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Esclavo por Accidente Capítulo 3: El cumpleaños

en Sadomaso

Hola, nuevamente agradecer una vez mas haber leido, comentado y valorado mi relato el cual estoy disfrutando en escribir. Una vez mas os invito que hagáis lo mismo con el capítulo 3 esperando que os guste tanto o mas que los anteriores deseando saber vuestra opinión o sugerencias sobre el mismo. Un saludo y mil gracias.

CAPÍTULO 3: EL CUMPLEAÑOS

No pensé que me fuesen a exponer tan pronto a otras personas, nada mas llegar a casa de Mario pude comprobar que  la casa había sido terminada de preparar para la fiesta de cumpleaños. Yo enseguida ya estaba con mi único atuendo, mi nuevo compañero de fatigas, el collar y las muñequeras de cuero que me habían puesto y en disposición de ser lo que ellos querían que fuese.

—Hoy, vas a ser un poco de todo. Vas a ser perro, esclavo, juguete, trofeo de exposición e incluso retrete.

Me asqueaba esa situación no se la gente que sería ni lo que me harían hacer. ¿Qué se podía esperar de una fiesta de adolescentes salidos?

Nada mas sonar el timbre Andrés me llevó a una de las habitaciones donde me esposó las manos a la cabecera de la cama y me puso un bola en la boca para que no gritara. Al parecer tenían que preparar a los invitados sobre mi presencia para que no se sintieran molestos.

Pude oír risas y cachondeo, estuve en la habitación esperando como más de media hora, cuando Mario vino a buscarme. Me quitó la bola y me explico claramente de que tenía que estar a la altura de las circunstancias y hacer todo lo que me habían enseñado.

—Sí amo, así lo haré.

Acto seguido me cogió de la correa y me sacó al salón. Nada más entrar por él pude ver las caras de los demás invitados, eran gestos entre asombro y burla. No entendían como yo un chico aparentemente mayor que ellos, me había dejado embaucar de esa manera, pero les daba igual porque iba a ser la persona que amenizaría la fiesta.

—Os presentamos a nuestro esclavo para todo.

—¿Y qué sabe hacer?—dijo uno de los invitados

—De todo—dijo Raúl.

—Mamarla también—preguntó el mismo

—Eso todavía no lo ha hecho lo estábamos dejando para una gran ocasión y cual mejor que hoy ¿no perrito?

—Se me está ocurriendo una idea—añadió Mario.

No pude escuchar lo que exponía porque se lo susurró a Andrés y a Raúl al oído, pero por las risas de ellos debía de ser algo muy fuerte.

De repente me encontré que le tenía que bajar los pantalones con la boca a Andrés, me costó algo lo que provocó que me dieran unas cuantas bofetadas pero finalmente lo conseguí, después me ordenó que hiciera lo mismo con el calzoncillo. Una vez ya tenía su polla al descubierto esta quedó a expensas de entrar en mi boca.

—Esperad, antes de empezar Mario se pondrá detrás para darle por el culo mientras me la come y vosotros dos poneros uno a cada lado que mientras os hará una paja a cada uno con una mano.

Una vez ya colocado todos Andrés me dio permiso para empezar, al ver que yo lo hacía lento me cogió de las orejas y me metió su polla en mi boca, empecé a lamer mientras que con mis manos le hacía una paja a cada uno de los dos invitados que estaban, a su vez que Mario me la metía por el culo y Raúl ejercía de cámara grabando la escena desde varios ángulos.

—Mirad como lo hace todo, parece que sea un experto

—Joder como la chupa macho, mejor que las putas—dijo uno de los invitados.

—Uf me voy a correr—dijo Andrés.

En ese momento noté como descargaba su semen en mí obligándome a tragármelo todo. Mientras Andrés se corría en mi boca pude sentir como los otros dos invitados rambién lo hacían manchándome las manos de semen.

—Ahora límpialo todo—ordenó Andrés

Me pasé la lengua por alrededor de mi cara para luego limpiar los restos de la polla de Andrés, una vez ya la limpié pasé a limpiársela a los invitados que también habían descargado bastante y por último a Raúl.

