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Respuesta a la encuesta para hombres sobre sexo

en Entrevistas / Info

Ante la petición de Diosa Azteca para que el autor de esta encuesta respondiera a sus propias preguntas , he decidido cumplir dicha solicitud y contestarlas. Uno siempre debe complacer las peticiones de sus lectoras, especialmente si han tenido previamente la amabilidad de participar. Espero que mis respuestas sean interesantes para todos. He respondido con toda la sinceridad del mundo y nada es ficticio ni irreal.

 

Quiero aclarar antes de empezar que mi novia no vive en el mismo país que yo y que todos nuestros encuentros y juegos sexuales deben ser, de momento y hasta que podamos estar físicamente juntos, de forma virtual. Gracias a las nuevas tecnologías podemos valernos de diferentes medios y aplicaciones para disfrutar del sexo. Además del teléfono, por supuesto. Aclaro esto para las respuestas en las que haga alusión a ella. Muchas gracias.

 

 ¿Qué fantasía sexual que tuvieras has cumplido ya?

 

Siempre me habían llamado la atención los zapatos de tacones de las mujeres. No hasta el punto de ser un fetichista de ellos, pero sí que me parecían muy sensuales y me daban mucho morbo. Mi novia me mostró hace ya algún tiempo unos zapatos rojiblancos de tacón que tenía. Cuando se los vi puestos, me invadió una ráfaga de ardor por dentro de mi cuerpo. En ese momento sólo le dije que me gustaban y que estaba muy sexy con ellos. Pero a partir de ese día comenzó a rondar por mi mente la fantasía de que mi chica se masturbase con el tacón de esos zapatos: deseaba ver ese tacón metido en su coño, cómo lo penetraba hasta humedecer el sexo. Me daba un poco de reparo decírselo por si mi idea era demasiado “fuerte” para ella: no quería pasarme de la raya, a pesar de que siempre me dice que le pida todo lo que se me ocurra y que ya ella verá si es posible cumplirlo o no. Ella también tiene por mi parte esa libertad de petición.

 

Una madrugada, al inicio de una de nuestras sesiones sexuales, mi chica apareció en la pantalla completamente desnuda por arriba. Sólo vestía un liguero, unas medias negras y los zapatos rojiblancos de tacón. Se tumbó en la cama y comenzó a tocarse. En una de esas posturas, el tacón quedó muy cerca de su coño y así se lo hice saber, como una especie de indirecta. Ella la captó al vuelo, se quitó el zapato y empezó a meter el tacón en su sexo y a masturbarse. Al largo rato nos corrimos los dos y luego, mientras charlábamos ya relajados, me comentó que también ella había tenido esa fantasía y que, al igual que yo, la acababa de ver cumplida.

 

He visto cumplidas otras fantasías más, pero tal vez ésta es la que más me ha impresionado. Las demás, tal vez, las exprese en algún relato.

 

¿Cuál te gustaría cumplir?

 

Tengo varias, aunque la mayoría deberá esperar a que estemos físicamente juntos. Por ejemplo, fantaseo con tener sexo con mi novia en algún sitio público. Puede ser al aire libre (playa, campo) o en algún espacio cerrado pero público (me fascinaría hacerlo en un probador de un centro comercial, por ejemplo). Esa sensación de travesura, de lo “éticamente prohibido”, de estar follando en el probador separado sólo por una ridícula cortina de otras personas me da mucho morbo.

 

Otra es jugar a Amo-Sumisa o a Ama-Sumiso: atarla o que me ate, quedar a merced de ella para que me haga lo que quiera o al revés: que sea ella la que esté a mi merced.

 

Una que sí puedo ver cumplida pese a la distancia es que aparezca una madrugada, cuando vayamos a jugar sexualmente un rato, vestida con la camiseta de mi equipo de fútbol. Si además puede llevar puestas también unas medias con liguero, sería ya lo máximo.

 

¿Has fantaseado con participar en alguna práctica sexual donde intervengan también otros hombres?

