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Noche de Insomnio

en Fetichismo

Las tres de la madrugada y yo sin poder dormir. Desde que me ascendieron en la empresa sufro de un estrés tremendo que hace que no pueda dormir hasta que no pueda más. Mi novia me advirtió sobre esto

-Alex, sabes de sobra que ese puesto es muy duro, el anterior tuvo que ir al psicólogo para conseguir aguantar la presión del cargo.

-Venga ya. – Le dije yo- El anterior era muy mayor y ya estaba desgastado.

-Bueno como quieras. Si crees que vas a poder con ello pues adelante.

Estúpido de mí al día siguiente acepte el puesto. Qué razón tenía Lucia. Dos semanas después el insomnio ya me tenía sometido. Y ahora estoy aquí, tumbado en mi cama viendo la tele con mi novia durmiendo a mi lado y sin otra cosa que hacer que ver los documentales del canal historia.

Hablando de Lucia. No sé cómo puede tener tanta paciencia conmigo. Desde que acepte el puesto nuestra vida sexual se había enfriado un poco. Entre el cansancio debido al insomnio y la cantidad de trabajo que tenía casi era imposible echar un buen polvo. Menos mal que ella lo comprendía y cada vez que yo no podía hacer que el “amigo” se levantara (todo debido al maldito estrés) ella sonreía, me daba un buen beso y me susurraba:

-Bueno a ver si consigo que el “amigo” se anime.

Qué bien lo hacía. Primero se dedicaba a besarme el pecho pasando por los abdominales bien pulidos en el gimnasio y cuando estaba a punto de llegar se detenía, me miraba con sus ojos verdes y sonreía con esa mirada que hacía que me volviese loco. Me bajaba los calzoncillos y cada lametón que daba, cada beso en el glande me trasportaban al cielo.

Pues bien esta noche decidí que me tocaba a mí devolverle el favor por toda su paciencia. Pero de una forma un poco distinta.

Hace unos mese fuimos al cine y vimos 50 Sombras de Grey. A mí me pareció una película bastante buena pero nada del otro mundo pero a Lucia la encanto. Unos días después compro toda clase de esposas, fustas, antifaces y todo lo relacionado con la película. Tras varios meses pidiéndome que los utilizáramos yo nunca me animaba pero esta noche eso iba a cambiar.

Con mucho cuidado de no despertarla me levante de la cama y fui hacia el armario y saque unas cuantas cosas que sabía que le iban a encantar lo puse todo en mi mesilla y cuando iba a empezar se me ocurrió sacar unos cubitos de hielo de la nevera y también los lleve a la habitación. Lo primero que hice fue quitar nuestro edredón y dejarla destapada. Me detuve un momento para deleitarme con su figura. Ese culito prieto y respingón que solía ponerme encima de la cara en nuestros primeros encuentros, ese vientre suave y plano que me encanta besar, sus pechos grandes y firmes con sus pezones pequeños y color rosa que hacían que mi “amigo” diera un respingo cada vez que los veía, ese cuello de cisne que me dedicaba a besar siempre que podía y por ultimo sus labios gruesos que hacían que cada beso fuera un regalo.

Tras deleitarme con su cuerpo cogí cada una de sus extremidades y las até a las barras de la cama, después cogí un antifaz y se lo puse con mucho cuidado para no despertarla. Una vez que acabe contemple como había quedado y la verdad es que me sorprendió lo excitante de la escena. Lucia atada boca arriba con los ojos tapados y las piernas separadas dejando ver su precioso coñito bien depilado. De repente me di cuenta de que el “amigo” estaba despierto y listo para dar guerra. Conteniendo mis deseos de lanzarme al ataque para terminar cuanto antes decidí ir despacio, así que lo primero que hice fue besarla poco a poco por todas partes. Empecé por la frente, mejillas, labios, bajando por el cuello hasta la clavícula. Su respiración empezaba a acelerarse, hasta creo que oí un débil gemido, continúe bajando hasta sus pechos y me detuve para lamer y morder un poco sus pezones, mas pronto de lo que creía ya habíamos llegado a su vientre y cuando estaba a punto de lanzarme a por su rico coño (que ya estaba un poco húmedo) cogí de la mesilla un vibrador y uno de los cubitos de hielo. Introduje el vibrador en su coño y lo encendí. Mientras el juguete hacia su trabajo yo me metí el cubito en la boca e hice el recorrido de nuevo. Esta vez ya notaba como Lucía respiraba más deprisa y como su cadera se iba moviendo para adaptarse al vibrador. Yo mientras tanto seguí jugando con el cubito de hielo pasándolo por sus pezones duros, por su vientre y por su ombligo y cuando estaba a punto de derretirse lo deje caer en su coño donde se quedo apoyado en el vibrador justo donde estaba el clítoris. En ese punto Lucia ya gemía sin control pero aun sorprendentemente  dormida. Yo ya no podía seguir con estos juegos tenía que darle yo mismo el placer que se merecía. Saque el vibrador y lo coloque entre sus nalgas todavía encendido y yo ocupe su lugar. Cuando la penetre por primera vez lo hice despacio pero firme lo cual hizo que toda la piel se me erizara. Continúe con acometidas suaves y firmes a un ritmo lento, cada vez que la penetraba ella gemía con más fuerza, fui acelerando el ritmo cada vez más y más hasta que en la última acometida los dos estallamos en un orgasmo que hizo que ella contrajera cada musculo de su cuerpo mientras que yo sentía como todo mi semen la llenaba.

A la mañana siguiente mientras desayunaba ella se sentó conmigo y me dijo

-Alex no te vas a creer el sueño tan caliente que tuve anoche.

-Cuenta, cuenta-le dije con una sonrisa picara.