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Regalo de cumpleaños

en Erotismo y Amor

 

La fiesta de cumpleaños de mi amor se acerca, una tarde fresca y nublada de octubre, las hojas de los arboles tienen ese color dorado característico del otoño .

Tengo preparada para él una gran sorpresa de cumpleaños. Aún no ha llegado de la oficina, así que aprovecho la tarde para prepararme para mi hombre. Escojo la lencería de encaje que tanto le gustó en aquella tienda y que compré sin que se diera cuenta. Es un sujetador de media copa que deja ver a través del fino encaje de color negro mis rosados pezones, con un diminuto hilo dental a juego.  Decido usar el vestido de minifalda negro y espalda descubierta que tanto le gusta, y las sandalias negras de tacón de aguja que siempre me dice que le encantan cómo me quedan. Pongo en mi cuello unas gotas de ese sensual  perfume que me regaló en nuestro aniversario. 

 

Son casi las 7 pm, mi amor debe estar por llegar, tenemos reservación en el mejor restaurante de la ciudad. Ese que fusiona la comida japonesa con toques de cocina mediterránea. Adoramos comer allí de vez en cuando, incluso tenemos una mesa reservada en un rincón muy privado donde en ocasiones mi hombre y yo nos hemos dejado llevar por el deseo y por el efecto de la deliciosa comida afrodisíaca que allí nos sirven , tocándonos disimuladamente por debajo de la mesa, y donde en mas de una oportunidad  hemos terminado metidos en el baño de caballeros, incapaces de esperar a llegar a casa.

 

Mi hombre llega a casa y lo recibo con un profundo beso como cada día, lo miro a los ojos con dulzura haciéndole saber lo mucho que lo amo. El me mira, me da una vuelta y me admira de una manera especial. Me observa con ojos  lascivos, conozco muy bien esa mirada, y sé que solo significa una cosa... Sexo. Inmediatamente lo detengo y le digo que no con el dedo y le digo.

- el sexo tiene que esperar amor mío, pronto!-  pone una graciosa cara triste y se va a nuestra habitación.

Media hora después el amor de mi vida está listo. Dios!, como me fascina observarlo, la forma en que camina, su espalda ancha y varonil, su mirada profunda e intensa.... Intento componerme, debo esperar, hoy todo tiene que ser perfecto. Llegamos a nuestro restaurante favorito, nos deleitamos comiendo los manjares que tanto nos gustan, de entrada, ostras frescas en una cama de hielo, están deliciosas como siempre, luego  comemos sushi, acompañamos nuestra cena con una copa de vino tinto, y de postre un extraordinario brownie de chocolate con una vela dorada sobre él. Le deseo que pase el mejor de sus cumpleaños y él me agradece por la deliciosa cena, a lo que le respondo susurrándole al oído ... 

- papi, este es solo el comienzo de tu celebración -

 

Después de cenar, nos dirigimos a ese club de swingers del que siempre hablamos, él se queda boquiabierto cuando le digo  que es allí a donde vamos. Sus ojos brillan de lujuria y su mirada se hace mas profunda aun de lo que ya es. Y con su grave y divina voz me dice.

- Princesa,  estas segura de que esto es lo que quieres?

- Papi, deseo darte todo lo que me pidas y más amor mío, hoy deseo hacer realidad todas tus fantasías- respondo con honestidad.

- Estas segura? Harás todo lo que pida?

- Si- digo sin vacilar.

 

El local es precioso y con mucha clase, todo esta decorado en dorado y negro, la iluminación es muy sensual, no es para nada como me lo había imaginado, hay un salón grande con música de fondo muy agradable, y una gran barra donde todos charlan y toman diferentes tipos de tragos, hay parejas y también personas solas, todo se ve muy " normal" . Eso me tranquiliza un poco. John siempre había querido venir pero nunca me había sentido preparada para lo que dicen que sucede aquí. Veo que de vez en cuando parejas, o grupos pequeños pasan a través de unas majestuosas puertas doradas. Ya puedo imaginar lo que sucede allí adentro.

Mi amor me toma de la mano y me lleva hasta la barra, nos sentamos allí y pide para mi una copa de vino tinto, ya sabe cuanto me gusta, él pide lo mismo. Me observa de arriba a abajo, veo cómo su mirada recorre mi cuerpo. Coloca su mano en mi rodilla y me pregunta si estoy nerviosa, le contesto que Si, pero que quiero seguir adelante. Me besa dulcemente la frente y me dice que si en cualquier momento deseo irme, que no dude en decírselo. Yo asiento.  

