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Mi vida en una universidad americana. Parte 5

en Orgías

Quinta parte de las aventuras de Andrés y su nueva vida en una universidad americana. Planeo una serie larga con un denominador común, las orgías Se agradece cualquier comentario o email para mejorar. También si tenéis alguna sugerencia o situación en la que os gustaría ver a Andrés

Mrs. Preston, que se había retirado hace un par de años, se fue de compras con sus amigas y Mr Preston se fue al trabajo. Durante la mañana nos dedicamos a pasar el tiempo en la piscina y holgazanear. Nos preparamos algo de comer, los padres de Luke, no habían vuelto y tras ver una película en el sofá, me dijo que tenía que hacerle un favor.

-          Una de las amigas de Verónica se muda al barrio. Me ha pedido que le ayudemos en la mudanza. No he podido negarme.

Nos montamos en su coche, una camioneta enorme con doble hilera de asientos traseros y capacidad para ocho personas y nos marchamos. De camino, hizo una parada para reclutar ayuda. Dos calles más allá se subieron Paul y John, dos amigos del instituto que no habían ido a la universidad y habían encontrado trabajos en la ciudad. Condujo un poco más y recogió  a Sam y Peter que habían terminado ya la universidad y compartían un apartamento mientras encontraban un trabajo de acuerdo con sus carreras y se ganaban la vida en peores empleos. Todos rondaban la edad de Luke, año más, año menos, y se conocían o bien de la ciudad o bien del instituto. El clima de amistad entre todos se notó enseguida y las preguntas sobre Verónica, me hicieron entender que algunos habían probado la hospitalidad de los Preston.

Luke regresó al barrio y casi a las afueras de la urbanización aparcamos frente a nuestro destino. No había lugar a dudas porque un montón de cajas estaban diseminadas por el jardín y un camión de esos que  alquilan en EEUU para que te hagas tu propia mudanza ocupaba el camino de acceso al garaje.

Bajamos todos y allí entre el caos estaba Brianna, una belleza latinoamericana, después me enteraría que sus padres habían emigrado desde Venezuela. Tenía una melena castaña a rizos y una cara morena con una nariz respingona y unos labios carnosos sensuales. Un pequeño lunar a lo Marilyn la hacía todavía más atractiva. A sus cerca de cuarenta que le calculé, mantenía un cuerpo de escándalo, rellenito pero con las curvas en su sitio y muy voluptuoso. Una sudadera y una camiseta de tirantes blanca ocultaban las tetas más grandes que había visto y unos pantalones de algodón a juego con la sudadera ceñían unas caderas amplias y en consonancia con un gran culo en su sitio.

Luke se presentó y habló un poco con ella. Se había divorciado hacía apenas un mes y por recomendación de la madrastra de Luke había venido a vivir al barrio. Entramos en la casa, con una distribución muy parecida  la de los Preston. Los de los muebles habían dejado todos como pudieron así que bajo las direcciones de Brianna nos pusimos a subir colchones a la planta de arriba, colocar la mesa y las sillas del comedor, los sillones y sofás, la mesa del café… Era un trabajo duro, aunque estábamos  en forma, y unas dos horas más tarde estábamos sudando como pollos. Brianna nos traía limonada y agua y hablaba brevemente con nosotros. Conmigo aprovechaba para hablar en español.

Después de un breve descanso, metimos las cajas del jardín, subiendo las que iban a la planta de arriba y desempaquetando y colocando lo que Brianna nos decía.

Por fin después de cuatro horas, terminamos y nos derrumbamos en el sofá o en los sillones. Brianna había desaparecido y no sabíamos muy bien que hacer. De repente, nos llamó a gritos desde arriba para ver si un par de nosotros podía subir. Luke y Paul subieron y tras unos segundos  el segundo bajó la escalera.

-Tíos tenéis que subir a ver esto.

