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Escenas de un Cornudo 01

en Bisexuales

Hemos terminado de cenar y como siempre que mi mujer invita a alguno de sus amantes, he recogido y fregado todo mientras ella se sienta a charlar y besarse con Martín, un tío negro de 30 años con una poya espectacular.

 Cuando vuelvo al salón están sentados en el sillón, morreándose y metiéndose mano, Martín está sin pantalones y Laura le manosea los huevos y la poya que aún no está dura del todo, pero incluso así ya es más grande que la mía totalmente empalmada.

 Laura, al darse cuenta que ya he vuelto se levanta a poner música y me hace una seña, se muy bien lo que significa, así que me arrodillo frente a Martín y me meto su poya en la boca, comienzo a mamársela para lubricarla y ponerla bien dura mientras que, aunque no la vea, se que Laura le está haciendo un strip-tease a Martín.

 Mi mamada y el strip-tease de Laura no tardan en conseguir que la poya de Martín se empalme del todo llenando mi boca. Laura se acerca, se sienta a horcajadas sobre el estomago de Martín, en esa posición, mientras le chupo la poya a Martín, tengo un primer plano de su culo, al tener las piernas separadas veo perfectamente que su agujero esta lubricado y dilatado, así que intuyo que hoy Martín disfrutará sodomizando a mi mujer, algo que a mi nunca me dejó, ni siquiera cuando éramos un matrimonio monógamo y "normal".

 Si dejar de mamar la poya de Martín, ni de mirar como Laura restriega su coño por el estomago de Martín moviendo su culo, les escucho hablar.

 Laura - Hmmm, Martín, llevo todo el día con un plug en mi culo para prepararle, estoy dispuesta para que le uses como a ti gusta, sin miramientos, follándole a lo bestia y haciéndome sentir como un vulgar agujero.

 Martín - Para mi no eres más que un agujero zorra, pero eso ya lo sabes.

 Laura - Si, lo se y por eso te pertenezco. ¿El cornudo está haciendo bien su trabajo?

 Martín - Si, se nota que le has enseñado bien, me la chupa mejor que muchas de mis putas, pero ya es hora de cambiar de agujero.

 Laura - Lo que tu mandes. Ya has oído cornudo, obedece.

 Me la saco de la boca, la sujeto con mi mano y la guío para que penetre en el culo de mi mujer. Es Laura quien, una vez que la siente junto a su agujero, se la mete de un golpe, al hacerlo pega un grito y comienza a llorar por el dolor como le pasa siempre que Martín la sodomiza. Las primeras veces era Martín quien llevaba la iniciativa y Laura le suplicaba que lo hiciese con cuidado, pero ya hace tiempo que Laura aceptó servir a Martín como su esclava y hace cualquier cosa que él le ordene.

 Mientras la poya de Martín penetra el culo de mi mujer yo me dedico a lamer y masajear sus pelotas, de vez en cuando Laura se saca la poya de su culo, cuando lo hace la vuelvo a mamar unos segundos y de nuevo ayudo a que Laura se la meta de nuevo, siempre de un golpe y aunque su culo va dilatándose y el dolor no es tan intenso como la primera vez, el llanto de Laura suele durar entre diez y quince minutos, lo mismo que Martín tarda en correrse.

 No penséis que Martín es de los que se corre tan rápido, lo que sucede es que tiene un control absoluto sobre sus corridas, yo le he visto follar a Laura como un martillo neumático durante más de una hora sin parar y también correrse hasta cinco veces en menos de hora y media, algo con lo que yo nunca podré competir, además de que mi poya no es muy grande, soy incapaz de correrme más de una vez al día y como mucho aguanto un par de minutos follando antes de hacerlo. Por eso mi mujer me obligó a convertirme en un cornudo, por ser incapaz de hacerla gozar como ella necesita.

 Cuando Martín sodomiza a Laura, siempre lo hace el tiempo justo para que le resulte doloroso, cuando siente que Laura da muestras de empezar a gozar, se corre dentro y saca la poya del culo de un golpe, inmediatamente me la meto de nuevo en la boca para tragarme el resto de su corrida, limpiarla con mi lengua y después, cuando he dejado su poya perfectamente limpia, incluyendo el semen que ha chorreado desde el culo de mi mujer hasta el pubis de Martín, rebaño los restos que puedan quedan en el agujero de Laura, quien a esas alturas aún sigue sollozando por la sodomización tan salvaje que ha recibido.

 Hoy Martín se quedará a pasar la noche, eso significa que, cuando se canse de follarse a Laura, dormirá con ella y a mi me tocará hacerlo en el sillón, pero mientras tanto, seguiré sirviéndoles del mismo modo que he hecho hasta ahora y desde hace ya más de tres años.