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Club SM

en Control Mental

Club SM.  Parte 1.

Somos 3 socios con ciertas habilidades hipnóticas. Fran es el mayor de los 3, tiene la treintena bien cumplida, aspecto normal, con canas. Marcos le sigue en edad con 29 recién cumplidos, es mi primo, es el musculoso de nosotros y bastante atractivo para las mujeres, es también el más alto. Por último yo soy el más joven, 25 años, soy el más bajo pues solo mido 1.75 de altura. Mi complexión es normal y me llamo Diego. Yo fui el primero en interesarse por la hipnosis, control mental e incluso algo de brujería por mi timidez. Luego de conseguir ciertos logros con estas Artes y demostrárselas a mis 2 amigos ellos también empezaron a interesarse y practicarlas.

Después de tener nuestro club de intercambio de parejas , que nos va bastante bien,  viviendo en una ciudad mediana ahora nos planteamos hacer un club SM. Sería el complemento perfecto para ciertos clientes que ya teníamos en el otro club y esperando  atraer la atención de gente de nuestra región.

Como habíamos hecho anteriormente recorrimos todo el país conociendo lugares en que se practicará SM para tener buenas ideas y saber que era lo que más interesaba.

Cuando tuvimos los conocimientos que creímos suficientes buscamos el lugar óptimo. Compramos una finca grande, bien conectada con la ciudad, 15-20 minutos en coche, hicimos el papeleo necesario y con ayuda de un arquitecto conocido nuestro desarrollamos la idea. Lo construimos con lo que teníamos ahorrado y ganábamos en el otro club.

Ahora que teníamos el lugar ideal teníamos que buscar el personal para atenderlo. Para empezar teníamos en mente buscar chicas entre 20-25 años que les interesará el tema, buscábamos tanto sumisas como dominantes. Suponíamos que nuestra mayor clientela sería masculina y con los dos tipos de gustos indistintamente. Tardamos bastante en conseguir recibir solicitudes que estuvieran en nuestras primeras premisas, con lo que fuimos ampliando el rango de edad. Para ir empezando con este nuevo negocio decidimos que cada uno de nosotros llevase una chica para cada opción, las buscaríamos entre desconocidas y si no podíamos con conocidas y con nuestras habilidades ir logrando moldearlas como queríamos. Nos dimos una semana de margen. Quedamos en reunirnos el Lunes por la tarde.

Yo tenía claro que no quería hacerle ninguna faena a mis amigas o amistades por lo que me fui a un centro comercial, en la sección de ropa femenina para reclutar a mis nuevas empleadas. El primer día me encontré con una chica, Lola ponía su chapa, de 21 años como supe después. Era una chica morena, muy guapa aunque su cuerpo aún siendo sensual no era impresionante por sus curvas arrebatadoras. De todas maneras lo que me impresiono fue su bella cara y sus ojos oscuros. Se interesó por si podía ayudarme y le pedí que me enseñara unas blusas para una amiga. Mientras hablábamos como la quería fui mandando mis mensajes hipnóticos poco a poco para intentar doblegar su mente. Estuve gran parte de la mañana haciéndolo. Descanse al mediodía y por la tarde volví a retomar el contacto. Hice que fuese a verme al salir del trabajo para acabar de hipnotizarla profundamente. Así fue, a las 22:30 estaba en mi casa para verme y terminar con lo que había empezado. Descubrí ahí su edad, que en ese momento estaba sin novio pero que desde los 15 había tenido 7 novios. Sus fantasías incumplidas y cumplidas, sus gustos tanto sexuales como los que no. Fui induciendo en ella una atracción por mí, un deseo de complacerme. Esa noche sólo le pedí verla desnuda y que se masturbara para mí. Me quedé su ropa interior como trofeo, no era provocativa pero le quedaba muy bien. Hice que siguiese yendo al trabajo pero volvía a mi casa por la noche para profundizar nuestro conocimiento mutuo. Como me agradó su forma de ser y que le gustaba dar placer pues dispuse que fuese mi dominatrix. Cada noche el resto de la semana se quedó a dormir conmigo.

