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Minie descubre que Charleston no es un baile

en Intercambios

Hola, lo que podréis leer a continuación, es el cuarto relato de una serie que he decidido escribir como recuerdo de las experiencias vividas a lo largo de los años de actividad sexual plena y que son absolutamente verídicos, sin maquillaje y sin adornos para decir que nadie era súper nada ni increíblemente nada, ya me entendéis, sexo diferente, pero al fin y al cabo sexo entre personas normales.

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  Respecto a mí, soy un hombre casado de 35 años de complexión fuerte, el vecino, tu compañero de trabajo, tu peluquero o ese chico agradable que simplemente te produce picardía y morbo.

  Hace ya unos años las redes sociales comenzaban a ser una fuente infinita de posibilidades de amistad, de amor y, como no... de sexo. Badoo fue una de esas oportunidades de placer y Minie fue el mejor de los hallazgos, una mujer que con cada conversación avanzaba en su picardía sexual. Las charlas con ella  que se sucedían tarde tras tarde no tardaron en volverse picantes e insuficientes para nuestro deseo, ambos queríamos más, y el sexo real se abrió paso dejando nuestros cuerpos bien pegados.

  Minie es una sonriente niña de cara recóndita igual que su cuerpo, con una figura regordeta pero hermosa.  Sus ganas de probar experiencias, su inquietud y picardía desbordaban cualquier deseo.

Os podría contar nuestros primeros juegos y lo haré, pero en está ocasión es el momento de contar como se abrió al mundo liberal.

  Llevábamos tiempo con intensos revolcones cuando le hice mi proposición, porque no ir a Charlestón, un local liberal de Valencia en el que yo ya había estado en varias ocasiones. Allí conocía a la Relaciones Públicas, era una buena amiga y sabía que nos sentiriamos comodos para que ella diera un paso a lo desconocido. Tras mucho hablarlo aceptó gracias a mi insistencia. Antes de que se arrepintiera ya tenía un hotel reservado para el fin de semana. El viaje en coche fue una excusa perfecta para el tercer grado de Minie, ¿cómo es?, ¿qué haremos?, ¿no me dejaras sola? Nervios y excitación la invadían.

  Las horas se hacían eternas entre comentarios picantes y toqueteos hasta que por fin estuvimos ante las puertas del local. Era el paso decisivo y lo dio. Observamos la barra que dominaba el hall principal, los clientes disfrutaban de sus copas, algunos vestidos, algunos semidesnudos y algún cuerpo femenino cubierto con insinuante lencería te demostraba que ésta no iba a ser una noche cualquiera. 

  Busqué la presencia de Bea, mi buena amiga y enseguida la localicé. Tras sus efusivos saludos coronados con sendos besos en nuestras bocas, nos sugirió enseñarnos el local, aceptamos con gusto y fuimos recorriendo de su mano una tras otra cada estancia. Las miradas de Minie expresaban su excitación, ver cuerpos de edades y físicos diferentes diseminados jugueteando,  entrelazándose entre jadeos. 

  Bea tras el tour nos sugirió disfrutar de la noche y se despidió para seguir con su labor. Tomé las llaves de las taquillas que nos ofreció y nos dirigimos a los vestuarios. Mientras dejamos nuestros cuerpos desnudos las dudas asaltaban a Minie, "¿no me tocará cualquiera?, estoy nerviosa, no me dejes sola, prométemelo", la bese en la boca entrelazando nuestras lenguas, " tranquila que no me separo de ti". 

  Salimos cubiertos solo por nuestras toallas y armados con las gomitas pensaba agotar. "¿Qué te parece si nos tomamos primero una copa?" Asintió, nos sentamos a disfrutarla en una pequeña sala contigua a la barra. Una pantalla de televisión emitía una película porno que esporádicamente recogía nuestras miradas. Una parejita no muy agraciada se sentó en un sillón contiguo, decidí que era el momento de caldear la situación con unos besos nada modosos, mi lengua se apropiaba de la suya con total obscenidad, quería subir el nivel y mis manos traviesas recorrieron sus muslos, pero no iban a frenarse ahí, subí deslizando mis manos bajo la toalla hasta su coñito, sorprendida y excitada suspiró sin separar su boca de la mía. Sin que pudiera evitarlo fui abriendo su toalla hasta dejar su cuerpo visible. Era hora de que apreciara la situación, bajé mi boca a su cuello obligando a girar su cara hacia la pareja que nos observaba juguetona. Exhibida por primera vez, su excitación aumentaba, nunca antes su cuerpo había estado así, desnudo ante unos desconocidos, su coño húmedo la delataba y dejaba que mis dedos jugarán con facilidad.