 

Tocar a algún hombre o que me toque otro, jamás. Eso no va conmigo. Con esta pregunta me refería a tomar parte en alguna práctica donde hubiese hombres y mujeres o algún trío hombre-mujer-hombre, pero siempre juegos heterosexuales. Como aclararé en una pregunta posterior, no me importaría hacer un trío hombre-mujer-hombre.

 

¿Te has interesado alguna vez por el “bondage”? ¿Lo has practicado?

 

Hasta hace unos meses la verdad es que no había tenido mucho interés por este tipo de práctica. Pero últimamente, sin saber exactamente la razón o el motivo, se ha despertado en mí la curiosidad, el interés y la fantasía sobre el “bondage”. He estado leyendo artículos, curioseando por la red y creo que no tardaré mucho en escribir algún relato sobre ese tema. He descubierto cosas fascinantes, como prácticas japonesas de ataduras (shibari), que me han impresionado. Esa mezcla de exotismo japonés, erotismo, sexo....todo muy tentador.

 

Si mi chica acepta cuando estemos juntos, una de los juegos que desaría llevar a cabo sería el del “bondage”, aunque sé que requiere de práctica. Todo será cuestión de empezar poco a poco hasta llegar a ser unos expertos en esa materia.

 

¿En alguna ocasión has hecho un trío? ¿Era hombre/mujer/hombre o mujer/hombre/mujer?

 

Hasta el día de hoy nunca he participado en ningún trío. Cuando conocí a mi novia, estuvimos hablando sobre gustos y prácticas sexuales y ella me pidió hacer tríos y de ambos tipos: hombre-mujer-hombre y mujer-hombre-mujer. A mí también me agradaba la idea, así que le prometí que los haríamos, sólo por puro placer, para disfrutar de otra variante más del sexo. Eso de follar con mi novia y otra chica más a la vez sería increíble, al igual que sería magnífico ver a mi chica gozando con dos pollas: la mía y la de otro hombre. Dos vergas dentro de ella hasta llevarla al éxtasis. Eso sí, me encantaría que tanto la chica como el chico que participase en el trío los hubiéramos conocido estando mi novia y yo ya juntos, nunca antes.

 

¿Qué opinas del “dogging”? Si no las practicado, ¿estarías dispuesto alguna vez?

 

No lo he practicado nunca. Creo que es algo muy morboso pero que tiene también todo tipo de riesgos. Todo ese halo que envuelve a esta práctica resulta excitante: sexo al aire libre con desconocidos, sólo mirar, tocar o intervenir.....Sin embargo, trae consigo una serie de peligros tanto para la salud (si no se está muy atento con las precauciones) como para la seguridad. Sinceramente tendrían que darse una serie de condiciones muy claras y favorables para que alguna vez me atreviese a participar en algo así.

 

¿Te consideras un hombre abierto a nuevas experiencias y prácticas sexuales?

 

Hasta que conocí a mi pareja actual, no tenía mi mente muy abierta a experiencias nuevas. Era bastante “clasicón” y tampoco me daba por leer e informarme sobre otras prácticas más allá de las consideradas “normales”. Al empezar a escribir relatos, fui abriendo mi imaginación y mi mente y ya cuando conocí a mi chica la cosa evolucionó todavía más. Por ejemplo, antes de conocerla, jamás me hubiese atrevido a entrar en un sexshop: me daba vergüenza y pudor. Pasaba por alguno por casualidad, me entraba cierta curiosidad, pero nunca daba el paso. Ahora ya he entrado varias veces y en sexshops distintos. La primera lo hice temblando, la segunda ya más calmado y desde esa segunda ocasión ya soy capaz de entrar como si fuese una tienda cualquiera. Deseo cumplir con mi pareja todas esas experiencias de las que he hablado antes y algunas más que queden por descubrir.

 

¿Tu chica u otra mujer te ha propuesto en alguna ocasión penetrarte el culo con sus dedos o con algún dildo u objeto? ¿Aceptaste? ¿Te gustó la experiencia?