Nos miramos todos y nos sonreímos. Conociendo a Luke todos nos imaginábamos lo que nos esperaba arriba, de hecho era lo que estábamos esperando desde que llegamos pero la cantidad de trabajo nos había hecho pensar a muchos que realmente era una mudanza para lo que nos habían llamado. Cuando entramos en la habitación nuestras expectativas se vieron cumplidas. Brianna estaba en la enorme cama de matrimonio recostada contra el cabecero con la ayuda de un par de almohadas y vestida solo con un sujetador y un culotte de encaje negro. Con una sonrisa traviesa nos miró mientras entrabamos y nos colocábamos dos a cada lado de la cama  y dos a los pies.

-          Bueno, muchachos, no puedo agradeceros lo suficiente vuestra ayuda de hoy. Pero puedo intentarlo con uno de los mejores polvos de vuestra de vida.

Nosotros solo podíamos mirar esas gigantescas tetas pugnando por escapar del satén negro. Luke hizo intención de abalanzarse sobre la cama pero Brianna lo detuvo levantando una mano.

-          Aquí mando yo, cariño, si me hacéis caso lo  pasaremos muy bien. Si no, ya os podéis marchar a casa.- Luke se retrasó y volvió al lado de Peter.- Lo  primero es que os desnudéis uno a uno.

Ninguno dio el paso para romper el hielo así durante un par de minutos, Brianna nos estudió. Debió de ver algo en la cara de Paul y Peter, como me comentaron luego habían conocido a Verónica la madrastra de Luke pero en encuentros individuales y nunca se habían visto inmersos en una orgía o gangbang, como los más reticentes. Le hizo un gesto a Paul quien nos miró a los demás y ante los gestos de ánimo se adelantó un paso.

Se despojó de la camiseta, zapatillas calcetines y pantalones para descubrir un cuerpo de atleta con una tableta y pectorales bien definidos. Con los boxers dudó y se quedó mirándonos con los pulgares metidos en el elástico.

-          Vamos cariño.-Brianna había apoyado una mano en la cabeza para mirar con más interés.- No tengo todo el día y no te la puedo comer con la ropa interior puesta.

Paul se los bajó para dejar a la vista una polla larga y delgada en estado de reposo. Brianna quitó la mano de la cabeza y se apoyó en la cabecera para acariciarse un pecho por encima del sujetador. La otra se deslizó entre el tejido de sus bragas y su piel para moverse despacio. La polla de Paul reaccionó como si tuviera vida propia para alzarse unos 19 centímetros.

-          No está mal, nada mal ahora tu rubio

Peter se adelantó y se quitó la ropa lo más deprisa que pudo. Tenía barriga cervecera ante la que Brianna puso una cara de disgusto que se transformó en una de lascivia cuando se quitó los pantalones y los calzoncillos a la vez para enseñarle una verga no muy larga, en comparación con la de su amigo, pero sí extremadamente gruesa aquello era como una lata de refresco, y ya dispuesta para la acción.

-          Joder, que preciosidad. ¿Siguiente?

Sam era el único de los presentes de color e hizo honor a la leyenda de su raza. Tenía una piel oscura que se tensaba sobre sus músculos y una polla que parecía colgarle hasta la rodilla. Aquello era incluso más grande que la mía  por un par de centímetros. Se agarró un par  de huevos enormes y empezó a darse tirones con la otra mano desde la base hasta la punta hasta que aquello se levantó en toda su gloria.

-          ¿Le das de comer aparte?- Brianna aceleró la mano que ocultaba sus bragas a la vez que cada vez respiraba más fuertes.- ¿Siguiente?

John se quitó la camiseta para mostrar otro cuerpo incluso más musculoso que el de Sam. Los  dos trabajaban en la construcción sobre todo levantando peso y escombros lo que les había dado esa musculatura. John además pasaba su tiempo libre en el gimnasio. Entre dos piernas más grandes que mis brazos se escondía otra monstruosidad que si bien no era tan grande como la de Sam o la mía parecía hecha de músculos, como su también levantara pesas con ella.

Brianna estaba alcanzando ya su primer climax y sus gemidos hicieron que se le pusiera dura a John. Coño tenía como nudos a lo largo de su longitud. Yo sospechaba que los reclutados para la mudanza lo habían sido con conocimiento de causa y sobre todo de tamaños por parte de Verónnica y de Luke. Este se desnudó a continuación y en definitva sus 16 centímetros eran de lo más normalito de la reunión. Brianna lo miró de arriba abajo y después giró su cabeza hasta mí.