  La tome de la mano, "ven, vamos al yacuzzi". Un yacuzzi con capacidad para más de 12 personas era nuestro próximo destino. Estaba casi lleno, pero no me iba a privar del placer de sentir nuestros cuerpos en el agua. Habiles encontramos nuestro hueco, ya no había tiempo para medias tintas, el exceso de morbo me llevó a apoderarme de su boca y de su coño, mis dedos entraban con total facilidad mientras mi polla erecta era víctima de sus caricias. Sometida a mis caricias Minie observaba cuerpos follando, gimiendo, lamiendo, riendo. "Quiero que vean como la chupas", Dios que sonrisa, eso no pordía ser un no. Me senté en el borde del yacuzzi dejando visible a todos mi polla completamente recta. su boca envolvió mi polla. Con el vicio de una zorra engullía y lamía el tronco, sabiéndose observada trabajaba mi rabo haviendome levitar....uff no podía más. 

  Entré de nuevo en el agua dispuesto a clavarle mi rabo hasta el fondo. Sentado la atraje hacia mi, Minie no tardó en subir sobre mi verga dando comienzo a un movimiento brusco acompañado por el agua cálida. Eramos víctimas del placer, el entorno, el morbo despertado arrancaba sus jadeos sin ningun recato, buscando la prenetración más intensa, con el aviso de sus primeros temblores el orgasmo nos invadió.

  Sin salir de su coño aceptamos el placer relajante del agua mientras observábamos como el sexo nos rodeaba, algunas miradas señalaban que habiasmos sido el centro de un espectáculo dulcemente obsceno, era hora de dar un paso más.

  Preste atención a las personas que nos rodeaban buscando la complicidad que nos haría avnzar un peldaño pero no me atarían y se que tampoco a ella. Le propuse seguir explorando las instalaciones en busca de esa experiencia que yo quería mostrarle. 

  Envueltos en nuestras toallas subimos a la planta superior. En el tour observé el asombro de Minie por la preciosa sala central con la cama redonda. Dimos una vuelta en torno a ella y mis ojos quedaron clavados en una parejita de unos 40 años con un físico muy cuidado, era lo que buscaba y no dude, debíamos dejar caer nuestros cuerpos cerca de ellos. Pegados a la preciosa pareja tumbé a Minie y comencé a recorrer su cuerpo con la boca. Desde su cuello fuí descendiendo por su piel, no pensaba dejarme un espacio sin tomar, se retorcía entre suspiros y aún no había llegado a su premio más sabroso, entre sus muslos, el coño de Minie, me hipnotizaba, unos labios carnosos y grandes coronados por un clítoris abultado que invitaba a morder, lamer, saborear. Enterraba mi lengua en su rajita paladeando sus jugos, disfrutando del olor de su sexo caliente. Con mis ojos podía observar a mi zorrita devorar con su mirada a la pareja que jugaba a nuestro lado. Tan cerca que su calor nos rozaba la imponente rubia, de pechos medianos y duros recibía a cuatro la comida anal de su chico, a la vez que disfrutaba de varios dedos en su coño.

  Trepe sobre el cuerpo de mi amiga y sin miramientos la enterré de un golpe, Minie abrió su boca jadeante, "ahhh....", quería provocarla más con cada embestida. Todo alrededor elevaba sus sentidos pero no podía parar ahí. Nuestra rubia no quitaba su mirada de Minie, se deleitaba con su expresión, con sus gemidos. Su primer grito, descubrio los avances de su chico. la estaba follando provocando un movimiento brusco que dejaba su cara a escasos centímetros de Minie. Era mi oportunidad,me acerque a su oído, "¿te puedo pedir algo?, ¿puedes besar a mi amiga?, su respuesta fue sencilla, ”¿le gustará?", a mi gesto afirmativo le acompaño la imagen de sus bocas enlazadas. Que imagen, el juego de sus lenguas, las manos avidas apoderandose de los senos, tenian mi polla a reventar. Todo en ese momento era perfecto, Minie había dado el salto, era la zorra más deliciosa, exploté...envuelto en sus jadeos devorados por su rubia, descargando todo mi semen. No quería sacarla, quería seguir en su interior mientras apreciaba sus primeros juegos grupales, su primera experiencia lesbica.

