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Club SM. Segunda parte.

en Control Mental

 

El lunes por la mañana estaba nervioso por ver cómo sería la presentación de las empleadas y exponer mis dudas a mis compañeros.

Llegó la tarde, quería llegar pronto al club con lo que nada más terminar de comer y cambiarnos de ropa. Conduje el coche con las chicas abordó hacia el club. Llegamos rápido y bien. Éramos los primeros en llegar. Entramos y empecé a enseñarles el club. Como lo habíamos distribuido, donde encontrarían los látigos, fustas, esposas, …

Cuando termine para hacer tiempo nos acercamos a la barra para tomar algo. Yo tomé un agua mineral fría como suelo hacer y puse unos cacahuetes pelados para ir picando. Lola me pidió una cola light y Esther quería una cerveza de esas con limón. En esas estábamos cuando sentí el aviso de alguien entrando al lugar. Sin necesidad de más ya sabía que entraba Fran. Marcos no es conocido por su puntualidad. Entró por la puerta seguido de dos bellezas. Una era rubia, generoso pecho y bonito culo, sobre la treintena, se salía un poco de lo dicho en edad pero con esa cara y cuerpo por mí no habría problema, Olga es su nombre. La otra era castaña, parecía una modelo, delgada con un culito respigón de lo más suculento, en cuanto a pecho era normal de tamaño pero con su tipo resaltaba y puede que diera la impresión de más grande, tenía 22 años, su nombre Reina, nos sorprendió un poco. Se notaba quien de las 2 era la sumisa y quien ama. Olga se comportaba de igual a igual con Fran o conmigo cuando nos presentó. Reina en cambio fue más tímida.

Yo presente a mis acompañantes, Fran quedó gratamente impresionado por el cuerpo de Esther, y por la cara de Lola. Además sabía que a Fran le iban las rubias por lo que Esther no tendría problemas para ser aceptada. Les serví algo a los nuevos y le hice un gesto a Fran para hablar con él.

 

Le comenté lo que pasaba a grandes rasgos, que Esther sería una sumisa difícil de controlar y con Lola me estaba quedando algo pillado. Le comenté que ya tenía en mente y con posibilidades encontrar a otra chica para sustituir a Lola, pero para sumisa me resultaba más complicado ver a una chica. El me dio la opción de probar con la hermana de Reina, no era tan espectacular como esta pero no estaba mal según sus palabras. Él ya había empezado con ella la hipnosis y sólo cuando descubrió a su hermana prefirió a esta. Estaba por decirme donde ir y que frase usar para ello cuando sonó otro aviso de que entraba alguien.

 

Fuimos a la puerta a recibir a Marcos y sus amigas. Estas estaban cortadas por el mismo patrón, cuerpo moldeado en gimnasio, con buenos culos por ello, igual que las piernas. Sus pechos eran demasiado redondos para ser naturales pero no se veían exagerados o muy artificiales. Una era morena y ojos castaños, guapa, 22 años. La otra rubia, ojos azules, no tan guapa como la anterior, 25 años. Eran Elisabeth y Linda respectivamente. Dejamos juntas a las chicas para ver que tal migas hacían.

 

Nosotros teníamos que hablar. Yo volví a exponer mis dudas y mis intenciones. Marcos no se opuso pero quería probar a Esther y Reina. Fran dijo que quería probar a las de Marcos. Yo por mi parte aunque deseaba conocer a Olga no me parecía bien proponerlo sin que Lola estuviera de acuerdo. Mis colegas alucinaron, creían que me había vuelto loco porque nunca me había pasado nada parecido con una chica, sabían que era enamoradizo pero que luego nunca duraba mucho con ninguna, decían miedo al compromiso,  a que sólo me enamoraba de la idea del amor. Pero viendo este comportamiento mío ahora ya tenían sus reticencias. Por lo que accedieron siempre que esta semana consiguiese los recambios y con Esther pues que empezase de sumisa. Otra condición fue que mientras estuviese así de enganchado con Lola mis decisiones sobre los clubs estaban limitadas. Esta ya la teníamos acordada de siempre, del otro club y para cualquiera de nosotros con cualquier chica.

Cuando baje a hablar con Lola, esta conversaba animadamente con Olga. Parecía que se llevaban bien. Le expuse lo que quería y aceptó encantada, parecía que le atraía Olga y esta cuando lo supo me pareció que le agradó la idea.

Cada uno iba a tener un dúo para probar lo que desease. Cada uno se metió en las salas propias que teníamos montadas para nosotros. Cada uno con lo que quisimos, a nuestro gusto.