El martes por la mañana ya tenía una posible trabajadora nueva para el club con lo que pensé que había que empezar con la siguiente. Como había dicho no quería nadie conocido para el club con lo que me puse rumbo a una ciudad universitaria cercana para buscar a alguna universitaria o profesora incluso. Llegué a la hora de comer. Sólo tendría la tarde para seleccionar mi candidata. Fui a un comedor universitario para comer y ver que me encontraba. Allí encontré lo normal, grupos de varios estudiantes entremezclados, normalmente de 4-5 personas. Las chicas de grupos tan amplios no me parecieron la mejor opción. Estaba desanimándome por no lograr más que la comida en este lugar, decidí irme a una de las facultades de letras. Estas están más repletas de chicas que las de Ciencias aunque por experiencia propia no son más guapas. Pero como lo que me importaba era encontrar una candidata más que nada pues allá que me fui. Pasé de psicología, la de farmacia, tampoco me pareció recomendable, vi la de derecho y decidí probar suerte. Entre y como podía pasar por un alumno repetidor típico de último año no llamé la atención. Empecé por la biblioteca. Allí encontré pocas personas por ser principio de curso, pero tuve suerte, encontré una chica igual de alta que yo pero que iba con tacones, y ropa bastante ceñida y sugerente. Estaba de espaldas a mi y hablaba con un chaval despreciándolo y que ella tenía más necesidad de no sé que libro. Al oír aquello supe que tendría que convertirla en mi sumisa. Cuando se dio la vuelta llevaba un libro me miro con indiferencia, incluso creí ver que se reía, no sé si del chaval o incluso de mi. Me dio igual, tenía que intentar un acercamiento de alguna manera para hipnotizarla. Por cierto, su cara sin ser una belleza como Lola no estaba mal pero lo mejor era su cuerpo. Tetas medianas y firmes, culo de lo más apetitoso y cintura delgada. Rubia con melena hasta los hombros, ojos azules. Fue a registrar que se llevaba ese libro, ahí supe su nombre Esther. Indagando y siguiendo a distancia me enteré que estaba en último año y que milagrosamente en las correcciones de exámenes solía aprobar o sacar nota. Era media tarde cuando ya tenía que hacer algo para intentar hipnotizarla. Tenía que ser rápido e intentar quedar al día siguiente para profundizar la hipnosis. Decidí intentar algo arriesgado y proponerle que me diese clase de una María de primer año, la cantidad de dinero sería el cebo. Pude abordarla y mientras le hacía mi propuesta fui empezando con los primeros pasos para hipnotizarla o que al menos el día siguiente fuese más fácil lograrlo. Tuve suerte y aceptó, quedaríamos en la biblioteca por la mañana a una hora que ella no iba a clase, le pagaría una buena suma por cada hora de clase.

Al día siguiente me presenté en la biblioteca antes de la hora. Tenía que buscar el mejor sitio para que no nos molestasen. Nada más entrar empecé a buscar la mesa idónea. Vi la ideal pero estaba una chica castaña en ella. Era risueña y aún con ese suéter holgado podía intuir que tenía un buen pecho. Me decidí presentarme e intentar saber si estaría mucho o si podría cambiarse de lugar para que yo pudiese recibir la clase. Ella me dijo que estaría hasta antes de mi comienzo de clase y que su nombre era Noelia. Como empezaba la carrera y era tímida pues no conocía a casi nadie y seguimos hablando hasta que tuvo que irse. Me atrajo su forma de ser y muy suavemente induje una leve hipnosis por si alguna otra vez coincidía con ella.

