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La presidenta de la comunidad

en Hetero: General

Soy un madurito calvo. Dicen que me parezco a Pitbull. Un día la presidenta de mi comunidad de vecinos me pidió revisar la caldera. Era morena y llevaba un vestido terriblemente provocador. Tenía un escote trasparente y hacía una especie de minifalda. Estaba buenísima. Llegamos al cuarto de contadores y al inclinarse para señalar algo no pude contenerme. Me abalancé sobre ella y, por detrás, la sobé las tetas y le toqué el coño. Al principio, parecía resistirse, pero sin saber cómo se giró y le metí la lengua en la boca.

Sujetándola por la cabeza la animé a que se agachara. Cogiéndola por los pelos intenté meterle mi polla en la boca. Tras un forcejeo, la abrió y chupo. Le gustaba. La muy guarra cerraba los ojos y succionaba con gusto. La volví a poner de pie. No podía y no quería correrme tan rápido. La recosté y puse su culo ante mi cara. Sorprendida sintió mi cabeza en el culo. Lamí todo su ano, desde la punta hasta el coño. Cada vez que pasaba por su año aprovechaba para meter bien la lengua dentro. Estaba muy mojada, así que me tumbé y me cabalgó. Se movía como loca. Disfrutaba.

Me cabalgó de frente y de espaldas. Después la puse a cuatro patas, como una perra y se la hinqué en el coño con todas mis fuerzas. Se corrió dos veces. Estaba tan húmeda que la volteé y despacito le puse la punta de mi polla en el ano. Lo introduje despacito, al principio. La primera, hasta el fondo. Su cara era de dolor. La saqué, despacito. La volví a meter. El dolor cambió a placer. Empecé a moverme más fuerte. Cada vez más y más fuerte. La estaba follando el culo. Entonces decidí follarla entera. Cuando la sacaba del culo, se la metía en el coño. Del coño al culo, del culo al coño. Creo que se corrió.

Yo ya no podía más, así que la volví a coger del pelo y la arrodillé ante mí. Ella suplicó que no la manchara el vestido negro, así que se la introduje en la boca y descargué en ella toda mi lechita. Se lo tragó todo.