 

Sí, fue mi actual pareja la que me lo propuso. Recuerdo que un día me comentó lo que le fascinaría poder penetrarme el ano. Era algo que siempre había deseado hacerle a sus novios anteriores pero que con ninguno lo había logrado. Por la distancia no era posible que fuese ella la que lo hiciera físicamente, así que me fue hablando y animando para que fuese yo mismo el que me masturbara penetrándome el ano. Al principio tuve un poco de dudas, pues consideraba eso como propio de gays, pero mi novia me dio una serie de explicaciones y razonamientos que me convencieron y vi lógico que los hombres también tuviéramos otra parte más de nuestra anatomía de la que disfrutar durante el sexo y no sólo del pene. Incluso leí algunos artículos de sexólogas que recomendaban a los hombres heterosexuales dejarse penetrar o penetrarse ellos mismos el culo. Para un mayor placer.

 

Me acuerdo de mis nervios la primera vez que me iba a masturbar el culo: mi chica me fue dando indicaciones por teléfono de qué pasos debía seguir en cada momento, de cómo hacerlo para no sentir dolor. Esa primera vez lo hice con un dedo y me gustó la sensación. Luego, a partir de ahí seguí usando mis dedos y también un bolígrafo. Un día decidí ir a un sexshop y comprar un dildo similar al que tiene mi novia. Había presenciado cómo ella se lo metía por su ano, de modo que opté por adquirir uno similar y darle una sorpresa. No se lo creía cuando vio mi compra. Desde entonces lo hemos disfrutado en varias ocasiones juntos y yo a solas durante alguna que otra ducha y en la cama. Sólo falta que cuando pueda estar con mi chica físicamente, se ella la encargada de “hacer los honores” y follarme el culo. Incluso en alguna ocasión me ha comentado cosas sobre comprar un arnés y usarlo. Espero que cumpla con su palabra.

 

¿Tienes juguetes eróticos masculinos? ¿Cuáles son?

 

Tengo varios: el dildo (de color azul) del que he hablado en la respuesta anterior y un anillo vibrador para el pene, de color rosa y con terminación en forma de conejito para el clítoris de la chica. Ambos los he usado en algunas ocasiones, más el dildo, y espero seguir usándolos con cierta frecuencia. Tengo que reconocer que últimamente están un poco abandonados. También compré una vez una vagina con vibración, pero la probé un par de veces y no le encontraba el punto. Me costaba una enormidad introducir mi pene por el pequeño orificio destinado para ello. Usé lubricante y seguí las instrucciones de uso, pero no había forma. O no lo hacía bien, o ese juguete no estaba hecho para mí. Terminé tirándolo: no quería continuar desesperándome en el intento.

 

Además, aunque no sean juguetes propiamente dichos, tengo dos bóxers un tanto especiales: uno transparente, de color celeste y con pequeñas motas marrones, con un agujero central para meter el pene y que quede bien prieto y marcado. Me siento muy sensual cuando lo uso para jugar con mi chica. Se transparenta absolutamente todo por delante y por detrás. El otro es de color rojo pasión con adornos en negro. Su principal arma es que lleva una cremallera central que vuelve loca a mi novia.

 

¿Le has comprado a tu pareja algún tipo de disfraz o de complemento para jugar juntos?

 

No, ninguno y no por falta de voluntad. Vuelvo a comentar que vivimos en países distintos y eso dificulta mucho el comprarle algún disfraz o complemento. Alguna vez le he sugerido comprarle alguno y hacérselo llegar por correo, pero mi novia no ha querido. Yo acepto su decisión y tendré paciencia para esperar a estar juntos.

 

¿Con qué frecuencia te masturbas?