—Eh! Te dejas lo del suelo—Dijo Raúl que seguía grabando con la cámara.

Pasé la lengua por el suelo y terminé de limpiar el semen que había caído.

—Joder menuda bestia tenéis—dice el segundo invitado a la fiesta mientras se vestía.

—Y más provecho que le vamos a sacar—decía Mario mientras me palmeaba en el culo.

Una vez acabada la sesión decidieron seguir con la fiesta en la que mi siguiente misión era servir las bebidas, todo transcurría con normalidad hasta que de pronto noté cuando fui a servir una bebida a uno de los invitados como perdía el equilibrio derramando todo el alcohol en la ropa de éste.

—Joder, mirar cómo me ha puesto—dijo el invitado.

—¿Qué has hecho?—preguntó Andrés mientras me azotaba por el cuerpo.

—Nada amo nada, fue sin querer me puso la zancadilla.

—Eso es mentira y lo sabes—dijo el invitado.

—Encima mentiroso, eh!!!—dijo Raúl mientras me cogía del pelo y me arrastraba por toda la casa.

—No  amo lo siento, fue sin querer.

—Sí, si vas a sentir el decir mentiras y el querer hacer quedar mal a mis invitados.

Me llevaron a la sala de castigo donde me colgaron de las cadenas que salían de las poleas para luego elevarme unos centímetros.

—Mirar cómo se mueve parece una pollito—dijo el invitado riéndose.

En ese momento Raúl sacó un cinturón y empezó a azotarme fuertemente.

—Aaaaaaaah eso duele amo.

—Zaaaaas!!!

—Aaaaaaaaaaaaaaahhhhhh amoooooo

—Zaaaaas!!!

—Aaaaaaaahhhhh amoooooo lo sientoooooooooo.

De repente la intervención del invitado paró los latigazos.

—Oye porque no me dejáis que le castigue yo, al fin de cuentas es a mí al que me ha manchado la ropa.

—Me parece buena idea—dijo Raúl—mientras quítate la ropa manchada que iremos a traerte una de repuesto,

Adrián que así se llamaba el invitado tomó la iniciativa de castigarme y con la vigilancia de uno de mis amos empezó a torturarme.

Entre Raúl y él decidieron bajarme y llevarme hasta la mesa donde me tumbaron y ataron manos y pies a las anillas que habían adjuntas a ella. Tumbaron la mesa hasta el punto de quedar esta en línea recta como si estuviera acostado.

—Abre la boca—me ordenó.

La abrí y empezó a orinar dentro de ella haciéndome que me tragara su pis. Después se dirigió al cajón para ver que podía hacerme. No pude ver lo que sacaba pero si pude escuchar como hablaban a lo bajo los dos.

—Entonces dices que funciona—dijo Adrián,

—No lo sé aún no lo hemos probado—dijo Raúl.

—¿Lo probamos?

—Venga va.

Me pusieron unas pulseras de hierro en cada mano, y otras dos más en los pies para acabar también me pusieron un casco y un leve tuvo que me cabía en mi polla después de que Raúl me quitara el cinturón.

—Preparado, listo, ya.

No sentí nada, cuando de repente….

—Aaaaaaaaaaaaahhhhhhh

Empecé a temblar debido a la descarga eléctrica que estaba sufriendo por todo el cuerpo.

—Aaaaaaaaahhhhhhhhh

—Un poco mas de intensidad—dijo Raúl.

—Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhh

—Vale

Y pararon.

¿Te ha gustado?

—Mu- mu- mu- cho a- a- a- mo.

—Anda pero si tartamudea. Lo hemos dejado tartamudo. Di algo

—Me du. Uuuu e le to to to do el cu cu cu cu er pop o po

—Así aprenderás la próxima vez a hacer las cosas bien y a no decir mentiras

Tras venir los demás a traerle la ropa a Adrián y comprobar lo que habían hecho decidieron dejarme la tarde así para que me recuperara y volver a la carga mas tarde.

CONTINUARÁ