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Condenas brutales 2

en Dominación

-          Sr Jara: ¿Por cuánto queréis a estas dos zorras?

-          Carceleras: ¡Cadena perpetua! ¡Cadena Perpetua! -  Gritaron a la vez casi todas las carceleras

-          Sr Jara: Dicho y hecho, bienvenidas perras al fin del mundo

Nos taparon las cabezas y nos llevaron a la entrada del edificio principal. Justo al entrar nos dio un escalofrío por todo el cuerpo, era un sitio húmedo y se notaba bastante grande, se escuchaban algunas mujeres encarceladas gritando dando golpes en los barrotes. Pasamos de estar en sueños con nuestra idea de vacaciones pagadas durante todo 1 mes a una cárcel que ni sabíamos cuando íbamos a salir… ¡Estábamos muertas de miedo la verdad!

Giramos varios pasillos, bajamos unas escaleras y ya ni recordaba por donde estaba, me imaginé que estábamos en la parte baja del edificio, y finalmente, se abrieron unos barrotes, nos quitaron la capucha de las cabezas y nos metieron en esa celda completamente desnudas a las dos. Cerraron los barrotes y se fueron.

Hacia un poco de frio y con la humedad era más insoportable. Vimos la celda, era pequeña, quizás no superaba los 2x3 metros. Había una litera, un retrete y ya está. Vimos que la celda estaba un poco sucia, parecía que hacía tiempo que no venía nadie aquí y ni si quiera se han preocupado de limpiarlo. No había ventanas, vimos el pasillo y había más celdas con mujeres que nos miraban a nosotras, todas eran del extranjero, no eran de filipinas. Pensamos que esta zona era exclusivamente para las extranjeras. Vimos miedo en los ojos de las demás y no dijeron nada.

-          Angélica: Joder, joder, joder… No me creo que estemos aquí…

-          Yo: Uffff, ¡que locura! ¿Qué vamos a hacer ahora? ¿Has visto todas esas mujeres ahí fuera como nos decían que nos metieran en cadena perpetua? No puede estar pasando… no, no me lo creo, tengo que despertar…

-          Angélica: Primero relajémonos y ya pensaremos en que tenemos que hacer, seguramente Juan nos estará buscando o hará algo por rescatarnos y salir de aquí, quiero creerlo…

-          Yo: Seguramente sí, apenas pude verle y vi su cara de total preocupación, vendrá a por nosotras seguro.

Primero nos tapamos con las mantas de las camas e intentamos relajarnos un poco y poder pensar con claridad, pero no dormimos nada… En el pasillo había una ventana sin poder verla pero que entraba luz del sol y nos levantamos al instante de la cama. Oímos un ruido de una puerta abrirse y cerrarse, se escuchaba de unos pasos firmes que iban directamente a nuestra celda, y justo apareció el monstruo que nos metió aquí, el Sr Jara.

-          Sr Jara: Buenos días perritas, ¿qué tal habéis dormido? – Nos miraba con unos ojos muy intensos a las dos que daba pánico.

-          Sr Jara: Por las ojeras pienso que no habéis dormido nada jaja. Tenéis que acostumbraros a la nueva vida que vais a tener aquí como perritas. ¿Veis todas estas mujeres de este pasillo? Todas son mis perritas y hago con ellas lo que QUIERA – Acentuando la última palabra.

-          Angélica: ¡Eres un monstruo!

-          Sr Jara: Gracias perrita, me lo dicen mucho. Y más os vale de que obedezcáis en todo en lo que os pida. Quizás os baje la condena.

Abrió los barrotes y nosotras del pánico que teníamos nos quedamos quietas en el fondo de la celda, arrodilladas de miedo.

-          Sr Jara: Eso es, quedaros quietas y no hagáis nada de lo que os diga, sino os voy a castigar muy duramente. Quiero probar vuestras boquitas a ver como mamáis, bajarme los pantalones y comerme la polla.