 

Depende de las circunstancias. Que vaya por delante que me considero un hombre caliente y fogoso y que algo grave me tiene que ocurrir para que un día no tenga ganas de sexo. Los momentos del día en que esa sensación de excitación y ganas es mayor son al despertar y antes de dormir. A lo mejor hay quien se extrañe de que por la mañana temprano ya amanezca con ganas de follar o de tocarme, pero esa es la realidad. Por las noches me pasa igual. Como he comentado antes, la frecuencia de masturbación depende un poco de las circunstancias. Hay días en los que mi horario laboral me deja muy poco tiempo para tener un rato tranquilo. En otros, por algún motivo, me encuentro más excitado de lo normal (mi novia muchas veces tiene la culpa de mandarme caliente al trabajo y tenerme todo el día con mi pene revolucionado). Hay semanas en las que me masturbo tres o cuatro veces; otras, solamente una. Cuando hablo de masturbarme me refiero a llegar hasta el final y correrme. Porque lo que es tocar mi miembro, agitarlo un poco y juguetear con él sin llegar a eyacular, lo hago a diario y varias veces. El récord de masturbaciones en un mismo día con corrida incluida es tres. Una vez sucedió mientras jugaba con mi chica; las otras veces antes de conocerla a ella, en solitario.

 

¿Lo has hecho en alguna ocasión hasta correrte leyendo algún relato erótico?

 

Sí, en bastantes ocasiones, especialmente en las primeras semanas cuando llegué a esta página de relatos. En cierta forma supuso una novedad para mí eso de leer historias eróticas y pornográficas. Hasta entonces lo que solía hacer era ver algún que otro vídeo o película porno. La lectura erótica me enganchó enseguida hasta el punto de convertirme posteriormente en autor. En los inicios recuerdo que tenía una forma infalible de medir el grado de calidad y carga erótica del relato: la reacción que despertaba en mi polla conforme lo leía. Si apenas se levantaba mi miembro, mal asunto; si se erguía, buen relato; si provocaba que tuviese que acariciarme y tocarme un poco, muy buen relato; el que me llevaba a la masturbación completa, excelente relato. Me gustaría dar títulos de historias que hicieron que me corriese, pero ahora mismo no recuerdo ninguno en concreto. Fueron bastantes. Sí sé el nombre de una autora que con sus relatos me llevó y me lleva al éxtasis cuando los releo y que encima he tenido la suerte de que haya respondido la encuesta para las chicas. Se llama Diosa Azteca. Hace mucho tiempo que no escribe nada nuevo y desde aquí aprovecho para pedirle que regrese pronto a su faceta de escritora.

 

¿Te has masturbado en algún sitio público? ¿En cuál?

 

Sí, que yo recuerde en dos sitios: uno, hace ya algunos años, fue en un parque de mi ciudad. Por casualidad vi que una chica no llevaba braguitas debajo de la minifalda y de las medias-pantys que lucía, así que contemplé durante unos segundos su sexo totalmente depilado. Me aparté a una zona solitaria de arbustos y entre ellos me masturbé.

 

El otro lugar ha sido la playa. Varias veces me he masturbado dentro del agua, probando esa sensación de frescor sobre mi polla dura. El pasado mes de septiembre hice nudismo por primera vez. La playa realmente no es nudista, pero la conozco de sobra y sé que si caminas un rato llegas a una zona virgen, donde hay muy pocos bañistas en temporada alta. A finales de septiembre por allí ya no pasa prácticamente nadie. Así que una mañana me atreví a quitarme el bañador y a tomar el sol completamente desnudo. La sensación de sentirme así, sin ropa, en plena naturaleza, hizo que me excitase y terminé masturbándome sobre la misma arena.

 

Además de tu sexo, ¿qué otra parte de tu cuerpo es la más erógena?

 

Sin duda alguna, mis pequeños pezones. Sólo con que los rocen me hacen vibrar. Creo que a la gente se le olvida de que los hombres también tenemos esos pezones y que se sienten de forma increíble, al menos en mi caso.

 

Mis glúteos también son especiales. Notar cómo los acarician, cómo los pellizcan o les dan palmadas me pone muy caliente.

