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!!Sorpresa¡¡

en Fantasías Eróticas

Brrr.  Brrr.

La vibración del móvil te despertó. Un sms.

. —Se han suspendido las reuniones de hoy. Llegaré esta tarde a las cinco.

Brrr.  Brrr.

Espera como a mí me gusta ;-)

Jajaja. Venía caliente. Normal. El pobre llevaba casi dos semanas fuera.

El watsapp había echado humo.

Ya casi no quedaban datos en el teléfono, de la cantidad de fotos que os habíais cambiado. Teníais agujetas en las manos y en los dedos de tocar teclas…… y otras cosas.

Brrr. Brrr.

. — He quedado con Jose y Laura para cenar. Pasaran a buscarnos. Bss.

Se presentaba un bonito plan para el viernes.

Con una sonrisa, que ya no se quitaría en todo el día, te preparaste y saliste a tu trabajo.

                                                               0000000000

Comiste poco, solo algo de fruta.

La sensación de ansiedad en el estómago, no era de hambre.

Era otro tipo de “alimento” lo que necesitaba.

Tenías tiempo. Lo tomaste con calma.

Llenaste la bañera. El agua bien caliente. Con muchas sales. El olor a jazmín te relajaba.

La suavidad de aquella esponja te estaba poniendo a mil.

Tenías que espabilar, si no, acabarías masturbándote.

Te costó, mucho, pero aguantaste. Saliste del baño.

Rasuraste pubis y axilas.

Una ducha y crema hidratante en abundancia, dejaron tu cuerpo listo para él.

Un poco de maquillaje, imperceptible, y unas medias. Esa era tu ropa para hoy.

Cinco menos cinco.

Te subiste a la mesa. Sobre aquel mantel oscuro destacabas como una joya.

Te colocaste el antifaz. Se hizo de noche.

Esposaste tus manos a la espalda y te tumbaste. Las piernas encogidas. Muy abiertas.

El tiempo pasó lento.

                                                               0000000000

Oíste la puerta que se abría.

Los pasos que se acercaban.

Sentiste el beso en los labios. Ansioso.

El mordisco. Suave.

El dedo recorrió el contorno del antifaz.

El de la nariz.

El de los labios.

De la barbilla.

El cuello.

El de cada una de las costillas.

El del pezón. Allí otro dedo se unió. En el otro, una lengua.

Se irguieron. Se endurecieron.

Los dedos apretaron. La lengua se cambió por dientes. Apretaron.

Tu gemido escapó. Silencioso.

El dedo siguió dibujando costillas. La lengua jugó en tu ombligo.

En tu coño se juntaron todos.

Los dedos, abriéndolo. La lengua, secándolo.

Los dedos entrando y saliendo. La lengua golpeando.

Rápido. Cada vez más.

Insoportable.

Te oíste gemir. Tu cadera se alzó.

Gritaste. Y se derrumbó.

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Unas manos fuertes te arrastraban hacia el borde de la mesa.

Algo caliente y duro, muy duro, resbalo con el flujo que quedaba y entró.

Decidido. Sin descanso. No paro hasta hacer tope.

Pubis contra pubis. Girando. Frotándose.

Salió, despacio.

Volvió. Fuerte. Profundo.

Acelerando. Ansioso. Chapoteando.

Golpeando en tus nalgas, los huevos salpicaron el mantel.

Con tu flujo.

Un nuevo orgasmo.

Salió. Arrastró tu cabeza. Giró tu cara. Abrió tu boca. Se deshizo en ti.

Silencio.

Las esposas se abrieron pero estabas demasiado cansada para levantarte.

Te dormiste.

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Fue solo un segundo.

Te despertó un beso en cada ojo al quitarte el antifaz.

Jose y Laura ya estaban allí. 

Sonrientes.

. — Perdón, cariño. El vuelo salió con retraso. Les dije a estos que vinieran antes, pero me quedé sin cobertura para avisarte a ti. Espero que te haya gustado la sorpresa.

Tu cara ardió.

Su sonrisa de niño travieso te desarmo.

. — ¿Que te apetece más? ……………  ¿Salimos ….. o pedimos algo?