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Extracto anal

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ESTO ES SOLO UNA PARTE DE LO QUE PUEDES LEER EN MI NOVELA "LOS PIES DESCALZOS DE LAURA"

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Tras coger el vibrador, Alberto pasa la punta por toda la raja del culo de Laura y después por su sexo húmedo y abierto. La mujer tiembla de pies a cabeza, sabe lo que es, sabe que no es el pene de Alberto, y cuando nota la punta del instrumento de silicona entrar en su sexo despacio, solo la punta, gime ya segura de lo que se le viene encima. Alberto, sonriente, lo activa y nota al momento como empieza a vibrar, viendo como se mueven los labios del sexo de Laura al ritmo acompasado del vibrador. Eso le excita, así que poniéndolo a máxima potencia, y tras ver como Laura gime más y aprieta fuertemente sus puños, de una embestida que hace a la mujer chillar de sorpresa, introduce el vibrador hasta el fondo.

            - Y ahora… Yo. – dice algo más alto que en un susurro.

            Pasando su mano por el sexo de Laura, que no deja de lubricarse, restriega parte del placer en el esfinter de la mujer. Laura gruñe, vuelve a susurrar algo, y aterrada, pero tremendamente excitada, nota como Alberto separa sus nalgas.

            - Ya sabes. No grites.

            Excitado y porque no decirlo, nervioso por si alguno de los dos le pasa algo, Alberto apoya la punta de su pene en la estrecha y diminuta entrada de Laura que solloza al notarlo. Por un instante Alberto no hace nada, duda; entonces, Laura, entre gemidos y sollozos, dice algo que le termina de convencer.

            - Venga…. – gruñe entre leves gemidos de placer – Hazlo… Dame por culo… Hazlo y ya me habrás follado de todas las formas posibles.

            Despacio, haciendo una leve presión, Alberto empieza a meter su miembro en el culo de Laura que gime al notar como el enorme miembro del joven se abre paso en su interior. La mujer se inclina hacia delante y Alberto acompaña el movimiento con un leve empujón hasta meter todo el glande en el interior de Laura que, hundiendo la cara en la cama, no puede ahogar un grito de dolor que llega a los oídos de Alberto como un gruñido. El joven se queda quieto, duda en si sacarla o no. Siente miedo, sobre todo por ella. Laura gime y levanta la cabeza. La mujer se ha corrido ya una vez y está al borde de otro orgasmo. Con lágrimas en los ojos, humedeciendo todavía más la venda, gira levemente la cabeza. Tartamudeando, gimiendo, con un hilo de voz a causa del placer, del miedo, del dolor, solo puede decir cuatro palabras.

            - ¿A qué coño esperas?

            Entonces, Alberto, agarrándola de las caderas, tras respirar hondo y cerrar los ojos, da un fuerte empujón mientras atrae a la vez hacia si el cuerpo de Laura notando como su pene entra del todo en el culo de la mujer, soltando ambos un grito de dolor y placer al unísono y notando como el joven eyacula casi al momento copiosamente en el interior de la mujer para derrumbarse después sobre ella, quedándose en silencio la habitación, salvo por el incesante murmullo del vibrador en el coño de Laura que no pudo contener un gemido cuando se vuelve a correr mientras llora de placer.