 

¿Cómo prefieres el sexo de tu chica: con vello o afeitado?

 

Me gusta de las dos maneras, no tengo preferencias al respecto. Me encanta que a veces me sorprenda con un rasurado completo y que en otras ocasiones luzca una capa de vello. Siempre le digo que de esta última forma le da a su sexo un aspecto más “salvaje” e invita más al sexo duro.

 

Y tú, ¿cómo sueles llevar tu sexo: con pelos o afeitado?

 

Nunca lo llevo con muchos pelos en plan “bosque”. Afeitado por completo lo llevo sólo a veces. No me gusta rasurármelo totalmente muy a menudo porque se me suele irritar un poco la zona, por más que ponga todo los cuidados posibles. Normalmente lo que hago es rasurármelo todo, dejar pasar alguna semana y volverme a afeitar tras ese intervalo de tiempo.

 

¿Alguna vez le has pedido a tu chica que salga sin ropa interior? ¿Lo cumplió?

 

Sí, se lo he pedido. La primera vez, y por tanto la más especial por la novedad que supuso, fue un día en que ella acudió a trabajar a la oficina con una blusa y una falda. Iba más elegante de lo normal porque tenía una reunión con unos clientes de su jefe.

No es habitual que mi novia use falda. De hecho ese día fue la primera vez que lo hacía desde que la conocí. Habíamos estado durante el día calentándonos con mensajes subidos de tono. En un momento dado le pedí que se quitase las braguitas que llevaba y que me las mostrase para saber que lo había hecho de verdad. Fue al baño y a los pocos segundos regresó a su escritorio y me enseñó las bragas que guardó en su bolso. Ya más tarde me comentó las sensaciones que sintió cuando salió a la calle e hizo el recorrido de regreso a casa sin ropa íntima bajo la falda.

 

¿Le has solicitado que exhiba alguna parte de su cuerpo en público?

 

Una vez, medio en broma medio en serio, le insinué si sería capaz de volverse a poner la falda antes comentada y, sin bragas debajo, abrir un poco las piernas en el taxi que solía tomar para cumplir con parte del trayecto de regreso a casa. Al final ella, también medio en serio medio en broma, me dijo que no se atrevía. Ya no volví a insistir más sobre ese tema.

 

¿Cuáles son tus tres posturas preferidas para penetrar a tu pareja?

 

Digo las tres pero el orden da igual: una es que, tumbado yo boca arriba en la cama, se siente sobre mi polla y cabalgue mirándome a los ojos, mientras yo también doy impulso. La segunda es penetrarla desde atrás mientras ella está “a cuatro”. La tercera es que me rodee con sus pies el cuello y así, estando ella tumbada sobre una mesa, con las piernas en alto y extendidas, penetrarla.

 

¿Has aprovechado alguna aglomeración para tocar a alguna mujer?

 

