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LA VIDA DE ROMA. CAPITULO 01. MI AMANTE (parte1)

en Grandes Relatos

CAPITULO 1. MI VECINO
 
      Hola, mi nombre es Roma y os voy a contar la historia de mi vida, una historia que me resulta fascinante. Tengo 30 años y estoy casada desde los 25. Siempre he sido una chica perfecta, buena hija, buena estudiante y ejemplar en todos los sentidos, aunque reconozco que tengo una debilidad. Una gran debilidad. Mi pasión es el sexo.
Desde muy jovencita, tengo todo tipo de fantasías sexuales. Soy muy imaginativa y, sobre todo, muy morbosa. De todas formas, es mi gran secreto, nadie lo sabía. Muy pronto comencé a interesarme por el Porno. Me encanta el porno, es mi gran secreto, veo todo tipo de escenas en internet, y me masturbo disfrutando como una perra.
 
     Os explicaré como soy. Mido 1.75, soy morena, muy morena, y un cuerpo espectacular. Desde muy joven lo he trabajado duro en el gimnasio. Me encanta estar buena. Así tengo siempre la atención de los tíos. Tengo unas tetas enormes, duras, con unos pezones grandes. Mi culo es sensual, redondito y un poco gordo pero para nada estoy gorda. Tengo un tatuaje en toda la espalda y en la pierna derecha, además de un piercing fantástico en el ombligo. Suelo llevar una cadenita en la cintura y me encanta ponerme aros muy grandes. Los tíos se vuelven locos al verme, suelen estar a mi alrededor pero nunca he tenido un amante, bueno, hasta el día D.
 
     Cursé estudios de Derecho y terminé mi carrera sin problemas . Y, en cuarto de carrera, conocí a Jonás, mi marido. Es el hijo de un conocido constructor de la Ciudad, y está podrido de pasta. Me permite tener todos los caprichos y llevar una vida fantástica. Así que cuando acabé la carrera, con 23 añitos nos casamos. Creéis que estoy enamorada de él? Para nada. Jonás es bajito, se ha quedado calvo y encima tiene barriga. Tiene cara de cerdito. En fin, un cromo de marido. Pero me permitía llevar la vida que quiero, una vida llena de lujos, hasta el punto que he decidido no trabajar. Me permite pasarme el día en el Gym, peluquería, compras y todo eso que nos encanta a las mujeres. Como veréis soy bastante calculadora y pensé que esa sería mi vida ideal. Mis deseos sexuales los colmo imaginando toda serie de perversiones, viendo porno y masturbandome. Jonás, además, folla de puta pena. Tiene una polla de risa y no se le pone dura ni de coña. Creo que es gay, pero lo lleva en secreto y a mí no me da el coñazo.
 
      Con esto mi vida era perfecta, me pasaba el día zorreando con todos los tíos en el Gym, aunque lo tenía muy controlado, no metía la pata con ninguno. Pero luego en casa me imaginaba follando con todos y me masturbaba.
 
     Un día ocurrió algo, estaba preparándome para ir al Gym, ajustándome bien las mallas y tenía entreabierta la ventana del baño. Llego una furgoneta y se bajó un tipo que me deslumbró desde el primer momento. Era un hombre alto y fuerte de unos 30 años, llevaba un pantalón corto ajustado y una camiseta de tirantes. Empezó a descargar la furgoneta. Dioooooooos!!!!, se iba a instalar en la casa de al lado. Iba a ser mi vecino. Me puse cachonda al pensar esa posibilidad. Pensé que sería un buen juguete para mí, zorrearía con él, lo pondría cachondo, le pondría la polla bien dura y tendría que acabar meneándosela, mientras yo fantasearía imaginando que me follaba a cuatro patas y me masturbaria. Lo estuve observando un rato descargar la furgoneta. Cada vez estaba más cachonda. En fin , ya tendría tiempo, me arreglé y me dispuse a ir al Gym.
 
    Salí a la calle y me introduje en mi flamante deportivo amarillo. Me habían encerrado demasiado con lo que empecé a hacer maniobras y no podía salir. Lo intenté una y otra vez y casi ni me moví del sitio. En ese momento, tocaron a mi ventanilla. Jooooder, era él, el nuevo vecino me pidió que saliera del coche.
 