Baja su mano por mi hombro y roza sutilmente el costado de mi seno, baja por mi cintura y se queda acariciando la parte interna de mi muslo, noto que hay algunos hombres y mujeres que nos observan, extrañamente eso me excita, él lo nota inmediatamente y me pide que abra un poco mis piernas, así lo hago, mete su mano por debajo de mi ajustado vestido negro, rozando mi sexo. El delicado encaje deja pasar mi humedad, mi hombre me observa con emoción y se lleva los dedos a su nariz y luego a sus labios diciendo.

-Princesa, creo que hoy nos vamos a divertir.

Una  pareja nos observa y repiten nuestros movimientos, es tan erótico.  De repente una chica a la que no había visto se acerca a John y le toca el hombro, lo observa y mi hombre le da una mirada de aprobación . Ella se acerca a mi y me susurra al oído.. 

- eres preciosa , y estaría encantada de meterme entre tus piernas mientras tu marido nos observa- 

Yo me quedo helada, pero sé cuanto le pone esto a John. Miro a mi amor y veo una mirada de lujuria que no había visto nunca, esa mirada me enciende inmediatamente, y accedo a invitar a la hermosa chica. Ella es joven, de piel blanca, pelirroja con el cabello largo y ondulado, lleva puesto un vestido color azul que acentúa su hermosa figura, sus senos se ven firmes y tersos , en realidad es hermosa.

John habla al oído de Erika, y ella me observa con lujuria. Le pregunto que es lo que mi esposo le ha dicho y con una dulce voz me dice rozando mi oído:

- Tu marido me ha dado permiso para poseer todo tu cuerpo, excepto tu boca. Me ha dicho que para él lo importante era verte disfrutar!

La cara que he puesto debió haber sido un poema, pues John no ha podido ocultar una gran sonrisa.

Mi hombre se acerca más a mi y me sujeta fuerte por la cintura, y me pregunta con posesión... - eres mía nena? -  y mi respuesta es automática ... -SI -

Me besa profundamente y me sienta de nuevo en la silla alta de la barra, abre mis piernas con su cadera y toca mi trasero sin ningún disimulo, se aparta de mi y me impide cerrar las piernas, vuelve a subir su mano por mis muslos, eso me fascina, sigue subiendo, y posa su mano en mi entrepierna húmeda y caliente, y me dice... - Esto también es mío, y hoy voy a dejar que Erika juegue contigo, entendido? -  asiento nuevamente.

John mete un dedo debajo del pequeño hilo de encaje negro y lo introduce despacio en mi vagina. Saca su mano de entre mis piernas y mete su dedo húmedo de mis jugos, dentro de la boca semi-abierta de Erika, ésta cierra los ojos y saborea mi humedad como si de un delicioso manjar se tratara. La escena es tan estimulante que mi respiración se detiene por unos segundos. Luego veo a mi hombre metiendo su mano bajo el pequeño vestido de la pelirroja, ella me mira directamente a los ojos y jadea, John la toca unos segundos y saca su mano de su sexo, la huele y me la pasa delicadamente por mis labios, para después meter sus dedos mojados en mi boca, el sabor es algo salado y delicado, es un delicioso sabor. John nos observa a ambas y dice con voz ronca...

- Ya las dos están listas y receptivas, vamos!

 

Mi amor me toma delicadamente por la cintura para ayudarme a bajar de la silla, me besa los labios y me toma con firmeza de la mano, Erika nos sigue unos pasos por detrás, nos dirigimos a las hermosas puertas doradas, por donde antes vi entrar a aquella pareja. El ambiente ahí es totalmente diferente, hay un gran pasillo con paredes y alfombras rojas, la luz es tenue y cálida, a medida que caminamos por el pasillo vamos topandonos  con puertas de diferentes colores y diferentes iconos en cada una de ellas, al parecer indican para lo que cada habitación está preparada, solo hombres, solo chicas, mixtos, orgías, sado, etc...  Al final, nos detenemos frente a una puerta color púrpura, una imagen en la puerta indica que es para tríos . John la abre, me toma por la cintura y me invita a pasar, al entrar, un suave olor a vainilla se apodera de mi olfato, la habitación es preciosa, las paredes son blancas y tiene detalles color púrpura, al fondo de la habitación hay una gran cama circular, con sabanas de seda también de color púrpura, junto a ella hay un sillón de piel blanco mirando en dirección a la cama. Mi amor nos guía hasta la cama y me pide que me siente, luego le dice a Erika que se siente a mi lado, ella así lo hace. John nos deja solas y se dirige hacia un pequeño bar que hay dentro de la habitación, sirve tres copas de vino, y nos da una a cada una de nosotras, él toma la suya y se sienta en el sillón, frente a la cama.   