 

La mía tenía una cama grande y con distintas argollas y agujeros para poder inmovilizar a alguien con cuerdas, esposas de distintas maneras. La había copiado de un sitio que vimos por Valencia. La cara del carpintero cuando me la hizo era un poema, menos mal que lo olvidó gracias a mi "persuasión". Esta cama era lo más llamativo. Ahí tenía también un armario con los juguetes y útiles que podría necesitar. Un par de fustas, un látigo de varias tiras que no solía ser doloroso, esposas de varios tipos, pinzas, algunas velas, antifaces de distinto tipo (dormir, evitar reconocimiento facial), consoladores, vibradores... Luego estaba otro armario para ropa de cuero y látex, disfraces y lencería, debo reconocer soy algo fetichista de las mujeres con cierta lencería.

Entre con mis acompañantes a la sala. Lola ya la había visto pero Olga no, quedó gratamente sorprendida con lo que vio por lo que comentó. Les pedí que se pusieran lo que quisieran. Lola escogió un disfraz de enfermera mientras Olga se decantó por uno de médico. Viendo el percal cogí una escayola falsa para el brazo y hacer así de enfermo. Me tumbó en la cama y les digo que me ayuden. Olga hace de médica mandona ordenando a la enfermera que me desnude, que tiene que hacerme una revisión completa. Lola obediente empieza a quitarme el polo que llevaba puesto con dificultades por la escayola, luego desabrocha el cinturón y el botón del vaquero que llevaba. Baja hasta los zapatos, hoy llevo unos sin cordones con lo que le resulta sumamente fácil. Los calcetines también desaparecen. Sólo le falta bajar el pantalón vaquero y los bóxer. Parece que me los va a quitar juntos pero en el último momento suelta la goma de los bóxer para dejármelos. Olga parece enfadada, coge una fusta y golpea suave a Lola en las manos por su lentitud y poca maña. Me agarra la goma y la baja de golpe, menos mal que no tenía al amigo en orden de revista porque me lo habría partido. Como me gustaba Olga imponiendo su autoridad, no era su cara guapa, había como una fortaleza en su mirada y gestos que me parecía irresistible. Estaba empezando a comprender que mi rol con chicas de una fuerte personalidad y atrayentes según mi gusto provocaba que me volviese sumiso, para complacerlas. Por contra las que me caían mal era todo lo contrario, quería dominarlas, que sufrieran como hacían con otros si era el caso, y sino humillarlas, usarlas y pasar de ellas. Creo que esto me va a traer problemas pensaba cuando de repente notó un golpe de fusta,  Olga me había arreado un golpe por no prestar atención a lo que me decía. Me estaba cogiendo de las manos para esposarme a la cama. Esto era excitante pero tenía algo de respecto por lo que le pasará por la cabeza. Fui dejando hacer a las dos. Lola se había puesto a hacer lo mismo con mis tobillos. Olga saca un antifaz de dormir, esos que no dejan ver, me lo pone y empieza a hablar con Lola como si no estuviese. Hablan de que quien gane se sienta en mi cara para que le coma el coño, la que pierda hará lo mismo con mi polla. Iban a intentar hacerme gemir de dolor primero con cera caliente en mi pecho, la que lo logrará ganaba, luego golpeándome el pecho con una fusta e igual quien logrará hacerme gritar pues ganaba, por último sería con el látigo de varias tiras del que había hablado. Lola sabía que aunque soportaba el dolor bien habiendo escuchado que con quejarme ya ganaba alguna yo me quejaría siempre para no recibir por lo que cuchicheo algo a Olga. Yo no pude oírlas, empezaron con la cera, dejé pasar un par de segundos antes de quejarme, me la echaba por encima del pecho.