     Hola buenos días, soy Alex, creo que vamos a ser vecinos, me equivoco? - comentó él-. En ese momento me sentí tremendamente inquieta. Yo soy Roma, -contesté acercándome a darle la mano-. Veo que tienes problemas para sacar el coche, me permites que te ayude? -contestó-. Para nada -dije-, es todo un detalle-. Se montó en el coche, bajó la ventanilla y dijo, -vamos sube, así ves como lo hago-.Subí al coche y, justo al montarme vi un enorme paquete insinuándose debajo de los pantalones -Diooos que pedazo de polla, pensé-. Yo llevaba unos leggins ajustadísimos y un top marcando mis hermosas tetas, me puse mirando hacia él para mostrarle el escote, esperando que babeara al verlas. El muy cabrón empezo a maniobrar sin mirarme , sacó el coche como si fuese un juego de niños, me miró a los ojos y dijo - listo, ha sido un placer ayudarte-. Se bajó del coche y se introdujo en su casa. Me quede boquiabierta mirando ese cuerpazo y con las bragas húmedas del calentón. Sin más me fui al Gym cachonda perdida.    
 
    Esa noche, estaba en mi cuarto, viendo porno en el PC, cuando oí ruido en la casa de al lado, apagué la luz y subí mi persiana despacito para ver qué pasaba. Alex estaba entrando en su casa acompañado de una nenita morena, de apenas veintitantos años, con una enorme cola de pelo negro. Ella llevaba un vestido negro largo con una raja espectacular, un escote inmenso por delante hasta el ombligo y por detrás hasta permitir verle el tanga. Caminaban sonriendo, Alex comenzó a caminar alrededor de ella, muy despacio hasta que se puso detrás de la niñita y empezó a besarle el cuello desde atrás, a la vez de la rodeaba empezándola a sobar a través del vestido. Con una de sus manos sobaba las tetas, mientras la otra mano la usaba para agarrar su cuello, hasta que la hizo darse la vuelta, para ponerla frente a sí, empezando a besarla muy lentamente, sin dejar de agarrarla el cuello dandole lengüetazos sobre sus labios. Justo entonces, empezó a comerle la boca de manera más salvaje, mientras le metía la mano por debajo del vestido. En ese momento, Alex se arrodilló, subió el vestido de la morena, iniciando un recorrido besando su pubis y la parte interna de los muslos, haciéndola excitarse cada vez más, de pronto la llevó hacia atrás, haciéndola sentarse echada hacia atrás en la parte lateral de un sofá, le abrió bien las piernas y comenzó a pasar su lengua, una y otra vez, de arriba a abajo a lo largo de su coñito. La muy zorra estaba abierta de piernas, dejando a Alex comerle el coño a conciencia, haciéndola disfrutar como una perra en celo. El vestido se había abierto y tenía las tetas al aire con sus pezones duros atravesados por piercings, Alex la tenía agarrada del culo mientras le comía el coño, metiéndole cada más más dentro la lengua. Justo entonces, Alex se incorporó y comenzó a desabrocharse la americana, la zorrita se agachó ante él y se dispuso a desabrocharle la correa primero y la cremallera del pantalón después, para empezar a menearle la polla mientras se relamía mirando el pedazo de rabo que gastaba el muy cabrón. 
 
     De pronto comenzó a chuparle la punta de la polla mientras continuaba meneándosela, poco a poco iba metiéndose mas cacho de polla en la boca, chupando polla al mismo ritmo que su mano recorría toda la polla, chupaba polla metiéndosela entera en la boca, y a ratos la sacaba y recorría con su boca todo el tallo de la polla por el lado, mientras se la meneaba. Alex la miraba a los ojos disfrutando de la visión de esa perra mamando polla, con cara de salida viciosa, le acariciaba la cara mientras recibía esa mamada. En ese instante, Alex la obligó a levantarse, le dio la vuelta y la llevó a inclinarse hacia adelante apoyando sus manos en el  sofá, quedando con el culo en pompa, le acercó la polla a su coñito y empezó a restregársela una y otra vez, haciéndola desear cada vez más la follada. De pronto, le clavó la polla entera haciéndola soltar un grito de placer, empezó a follarla cada vez más rápido clavándole la polla hasta el fondo, la muy puta se retorcía con desesperación culeando como loca disfrutando de ese pollón que la estaba taladrando. Alex le agarró una pierna y se la subió obligándola a abrirse del todo y follándola aún más duro, la muy puta seguía teniendo el vestido puesto con las tetas al aire y abierta de piernas recibiendo polla. Mientras, yo seguía asomada a la ventana contemplando el polvazo, tenía echado el tanga a un lado mientras me sobaba como una perra, en ese momento, Alex giró la cabeza y se quedó migrando a mi ventana, se había dado cuenta de mi presencia por lo que sonrió maliciosamente y siguió follándola como un poseso. En ese mismo instante, la zorrita se echó hacia atrás quedando de pie de espaldas a Alex, retorciéndose como una perra con el brazo echado hacia atrás para agarrarlo del cuello, mientras Alex la tenía agarrada firmemente de las tetas, embistiendo su coño con pollazos profundos, follandola duro, cada vez más fuerte, más profundo, la tía tenía los ojos en blanco, empezó a gritar como una loca, incluso yo podía oírla, se estaba corriendo como una posesa mientras Alex seguía dándole pollazos haciéndola retorcerse de gusto. Entonces Alex dejó de moverse, dejándole la polla bien clavada, dejándola disfrutar de su orgasmo mientras le besaba suavemente el cuello y permaneciendo así más de un minuto. 
 
