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Mejor sentir que pensar (2ª parte)

en Confesiones

Introduciendo a Susana. 2ª parte

 

Mi prima María me había proporcionado el Tuenti de Susana. Entonces es lo que se usaba para ligar si no tenías el número de teléfono de la persona en cuestión. En cuanto pude la agregué.

Empecé a hablar con ella. La verdad es que era muy maja y se le veía bastante niña. Bastante moldeable. Eso me gustaba. De vez en cuando hablábamos por el chat, nos contábamos que tal el día etc.

Yo había empezado a estudiar en una universidad privada ingeniería informática. No estaba seguro de si lograría sacarme la carrera ya que no había estudiado una formación superior de matemáticas. Simplemente me chiflaban los ordenadores. Ahí conocí a Almudena. Una chica delgadita, culo bastante decente, pecho normal, cara normal. La verdad es que era una chica del montón. La ví nada mas entrar el primer día a clase y desde ese momento supe que a esa chica me la tenía que tirar. También conocí a Vicente, mi actual mejor amigo, que estaba también en su primer día de universidad en la misma clase que yo.

El segundo día en clase, mientras estábamos programando, Vicente se acercó a mi con disimulo y me pasó una nota. “Mira a Almudena” decía la nota. Yo levanté la cabeza y miré. Ahí estaba Almudena, sentada delante mío luciendo un ajustadísimo pantalón pitillo por el que asomaba un magnifico y sensual tanga negro con dos lacitos rosas.  También me fije en la chica que había a su lado. Enseñaba un sencillo tanga de hilo naranja fosforito. La verdad es que ninguna de las dos estaba mal del todo. Estaban “follables” que digo yo, pero puestos a elegir prefería a Almudena. Parecen tonterías pero esos pequeños lazitos en el tanga denotan algo  remarcable en la personalidad de una persona, al menos a mi parecer. Empecé a ligar con ella en clase, me acompañaba a la puerta a fumar etc.  Ella no era de mi ciudad y estaba viviendo en un piso compartido con otra estudiante. Yo por supuesto, al enterarme de eso, vi que la chica prometía. Buen culo, piso sin padres ni hermanos…tenía una pinta increíble.

Una tarde le mandé un mensaje para quedar. Nos tomamos unas coca-colas, me hice el loco cuando me contó que estaba viviendo sola y empecé a hacer mis “preguntas estrella” para que me llevara a su casa.

-¿Qué vives en casa con tus padres no?- le pregunté con indiferencia.

-Que va, estoy viviendo sola- me contestó haciéndose la interesante.

-Ostia pues no lo sabía. ¿Y el piso que está por el centro?-le pregunté haciéndome el sorprendido.

-Si, está aquí al lado a 5 minutos andando- me dijo con cara de pilla.

-Jo que bien, pues ya me invitarás algún día y me lo enseñas- le dije guiñándole un ojo.

-Ah pues si quieres tengo unas pizzas en la nevera y mi compañera de piso no está en todo el finde- me respondió mientras se levantaba de la mesa.

Acto seguido le asentí, me levanté y la seguí. Por la calle íbamos hablando  de trivialidades, que si tenía cerca algún super etc las paridas standard. Al llegar a su portal me quedé esperando en la puerta, ya que iba fumando. Ella, sin esperar a que me lo acabara me cogió el cigarro de la mano, le dió una calada y  lo tiró al suelo. Sin soltarme la mano andamos hasta el ascensor. Al entrar me miró con cara seductora, se acercó a mi oído y me dijo:

-¿Tienes prisa por volver a casa?- preguntó mientras empezaba a besarme el cuello.

-Que va, mis padres están fuera y nadie me espera en casa- le dije mientras  le agarraba de la cintura y empezaba a manosearla.

-Mejor…por que después de lo que te voy a hacer no te vas a poder mover en un par de días- me dijo mientras me pasaba el dedo por el paquete.