-          Y por último y esperamos que no el peor, el más joven.

Yo ya la tenía dura. Me quité la camiseta y los pantalones, y al bajarme los calzoncillos la punta se quedó enganchada un momento en el elástico para dar un salto cuando se quedó libre.

-          Tenía ganas de salir. Bueno, parece que yo soy la única que falta.- Brianna se sentó en la cama y con las dos manos se desabrochó el sujetador para enseñarnos dos maravillas que por como caían era obvio que eran totalmente naturales. Después estiró las piernas y levantando las caderas se quitó la única pieza de ropa que le quedaba. Nosotros jugábamos con nuestras pollas mientras alternábamos la mirada entre su brillante coño y esas tetas que pedían a  gritos que una cara se metiera entre ellas. Brianna miró el semicírculo de pollas tiesas que parecían adorarla y se relamió.- Lo primero que quiero es que me folléis el coñito, haced una fila y cuando yo siga siguiente, os ponéis al final. Ah y nada de correrse dentro, lo hacéis en mis tetas, en mi barriga o en mi cara pero no dentro.

En un acuerdo silencioso nos colocamos en el orden en el que nos habíamos desnudado. Paul agarró a Brianna de las piernas y la arrastró hasta el pie del colchón desnudo hasta que su culo quedó en el borde. Allí se puso los pies de Brianna en los hombros y colocó la polla en la entrada del placer. Se detuvo mirándola a ella como pidiendo permiso y luego a nosotros que empezamos a gritar que se la follara, que la reventara, que la hiciera gritar… Paul se la metió de un golpe y ella arqueó la espalda mientras se mordía los labios. La sacó despacio y volvió a clavársela de golpe tras mantener solo la cabeza unos segundos dentro. Debía estar tocando algún punto sensible en cada embestida porque Brianna se retorcía y exclamaba cada vez más fuerte. Cuando parecía que estaba a punto de correrse ella gritó siguiente. Paul parecía no haberla escuchado pero Peter lo apartó de un tirón y metió su gorda polla tan rápido que ni un soplo de aire le dio tiempo a entrar. Al ser más corta, Peter no se recreaba sino que la metía y sacaba tan rápido como podía pero su anchura estaba dilatando esa sonrisa vertical hasta convertirla en la boca de una muñeca hinchable.

-          SIIIGGUIIIIENNNNTTEEEEEEEE…. – Gritó entre espasmos Brianna. Peter se apartó rápidamente y detrás de su polla siguió un torrente de los fluidos vaginales de esa guarra que le empaparon la polla y la barriga.

Tras su orgasmo, Brianna que había estado incorporada con la ayuda de los codos y los brazos para estar medio sentada se dejó caer hacia atrás mientras respiraba profundamente y miraba al techo recuperándose. Sin embargo su cabeza casi no había tocado el cochón cuando tuvo que levantarla sorprendida porque Sam le había introducido de golpe ese monstruo. Tras apenas tres embestidas volvió a correrse de forma espectacular y a pedir cambio de turno. Sam gruñó frustrado, sólo había estado dentro cuarenta segundos, pero cedió su sitio. Todo descanso que pudiera esperar Brianna fue en vano porque John se la metió también sin concesiones.

Sin embargo comparada con la bestia negra debía ser un respiro porque pronto estableció un ritmo confortable y entrelazó las piernas en la musculosa espalda como para impedir que se escapara, como si hubiera querido. Fue con el que más tiempo estuvo, minutos que nos parecieron horas a las que estábamos esperando.

Finalmente pidió cambio y Luke se acercó para follársela pausadamente y jugar con su clítoris. Pero algo debió de ver en la cara de mi amigo porque enseguida me reclamó. Mi amigo que yo sabía que prefería un rol más pasivo se retiró discretamente al fondo de la habitación y sacó su móvil del bolsillo de su pantalón tirado. Un nuevo vídeo iba a aumentar su colección.