Con su divina voz le dice a Erika...

- Desnuda a mi mujer Erika, muy despacio y deja que yo la admire.

Ella da un sorbo de vino y coloca la copa en el suelo. Yo hago lo mismo, pero bebo todo el contenido de mi copa. Mi esposo se acomoda en el sofá y se prepara para ver como esa hermosa mujer me desnuda. 

Sus manos son suaves y cálidas, me gira poniéndome de espaldas a ella  y baja lentamente mi vestido dejándolo caer por mis brazos, traza una línea en mi espalda con sus dedos y baja el pequeño cierre del vestido haciéndolo caer totalmente al suelo. Ella acerca su cuerpo al mío y me deja en mi conjunto de encaje, me vuelve a girar frente a ella y se aparta para que John me observe, él da un trago a su copa y le hace una seña para que continúe. Ella así lo hace, se coloca detrás de mi, retira mi largo cabello de mi espalda, y con mucha delicadeza y destreza abre mi sujetador, lo deja caer al suelo y mis senos quedan expuestos, ella los toca y los masajea desde atrás, sentir unas pequeñas manos de mujer es extraño aunque muy excitante, me toca con suavidad y siento su respiración en mi espalda, sé que está excitada, tanto como yo. John nos observa, y en sus ojos puedo ver cuánto lo disfruta. Ella baja sus manos por mis costillas y mi abdomen, pone la palma de su mano sobre mi vulva, y siente como incluso a través de la tela hay una gran humedad. Viaja de allí a mi trasero y baja las tiras de mi hilo poco a poco, lo va bajando hasta que cae en el suelo al lado de mi vestido. Cuando Erika va a quitar mis zapatos John le dice que me los deje puestos. Sé cuanto le gusta esa visión. Una vez estoy totalmente desnuda, Erika voltea a ver a mi hombre y le dice que se quite la ropa ella también.

Ella lo hace rápida y obedientemente. Su cuerpo es una delicia, su piel es muy blanca y con algunas pecas, esta perfectamente depilada, igual que yo. Se acerca a mi y pone su boca muy cerca de la mía diciéndome...

-  Es una lastima que tu esposo no me deje besarte los labios, pero en compensación voy a besar cada centímetro de tu piel. Me permites que lo haga?

Yo asiento y con voz suave le digo, - Si, puedes hacerlo.

 

En ese momento ella toma el control de la situación, me tumba despacio en la cama y me indica que me coloque en el centro, hago lo que me pide, se sitúa sobre mi, sube mis brazos por encima de mi cabeza y ataca lentamente mi cuello, su delicado aroma se mezcla con el olor a vainilla que inunda el cuarto, sus labios se sienten exquisitos en mi cuello, mis pezones empiezan a endurecerse, ella baja por mi cuello y llega hasta mis senos, hace una respiración profunda entre ellos, es tan erótico, toma mis pechos entre sus manos. Con su rodilla roza mi entrepierna, ella sigue tomando posesión de mi cuerpo, y me excita la destreza que tiene al tocarme. Se mete entre mis piernas y sin darme tiempo a reaccionar mete su lengua en mi mojada concha. Ella gime de placer y yo automáticamente me uno a ella en otro gemido, cierro los ojos y me dejo llevar por las caricias de Erika, me lame y me chupa con pasión, succiona mi clítoris y me dice lo mucho que le gusta mi sabor. Su voz me enciende mucho más y la tomo por el pelo y la hundo mas dentro de mi sexo. Eso la enloquece y me devora con mas fuerza, estoy a punto de correrme y ella me lo implora.... Yo volteo a ver a John, como siempre en nuestra intimidad, necesito el permiso de mi hombre para llegar al orgasmo, es algo que ya es parte de nuestro ritual. Cuando lo veo, me doy cuenta de que está junto a la cama, completamente desnudo y con una erección magnifica. Él sabe lo que quiero decirle, pero me obliga a hablar...

- que deseas amor mío? - me pregunta.

- deseo correrme papi, puedo hacerlo?...me das tu permiso?, por favor amor!

- hazlo mi hembra, córrete delicioso, dale a Erika eso que es mío .