Justo cuando llegó a la bragueta el ascensor paró. Salió del ascensor sin decir palabra y me invito a pasar a su casa. La verdad es que no recuerdo nada de esa casa mas que su habitación. Una mesa en la pared con un portátil, un armario empotrado y una cama de matrimonio. Sin decirme nada me tiró a la cama y se quitó la camiseta. Llevaba un sujetador de encaje transparente. Se dio media vuelta y se encorvó hacia el suelo, enseñándome su culo mientras se bajaba el pantalón,  mostrándome un tanga azul celeste transparente, a juego con el sujetador.

-Madre mía niña como estás- le dije mientras me quitaba la camiseta.

-¡Para! Aquí la que quita la ropa soy yo- me dijo mientras se quitaba el sujetador.

Flipé en colores cuando descubrí que tenía ambos pezones con piercing. Nunca había visto ninguno en vivo. Acto seguido se quitó el tanga mostrando un coñito depilado con una raya de pelo encima. La verdad es que un coño bien cuidado se come con mas ganas.

Acto seguido sacó del cajón de la mesilla un juego de esposas y me ató con ellas al cabecero de la cama. A ver si me explico… en un principio es algo morboso, pero al principio me asusté un poco. Una chica que no conocía de nada acababa de esposarme a una cama y por mucho que quisiera no podía moverme de ahí. Podría haberme quitado la cartera, el móvil y la pasta que llevaba y haberse pirado. Pero en lugar de eso me quitó los pantalones y comenzó a chuparme entero. Para mi asombro empezó chupándome los pies.  A mi no es algo que me guste  ( aunque tampoco lo había probado nunca así que ¿Por qué no?). Siguió subiendo hasta mi calzoncillo y empezó a morderme la polla. Estaba como una piedra y apunto de reventar.

Ella, que parecía una experta en el tema, empezó a pajearme encima de la ropa interior.

-Me alegro de que no tengas prisa, porque con esta polla tengo para un buen rato- dijo mientras me empezaba a bajar el calzoncillo.

En cuanto lo liberó mi polla dura le golpeó en la cara. Ella sonrió y se la introdujo en la boca. Intentaba cada vez tragársela mas y mas pero solo consiguió meterse la mitad.

-Dios mio…que ganas tengo de sentir esta polla dentro de mi- dijo mientras se incorporaba.

Yo hice fui a levantarme para engancharla y empezar a hacerle de todo, pero las esposas me impidieron avanzar y me recordaron que estaba completamente inmóvil e indefenso. Como me ponía. Se levantó y se puso encima mio, dejando mi polla a 1 cm de su coño mojado. Notaba el calor que desprendía a esa distancia. Empezó a restregársela con la mano. Primero se frotó el clítoris con mi polla mientras me la pajeaba. A mi eso me estaba poniendo a tope. No podía aguantar ahí atado sin moverme. Necesitaba hacer algo para desahogarme. No dejaba de ver como ella me calentaba sin parar y yo no podía hacer nada mas que disfrutarlo y sufrirlo al mismo tiempo.

-Oye ¿me vas a tener atado mucho rato?- le pregunté tratando de liberarme de aquellas esposas.

-¿Es que quieres irte o que?- me respondió.

Acto seguido dejó caer todo su peso sobre mi polla, metiéndosela entera hasta el fondo.

-¡MADRE MIA!- gritó al sentirla dentro. –Pero que polla por favor- dijo empezando a cabalgar sobre mi.

Yo estaba en la gloria. No tenía que hacer nada mas que disfrutar y sentir ese coño húmedo que me estaba follando la polla sin descanso. 

-Dios Almudena me voy a correr como sigas con este ritmo- le advertí mientras me follaba como una loca.

Ella no me respondió, se limitó a acercar sus pezones a mi boca.

-Cómeme las tetas y disfruta- me dijo mientras me empezaba a masajear los huevos con una mano.