Esther no fue puntual, algo que ya me imaginaba. Le pague lo acordado por la clase y empezamos. Yo fui hipnotizándola y liberándola, varias veces hasta que ya tenía frase gatillo y era receptiva a mis palabras, hice que se empezase a interesar por mi. Fui descubriendo más de la vida de Esther. Decidí que el resto de la mañana hiciera vida normal para continuar después de comer toda la tarde con la hipnosis. Había reservado habitación en un hotel y esta vez a la hora acordada apareció donde habíamos quedado para ir allí. Dentro de la habitación seguí con la hipnosis. Hice que se desnudará. Tenía un cuerpo increíble, además todo depilado, no asomaba ni el primer pelo. Le pregunté como lo había conseguido para hacer que Lola lo tuviese igual. Me contó que había realizado bastante sexo oral y anal, puede que lo menos fuera vaginalmente, no hacía falta ser un lumbrera para intuir que sus profesores querían hacerlo sin condón y a ella no le importaba. Le pedí que me hiciese una demostración de sus habilidades orales y anales. Era una experta en el uso de la lengua, recorría cada milímetro de piel tanto del pene como de los testículos. Me puso rápidamente al borde del orgasmo. Tuve que pararla porque quería probar el otro orificio. Había llevado algún juguete para ver como se comportaba con ellos. Mientras intentaba relajarme algo para el plato principal le dije que jugase un rato con ellos, para lubricarse bien. Empezó con un consolador por su coño, cuando ya se había corrido se lo metió por el ano. Se notaba práctica y que le gustaba lo de recibir por el culo. Cuando ya llevaba otro orgasmo mediante el consolador en el culo, cogió un dildo para su coño, llegados a ese punto le ofrecí mi polla para sustituir el consolador y rápidamente tomó la oferta. Nunca había metido tan fácilmente mi polla en ninguna de las chicas con las que había estado por  ese lugar. Disfrutamos los dos un buen rato de mis embistes en ese culo. Nos corrimos casi en el mismo instante, ella cuando sintió mi leche en su ano. Reserve la habitación el resto de la semana para seguir entrenándola y planeando como hacer que poco a poco pudiese pasar de ir a la Universidad. Como sólo le quedaba este curso al final decidí que lo terminase y ya fuera preparando el terreno para hacer como que tenía una oferta de trabajo fuera de la comunidad para que su familia no sospechase. Sólo podría hacer que trabajase de viernes a domingo ese primer año pero me pareció la mejor manera.

El resto de la semana, Lola trabajaba como siempre de día y por la noche venía a mi casa a dormir y follar. Me gustaba cada vez más estar con ella. No solo por lo bien que se movía en la cama. Era agradable conversar, notar como coincidíamos en muchas cosas, ver las mismas series, música, o comics. Sabía más de comics que yo, era perfecta. En la cama disfrutaba haciéndole cunnilingus, siempre me gusto comer el coño de mi pareja, pero en este caso era mejor todavía. No sé si por el sabor, su forma, lo fácil que me resultaba acceder a su clítoris y jugar con él. No deje ningún día de la semana de recorrer cada pliegue, cada milímetro de su sexo. Introducía con deleite mi lengua dentro, la movía en círculos, o como si la penetrase, succionaba el clítoris como si de un bebe de teta fuese, todo valía para conseguir que llegase al clímax. Normalmente jugaba con mis manos por sus pechos y luego iba mi boca a chuparlos cuando terminaba abajo. Me encantaba besarla y que probará el sabor de sexo. Penetrarla era increíble, follar con ella me llevaba al paraíso.  Pero como tenía que convertirla en ama, pensé en que practicará antes de nuestras sesiones de sexo con ciertos instrumentos que tendría que usar, como fustas, velas, pinzas…

 

El finde estuve con Lola y Esther. Lola empezaría a ir al sitio que iba Esther para lograr estar así de depilada. No es que no se cuidará pero me gustaba más libre de algún pelito rebelde que tenía. El viernes por la tarde ya tenía a Esther en mi piso y por la noche llegaría Lola. Nada más entrar ya se había puesto de rodillas y desnuda como le enseñe que tenía que hacer. Esther tenía que empezar a sentir placer porque la humillarán, quería que disfrutará recibiendo lluvia dorada, que le pellizcaran los pezones con pinzas, estar atada y amordazada. Recibir golpes con fustas,  paletas... Fuimos al plato de ducha, quería empezar por la lluvia dorada. Ella entró a la ducha. Yo me desnude también para no tener problemas con la ropa, hice un primer chorro de práctica apuntando hacia su cuerpo, a sus tetas para ser precisos por si me salía muy fuerte. Luego ya iría subiendo a su boca para que la pruebe. La primera vez de la tarde no pareció que le gustará y ponía como cara de asco, por lo que tuve que insistir en la hipnosis. Las siguientes veces fue cada vez mejor, la última ya la pedía directa en la boca y me lamio el pene para saborear los restos, no tuve ni que sacudírmela para sacar las últimas gotas. Después nos duchamos juntos porque no me sentía totalmente limpio de hacer esto, aunque la última me había gustado hacérselo. Nunca me había atraído mucho este tema pero ahora le encontraba su morbo. Luego de secarnos quise probar que tal llevaba los cambios de calor y estos juegos.

