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Mientras estudias y confesiones

en Poesía Erótica

Mientras estudias

Mientras estudias te miro,

mientras estudias imagino las buenas notas que sacarías,

si yo fuera tu profesor.

Muerdes el bolígrafo, despreocupada,

y mi mente se ocupa de recordar tus besos,

tus caricias,

nuestros juegos,

el fuego crece en mí pero disimulo,

sigo mirando apuntes que no entiendo

y repasando los repuntes de tu camisa.

Miro al pasado...

Recuerdo momentos excitantes,

cuando compartimos tu premio,

cuando me vistes o me desvistes

y cambiamos nuestro curso,

cuando el discurso se interrumpe y ya no queda otro recurso

que entregarme a ti sin secretos,

como nunca lo hice.

Miro al futuro...

nuestra noche de hotel pagada,

por una desconocida que solo nosotros conocemos.

Nuestra fiera despertada,

bailando con las llamas del invierno,

entre medias,

y encaje,

y dedos donde nadie sabe,

y gemidos que todos oyen con disimulo y envidia.

Y decido levantarme y agarrarte,

tirar de tu pelo mientras me engulles,

entrar por donde nadie lo ha hecho,

sin llamar a la puerta,

pero eso será otro día, cariño,

suspiro sin que lo notes y...

te dejo estudiar.

Confesiones

Tengo que confesarlo...
...no siempre lo hago contigo,
a veces me quedo prendado de una colegiala
con su falda de tablas
y sus medias blancas
con sus trenzas
y su cara traviesa
con sus dudas de primeriza
y la indecisión pintada en el temblor de sus labios.
Me cuesta admitirlo delante tuya,
pero sus dudas a la hora de abrir sus piernas,
sus nervios sobre si le dolerá la primera vez,
su respiración agitada cuando mis dedos se introducen en ella,
hacen que mi deseo se desboque...
y tengo que confesarte...
que la mimo, que la beso, la cuido y al mismo tiempo,
la llevo por caminos que nunca ha visitado,
le muestro el placer de formas que ni imaginaba,
y me encanta educarla, 
premiando
y
castigando
sus aciertos y errores.
Y también te admito...
...que no solo lo hago contigo,
y con ella,
que a veces lo he hecho con una deportista,
he acariciado sus muslos sudorosos dentro de su pantalón,
la he puesto a cuatro patas en el vestuario de su equipo,
y la he penetrado sin parar sin que sus compañeras lo supieran,
me encantan sus muslos fuertes en movimiento,
cuando me tumba y es ella la que me monta,
después de 90 minutos de esfuerzo,
aún le queda fuerza para hacerme un cinco a cero,
y tengo que confesarte...
que le agarro del pelo,
como a ti te gusta,
que le azoto en el culo tenso tras el esfuerzo físico,
como a ti te gusta,
y que disfruto de poseerla, salvaje y activa,
con sacudidas llenas de energía en cada embestida.
Sin embargo... no sé si a ella le molesta,
pero con eso no tengo bastante,
también he dominado a chicas,
las he atado en camas que no eran la mía,
vendado los ojos y azotado,
me he derramado dentro de ellas
mientras explotaban de placer
y otras me han atado a mí,
me han hecho cosas que ni te imaginas.
Lo peor de esto...
es que no tengo suficiente con la colegiala virgen,
también quiero hacerlo con la profesora experta,
no hay suficiente con la futbolista salvaje,
también quiero follarme a la rellenita perezosa,
inmóvil, tímida e insegura...
No me es suficiente con todas ellas...
quiero acostarme con la dependienta,
con la que se sienta a mi lado en el 6,
con la que me miró por la espalda en mi partida de cartas,
con la chica de las medias de costura,
con la de los leggins negros,
la adorable del pijama de ositos
y la zorra del body de satén negro...
No puedo parar...
Pero tenía que admitirlo ante ti, cariño,
porque cuando vuelvo a casa, es contigo con quien quiero dormir.
Lo más curioso...
es que todas se llaman como tú,
que todas tienen ese vellito bajo el ombligo que me encanta,
y esos caracolillos en el pelo.
No me creerás pero...
todas huelen como tú,
y cuando hundo mi lengua en sus rincones prohibidos,
todas saben como tú.
Por esta razón, y por muchas otras,
tienes mi permiso para hacerlo con el chico de pantalones anchos,
con el pijito de camisa y chaqueta,
con el de la chupa de cuero negra,
con el policía que tanto te pone,
y sí... también tú puedes hacerlo con la chica de las medias de costura...
...pero no se te olvide contármelo.