Mis pensamientos volvieron rápidamente a la deliciosa tarea que me esperaba y agarrándome la polla la acerqué. Sin embargo no entré, dejé que mi glande recorriera sus labios mientras se empapaba de ese terciopelo líquido y húmedo que desprendían. Ella se incorporó sobre las manos, de forma que estaba más sentada que tumbada, con los brazos en ángulo hacia atrás para sujetarse y me miró con cara de cabreo. No sé si aprovechando que yo la entendía o porque le salió del subconsciente me habló en español.

-          Vamos, papito, fóllame con ese pija tan grande, vamos papito dámelo ya.

No me hice más de rogar y se la metí de golpe. Brianna se echó hacia delante y entrecruzó sus manos detrás de mi cabeza mientras inclinaba su torso lo que le permitían sus brazos y aumentando la palanca sobre mi polla. Sus enormes tetas se desparramaban sobre su torso con unos pezones enormes.

 Comprendía el problema con Luke, las folladas anteriores habían dejado su coño además de lubricado bastante dilatado. Así que si mi polla apenas recibía fracción, la de Luke debía haber sido casi inexistente. Brianna se dio cuenta y cruzó también sus piernas por detrás de mi culo obligándome a mantener nuestra pelvis lo más juntas posibles, con nuestros pubis casi rozándose. Cuando me tenía dentro casi entero empezó a girar la cintura consiguiendo el máximo roce con sus paredes vaginales. Creía que me la iba a partir pero volvió a correrse salvajemente inundando mi polla  y mis huevos. Soltó sus piernas y sus brazos y se derrumbó sobre la cama. Bombeé un par de veces más con ella vencida en el colchón pero ante su falta de respuesta, me retiré y me uní con el resto que seguían con las pollas en alto.

Brianna se levantó  y nos miró unos momentos.

-          Me parece que tendré que devolveros el favor o los favores.

Se separó un poco de la cama y se arrodilló. La rodeamos en un círculo todos apuntándola. Sam reclamó el lugar de honor justo delante de suya y cómo apenas había estado dentro suya no nos quejamos. Yo me puse a su derecha. Luke estaba a continuación mía sin que hubiera dejado de grabar y sin que nadie le  importara. Peter, John y Paul, ya la izquierda de Sam, completaban el círculo. Brianna agarró la enorme verga negra de Sam con las dos manos y empezó a masturbarle. Despacio, el sonido de chupeteo resonaba en la habitación. La lengua bailó por la cabeza y parte del tronco. Brianna hizo entonces un truco de magia y un cuarto de carne negra desapareció entre esos labios carnosos. Sam movió sus caderas y ella mantuvo la cabeza quieta dejando que la mamada se convirtiera en una follada de cara. Sus manos dejaron que la verga actuara sola y a tientas buscaron las siguientes pollas más accesibles, la mía y la de Paul. Nos masturbó con los brazos en forma de candelabro. El resto se la meneaban ellos mismos a la espera de que les tocara el turno.

Antes de que Sam pudiera correrse, Brianna se movió de tal manera que ahora su boca se ocupaba de mí y sus manos de Sam y Paul. Hizo una ronda completa dejando nuestras pollas relucientes de saliva y sin que ninguno nos corriéramos.

En la segunda vuelta, el orden se había roto y nos empujábamos unos a otros en nuestra prisa por meterla en esa boca húmeda y caliente. Peter se había arrodillado detrás suya y masajeaba esas tetazas a manos llenas que también brillaban de la saliva que goteaba de nuestras pollas y su barbilla.

Cuando estaba conmigo por tercera vez noté que empezaba a tirar de John a quien pajeaba con la derecha y a acercarlo. Yo intenté retirarme creyendo que quería chupársela a él pero su mano izquierda soltó a Paul y me la agarró para mantenerme en su boca. La polla de John se acercó a sus labios distendidos por la mía, nuestras caderas se juntaron. Antes de darnos cuenta los dos estábamos dentro con su lengua entre nuestras astas y su labio inferior, acariciándonos. Nunca había frotado mi miembro contra otro pero lo apretada que estaba su boca me volvía loco.  Brianna nos miraba con los ojos hacia arriba mientras bombeábamos en su boca. Noté que mis huevos se tensaban y me aparté para apuntar a sus tetas. Peter apartó sus manos y yo me di rienda suelta en sus tetas. John la sujetó entonces por la cabeza y la obligó a mantenerle dentro mientras se corría en su garganta.