 

Ella sigue atacando con fuerza y yo me entrego al placer, mi espalda se arquea, abro mis piernas aun más, siento cómo ese divino calor sube por mis piernas,  un ardor recorre mi ya empapada concha, y con un gran gemido que se convierte en un grito, exploto de pasión... En ese momento John toma a Erika por la cintura y la retira de encima de mi, él me agarra por sorpresa y me  me embiste con fuerza en medio de mi aun vivo orgasmo, me besa con lujuria y me clava su duro y caliente pene. Me sigue embistiendo sin parar y con su ronca voz dice.

- Dame más beba, quiero mas de ti. Dale mas a tu macho. Córrete ahora para mi.

Yo me dejo llevar una vez más, ahora para el amor de mi vida.  Y mi orgasmo no tarda en llegar, me vengo delicioso, y a la vez John con un grave gemido se corre también dentro de mi, siento su leche brotar dentro mi dilatada y caliente cuca. Después de unos segundos cae sobre mi y me besa con ternura, me dice cuanto me ama y me expresa lo mucho que le ha gustado ver lo que le acabamos de  ofrecer Erika y yo. A lo que yo respondo .

- Soy yo la que desea más de ti ahora bebo!  Vamos a ducharnos.

En la habitación hay dos baños, le indico a Erika que se limpie en uno de los baños y yo llevo a John al otro. 

Mientras el agua tibia cae sobre nosotros, acaricio y beso al hombre de mis sueños. Nos abrazamos y nos besamos con dulzura. John me pregunta al oído...

- Estas bien nena? Lo hiciste genial muñequita. 

- Gracias mi amor, sí, estoy bien, lo disfruté mucho, fue muy excitante - le digo con honestidad.

Después de unos minutos debajo de la ducha, tomo de la mano a mi hombre, lo seco despacio con una de las finas toallas, lo tomo de la mano y lo guío nuevamente hasta la habitación. Allí nos espera Erika, está desnuda excepto por unos zapatos altos color azul. 

La luz de la habitación ha cambiado, una luz violeta rodea la cama circular, todo lo demás esta en penumbra, es excitante y misterioso. 

Siento a Erika sobre la cama y a John junto a ella, me acerco a Erika y le digo unas palabras al oído para que mi hombre no las escuche, ella asiente y empieza a tocar el pene de mi amor. John me mira como pidiendo permiso, me acerco a él lo beso apasionadamente en los labios y le digo...

- Disfrútala papi, tienes mi permiso para poseerla, la vas a follar y yo te voy a observar, luego voy a venir y quiero que nos folles  a ambas. Nos vas a coger duro a las dos, entendido?

- Si, si lo haré - son las únicas palabras que salen de su boca.

 

Me retiro y veo cómo Erika ataca directamente su cuello. Por extraño que parezca, no siento celos, ver a mi marido jugando con otra es erótico y muy excitante, yo se lo permito, yo controlo la situación y Erika es una experta, sabe muy bien cuál  es su puesto, respeta cada una de nuestras reglas. 

Me dirijo hacia el bar, y sirvo tres copas mas de vino,  hay un reproductor que da ambiente musical a la habitación, busco en mi cartera la música que tenía elegida para esta noche, tengo un repertorio musical que sé que le va a encantar a John, doy Play a la música y vuelvo a la cama con Erika y John, ella está sobre él, recorriendo todo su cuerpo con sus labios y su lengua. Cuando llego hasta la cama, las notas de "Mother" del grupo Era resuenan en toda la habitación, John me mira y sonríe de esa especial manera que tanto me enloquece, me tiende la mano para que me una a ellos, y así lo hago, sigo el ritual de besos que lleva la hermosa Erika, son cuatro manos sobre la piel de mi hombre, recorremos su cuerpo, bajamos por su pecho y su abdomen, y luego nos centramos en su gran erección, devoramos el duro palo de mi macho, su respiración se hace cada vez mas fuerte, nos turnamos para chuparlo, para saborearlo. Cuando siento que la respiración de John se hace más fuerte, nos detenemos, y le pregunto:

- Deseas probar la linda cuquita  de Erika papi?

- Si mi vida! Me contesta él con la respiración agitada.

- Muy bien papi, si lo deseas, eso es lo que tendrás.

Con una mirada le indico a Erika lo que tiene que hacer. Ella se pone de pie sobre la cama, y con mucho cuidado se sienta sobre el rostro de mi hombre, dejando su vulva justo sobre su boca, John la lame y la devora con pasión, Erika se mueve arriba y abajo sobre la cara de mi macho. Veo como toda su lubricación se derrama sobre su rostro. Mientras John disfruta de ella, yo vuelvo hasta su pene y sigo comiendolo con devoción.  Le indico a Erika cómo debe moverse, la guío para darle mas placer a mi hombre, me acerco a ella y agarro sus tetas entre mis manos. La tomo por la cintura y con suavidad ella se retira de la cara de John, me acerco a él y lo beso apasionadamente, sus besos saben a ella, pruebo a Erika directamente de la boca de mi hombre, eso lo excita mucho, lo sé. 