No sabía porque me seguía cayendo cera después de quejarme, hasta que note como me agarraban los testículos y empezaban a apretar. Estaba viendo que si no jugaba como ellas querían iba a sufrir mucho dolor. Por lo que les dije que lo entendía. Esta vez empezó la primera por mis pezones, bajando hacia ombligo, ahí ya sentía dolor y gruñí. La compañera ya empezó por ahí con lo que dure menos en quejarme. Con la fusta la cosa cambio, la primera empezó por mi riñón derecho cosa que me pilló por sorpresa y me queje. El segundo golpe fue al estómago pero aguante, hubo un tercer golpe al pecho que volví a aguantar, el cuarto fue a mis dedos y volví a quejarme, no contaba un golpe en esa zona. Me dijeron que había pasado de ronda. Ahora quedaba el látigo, supuestamente no hacía mucho daño. Los cuatro primeros golpes los aguante pero ya tenía todo el pecho y barriga muy sensible con todo lo anterior, el quinto sin ser fuerte me obligó a quejarme. Yo pedía que me quitaran el antifaz pero se negaron. De repente sentí que me esparcían algo por el pecho que alivió el dolor. Y una de ellas se sentó en mi cara. Tenía su coño encima de la boca y me lancé a saborear y lamer esa maravilla. Unos instantes después sentía que sin tener duro al amigo alguien lo agarraba y lo intentaba meter en algún sitio. Me parecía una locura que una de ellas quisiera intentar meterlo sin haberlo puesto duro antes pero no sé cómo lo hizo que lo logró. Yo notaba que me frotaba el coño con la cara para que trabajase allí. Yo después de un rato dándole a la lengua e intentando con mis labios alcanzar su clítoris para succionarlo descubrí quien había ganado, según lo que había escuchado. Notar  mi polla crecer poco a poco en ese lugar donde estaba alojado, con esa calor, presión, humedad era mejor que saborear el coño de Lola. Me estaba excitando cada vez más y ellas parecía que no lograban llegar al orgasmo. Estuve succionando el clítoris a Lola como sabía que le gustaba con lo que llegó su orgasmo. Para el de Olga no sabía lo que faltaba pero fueron ellas mismas las que se intercambiaron de lugares. Lola debió notar que si me cabalgaba como en otras ocasiones no duraría nada por lo que sólo se introdujo mi polla y hacía ligeros y lentos círculos. Olga por contra quería guerra en su coño. Estaba frotándolo contra mi nariz, boca. Yo sacaba la lengua e intentaba poder hurgar dentro. Eso parece que le gustó que me dejo hacer un poco. Empecé a recorrer con la lengua su rajita y cuando notaba que podía hundirla bien, ahí iba, lo que no daba encontrado era su clítoris. Lo del antifaz me estaba fastidiando para hacer un buen trabajo. Quise decirles que ya sabía quién era cada una pero no hubo manera. Al primer sonido me tapaban la boca con su sexo. Desistí de hablar y me concentre en mi lengua y boca para darle placer a Olga. Me había relajado un poco de abajo cuando noté que Lola empezaba a cabalgarme con buen ritmo un minuto para bajar el ritmo otro minuto. Yo ahora tenía que intentar aguantar estas cabalgadas intensas y seguir intentando complacer a Olga. Al cabo de cinco minutos ya noté unos flujos y espasmos de su cadera en mi cara. Por fin había llegado su orgasmo. Se bajaron las dos y yo al final sin descargar. Me quitaron el antifaz y pude ver el cuerpazo de Olga desnudo. Con lo del disfraz  y luego el antifaz no se lo había visto. Era realmente una mujer muy apetecible aunque fuese mayor que yo. Tenía unas areolas rosadas no muy grandes, del tamaño perfecto. Sus pezones duros se le veían muy apetitosos. Y su coño,  ya había notado que no tenía pelo cuando se lo comía pero ahora que lo podía contemplar se me hacía la boca agua pensando que había saboreado esa maravilla. Seguía atado y me dijeron que si acertaba quien había estado encima de mi cara de primera podría escoger a quien follarme, pero si fallaba tendrían que humillarme un poco. Acerté, lo tenía clarísimo. Y quería follarme a Olga. Estaba alucinando con todo lo que veía y lo que había  sentido hasta ese momento con ella cerca.

Me dejaron atado y fue ella la que se introdujo mi polla en su vagina. Empezó una cabalgada suave para ir aumentando el ritmo. Veía esas tetas moverse, no poder agarrarlas, besarlas, chuparlas me estaba mortificando. A veces debía leer mis pensamientos y me las acercaba a la boca pero no dejaba que pudiera sentirlas. Eso lo hacía cuando bajaba el ritmo y cuando lo aumentaba las separaba. Ya no iba a aguantar más y se lo hice saber. Siguió dándome el mayor placer que había sentido hasta ese momento. Puede que la mezcla de tortura por no poder tomar el control y sentir como era ella la que me follaba consiguió eso. Cuando me corrí dentro de ella creo que le gustó porque sentí que también alcanzaba otro orgasmo. Luego de eso me desataron.

Me acerqué a Lola y mientras le daba un beso como pocas veces le di a ninguna de mis novias, le agarraba su culo, ese que había estrenado. Nuestras lenguas bailaban entre nuestras bocas, pasaban de una a la otra.