Yo comencé a lamer sus pezones, duros y rígidos. Con mi lengua movía la barra del piercing de un lado para otro y ella gemía sin parar.

-La verdad es que me encantaría que me follaras el culo, pero es imposible que entre. La tienes demasiado grande- me dijo con cara de pena mientras seguía cabalgando.

Yo no pude contestarle. Estaba demasiado concentrado en no correrme y en tratar de disfrutar lo máximo posible.

-Almudena…Me voy a correr- le dije preocupado, ya que ni siquiera me había puesto condón.

Sin esperar ni un solo segundo se levantó se puso a cuatro patas delante de mí y comenzó a cascármela con todas sus fuerzas mientras me chupaba y succionaba los huevos.

-¡Ahhhhh me corro!- le dije mientras empezaba a notar las palpitaciones en mi polla previas a la corrida. Acto seguido se la metió en la boca y me empecé a correr. Disfruté de aquella corrida ya que era la primera vez que una chica me dejaba descargar en su boca ¡y menos sin habérselo pedido! Yo no podía dejar de flipar. Había terminado de correrme y ella se levantó, tocándose el coño como insatisfecha por no haber gozado suficiente.

-Si no me hubieras atado te hubiera echo disfrutar como nunca- le dije un poco preocupado por si no había sido lo que ella esperaba.

-Tranquilo si yo he disfrutado muchísimo. Me he corrido un par de veces, pero siempre quiero mas- me contestó con cara de viciosa.

Después me liberó de las esposas y se puso a hacer las pizzas que me había prometido. Me dijo que podía quedarme a pasar la noche. Nos fumamos un porro que tenía y nos tumbamos en el sofá a ver la tele. Ella solo llevaba puesto el tanga transparente de antes y al verla tumbada en el sofá con ese culo provocándome me estaba volviendo a poner palote.

-Oye una cosa- me dijo de repente. – Tengo un sueño muy profundo. A veces mi compañera de piso tiene que estar mas de 20 minutos pellizcándome por que cuando duermo no me entero de nada. Te lo digo por si pasa algo durante la noche, tienes sed o algo. No te asustes si no me puedes despertar por que lo mas probable es que no lo consigas.

En cuanto acabó de decir eso mi mente comenzó a maquinar todo tipo de guarradas que podría hacer con ella mientras dormía. Me salí al balcón a fumarme un cigarro mientras ella seguía viendo la tele. ¿Qué coño me pasa? Pensaba para mis adentro. Cada día estoy mas ido de la olla, pensando en planes de degenerado como este. ¿Será normal? ¿Le pasará a todo el mundo? Sin poder terminar de pensar Almudena me interrumpió.

-Oye que me voy a la cama. Ven cuando quieras- me dijo mientras se marchaba a su habitación, moviendo de un lado a otro ese culo perfecto.

Esperé 1 hora en ir a la cama. Estuve viendo programas de mierda de la tele mientras esperaba a que se durmiera. Me dio por mirar el móvil y vi que tenía mensajes de Susana. ¡Mierda! Habían pasado 5 horas desde que me lo había mandado y no le había contestado. No le di mayor importancia ya que solo pensaba en lo que iba a pasar a continuación en la habitación de Almudena.

Cuando consideré que ya había pasado tiempo suficiente me fui al cuarto a oscuras y despacio sin hacer ruido encendí la luz de la mesilla de noche. Estaba en posición fetal, sacando el culo para afuera en el borde de la cama. Se había quitado el tanga y me acerqué a verla de cerca. Ahí estaba su coñito perfectamente depilado . Su ano era incluso mas perfecto aún, sonrosado y pidiendo a gritos que se lo follaran. Casi inconscientemente de lo que hacía y sin pensar en las repercusiones que podría tener si se despertaba y me pillara comencé a acariciarle los labios del coño con la mano. Ella ni se inmutó pero su coño comenzó a mojarse lentamente. Aproveché esos jugos vaginales para humedecerle el culo hasta que estaba casi encharcado. Con mucha delicadeza comencé a meterle un dedo. Poco a poco lo metí entero y ella seguía sin inmutarse.