Nos apartamos y Luke se acuclilló frente a ella hasta que su polla estaba en su canalillo. Aprovechando mi corrida y la de John que había resbalado por su barbilla al retirarse, se hizo una cubana. Sam se acercó por detrás y la obligó a girar la cabeza hacia atrás todo lo que pudo, casi en 90 grados. Aquello le dejaba la garganta expuesta y él la alimentó de polla negra entrando lo que le permitía. Sus huevos se quedaban a unos centímetros de sus ojos para volverse  acercar.

Peter y Paul se acercaron por los lados y guiaron sus manos hasta sus pollas xpara que les pajeara a ellos. Los cuatro se dedicaron a disfrutar de las manos, tetas y boca de Brianna hasta que Luke se corrió añadiendo más semen a las tetas de Brianna. Le siguió Sam que se apartó y le inundó la cara. Peter y Paul tampoco aguantaron mucho más y lanzaron chorros blancos a sus tetas.

-          Bueno guapos. Espero que os recuperéis pronto.- Brianna se levantó y fue hasta el cuarto de baño adyacente para volver con un bote de gel de ducha.- Ahora me gustaría saber si puedo follarme a los seis a la vez.

Cogió a Sam y lo tumbó en la cama. Todos estábamos ya todos duros otra vez y Brianna se inclinó con el gel y echó una generosa cantidad en la polla. A dos manos los extendió. Se había subido a la cama para tener mejor acceso y estaba a cuatro patas con el culo en pompa. Me miró y me pidió si podía prepararle el culo. Con sus indicaciones, agarré el gel y eché un chorreón en su ojete. Metí un dedo más allá del esfínter hasta que este se adaptó y eché un poco más de gel. Lo intenté con un segundo dedo y cuando lo aceptó metí dos más hasta que la mitad de mi mano estaba dentro.

Cuando estuvo satisfecha se levantó, y dándole la espalda a Sam, se sentó sobre su polla con las piernas por delante. Nosotros miramos embobados como con un poco de resistencia se metía la mitad por el culo y comenzaba a cabalgarle.  Brianna se reclinó hacia atrás hasta que sus nalgas y  su espalda estaba apoyada contra Sam. Nos evaluó uno a uno y me hizo señas para que me acercara mientras se acariciaba el clítoris.

Me subí a la cama  y me puse de rodillas entre las piernas de ambos. Levanté las de Brianna y me las coloqué sobre los hombros. Su coño estaba totalmente expuesto así que acerqué mi polla. Casi no había espacio con Sam dentro de su trasero. Hice un poco más de fuerza y los fluidos de Brianna explotaron en una nueva corrida.  Esa lubricación extra me permitió entrar a la mitad gracias a que Sam había parado para dejarme acceso.

-          Cabroooneeessss…. Partidme en dos… Hijoooss de puuuttaaaaa

Pronto marcamos un ritmo. Era mi segunda doble penetración y el tener tanta carne dentro de ella hacía que sus paredes me apretaran como nada me había apretado antes. Sentía las venas de Sam a través de la membrana de Brianna. Yo miraba esas tetas botar y me concentraba en el placer que desde mi entrepierna subía por todo mi cuerpo.

Brianna se escupió en el canalillo añadiendo humedad a la mezcla de lefa que le habíamos dejado antes. Le hizo señas a Paul que se subió a horcajadas sobre sus tetas y colocó su polla entre ellas. Las apretó en torno a su base y dejó que el vaivén que marcábamos Sam y yo le dejara hacerse una cubana.

No era bastante. Llamó a Luke que se incorporó a la acción por las cabezas de Sam y Brianna. Hizo que esta inclinara la cabeza a un lado y empezó alimentarle polla. Los cuatro nos adecuamos a usarla como un muñeco masturbatorio concentrados en nuestro placer.

