ésta nunca había estado en sus planes de ser abordada con sexo en sus viajes en el transporte público.

Al pedir la cuenta al camarero, éste le informaría que fue cancelada por la exultante mujer que se había acercado a ella. Mica se sintió halagada y nuevamente seducida por la extraña mujer.

Necesitaba hacer urgente una nueva pausa de esos álgidos pensamientos para regresar a su casa, evaluando la hora que era y si hacerlo en bus o en tren. Razona que en tren es mas cómodo y rápido pero en un bus son menos las personas que puedan mirarle de frente, lo cual sería adecuado para poder serenarse algo y no dar lugar a nuevos o mas de sus pensamientos sexuales intensos. Se decide por el bus dirigiéndose andando hacia la parada mas cercana, pero luego de andar unas calles se percata que estaba en la puerta misma de la estación de trenes.  Sacudiò su cabeza. Una vez dentro del tren se dijo a sí misma como si fuera una charla entre amigas:

-Me siento tan agotada, como si hubiera tenido sexo con 20 personas. -

El solo hecho de sentarse y al momento de hacerlo, le recordó el maltrato a gusto que se había propinado ella misma en su agujerito trasero. Sabía  muy bien por las mismas prácticas anteriores, tratar de acomodarse solo le brindaría mas de lo mismo, siempre placer y deseos de “más”. Con el pensamiento placentero de esa sensación  y recordando solo un instante las 3 veces que se había masturbado ese día, Mica se queda adormecida unos minutos.  Despertándose ante un saludo masculino:

–Hola Mica. ¡Hey vecina! ¿que haces aquí tan tarde??? –

 Fabian era amigo desde muy chicos con ella, se conocían bien, ademas habían tenido algunos escarceos cuando adolecentes. 

-Te he obsevado un buen rato ya que abordé el tren unas estaciones atrás.  Fue grato disfrutarte dormitar desde los asientos de en frente. Sin que te enteraras .-

-Tambien  te he visto pasar algunas veces por varias calles cercanas a nuestros empleos y se te ve muy sexy… Con un andar muy distinto últimamente.  (diría Fabián)

Mica le agradeció los halagos sonrojándose algo, porque con Fabián, si bien nunca se interesaron por ser pareja, él siempre sabía como llevarla a la excitación en forma rápida. Y agregó inconclusa a propósito:

-… Ambos sabemos…-

A partir de allí Fabián comenzó una andanada de seducción hacia su amiga. Aunque Mica estaba con su mente en otras personas y otras vergas para sus agujeros, lo dejaba y se lo permitía, porque se tenían mucha confianza desde años, además de gustarle que el hiciera eso.

No estaba poniéndole total atención dado que lo que él decía;  Mica lo relacionaba con la otra pija que hoy no había podido tener, hasta que Fabián pronunció una frase especifica y cambiaba todo de nuevo.

- Hoy te ves como si hubieses tenido sexo muchas veces- 

El razonar que hoy, todo parecía tener relación con todo, que todos sabían exactamente lo que ella pensaba, hacia crecer su confusión pero también su excitación.

 Ante el silencio y mirada fija y permisiva de Mica, Fabián continuó:

-Nos conocemos mucho...  recuerdo bien tus aromas sexuales;  Y hoy, aun a medio metro de distancia… Es que hueles a mucho sexo, hoy-

-¿y sabes qué?  Nosotros no hemos tenido sexo anal, si tu quieres, me gustaría hacerte el culito. La idea de comenzar dilatándotelo con mis dedos aquí mismo en el tren y luego continuar haciéndolo por las calles, me excita mucho. -

En la mente de Mica volvían a aparecer todos los pensamientos del día, los sucesos de ella sola, la presencia de Vivian... todo junto, todo mezclado y amontonado. Y continuaba excitándose. 

Si bien quedaba solo una estación de recorrido para que ambos bajaran, Fabián ya estaba introduciendo su mando por dentro del jean de Mica.

A ella le salió de adentro de las entrañas una frase que no había elegido decir.

-Hoy no Fabian... Mi culito ha sufrido hoy. Porfi, sé muy suave allí. Todo el recorrido del viaje he tenido presente lo que hoy ha sucedido en mi agujerito-

Se sintió avergonzada y vulnerada  pero más excitada al mismo tiempo. Y le permitió seguir acariciando su entrepierna y también a sus tetas en el minuto que quedaba de viaje.

Al bajar del tren le pidió a su amigo que le acompañara a su casa a pocas calles de allí y que no insistiera. Que hoy, NO. (No podía explicarle, que por más que él la excitara,  ella quería otra barra de carne distinta dentro de ella). Fabián asintió.

 A punto de ingresar a su casa, Mica pensó por un momento en invitar a Fabián a entrar y obsequiarlo con una masturbación que ella podría hacerse a sí misma, mientras el solo mirase. Pero además de sus pocas fuerzas, No le pareció justo esa oferta para su amigo y entonces calló.

Èl la despidió. Y Apenas cerrar la puerta, oyó a Fabián nuevamente:

-Aun detrás de la puerta puedo sentir que tus aromas a sexo están aumentando-

No le respondió, y quitándose los pantalones recostada en la puerta, pensando que él podría estar aun detrás del otro lado oyéndole y así dedicarle esa oferta que no ofreció; comenzó a frotar con ambas manos su tajo y el clítoris. Se sentía totalmente descontrolada. La idea de abrir la puerta y encontrarse con la pija dura de Fabián, arrodillarse a chupársela se

mezclaba con la imagen de Vivian, lamiéndola por todos lados; y  por supuesto Ariek entrándole por debajo... la llevó al éxtasis.  No se podía mantener más en pie: Acercándose al sillón de living y se arrodilló para apoyar su cabeza en el sofá y simular más cómoda, todo lo que pasaba por su mente.

Se sucedieron uno tras otro sus actitudes para con ella misma, sus propios dedos otra vez entrando en su agujero más chico y otros por delante ocupados en su raja y clítoris. Oler su propia tanga empapada de sus jugos vaginales del día y poder lamerla como así se lo había dicho que quería hacer Vivian; fue el punto determinante que le daba un corto pero intenso orgasmo. Era la 4ta vez que se masturbaba en un solo día.

Quedó exhausta.  Recordando la tranquilidad que le daba que iba a ser avisada o buscada por esas dos especiales personas, se desplomó durmiéndose casi al instante allí en el suelo, al lado de su sofá.