Fue entonces cuando desenfundé mi polla totalmente tiesa, la restregué por la superficie del coño para humedecerla y comencé a meterla muy despacio por el culo de Almudena. No podía creerme lo que estaba haciendo pero eso no me detuvo ni por un instante. Al cabo de un par de minutos la había metido entera. Mi polla notaba las palpitaciones de su sangre y fue entonces cuando ella se empezó a mover. No se había despertado, pero empezó a moverse muy despacio rítmicamente metiéndosela y sacándosela. Me acerqué a su cara a ver si se había despertado pero seguía dormida. ¡Inconscientemente me estaba follando en sueños! Yo por miedo a que se despertara no me atreví a moverme. Me limité a quedarme quieto mientras ella cada vez aumentaba el ritmo. Llegó un momento en que podía oir como gemía muy bajito, imagino que soñando con que alguien se la follaba. Yo no tuve mejor idea que coger mi móvil para hacer una foto de esa escena. Eso no tenía desperdicio y daría para alguna buena paja.

Estuve aguantando unos 10 minutos hasta que su movimiento de caderas hizo que me corriera. No la saqué por miedo a hacerle daño y que eso la despertara. Me corrí dentro de su culo mientras me tapaba la boca para insonorizar mis gemidos. La verdad es que le estaba cogiendo el gustillo a eso de follarme culos.

Tardé unos segundo en sacarla hasta que mi erección disminuyó y pude sacarla con cuidado sin arriesgarme a despertarla. Me vestí y me salí al balcón a fumarme un cigarro. Dios que bien me había sentado esa corrida. Saqué el móvil del bolsillo para mirar la foto cuando, sin esperarlo, me entró una llamada. Era Vicente, llamándome a las 4 de la mañana.  Me extrañó y contesté pensando que podría tratarse de una emergencia.

La emergencia era que estaba borracho y perdido por la ciudad y que si podía ir a buscarle. El sabía que estaba solo en casa y que por eso no habría problema en acudir al rescate. Sin embargo no sabía que yo estaba en casa de Almudena. En parte por que sabía que a el también le atraía y no quería estropear nuestra amistad ( y mucho menos por una tía a la que acababa de conocer). En cuanto colgué me fui de la casa y me dispuse a ir a su encuentro; gracias a la ubicación gps que me había mandado con su móvil no tardé en encontrarle.

-¡Tioooo!Joder que rápido has llegado- me dijo mientras se levantaba del suelo.

-Macho es que…esta noche he triunfado- le dije ayudándole a levantarse.

Otra cosa no…pero a la gente a la que quiero no puedo mentirle, me han criado así.

-Seguro que te has pinchado a Almudena cabrón…- me dijo riéndose.- Yo también he follado hace un par de horas – me confesó mientras me daba un abrazo.

-Venga tio…vente a casa a dormir que estas muy pedo para amanecer así por tu casa- dije tratando de obligarle empujándole camino a mi coche.

-Vale tio pero tienes que prometerme una cosa- me dijo mirándome con cara de salido. –Te tienes que follar a la tetona esa que me dijiste. Esas tetas no son ni medio normales- dijo dándome una palmadita en la espalda.

 

-Descuida… que mañana en cuanto levante le digo de quedar y… a ver que pasa- le respondí mientras nos íbamos fumando hacia el coche

Esa tía empezaba a ser mas una fantasía que otra cosa. No la conocía apenas, no sabía casi nada de su vida. Pero la vida le había dado un maravilloso regalo a forma de un par de tetas gigantescas y yo cada vez ansiaba mas a esa chica. No solo quería tocar, amasar, lamer y follarme aquellas tetas. También deseaba dominar a esa niña, hacerla mia, conseguir que su único objetivo fuera complacer mi voluntad.

Continuará…