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Alguien me toca en el cine..

en Fantasías Eróticas

Habíamos decidido ir al cine. No teníamos nada mejor que hacer en esa tarde de domingo. 

Nos acomodamos en nuestras butacas, y cuando se apagaron las luces, yo ya estaba acurrucada sobre el hombro de mi marido. Empezó la proyección, y me metí de lleno en el argumento de la película. Parecía entretenida cuando comenzó, un thriller de los que te enganchan desde el principio.. 

Quince o veinte minutos después me dí cuenta de que había alguien sentado a mi lado. Nada fuera de lo normal en un cine público, pero me sorprendió notar el típico roce en mi antebrazo del brazo de la persona que se sienta al lado, cuando compartes un único reposabrazos entre los dos asientos. No tenía importancia, simplemente, tenía la sensación de que no había nadie sentado allí antes.

Volví a concentrarme en la película. El argumento era bueno, me tenía en tensión. También era una película con bastante poca luz, quizá por eso había estado despistada respecto a si había alguien a mi lado o no. Volví a reposar la cabeza en el hombro de mi marido.

Sin embargo volví a sentir, y ya eran varias veces, el roce del brazo de la persona de al lado, al principio sin darle importancia, después pensando que había algo de intencionado en aquel calor humano insistente, y para terminar completamente convencida de que así era. Yo llevaba una camisa de manga corta, y me convencí de que había algo intencionado cuando sentí un cosquilleo que me hizo dar un pequeño respingo, que me erizó el pelo del brazo. Me estaban acariciando.

Pensé que no merecía la pena montar un número. Además, el número podía ser considerable, si mi marido se enteraba de lo que sucedía,,. Decidí dejarlo pasar, simplemente retiré unos centimetros el brazo. Para nada, porque la caricia se aproximó otra vez, suave, tenue... y decidí que no le iba a dar importancia, y que haría como que no pasaba nada. Volví a tratar de concentrarme en la película.

Yo creo que eso era lo que el esperaba. Que le dejara hacer. Cuando vio que no le rechazaba, se aventuró a acariciar mi hombro, a ir ascendiendo su mano hasta rozarme el cuello. Volví a pensar en parar, pero volví a pensar en no montar el número, en que no iría más allá... y además... me empezaba a sentir excitada pensando en las caricias de un desconocido. Me había puesto nerviosa al principio, y había pensado incluso en cambiar discretamente de asiento yendo al servicio, pero había pasado de esa mezcla de indignación y nerviosismo a una mezcla de excitación y curiosidad que me tenía cada vez más en vilo.

Para el momento en el que noté su mano introduciéndose entre la abertura de mi camisa para llegar a mis pechos, yo ya estaba más que mojada. Ese cabrón había conseguido ponerme como a una perra en celo, sin hacer prácticamente nada... noté como sus dedos buscaban entre mi sujetador y pellizcaban suavemente mis pezones.

Afortunadamente, mi marido no se enteraba de nada. Creo que la oscuridad de la sala y la concentración que tenía en la película le impidieron ver más.

Además de la camisa de manga corta, llevaba también una falda cortita. Yo no creía que la cosa fuera a pasar de ahí, pero simplemente por fantasear, se me ocurrió ir al baño y quitarme las braguitas que llevaba puestas. Así lo hice. Dije a mi marido que tenía que ir al servicio, y en dos minutos estaba de vuelta... sin bragas y mojadísima, como había podido comprobar en el baño.

El tipo de mi derecha no se había ido. Seguía allí. Dejó pasar unos minutos, obviamente no quería llamar la atención. Pensaba que tardaría unos minutos en volver sobre mi brazo. Sin embargo, la siguiente noticia que tuve de el fue que llevo directamente su mano sobre mi coño.

Me sentí sorprendida, contuve el aliento y el impulso de dar un respingo, y mi marido ni se enteró.. obviamente, mi vecino no tuvo ninguna dificultad en encontrar mi sexo, y en comprobar lo mojado que estaba. Acarició mi clitoris. Yo estaba casi llegando a un orgasmo que no sabría contener... y de repente paró, retiró la mano, se acerco a mi oido y me dijo.. que me esperaba en el baño!!!

mi vecino me había susurrado que nos veíamos en el baño, y me pareció definitivamente llevar las cosas demasiado lejos. Dejé pasar un minuto para calmarme, miré de reojo a mi marido que seguía ensimismado en el argumento de la película. Trate de enfriar la cabeza, que me daba vueltas. Y... mi coño pudo más que mi mente. Sentía como chorreaban mis jugos entre mis piernas y estaba deseando enfrentarme a ese cabrón. Susurre al oido de mi marido que tenía que ir al baño otra vez, que no me sentía demasiado bien.. y fuí.

No había nadie, excepto el. Estaba apoyado en una de las puertas y me indicó que pasara. Avancé hacia donde me indicaba y sin mediar palabra se acercó a mi. Solo me dijo "estás buenísima, y no te preocupes... van a ser solo diez minutos pero los vas a recordar toda tu vida".

Se aproximó a mi por detrás, y directamente levantó mi falda y desde detrás de mí empezó a acariciar mis ingles. El sabía, como yo, que llevaba un rato chorreando. Extendió mis jugos entre mis piernas, y comenzó a acariciar mi pubis. Cuando rozaba mi clitoris yo sentía que ya me estaba corriendo. Era una situación tan emocionante y tensa...

Sacó una especie de pañuelo y me dijo que quería vendarme los ojos. Acepté. Lo hizo, y segundos después sentí como su tranca se insertaba en mi coño, llenándome... el estaba de pie detrás de mi, y cogía mis tetas con sus manos. Se movía entrando hasta el fondo de mis entrañas, sentía la punta de su polla llegar hasta el final de mi coño, y su grosor ensanchándolo a cada embestida. Yo estaba en extasis. No veía nada, pero sentía como este desconocido me estaba poniendo al borde de mis sentimientos

Solo habían pasado unos minutos, y volvió a susurrarme al oido.. "ahora una sorpresa, te va a gustar". Y me quitó la venda de los ojos...

Lo que ví casi me quita el sentido.

Resulta que aprovechando mi primera salida al baño, habia hablado con mi marido, que no estaba tan despistado como parecía y se estaba enterando de todo. Al cabrón le estaba gustando y fue el quien le dijo que me llevara al baño.

Allí estaba mi marido, mirando con los ojos fuera de si como este desconocido cabrón me embestía y me poseía como a una puta. Apoyado solo a unos metros de nosotros, tenía la polla fuera y se la meneaba como un poseso. Estaba excitadísimo, juraría que no había visto nunca su polla tan dura y grande.

Entendí que podía seguir disfrutando de esa magnífica polla. Cuando me empecé a correr por segunda vez, vi como mi marido descargaba un torrente de leche. Al tiempo, mi "violador" descargo la suya dentro de mi coño. No podía más y grité, sintiendo ese torrente cálido inundándome por dentro...

Nos vestimos y salimos los tres, directamente para la calle. No mencionamos el tema hasta la noche, cuando después de follar tres veces seguidas, tal era el nivel de excitación que nos ponía recordar lo que había pasado...

Desde entonces, volvemos al cine de vez en cuando ;)