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Un paseo por Madrid que termina en locura sexual 2

en Bisexuales

Mi curiosidad me impedía dejar de mirar al tipo de la cabina de al lado. Al principio recostándome en mi sillón para tener el fantástico agujero cerca de mi vista y haciendo con disimulo, al rato ya mirando descaradamente después de haberme dado cuenta de que el chico me había visto y se había girado solo un poco para que viera con total impunidad su bonita polla.

Al relajarme después de sentir que no hacía nada “malo” me desabroché el botón del vaquero, abrí la cremallera y saqué mi sexo (hinchado ya) del refugio de su bóxer. Segregaba liquido preseminal, que esparcí con la palma de la mano abierta por toda la superficie del capullo haciendo círculos, cosa que me excitaba muchísimo. Lo hice poniéndome también en una posición para que mi vecino pudiera mirar si quería, la situación era muy morbosa, distinta a otras, nueva…..y me estaba gustando.

En un par de minutos más o menos, el chico se levantó de su asiento y se acercó al agujero de la pared. Dudó un poco pero de pronto vi que pegaba sus caderas a la pared y apareció en mi cabina su polla. Estaba dura, palpitaba, húmeda en la punta. La dejó unos segundos esperando por lo visto mi reacción. Yo la miraba como si no hubiera visto una polla en la vida, me sorprendía a mi mismo y de pronto, sin pensar, abarqué su tronco con mi mano. No sabía que es lo que había que hacer o que esperaba el chico, solo la cogí, la palpé y empecé a moverla adelante y atrás como si me estuviera masturbando yo mismo. Estaba dura y me sorprendió también que estaba caliente. Seguí con el movimiento lento unos minutos, disfrutando de esa sorpresa que me ofrecían pero en poco tiempo el chico la retiró del agujero, como si yo no estuviera haciendo bien algo. Miré un poco decepcionado por el orificio de la pared otra vez y vi que el chico no se había sentado, que esperaba con su polla a pocos centímetros del agujero, dura, muy dura por la paja que le estaba haciendo. Al ver que yo había acercado mi cara como para ver que pasaba el chico la volvió a meter y su capullo me rozó la cara y los labios….

-Ah – pensé- lo que tú quieres es que te la chupe, no? Con la paja no te vale….

Mi excitación era animal, y crecía conforme pasaban los minutos. Me dí cuenta de que me  había mojado el muslo con los líquidos que supuraba mi polla. Me quedé parado unos segundos y al ver que no la retiraba de ahí me dije “qué coño, no he hecho esto nunca pero te lo voy a hacer como me gusta que me lo hagan a mí”

Cogí esa polla anónima y me la metí dentro de la boca, empezando a hacer círculos con la lengua por el prepucio y a la vez masajeando el tronco. La polla creció aun más si cabe y oí al chico suspirar. Me di cuenta de que me estaba gustando tanto, tanto chupársela que me estaba asustando un poco. Joder, era maravilloso ese sabor y ese tacto, quería seguir y seguir, sin preguntarme qué haría si se corría el tipo, solo quería chupar y seguir chupando…..