No sé cómo, pero nos miramos Angélica y yo, y decidimos interiormente que lo mejor sería obedecerle a pesar de que estábamos muertas de miedo, ¿seguramente si le hacemos lo que quisiera nos sacarán pronto como ha prometido? Nos acercamos y le bajamos la bragueta. Guau, le salió una polla grande y gorda, ¿al final no será tan malo vivir aquí?

-          Sr Jara: Sé que os gusta mi polla, primer besaros y luego os la meteré en vuestras bocas.

Nunca en nuestra amistad nos habíamos besado, ni si quiera un piquito. No sabíamos que hacer, como siempre, Angélica al ser más lanzada, ella se acercó y me beso en los labios.

Realmente mi amiga sabía a gloria y me beso con pasión y también para tranquilizarme, ella sabe más que yo de llevar las situaciones complicadas y en ese momento se lo agradecí, porque sentí amor y cariño en ese beso. Le respondí dándole mi lengua y empezamos a besarnos apasionadamente.

-          Sr Jara: Pero menudas guarras que sois, me estáis poniendo bien cachondo pedazo de perras.

Acercó su polla sobre nuestras caras y nos la restregó a ambas, por las mejillas, orejas y luego puso la polla entre las dos bocas. Sabíamos lo que quería y seguidamente le besamos su polla, sentí como mi coño se humedecía por toda la situación. Por primera vez había besado a mi amiga y nos gustó, y a la vez estábamos chupando la polla de aquel monstruo que solo quería usarnos.

Cuando le chupábamos la polla, también nos encontrábamos nuestras bocas y fue bastante raro y excitante a la vez, nos íbamos turnando las dos para metérnosla entera en nuestras bocas. Nos cogió del pelo a ambas y nos dijo que ahora será el que llevaría el ritmo y que la otra chupe sus huevos. Cogió mi cabeza y me puso su polla entera en mi boca, Angélica se limitó a ponerse por debajo a lamer sus huevos. Empezó a embestirme y me atragantaba de tanta fuerza que lo hacía.

-          Sr Jara: Más te vale que aguantes puta.

Aguanté como pude y noté como mi coño seguía cada vez estaba más húmedo. ¿Quiere decir que me estaba gustando de cómo me estaba tratando? Me dejaba literalmente sin respiración y no paraba de salivar cosa que se me caía por las tetas.

-          Sr Jara: puta rubia, lame los pezones de tu amiguita.

Acto seguido, Angélica empezó a lamer mis pezones llenos de mi saliva y por fin sacó la polla de mi boca, empecé a respirar de nuevo, me soltó de la cabeza y cogió la de mi amiga.

-          Sr Jara: Ahora te toca a ti zorra, y tu abajo a comerme los huevos.  – Esto último refiriéndome a mí.

Me puse debajo suyo a lamerle los huevos, noté el sabor de la saliva de mi amiga que lo dejó bien húmedo. No pensé que mi amiga fuese tan guarra. A ella también se le caía la saliva por las tetas y al suelo, y esta vez me ordenó que lo recogiera con la lengua del suelo. Me dio un poco de apuro, pero me agaché y chupé el suelo con la saliva de mi amiga dejando el suelo bien limpio.

Después sacó la polla de la boca de mi amiga y empezó a pajearse delante de nosotras. Se corrió y todo cayo en el suelo.

-          Sr Jara: Recogerlo con la lengua ambas, lo quiero bien limpio zorras. Más tarde vuelvo.

Lo limpiamos todo con nuestras lenguas el semen que cayó al suelo y acto seguido se fue.

Yo por la situación estaba bastante cachonda y vi a mi amiga también.

-          Yo: No puede ser, estoy cachonda tía. No lo entiendo… Pero necesito que me folle…

-          Angélica: Uf, tenía una buena polla el muy hijo de puta, y yo también estoy muy cachonda, espero que lo del beso no te haya importado… Intenté que te tranquilizaras un poco porque sé que estas muy nerviosa estando aquí.