 

Cuando ya nos separamos vi a Olga con una expresión extraña, me acerqué para conocer si le gustó lo que habíamos hecho. Me contestó que sí, que mucho pero... no le di tiempo a terminar, la bese con tanta pasión como a Lola antes. No sabía porque esta tía algo mayor que yo me atraía tanto. Estuvimos así un rato para luego al separarnos sentir que levantaba la mano para abofetearme, la detuve. No sabía que le pasaba por la cabeza y ella no me lo explicaba. Entonces decidí que debíamos ducharnos. La sala tenía su propio baño con una ducha muy amplia. Allí entramos los tres, yo quería enjabonarlas. Empecé por los dedos de sus manos para ir recorriendo sus brazos, primero Lola luego Olga. Luego seguí con la espalda de Olga y su culo, le metía un dedo, abría las nalgas, le estaba dando un masaje excitante. Luego hice lo mismo con Lola pero como me gustaba aún más este culo pues mi deleite fue mayor. Hacia círculos alrededor de su entrada, metía la puntita del dedo gordo. Lo agarraba, sobaba.

Empecé después por las tetas de Lola, las masajeaba, magreaba a gusto. Eran firmes y cabían en mis manos, me encantaba el tacto natural de ellas. Bajaba a su barriga para volver a subir a ellas. Después de un rato me dirigí a Olga para hacerlo con las suyas. Estas eran más grandes y no tan firmes, la gravedad empezaba a hacer meya. Pero en este momento me parecían las más perfectas que había visto y tocado siempre. Hacia círculos alrededor del pezón, por su areola. Luego las sopesaba, le pellizcaba sus pezones aunque con el jabón era imposible agarrarlos. Bajaba también a su ombligo y lo acariciaba, estuve un buen rato con esas tetas que habían estado botando encima de mí.

Por último tenía que limpiar sus coños y piernas. Empecé por Olga, le pasaba las manos por las inglés y rozaba sus labios, se los abría y volvía a cerrar sin antes buscar su clítoris y rodearlo con la yema del dedo índice, primero mano derecha luego izquierda o viceversa. Estaba calentándola tanto que entre varios suspiros me pidió que se la comiera, más que pedir rogó que usará mi lengua y boca también. Aclare un poco la zona y me puse a ello. Empecé por lamer sus labios e ir con la yema del dedo haciendo círculos alrededor de su clítoris y de su ano. Para alternar con los labios succionaba el clítoris y le metía un dedo en su vagina. Le pasaba la lengua de abajo arriba y viceversa. Siempre con algún dedo cerca de su ano para acariciarlo e incluso meter la punta de este, notaba como me lo apretaba cuando hacia esto. Chorreaba de gusto, tuvo un largo orgasmo con mi boca intentando tragar lo que podía de ese manantial de los dioses. Le aclare todo lo que tenía y termine de lavarle las piernas y pies.

 Lola había estado tocándose mientras nos veía. Tenía que recompensar su paciencia y le pedí que se acercara. Tenía que intentar que ella también se fuese contenta de esta ducha. Con Lola después de tantos días y cunnilingus realizados sabía que botones tocar para que llegase más rápido o despacio. Empecé despacio y saboreando los labios, aprovechando a rozar con mi nariz su clítoris de vez en cuando. Para abrir con mis dedos su vagina y así meter mi lengua y haciendo círculos dentro de su vagina volverla loca del gusto, mis caricias en su clítoris ayudaban a lograr eso. Se notaba que ya estaba caliente de antes, no tarde mucho en hacer que tuviese un orgasmo. Como antes lave esas piernas que me parecían de una escultura de mármol. Salimos de la ducha, teníamos que vestirnos porque los otros seguramente nos estarían esperando. Me dejaron ver como se ponían parte de la lencería que tenía. Estaba embobado con esos culotes que se pegaban a su piel y con esos sujetadores que realzaban la belleza de ambas. Terminamos de vestirnos para encontrarnos con el resto abajo donde ya nos esperaba Fran y sus acompañantes bebiendo algo. Lo vi sonriente, había disfrutado de esas "gimnastas". Yo volví a la barra a por la bebida. Lola tomó esta vez un zumo, Olga me pidió si le podía dar un agua del tiempo y yo como siempre me pille un agua fría. Estábamos empezando a beber cuando bajo Marcos con las chicas que faltaban. Marcos parecía el joker con esa sonrisa de oreja a oreja. No sabía que habría hecho pero las chicas no las veía tan felices.

Los tres nos volvimos a reunir para ver como hacíamos esta semana antes de que lleguen las sustitutas de mis empleadas. Las de Marcos y Fran estarían desde el día siguiente, todos los días de martes a domingo que sería el horario del club. Esther vendría los viernes hasta el domingo.

Fran me pasó los datos de la hermana de Reina, mañana tendría un día ocupado. Nos despedimos y cada uno de fue como había llegado.