Brianna hizo gestos con las manos y John y Peter se acercaron uno por cada lado y dejaron que se las meneara. Éramos todo un cuadro, nos estaba follando a los seis a la vez. Luke le pasó el móvil a Peter que tenía más distancia para coger un encuadre más amplio. Brianna debió correrse al menos tres veces antes de que Sam empezara a gruñir y soltar una carga dentro de su culo. La logística nos impedía desenredarnos en ese momento así que Sam siguió sosteniendo nuestra pirámide sexual hasta que yo también me corrí sobre la pelvis de Brianna.

Sam y yo nos retiramos y los demás se apartaron. Peter se tumbó en la cama y Brianna lo cabalgó esta vez mirando de frente por lo que él pudo agarrarle las tetas y jugar con esos pezones maravillosos. Luke la inclinó y se le metió por el culo. La leche de Sam comenzó a salir con sus empellones y a mezclarse en los huevos de Peter con el líquido de una nueva corrida de Brianna. Paul y John se pusieron de rodillas frente ella y se las mamó a los dos, primero alternamente y después metiéndose ambas en la boca. Tras unos minutos, Luke y Peter anunciaron que se iban. Brianna se liberó.

-          Correos encima, hijos de puta, correos encima míooooo….

La voltearon de forma que quedara boca arriba y Luke y Peter se pajearon furiosamente hasta que sus descargas cayeron sobre sus pechos y su cara. Paul y John aún estaban empalmados así que Paul se la clavó de golpe y empezó a bombear todo lo rápido y fuerte que pudo hasta que su leche acompañó a las otras. Nada más terminar fue sustituido por John que repitió el proceso para encontrar el alivio. Cuando terminó había más blanco que moreno en la piel de Brianna.

Se había hecho de noche y Brianna nos miró a todos algunos sentados en la cama y otros tirados por el suelo.

-          Que cabeza la mía. Ya es de noche y no os he invitado a la pizza y cerveza tradicionales en las mudanzas. ¿Por qué no pedís un par mientras yo me doy una ducha?  Luego podéis quedaros a dormir si queréis.

Luke cogió su móvil y llamó primero a la pizzería y luego a su casa para avisar que no iríamos a dormir. Los demás vivían solos así que se ahorraron la llamada. Brianna seguía mirándonos.

-          La verdad es que no me gusta ducharme sola.- Brianna nos cogió de la mano a Sam y a mí y nos llevó hasta el cuarto de baño.

Allí abrió los grifos y cuando el agua estuvo a su gusto nos hizo entrar con ella en medio. Ella miraba a Sam que le enjabonaba los pechos y ella la polla que ya estaba dura otra vez. Brianna la mantenía hacia arriba con la derecha y con la izquierda le sobaba los huevos. Yo me dediqué a su espalda y su culo. En cuanto la tuve dura la puse entre sus nalgas y me hice una paja pero sin penetrarla. Con mi mano derecha alcancé su coño  la follé con tres dedos y acariciaba su clítoris con mi pulgar. Ella separó la lengua de la de Sam con la que habían estado compartiendo saliva y me preguntó si yo me había follado su culo.

No necesité más invitación así que la incliné y volvía a abrirle el ojete. El agua y la sesión en la cama hicieron superflua cualquier preparación así que se la metía y sacaba sin contemplaciones. Su boca había quedado a la altura de Sam así que volvió a chupársela. Nos la follamos hasta que  volvimos a corrernos.

-          Cuando salgáis, decidle  a otros dos que pasen para que se limpien también

En la habitación los demás compartían las pizzas que ya habían llegado y habían traído los colchones de las habitaciones de invitados que estaban por el suelo. Transmitimos la información y Luke y Paul pasaron a la ducha. Cuando salieron Peter y John fueron los que entraron. Al final salieron los tres, Brianna todavía desnuda excepto por una toalla enrollada en el pelo. Comimos en la habitación y nos distribuimos por los colchones. Paul y John se acostaron en la cama con Brianna, era lo bastante grande como para que cupieran los tres y los demás nos repartimos por los colchones en el suelo. Todos seguíamos desnudos. Antes de dormir Brianna abrió las ventanas para ventilar una habitación que olía a sexo, sudor y semén.