Le pregunto - quieres cogértela, verdad papi? - él me dice que si con la mirada. Entonces me siento sobre la cama, y le digo a Erika que se siente de espaldas a mi, ella lo hace, y yo abro sus piernas, y toco su muy mojada concha, y se la ofrezco a mi amado.

- Tómala papi, enséñale lo divino que te la puedes coger, conviértela en tu perrita así como tu sabes. Yo la voy a tener abierta así para ti!

 

John se acerca a ella y la penetra de una sola vez, sin delicadeza, solo lujuria y deseo, Erika grita de placer, le masajeo  los senos con firmeza, la tomo por el pelo y la obligo a ver a John  a la cara. 

- Observa quien te esta cogiendo, es mi hombre, y yo te ofrezco a él! Disfrútalo!

John la embiste salvajemente y Erika se viene en un gran orgasmo, pero yo no dejo que se mueva, mi macho la sigue follando sin dejarla descansar, y le digo.

- Vamos papi, sigue, sigue cogiéndotela rico, dale duro!

Mi papi, la embiste mas fuerte aún y cuando veo que esta próximo a corrérse aparto a Erika y con una voz llena de posesión le digo a mi hombre.

- Tu leche es solo para mi papi. Cógeme como tu sabes y llename de ti!

- Te voy a coger duro princesa, vas a sentirte mi puta esta noche porque eso es lo que eres verdad?

- Si papi, soy tu putica, tu perrita en celo.

- Asi me gusta, que seas asi para mi! Ahora ponte en cuatro que quiero darte duro y ver como tu culo se menea cuando te empalo. 

Excitada a mas no poder hago lo que me dice, y John pone la punta de su duro guevo en la entrada de mi concha, me toma del cabello como si de una rienda se tratara, su otra mano la apoya con firmeza  en mi cadera, y me da una sonora nalgada que resuena en la habitación, yo ahogo un gemido sobre las sabanas, y me da otra nalgada mas, y mas! 

Una vez me tiene como me quiere, caliente y empapada, me penetra con fuerza, me mete su tieso pene hasta el fondo. Lo saca despacio, solo para volver a meterlo con fuerza, casi con violencia, cada embestida me acerca más al clímax, mi hombre lo sabe, me conoce y me dice.

- Te quieres correr verdad mami?

- si papi si!

- te prohibo que te corras hasta que tu amo te lo permita entendido?

Me dice eso junto con otra nalgada, yo asiento con mi cabeza.

- ahora vas a comerte esa cuca deliciosa que tiene la mujer que me regalaste!

Le hace una seña a Erika y ella se acomoda con las piernas abiertas debajo de mi cara. Casi no puedo ni pensar con las fuertes embestidas de mi macho. Logro concentrarme y empiezo a lamer y chupar la dulce esencia de la pelirroja. Eso enciende aun mas a John y me da mas fuerte y mas rápido. Ya no lo soporto mas, el orgasmo esta a punto de llegar, siento como el guevo de John se endurece dentro de mi, - también está a punto - . Me dice con firmeza que me corra para él, y lo hago, me dejo llevar por la lujuria y las divinas sensaciones que me causa mi marido. Estallo en mil pedazos, mis jugos chorrean por mis piernas, y la leche tibia de mi hombre empieza a salir. Caemos rendidos sobre la cama. Erika esta satisfecha y le digo que ya puede retirarse. Nos regala una sonrisa, se viste con calma y sale de la habitación. John y yo nos quedamos acostados un buen rato, él aún esta  dentro de mi, somos uno solo, me besa el cuello tiernamente y me susurra al oído.

- Gracias princesa. Gracias por este regalo de cumpleaños! Te amo!

- Yo también te amo bebo. Y sé que esta será la primera de muchas celebraciones.

 

Cuando salimos del Club  es casi media noche, llegamos a  casa nos damos un baño caliente, y hacemos el amor tiernamente en nuestra cama. Me desea las buenas noches y me da un beso suave en la frente. Me fundo entre sus brazos y me dejo caer en un profundo sueño. Lo ultimo que escucho es la voz del amor de mi vida diciendo.

- Gracias muñequita, que descanses... TE A M O!!!!