Nunca he tocado con las manos a una mujer aprovechando una aglomeración. Sin embargo, en varias ocasiones sí hubo roces entre mi entrepierna y el culo de alguna chica, pero que quede claro que no los empecé yo. El caso que más recuerdo sucedió hace ya unos 5 años. Fue en una carrera popular de atletismo, que siempre tiene una participación masiva (unos 20.000 corredores) y se celebra por la noche. Hay tal aglomeración de deportistas esperando la salida que prácticamente tienes que estar pegado a los que tienes a tu alrededor. Aquel día llevaba esperando un rato la hora de comienzo y conforme ésta se acercaba, las apreturas se hacían mayores. Entonces, aparecieron tres mujeres de unos 25 o 30 años, vestidas iguales (con un top deportivo y unas mallas largas negras). Sobre el top de las chicas figuraba el nombre de un gimnasio de la ciudad, por lo que supuse que tal vez sería monitoras de ese establecimiento. Dos de las mujeres se abrieron paso como pudieron y se colocaron justo delante de mí; la otra se puso a mi lado. Mientras charlaban entre ellas y gesticulaban, sentí el contacto del trasero de una de las que estaba delante con mis muslos y mi entrepierna. Al principio creo que fue involuntario y en cierta forma inevitable, teniendo en cuenta las estrecheces que había. Me acuerdo que por pudor y por temor a que llegara a pensar en algún momento que era yo el que me estaba aprovechando de la situación, retrocedí lo que pude antes de toparme con los pies de la persona que tenía detrás de mí. Ahí ya me quedé quieto. Pero ese pequeño retroceso no sirvió de nada: los roces por los movimientos de la mujer se seguían produciendo y más aún cuando por la megafonía empezó a sonar la música para amenizar los momentos previos a la salida. Las tres jóvenes comenzaron a bailar al ritmo de la música. Cada movimiento de la chica de delante suponía que su culo se restregase con mi miembro y ahora ya de forma mucho más evidente que antes. Uno no es de piedra y esos roces hicieron que mi pene empezara a empalmarse y a ponerse duro, en medio de mi miedo a que la mujer lo notase y pensara mal de mí. Yo llevaba unas mallas de atletismo para hombres y con ese tipo de prenda ceñida el bulto se nota más. Tras unos minutos, la chica debió notar algo en su culo, pues se giró hacia mí, me miró brevemente, sonrió (para alivio mío, pues pensé que encima me caería la bronca) y continuó bailoteando. Unos instantes después les dijo a sus dos amigas que iba a estirar un poco mejor. “¡Pero si no hay espacio! ¿Cómo va a estirar?”- pensé para mí. Y ahí llegó el remate: inclinó el tronco, empezó a tocar con la punta de la mano sus pies y en esa postura apretó por completo su culo contra mi miembro. He de reconocer que a partir de ahí ya no hice nada por evitar el roce: me di cuenta de que la mujer estaba jugando un poco con la situación y lo hacía ya a propósito. Era demasiado exagerado por su parte. Así que contribuí un poco a la causa empujando hacia delante, más todavía cuando me percaté de que en esa postura el culo se le transparentaba lo suficiente como para hacer ver que no llevaba ni braga ni tanga. No tardé en mojar mis mallas de líquido preseminal (yo tampoco me pongo nada debajo cuando las uso para hacer deporte). Cuando la chica recuperó su postura justo antes del pistoletazo de salida, me percaté de que le había manchado con mis flujos sus mallas por la parte de la raja del culo y de una de las nalgas. La señal de salida para la prueba me salvó de correrme sobre la licra que cubría el trasero de la mujer.

 

¿Crees que a las mujeres les importa realmente el tamaño del pene?

 

Habrá de todo. Para gustos, los colores. Supongo que para algunas sí será importante. Si tengo en cuenta la opinión de mi novia, ella siempre dice que lo importante en sí no es el tamaño, sino el saber utilizar lo que un hombre tenga entre las piernas. Y que conste que no lo dice por justificar un posible pequeño tamaño de mi miembro...jajajaaa....que afortunadamente está bastante por encima de la media (según investigaciones e información de mi pareja).

 

¿Qué ropa interior prefieres en una mujer: braga o tanga? ¿De qué color?

 

Prefiero los tangas, pero no los de fino hilo dental por detrás, sino los que llevan un triangulito. Las bragas brasileñas tampoco están nada mal. ¿Colores? Rojo y negro, si pueden ser de encaje o con transparencias, mucho mejor.

 

¿Puedes decir dos formas de que te exciten sin que te toquen?

 

Debo reconocer que soy fácil de excitar y que existen muchas formas de conseguirlo. Las dos que destacaría serían mensajes o palabras subidas de tono y todo lo que sea visual (fotos, lencería...)

 

Mientras follas, ¿te gusta usar o que usen contigo expresiones obscenas y lenguaje soez? ¿Por qué?

