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Ella y su marido (2)

en Fantasías Eróticas

Antes de leer este relato deben de leer este: http://www.todorelatos.com/relato/130674/

Nosotros seguíamos cada uno con su pezón dando placer a Isabel, ella lo estaba agradeciendo cada vez más.  Sus gemidos eran cada vez mas apoteósicos estaba gozando de lo lindo.

Alberto se incorporó para llegar a sus labios y mientras se estaban besando su mano se fue colando por la cintura del pantalón y mientras mi boca seguía con aquel pezón y mi mano se fue en busca de la otra teta

Cuando de repente, suena el timbre de la entrada.

Rápidamente nos vestimos y nos colocamos bien nuestras ropas ya que estábamos acalorados

I: Joder, ¿quién será ahora? Estoy caliente como una zorra.

Y: Dímelo a mí, estoy uffffff.

A: Pues yo, mejor que no lo diga

Mi cuñado fue abrir mientras que Isabel y yo quedamos hablando. Sentimos abrir la puerta  y  a continuación unas voces de fondo

I: Así, no me acordaba es mi hermana Cristina, que está sola ya que su marido y su hijo iban a ver el partido de futbol sala. Y viene a tomar un café

Y: Café, no sé si tomara, pero te aseguro que leche, fijo que si.

I: Jajaja. Ten cuidado, que es muy fiel a su marido y tiene un genio que mejor que no veas.

Y: Voy a comprobar yo, lo fiel que es. Lo que le falta a esta fiera es que hay que  amansarla. Tú has esto que te digo, para entrar en ambiente y a ver como van las cosas. Ahora me ire con tu marido unos segundos.

Entonces llegaron mi cuñado y su hermana a la cocina.

I: Hola hermana, ya no me acordaba que venias

Cristina: Hola. Hola Marcos.

A: ¿Dónde tienes la cabecita? Corazón. Pon el café

Y: Hola Cris. La cabecita la tiene loca. Alberto, vamos a mirar eso que me has dicho antes

Salí de la cocina y  mi cuñado marcho todo extrañado,  quedando ellas solas

A: ¿Qué pasa?

Y: Nada, mientras fuiste tú a abrir la puerta a tu cuñada, tu mujer me dijo que no podía quedar así. Que está caliente como una zorra.

A: Ya lo se, y yo me lo estaba pasando genial. Pero ahora con mi cuñada es distinto

Y: Hemos hablado y vamos a intentarlo. Tu haz esto.

A: Por intentarlo, no perdemos nada, es una mujer difícil.

Y: Bueno vamos a verlo

Nos dirigimos los dos a la cocina  y nos sentamos con  ellas, estaban  charlando mientras que no estaba el café. Llevábamos allí diez minutos cuando Alberto empezó con el plan. Empezaba la cafetera hacer el cafe

A: Voy al baño.

Cuando el salió por la puerta, únicamente se quedó sentada Cristina, yo fui a buscar un vaso de agua e Isabel, fue apagarle el fuego a la cafetera. Una vez que lo hizo se arrimó a mí y puso su mano en mi cintura y sin decir una sola palabra, sus labios se unieron con los mios, me daba pequeños picos, para saber la reacción de su hermana.

C: Isabel, ¡qué coño estás haciendo¡

I: Cállate y vigila a ver si viene mi marido. Se pone a besarme nuevamente.

Cristina se pone en la puerta mirando hacia la puerta del baño mientras que nuestras bocas seguían unidas dándonos unos besos  muy  sexuales y donde nuestras lenguas estaban entrando en juego.

Cristina, miraba más para nosotros, que a la puerta del baño. Su cara no sabía dónde meterse, era un espectáculo aquella cara, no sabía que decir, ni lo que hacer, pero no pestañeaba ni un segundo cada vez que miraba para nosotros.

C: Viene ahí, parar ya.

Nuestras bocas se unían de nuevo y  seguíamos a ello, haciendo caso omiso a lo que decía ella, nuestras lenguas no se separaban, tenían una atracción total

C: Ya, coño ya. En tono alto.

Al final nos separamos y me senté en la mesa con Cristina, mientras que Isabel pone el azúcar en la mesa. Y Alberto entra por la puerta

A: Pero que te pasa Cristina! ¿A que vienen esas voces?

C: Nada Alberto, tu mujer. Que  le dije que parara con el café y no paraba la tía

Y: Jajaja, es que esta muy despistada Isabel hoy

Nos reimos los cuatro.

A: Ven a la sala, que te quiero enseñar una cosa.

Y: Vale, vamos

I: Ahora, ya eche el café

A: Ya venimos ahora.

Salimos de la cocina y arrimamos la puerta, con la intención de que no se cerrara y poder escuchar lo que decían.

C: Pero tu estas loca; con tu marido en casa y solo se te ocurre a ti liarte con su cuñado

I: Pero que dices mujer, si solo fue un par de besos. Es que el cabrón como besa, ufffffffff. Me tiene toda mojada

C: Me da vergüenza mirarte a la cara, mi hermana que haga eso en su propia casa, con su marido en ella. Cuando empezó todo esto

I: Uff, ya te lo contare es muy largo de contar. Tu lo que tienes que hacer ahora es probar esa lengua, que no para, uffff.  Te pone a cien en dos minutos

C: Estas cien por cien loca. No verán eso tus ojos liarme con ese cabron. Para que se entere mi marido

I: No se va enterar, a no ser que se lo digas tu.

C: Me da mucho corte hacer eso y engañar a mi marido. Nunca lo hice

I: No pasa nada, tu prueba, de aquí no sale.

C: Bueno vale lo intentare, pero que no salga de aquí. Con la intención de que me cuentes como te liaste con el.

I: Haciéndome chantaje. Pero bueno. Vale si. Sin problema. Voy avisarlos que el café está enfriando

Isabel sale de la cocina, y viene hacia junta nuestra y no sabía dónde meterse, de la risa que le daba su hermana. Y nosotros nos estábamos riendo a carcajada limpia de la situación entre las dos hermanas.

Yo me puse serio con una leve sonrisa en la cara  y entre en la cocina donde vi a Cristina con una cara rarísima, de no saber lo que hacer ni dónde meterse.

Y: ¿Qué tal Cristina? Te pasa algo.

C: No, es que me dejo extrañada lo de antes

Y: Lo de que!!

C: El morreo que te estabas dando con mi  hermana

Y: Ah ya. El beso. ¿Estas celosa?

C: Si, el beso. Si un poco celosa estoy. Me pusiste toda mojada, con los besos tan sexuales que le dabas a mi hermana

Y: Estas celosa, zorrita. Pero eso se puede arreglar muy fácil. Ven aquí.                     

Espero sus opiniones y si quieren darme ideas, mandenmelo a mi correo

(Continuara)