 Fui a por unos hielos y empecé a jugar con ellos por su cuerpo, parecía que esto le gustaba desde el principio, por lo que tenía que probar la cera de las velas. Empecé en zonas que supuse aguantaría bien ese dolor, barriga para ir subiendo a hacia sus pechos y esas areolas pequeñas y rosadas que tenía. Con unos pezones que por frío de los hielos podían quitar un ojo al más pintado. Dio al quejido al notar la cera caliente pero iba llevándolo bien, cuando noto la cera en su pezón ahí ya tuvo una queja. Pare y le quite la cera, miré que tuviera marcas de quemadura o de otro tipo. No vi nada preocupante, debía tener los pezones muy sensibles fue mi conclusión. Seguí con la cera por sus senos pero sin tocar las areolas. Fue soportando bien el dolor y con ayuda de la hipnosis le gustaba poco a poco. Probé a echar la cera por su Monte Venus. La respuesta era buena.

Tome un descanso y preparé una paleta y fusta para luego empezar con los azotes. Estos se los realice con ella de pie, de rodillas, recostada en mis piernas sacando culo como en las típicas imágenes de castigos a niños pequeños de hace años. Fue reaccionando bastante bien o eso creí porque nunca lo había probado. Nunca me ha gustado lastimar a nadie aunque se lo mereciera. Y gracias a la hipnosis desde hacía años usaba otros medios para lograr castigar a algunas personas.

Ya era tarde, le ordene que preparara la cena para los tres que seríamos. Ella no era gran cocinera, tendría que inculcarle que se aficionará y mejorara. Cuando llegó Lola sólo me apetecía disfrutar de su cuerpo para retomar los entrenamientos al día siguiente.

Lola llevaba los dos últimos días practicando con un par de látigos como agitarlos y golpear con ellos. Mañana tendría que hacerlo con Esther. Había que lograr que controlara la fuerza para no hacer demasiado daño. Esa noche la que tuvo que empezar a practicar los cunnilingus fue Esther, sabía que realizará algunos pero o no había muchas profesoras o no tenía muchas amigas para hacerlos por lo que le faltaba practica por lo que me dijo y me confirmó Lola. Luego de una hora de práctica y no sé cuántos orgasmos de Lola, mandé a Esther a una habitación a dormir, que se aplicará las cremas que podía necesitar en su zonas enrojecidas por los azotes o cera. Yo tenía que descargar toda la tensión que llevaba y nada mejor que la vagina de Lola para eso. Luego dormiríamos los dos juntos como toda la semana.