 

Si mi parejame lo consiente y le gusta y sigue también ese juego dialéctico, me encanta usar expresiones obscenas y también que me las digan. Creo que así se consigue mayor intensidad, más morbo, aumenta la fogosidad. Y no sólo el uso de palabras obscenas: me encanta fantasear con posibles situaciones excitantes en las que ambos participemos y narrárselas o implicar a mi chica para intentar que se traslade mentalmente a dicha situación.

 

¿Haz hecho alguna vez de “voyeur”? ¿Cómo fue?

 

Sí, un par de veces, pero de forma no premeditada. Fueron totalmente casuales (al menos en los inicios de la situación). Una, la más reseñable, con una vecina asiática a la que pillé duchándose cuando yo iba a bajar la persiana de la ventana de mi baño, que da justo frente al suyo. Creí que había sido accidental por su parte que estuviera duchándose con la ventana totalmente abierta, pues era verano y hacía calor. A raíz de esa primera vez ya sí estaba atento por si se volvía a dar esa situación. Y se repitió varios días más, mientras estuvo viviendo en esa casa. Al final ya ni bajaba mi persiana y creo que ella era perfectamente consciente de que la veía. Una vez, incluso, salió de la ducha y estuvo desnuda varios minutos frente a su espejo poniéndose crema por el cuerpo y por la cara.

 

Eres consumidor habitual de vídeos o películas porno? ¿Los ves a solas o con tu pareja?

 

Con el paso de los años he dejado de ver con frecuencia vídeos porno. Antes los veía más, especialmente en los años adolescentes y en la época de estudiante universitario. Recuerdo con risa las películas porno codificadas del Canal Plus, en las que se hacía un esfuerzo por ver lo que aparecía entre las rayas de la codificación, si no estabas abonado a ese canal ¡Menos carcajadas, por favor! Hay que tener en cuenta que internet en las casas no estaba tan desarrollado como ahora y había que buscarse la vida, como por ejemplo, a través de esos vídeos de las comunidades de vecinos, donde ofrecían canales de pago “pirateados” a quienes se abonasen por una pequeña cantidad de dinero. Siempre había algún canal porno dentro del paquete. Ahora veo alguno de vez en cuando en días donde la excitación es grande. Tengo una aplicación gratuita en la tablet que, además de innumerables canales de todo tipo, ofrece varios de contenido porno. A ellos recurro en esos días de excitación.

 

Al vivir lejos de mi novia, no podemos ver juntos ese tipo de películas, pero sí que le he recomendado dicha aplicación y sé que la usa de vez en cuando.

 

¿Cuál es tu temática favorita?

 

No tengo una temática predilecta, pero me gusta que no sea follar por follar sin más.Siempre busco algo que le dé morbo a la historia, como por ejemplo, escenas rodadas en el exterior, chicas en lencería y medias, uso de juguetes o escenas donde no sólo intervengan un chico y una chica, sino donde haya algún trío (de cualquier tipo) u orgías.

 

¿Cuál es el último libro erótico que has leído?

 

No acostumbro a leer libros, sino relatos.Sin embargo, he ido comprando en los últimos meses algunos ejemplares que me parecieron interesantes. La falta de tiempo para lecturas largas ha provocado que, de momento, sigan ahí aparcados y esperando su momento. Uno de esos libros que he adquirido se titula “Diario de una sumisa” de Sophie Morgan.

 

¿Tienes algún tipo de fetiche relacionado con la ropa femenina?

 

No sé si llega a alcanzar la categoría de fetiche o no, pero me excitan y me ponen mucho las medias, los ligueros y los zapatos de tacón. También las medias tipo pantys, aunque sé que a muchos les resulta poco morbosas. Me encanta que se usen sin nada debajo (como creo que fueron diseñadas para usar). He visto por ahí, en sexshops que incluso venden algunas con una raja preparada en la entrepierna para poder follar sin necesidad de que la chica se quite las medias pantys. Mi novia las usó un día y fue algo maravilloso.

 

¿Qué piensas del sexo liberal y de clubes o locales de intercambio, de orgías....?

