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De como nos conocimos (4). Piscina.

en Erotismo y Amor

Miré a Pedro, le dí su copa y también la de Cruz, me quité la camiseta y entré en la piscina. Pedro me dió la copa de ella y , con cuidado me acerqué poco a poco a la colchoneta en la que Cruz permanecía inmóvil, sólo jugaba con la palma de su mano derecha en una especie de caricia a la superficie del agua.

Me acercaba por detrás , por la popa, y eso me permitía una visión precisa del chocho de Cruz. Boca abajo y con las piernas abiertas , dejaba que el sol le llegará a zonas de su cuerpo que el largo invierno de su tierra obligaba a tener del todo ocultas. Ella se había preocupado que esas zonas estuvieran preparadas para recibir todo el aire y el sol necesarios y lo tenía completamente rasurado. Pequeña como era ella, su culo respingon sobresalía en esa linea recta que formaba su espalda y que, luego de sus nalgas, seguía con la parte trasera de sus muslos y piernas. Pensé que , con ese tamaño, esa mujer sería una gozada de manejar en la cama.

- "Su copa señora", le dije al llegar a su altura.

- "Gracias señor", contestó ella sin dar síntomas de algún tipo de pudor por su desnudez y por lo relajada de su postura.

-"¿Sientes el sol?", pregunté

-"¡No te imaginas como!", fue su respuesta, abriendo ligeramente esos ojos rasgados que tenía y exhibiendo una perfecta sonrisa en una boca que pedía besos a montones. Sobre el labio superior tenía un lunar que provocaba que mis ojos lo miraran fijamente.

-"No es que quiera contarte el rollo, pero deberías usar crema en abundancia entre tus piernas si no quieres tener luego dificultades para sentarte a comer. Ya sabes , el sol es masculino...jeje", 

- "¿Te importa hacerlo tú? No me importaría tener molestias al sentarme pero no por culpa del sol...jeje" , fue su respuesta.Y dió su primer sorbo a la copa.

Pedro, por favor, ¿puedes tirarme la crema que está en aquella repisa?, - le pedí a Pedro, que había optado por sentarse en el borde de la piscina , con los pies sumergidos , a observar toda la escena. Lanzó el bote cerca de mí, lo que provocó que unas gotas de agua cayeran sobre el cuerpo de Cruz , que lanzó un gritito de sorpresa y placer.

Abrí la crema y , directamente, la esparcí entre sus glúteos , recreándome en su ano , y entre sus muslos, justo en sus ingles y labios vaginales. Tenía la sensación de que , al no llevar ni una hora de habernos conocido, podría ir demasiado deprisa. Era sólo una sensación, su reacción la delataba, estaba super cómoda y disfrutando.

-"¿Tu marido no te hace esto?"- me sorprendí al preguntarle.

- "Ni esto, ni nada", fué su respuesta. "Ni me acuerdo del tiempo que no me folla", añadió.

Hice un silencio de unos minutos para procesar todo lo que estaba pasando. "Bueno, supongo que tendrás tus soluciones para eso, no creo que con lo sensual que eres , te mantengas a base de pajas, seguro que en tu pueblo tienes posibilidades de que te folle algún mozo bien dotado" fué mi siguiente argumento.

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