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Grupos, todos odiamos los grupos de WhatsApp, los silenciamos, los leemos sólo al final del día y nos aburrimos de leer miles de estupideces (la mayoría de las veces), pero éste, era un grupo especial, éramos parte de una simpática y sensual comunidad swinger.

Apareciste un día con un “Hola enfermera” después de haberme presentado con una coqueta foto, fuiste simpático, amable y conversamos, fue interesante saber que dentro de este rico grupo puedas llamar la atención de alguien en especial.

Para mí era una semana especial, se acercaba mi cumpleaños y estaba organizando mi celebración en el mejor club swinger de Santiago, en ese contexto llegaste el día sábado a mi casa, invitado por mí para hacer la hora hasta poder irnos al club, sin querer iríamos como pareja esa noche.

Llegaste, te vi, me diste un regalo de cumple (sorpresa!!), y comenzamos a conocernos de a poco, coquetamente te pedí la opinión sobre mi vestimenta de aquella noche, sentí como tu mirada sexual recorría mi cuerpo, las vueltas que pediste que diera, las hice de la mejor manera para poder mostrar mis mejores atributos.

Al escoger la tenida final, arreglarme y presentarme en “versión final” nos sentamos en mi sillón, sentía el calor que expelía tu cuerpo, sentí mis nervios, mi piel erizada, mis nervios de no sé que, sentí tu mano, tímida en mi muslo, no lo pensé dos veces, me lancé y nos besamos, paramos por una distracción estúpida y me di cuenta que nuestras miradas cambiaron, fue automático, fue deseo desde el principio.

Nos fuimos al club, me tocaste todo el camino, no sé porque sentía unas ganas horribles de que me hicieras tuya, lo sentía en la piel, el mi sexo, en todo.

Llegamos, nos ambientamos y luego de un par de horas nos escapamos al placer, sentir tus dedos deseosos de mí, tus besos desesperados, mis ganas de entregarme a ti, de que estuvieras dentro de mí, sentir tu piel, tu sudor, tus ganas.

Nos entregamos, nos tocamos, besamos y deseamos, descubriste mi piel, mis orgasmos, mi sabor y mi sexo, descubrí el sabor de tu piel, el deseo que emanas, las ganas extremas por hacerme tuya, fue perfecto, se sintió como un complemento, un encaje.

Bailamos, sudamos, bebimos, nos besamos como si el mundo se fuera a acabar después de esa noche, nos reímos y coqueteamos, fue una gran noche, me entregué en cuerpo, no sabía que entregaría más que eso.

Continuara...