 

Creo que para acudir a alguno de esos clubes debe hablarse con detenimiento previamente con la pareja (si la tienes) y estar muy seguros de los límites que se quiere establecer. También pienso que se deben tomar todo tipo de medidas para prevenir el contagio de enfermedades de transmisión sexual. Si los dos miembros de la pareja están de acuerdo y les gusta ese tipo de experiencias, no lo veo mal.

 

¿Te importa el tamaño de los pechos de una mujer?

 

No y, sinceramente, no entiendo a los hombres que se obsesionan con el tamaño de los pechos de las mujeres o de su propia chica. Tampoco comprendo que las mujeres se preocupen tanto por las dimensiones de sus tetas e, incluso, que se las operen para aumentar el tamaño. Es una barbaridad. Lo natural siempre será más bonito que lo artificial y retocado. Todos los senos pueden ser bonitos y atractivos, independientemente de su tamaño. La redondez, la forma, el color de los pezones y de las aureolas....Me encantan que los pezones y las aureolas sean marrones oscuros (no me ponen tanto los rosados) y tengo la suerte de que mi chica los tiene así.

 

¿Qué prefieres “comerle” el coño a tu chica o que te haga ella una mamada?

 

Depende de la situación. Las dos cosas son muy tentadoras. Además, una no excluye a la otra. Siempre que se sepa hacer bien y proporcionar placer al otro, las dos son muy apetecibles.

 

¿Te “ponen” las mujeres con determinadas profesiones (azafata, enfermera, policía...)?

 

No especialmente.Sé que hay hombres a los que les excitan mujeres de uniforme, pero no es mi caso. Más que las profesiones, me calienta la propia mujer en sí, la expresión de sus ojos y de su cara, sus labios, la boca. Y si llevan medias, mejor...jajajajaa...¡Ya estamos con las medias otra vez!

 

¿Acudes con cierta frecuencia a playas nudistas? ¿Solo o con tu chica?

 

Nunca he estado en una playa nudista. En una respuesta anterior ya he contado cuál fue mi experiencia nudista en una playa textil aunque desierta ese día. Sin embargo, me gustaría acudir y hacerlo acompañado de mi chica. Ella me ha prometido que se apunta a ir conmigo, así que será cuestión de esperar a que podamos realizarlo.

 

Última pregunta. ¿Puedes añadir alguna pregunta que te hubiese gustado que apareciera en el cuestionario y contestarla tú mismo?

 

¿Crees que los sexshops tienen suficientes artículos para uso masculino?

 

No, ni mucho menos.La mayoría de los artículos que venden están orientados a la mujer o al uso en pareja pero para proporcionar placer a la mujer principalmente. Si comparamos la cantidad de juguetes femeninos existentes (dildos, bolas, vibradores....) con la de los juguetes masculinos, la diferencia es aplastante en favor de la mujer. Lo mismo pasa con los artículos de lencería: venden todo tipo de braguitas, tangas, ligueros, medias, camisones....pero para encontrar algún bóxer para hombre, por ejemplo, uno se las ve y se las desea. Sé que en sexshops online sí que existen estos artículos masculinos, pero en las tiendas físicas hay muy pocos. He entrado en varios sexshops (algunos abiertos recientemente) y en algunos de ellos no tenían siquiera nada de lencería masculina. En otros sólo vendían tangas para hombres (y esos a mí no me gustan: los detesto). Únicamente en uno disponían de algunos modelos de bóxer. A ese es al que suelo acudir cuando quiero sentirme sexy y sensual y sorprender a mi chica. Ella también se lo merece y no siempre debe ser que sean las chicas las que nos sorprendan a nosotros con algún modelo de lencería. La última vez que fui a comprar un bóxer que tuviera algo de especial, el dependiente de la tienda me dijo, ante mi extrañeza de que no vendiesen en casi ningún establecimiento del gremio, que había poca demanda. Afortunadamente me comentó que tomaría nota de mi queja y que trataría en adelante de ofrecer también lencería masculina.