  No me había fijado pero un chico jovencito se había sentado a nuestros pies, y me miraba espectante, pidiendo de forma educada con sus ojos el poder participar. Sabía que ella confiaba en mi y no podía ineterrumpir sus juegos para preguntar. Con un gesto incite al joven que comenzó a acariciar a Minie que seguía envelesada disfrutando de la boca de la rubia, la devoraba con una ansiedad y pasión espectacular. Por fin percibió que no era yo solo el que tomaba su cuerpo, mis caricias se acompañaban de otras manos, de reojo con su piel erizada vió a su nuevo amante, no se negó, así que animé a nuestro nuevo invitado. Las caricias timidas por sus mulsos se volvieron descaradas en su coño. Como disfrutaba mirando a mi amiga, una modosa mujer, rodeada de cuerpos y un chico ansioso por follarla. Minie jadeaba, lésbica,  disfrutaba de una madura preciosa y sus gemidos escapaban en el aire. Le acerque una goma al jovencito y observe pícaro una buena verga, con gusto la hubiera probado pero esta vez no era para mi. "ahhhh,...síiiii", fue el anuncio de la embestida. Miraba el tronco de esa preciosa polla desaparecer entre los hinchados labios de Minie.

  Un bufido fuerte me saco de mis pensamientos, el marido de la rubia se estaba descargando en su coño, sin miramientos, sin piedad, la había taladrado con ansia. Lo vi salir de ella, su peneaún erecto y lleno de juegos se quedo desafiante ante mis ojos. No usaba goma y permitia verlo en su explendor. Sin mediar palabra se dejo caer hacía Minie apoderandose de sus pechos.Minie con cierta tristeza se separo de la boca de su rubia centrandose en su cuerpo, ya eran dos los desconocidos que la asaltaban. Jadeos en su boca, una polla en su coño y sus pechos devorados por un maduro la llevaban al orgasmo.

  Mi mirada se cruzo con la rubia, seguía a cuatro al borde de la cama y no me hizo falta más que una sonrisa para saber que la perra quería un nuevo macho que la tomará. Con mi amiga bien atendida era hora de centrarme en mi. Me incorporé detrás de ella y pude observar esas piernas firmes coronadas con un buen culo, aún no se porque pero mi instinto me llevo a arrodillarme, observe su coño lleno de jugos y semen. los deseaba en mi boca. Sin esperarar que fuera mi boca su primera asaltante dio un respingo y un gemido profundo, los dos eramos viciosos, lo vi en sus gestos, en su follada y sentir mi lrengua en su coño dilatado la extremeció. Mi perversa acompañante sabía lo que estaba devorando y movia sus caderas para dejar salir más. Note sus manos tirando de mi, haciendome levantar "vamos follame fuerte", pegue por su segundo su boca a la mía dandole a probar su mediciana y me dispuse a obedecer.  

  Con mi polla enfundada puse le capullo en la entrada de esa raja jugosa, poco a poco se la clave pero no era lo que ella buscaba, no era una pobre damisela sino una hembra viciosa con ganas de una penetración profunda, su movimiento dominó el mío, buscaba en golpes secos hasta la base de mi verga con su mano agarrada a mis huevos indicando el ritmo, "ufff.... dios",  sabía que me iba, pero no me dejo, saco mi polla y dominando claramente mi cuerpo tomo el troco dirigiéndolo a su ano. Ver ese culo, su pequeño agujero tragando cada centímetro de mi miembro casi me hace eyacular en la primera embestida, gracias a mi dos corridas anteriores que mi sentidos me dieron una ayuda. Nunca en un local había follado por el culo a nadie, es una práctica muy personal, sorprendido como estaba no podía quitar mis ojos de sus nalgas, me envalentoné y le di una palmada que lejos de frenarla aceleró su ritmo hasta, no habia miedo, no me lo mostraba, yo no hubiera aguantado una follada así, no fueron muchas las embestidas hasta hacerme correr en un empujón que enterró toda mi polla en su culo. Tras los espasmos retiré despacio mi polla y pude ver su culo dilatado y abierto, mis ojos se desviaron hacia sus ojos que acompañados de una sonrisa me indicaron que para ella también había sido una buena follada. Bese su culo y deje una pequeña palmadita en su nalga antes de ver como se derrumbaba en la cama.

Casi me había olvidado en mi éxtasis de mi amiguita Minie pero no había estado mal acompañada con dos hombres que habían desecho su coño y su boca.

La sonrisa de su cara y nuestro agotamiento nos invitó a abandonar las instalaciones. Sobreexcitados en nuestras mentes, con imágenes llenas de morbo, llegamos al hotel donde un último polvo entre comentarios sobre lo ocurrido, nos dio paso a un plácido sueño. Ella siempre será " su rubia" porque jamas supimos el normbre de ninguno  y desde ñuego Minie eiempre sera mi mejor morbo liberal.

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Gracias a Minie por este y otros momentos de placer que esperó poder contaros.

Os agradezco vuestra lectura y comentarios. Un saludo.

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