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Ella y su marido (3)

en Fantasías Eróticas

C: Perdona, pero no soy ninguna zorrita.

Y: Mira, ven aquí y calla esa boquita de piñón que tienes.

Ella se acercó a mí, sin decir ni una palabra, sus labios quedaron a escasos milímetros de los míos, venía con la intención de besarme. Lleve mi dedo a sus labios frenándola

Y: Eh frena. Tienes toda la razón no eres una zorrita. Lo que eres es una auténtica zorra

C: Pero…

Y: Pero nada, te mande hablar. No, por eso que calla. Estas deseosas que te coma esa boquita que tienes, pues te va a costar tu trabajo, te lo vas a ganar a pulso. Por eso pórtate bien y puede ser que seas recompensada. Me pensare bien, lo que tienes que hacer.

Cuando nuevamente suena un móvil y en este caso es el de Cristina, por lo que la deje sola y me dirigí al cuarto de baño cuando escucho que están en la sala Isabel y Alberto hablando, por lo que me quede en medio del pasillo a escuchar

I: Alberto, tenemos que hablar

A: Dime. ¿Qué pasa?

I: Sabes lo que está intentando hacer tu cuñado y nosotros estamos los dos de acuerdo en ello, pero quiero recordarte de lo que hablamos hace tiempo.

A: Ya se. Que no me lie con ninguna de tus hermanas, porque son…

I: Si son unas auténticas zorras, sabes que es asi y alguna sabes que le gusta provocar

A: Vale. Estoy de acuerdo, pero acuérdate lo que te dije yo, que no quiero que hagas sexo oral ni conmigo, ni con mi cuñado y tampoco quiero que te den por el culo. Fue asi el trato

I: Si es verdad, bueno pues espero que siga asi.

A: Por mi perfecto

En eso yo sigo andando por el pasillo, al ver lo que había escuchado y me dirigí al baño, como ya tenía pensado antes. Cuando salí, me dirigí a la cocina y me encontré que estaban sentados tomando el café.

I: Bueno chicos, estoy muy caliente y me tengo que dar una ducha

Y: Pero que te pasa mujer. Jaja. ¿Qué te hace tu marido?

I: Más quisiera yo que fuera el, pero la situación me mata. Alberto, cógeme la toalla que has puesto arriba de todo y yo no doy cogido

A: Jajaja. Voy ahora.

Se levantaron los dos y salieron de la cocina

Y: Ya se lo que vas hacer

C: ¿Qué quieres que haga?

Y: Te vas a meter debajo de la mesa y se la vas a chupar a tu cuñado.

C: Tú eres un cabrón, eso no lo voy hacer, estás loco. Además no voy a defraudar a mi hermana

Y: Sabrás lo que quieres. Tu misma

Ella se quedo pensándolo unos minutos, estaba totalmente indecisa.

C: Vale esta bien, pero no digas nada.

Y: No, no. Se tiene que correr en tu boca y te lo tragaras todo, no seras recompensada.

C: Hijo puta, cabrónn. Eres un cerdo. No lo pienso hacer.

Me levante de la mesa sin decirle absolutamente nada. Vi que ella se levantaba  y se metia debajo de la mesa. No se veía porque aún estaba puesto el mantel de la comida. Y cuando estaba debajo de la mesa, entra Alberto por la puerta y se sienta en el mismo sitio de antes.

A: Pero que hace mi cuñada debajo de la mesa

Y: Bájate los pantalones y lo sabrás.

A: Pero…

Y: Haz lo que te digo y escucha

Ya notaba a Alberto nervioso, por lo que predecí, que Cristina ya estaba a la faena.

Y: Ya te escuche antes, hablando con tu mujer, que no te podías liarte con sus hermanas.

A: Si es verdad, me va ha matar como se entere. Dios como la chupa.

Me levante de la mesa  y quería que hubiera más morbo, por lo que caldee un poco más el ambiente.

Y: Isabel, grite desde la puerta de la cocina

I: Si dime.

A: Eres un cabrón, diciéndomelo en voz baja

C: Maricón. No hagas eso.

Y: Tu Alberto relájate y disfruta, tu zorra sabes lo que tienes que hacer

Yo nuevamente llamo por Isabel.

I: Ya voy contesta ella a lo lejos

Cuando entra por la puerta de la cocina

I: Dime. ¿Dónde está mi hermana?

Y: Viene ahora que está hablando por teléfono. Quería preguntarte una cosa. Que es lo que te dijo antes tu hermana de serle infiel a su marido

I: Le comente que te besara que lo hacías de puta madre, y ella me comento que no podía ser, que era fiel a su marido. ¿Qué son esos ruidos?

Alberto con una cara apoteósica. Y yo haciendo las preguntas para que Isabel no marcharse

Y: Es tu hermana, lo más seguro. ¿Cómo la has convencido?

I: Joder, me matas. Le dije que nadie se iba a enterar.

Y: Ah muy bien. Está bien, me gusta. Mañana la invitas a comer a él y a su marido. Y nos juntamos aquí los seis

I: Bueno. Ya mirare, tendremos que hablarlo

Y: Pero, no vas a besarme antes de que te vayas a la ducha.

I: Para ya, por favor. Estoy caliente como una zorra, mojada como una perra, tu porque crees que me voy a la ducha. No es por mi marido, es por ti. La situación en que me pusiste antes me mato y aun por encima, como besas.

Y: Tranquila que eso tu y yo ya nos lo terminaremos por nuestra cuenta

Se notaba bien el ruido que hacia Cristina al chupar.

Y: Bueno anda antes de irte, dame mi beso

I: No por favor, no me hagas esto. Joder para ese ruido parece como si estuvieran chupando algo.

La cara de Alberto se deformaba de mil maneras, no sabía cómo hacer para que su mujer no se diera cuenta de lo que estaba pasando debajo de la mesa. Movía los brazos, su cabeza, las cosas de encima de la mesa, estaba totalmente descolocado no sabía ya cómo ponerse.

I: Pero cariño, que te pasa.

A: Mmmm…

Suena el timbre de la puerta.

(Espero vuestras opiniones)

 

 (Continuara)