Por la mañana fui el primero en despertarme, se notaba que las chicas estaban rendidas por todo lo de la semana. Preparé café para los tres, algo de fruta, y un par de zumos de naranja para ellas. Cuando terminaba de preparar todo entró Lola por la puerta, se acercó a mí y nos dimos un beso apasionado. Hasta ese momento no nos habíamos besado así,  si el típico llevado por la lujuria del sexo pero este fue distinto. Me extrañó pero me gustó sentirlo de esa manera. Le dije que fuese a despertar a Esther para desayunar. Cuando entraron las dos desnudas ya había puesto todo en la mesa. Volví a besar a Lola como antes mientras acariciaba su culo. Tuve la tentación de enterrar mi cara entre las montañas carnosas de Esther pero no me parecía bien teniendo a Lola presente. Desayunamos y mientras yo recogía todo les mandé empezar a entrenar. Que empezarán por las pinzas y paletas. Termine rápido para supervisar su entrenamiento y que se pusieran con los látigos. Yo pedí comida a domicilio porque no quería distraernos. Abrí yo la puerta al repartidor porque era el único vestido. Comimos y por la tarde seguimos con los planes establecidos. Por la noche, después de cenar, Esther fue la encargada de hacer un cunnilingus y besó negro a Lola, quería que la fuera excitando y relajando para cuando yo la sodomizara. Sodomizar a Lola fue algo increíble. Ir poco a poco metiendo mi glande en su estrecho culo, cuando se acostumbró a la cabeza metí el resto también poco a poco. Aún recuerdo como si fuese hoy como me apretaba para entrar toda. No gritó pero se notaba que no estaba disfrutando, cuando ya se acostumbró a tenerla dentro empecé a moverme, lentamente para que le gustará. Después de varios minutos así, fue ella misma la que incrementó el ritmo, ahora ya veía que disfrutaba de tener mi barra de carne allí. Esther seguía dándole placer a su amiga en el clítoris con una mano y con su boca se encargaba de una de sus tetas. Lola llegó al orgasmo antes de que yo vaciará mis testículos en su ano. Por lo que hice que Esther me la mamase para correrme en su boca. Me la chupo con mucho esmero y se tragó todo mi esperma. Me limpió como sólo ella sabe mi sable.

 

Al día siguiente volví a ser el primero en despertarme. Pero aproveché e hice despertar a Lola con un cunnilingus. Se sorprendió mucho cuando vio esa imagen pero yo quería agradecer que me dejase haberla sodomizado sin obligarla por hipnosis.  Cuando termine lo que había empezado nos metimos en la ducha y ahí seguimos disfrutando acariciándonos. Luego de secarnos me vestí un bóxer y ella siguió desnuda. Me encantaba tenerlas desnudas pero tendría que empezar a acostumbrarse a llevar algún traje de cuero típico de las amas. Esther seguía durmiendo por lo que decidí despertarla con un par de azotes en su culo. Pillé una paleta y en cada nalga le arreé un golpe con el primero se despertó y al segundo me miro con una cara de sorpresa. Le explique que una buena sumisa tiene que estar despierta y presta a dar las atenciones necesarias a su amo-señor, en este caso, yo. Aún tenía que enseñarle mucho para que fuese realmente una buena sumisa. Hoy tendría que dedicarme mediante hipnosis a que empezará a comportarse como una buena doncella, que limpiase, cocinase, planchase...

Desayunamos y esta vez fue Lola la que lo hizo mientras yo despertaba a Esther. Dejamos a Esther recoger y limpiar todo.

Con Lola vi trajes de cuero, que cosas le resultaban cómodas, que le eran incómodas. A usar botas y zapatos de tacón más altos que los habituales de su antiguo calzado. Me encantaba verla vestida con ropa de cuero. Mostrando o sugiriendo su cuerpo según la prenda.

Pero tenía que entrenar a Esther. Mejorar su sumisión. La hipnosis me ayudaba a controlarla y que obedeciese pero se notaba que no era una mujer que le fuese ese rol del todo, si era algo guarra pero no terminaba de ser servicial y sumisa. Sería porque sólo pensaba en ella misma antes y despreciaba al resto. Pero sólo lograba que fuese sumisa con la hipnosis y a base de repetir mucho. Por una parte no me importaba ya que se merecía esto y mucho más por lo que había visto y supe gracias a sus confesiones. Pero no sería buena para el negocio. Ese día estuve humillándola como había visto y leído por Internet.

El día siguiente por la tarde era la fecha acordada para presentar nuestras empleadas.

Yo tenía en mente intentar conseguir una chica más sumisa porque no me fiaba de Esther en ese rol sin estar presentes yo o uno de mis socios. Por otra parte Lola me estaba gustando más y tampoco me apetecía que participase mucho, por lo que debía encontrar también otra sustituta para ella. Para esto me acordé de Noelia, la estudiante que había conocido cuando había quedado con Esther.

Continuará?...