-          Yo: Oh, Angélica, al contrario, te lo agradezco, me ha tranquilizado que me besaras de esa forma.

Acto seguido nos acercamos y nos besamos, creo que necesitábamos ese momento para olvidarnos de donde estábamos y tranquilizar nuestras necesidades. Empezamos a tocarnos, a acariciarnos nuestras tetas, era la primera vez que le tocaba sus tetas y me encantaba sus tetas, estaba un poco celosa porque eran un poco más grandes que las mías, pero en ese momento no importó. Jugué con sus pezones y ella con los míos, nos besamos los cuellos y empecé a bajar hasta besarle sus tetas, ella simplemente se ofreció. Aun había rastros de sus babas por sus tetas y se lo comí todo. Estaba riquísimo… Ummm. Bajé por su barriga pasando mi lengua por toda su piel hasta su coño, me cogió del pelo y empecé a lamerle el clítoris. Gimió. Sin dudar a dudas ella también estaba muy cachonda, tenía el coño súper húmedo. Me limite a chuparle todo lo que podía y a besarle el coño entero, tal como me gustaría que me lo hicieran a mí. Mientras le besaba el clítoris, le puse un dedo en el coño hasta el fondo y entro súper fácil. Le follé el coño con mi dedo mientras le besaba el clítoris y noté como su espalda empezaba a arquearse, se estaba corriendo y me empezó a llenar la boca llena de sus fluidos. Estaba muy rico… No me lo tragué y subí hasta su boca y se lo entregué todo. Seguimos besándonos y ella empezó a hacer lo mismo que yo con ella, empezó a bajar por mi cuello, chupando cada centímetro de mi hasta las tetas, se comió todo y me estaba poniendo aún más cachonda. Me mordió los pezones cosa que me puso loca, bajo por mi barriga hasta mi coño, lo tenía completamente empapado. Me empezó a lamer el clítoris y me metió un par de dedos, me follo el coño con fuerza, cosa que le pedía y me lamia todo el clítoris… Ufff, así podía aguantar poco.

De golpe se abren los barrotes de nuevo…

-          Sr Jara: ¿Pero que me encuentro aquí? ¡Menuda sorpresa! No me imaginaba este espectáculo que veía por la cámara de seguridad en mi despacho. ¿Tan cachondas estáis zorras?

-          Yo: Creo que sí señor… y me ha interrumpido… - Justo me había cortado en el mejor momento… estaba a flor de piel.

-          Sr Jara: A partir de ahora os vais a correr cuando yo os diga pedazos de zorras. Tu amiga ya se ha corrido, así que la voy a castigar, y tu más te vale que no te corras sino quieres recibir un castigo.

-          Angélica: No señor… no me castigue por favor, se lo suplico…

ZAS.

Le dio un azote en toda la cara. Quedamos ambas en shock y nos vino el miedo de golpe.

-          Sr Jara: Aquí no hay suplicas que valgan. Sal de aquí y acompáñame a 4 patas zorra.

Le puso una correa con collar y le tiro de él con fuerza. Intenté salvarla, pero me apartó con un empujón y me tiró al suelo. Desaparecieron antes de que me levantara, fui a los barrotes que ya estaba cerrado y vi como se la llevaba a rastras por el suelo, pasaron la puerta y desaparecieron.

En todo el día no supe nada de ella… Me trajeron la comida para pasar el día, pero no comí nada, estaba súper preocupada por ella por lo que le podría hacerle. Qué horror…

Recapacité por todo lo que estaba pasando y no me lo explicaba. Estamos en Filipinas, en una cárcel de mujeres que el director es un loco pervertido y no sabía lo que podía a llegar a hacer. Vi las miradas de las otras mujeres de las otras celdas y las vi con mirada de miedo y preocupadas. Me dijeron que era un monstruo y que más me valía que hiciera exactamente todo lo que hacía por lo que podía llegar a hacer. Me preocupe aún más por mi amiga Angélica. Espero que este bien…