     Ella se revolvía buscando la boca de Alex para comérsela, disfrutando del morreo, hasta que se quitó el vestido y se sentó en el sofá abriéndose bien de piernas, invitando a Alex a seguir follándola, por lo que Alex volvió a clavarle la polla hasta el fondo para seguir follandosela rítmicamente, justo en el momento en que me dio tal subidón que empecé a correrme como una perra retorciéndome sobre mis dos dedos metidos en el coño. Alex seguía dándole polla, la follaba mientras le comía la boca agarrándola del cuello, cada vez follaba más rápido y con más fuerza, la tenía otra vez caliente y deseosa, recibiendo cada pollazo y disfrutando de él. Justo entonces Alex la cogió de la mano y la ayudó a levantarse, se sentó en el sofá y se agarró la polla, la muy puta entendió sus intenciones y se sentó sobre la polla de Alex dándole la espalda y comenzando a cabalgar su polla, mientras se sobaba las tetas. Alex la tenía agarrada de las caderas obligándola a clavarse bien en su polla, mientras contemplaba su culo subiendo y bajando, hasta clavarse entera en ese pedazo de rabo, mientras el muy cabrón trabajaba abdominales empujando aún más para que la follada fuese más dura. En ese instante, Alex tiró hacia atrás de ella, y, sin dejar de follarla, la agarró fuerte de las tetas y empezó  a comerle la boca, subiendo el ritmo de la follada, más fuerte, la tenía a punto, la muy perra estaba a punto de correrse, siguió dándole polla duro hasta que la zorrita empezó a gritar de nuevo corriéndose encima de la polla de Alex, que seguía follandola sin compasión, moviendo sus caderas, lentamente pero clavándosela hasta el fondo, mientras le comía la boca y le sobaba las tetas con la polla clavada entera en ese coño abierto y chorreante. 
 
     Estuvieron así más de un minuto, hasta que la putita decidió tomar la iniciativa, llevó a Alex al suelo tumbándolo boca arriba y se subió sobre su polla, agachada cabalgándola de manera salvaje con las manos apoyadas en el pecho de Alex, follando como loca, dispuesta a sacar toda la leche de los huevos de Alex. Cabalgaba como una salvaje, se dejó caer de rodillas para poder clavarse más aún, para conseguir que la polla le llegase hasta el fondo, mientras Alex la tenía agarrada del culo para empujar aún más comiéndole la boca con la lengua metida entera, cada vez se la clavaba más honda haciéndola retorcerse de gusto cada vez más y más. Entonces Alex se levantó, la puso frente a él la levantó y le clavó la polla agarrándola del culo, mientras ella se agarraba del cuello de Alex y lo rodeaba con sus piernas por detrás, el muy cabrón la subía y la bajaba clavándola entera en su polla, haciéndola gozar con cada pollazo, haciéndola retorcerse de gusto. Justo entonces, sin sacarle la polla, la apoyó en el sofá y siguió follándola contra el sofá, cada vez más fuerte, más duro, a un ritmo frenético, la zorrita tenía los ojos en blanco, no podía gritar porque Alex le comía la boca, pero gemía, gruñía, suspiraba, volviendo a correrse de gusto, retorciéndose con la polla de Alex clavada, yo estaba a mil, restregándome el coño, imaginando que me follaba a mi, así que estallé corriéndome a la vez que la putita, soltando jugos como una perra caliente. Esta vez Alex no paró, siguió follando frenéticamente, la tenía agarrada del cuello y seguía embistiendo su coño sin compasión, gruñendo como una bestia hasta que agarró su polla la sacó y empezó a regar el coñito depilado de la putita con leche espesa, salía a chorreones, impregnándole el coño de un líquido blanco y pringoso que la putita repartía por su coñito abierto. Alex le comía la boca y la besaba con suavidad, la tenía absolutamente poseída. 
 
     Después se fueron a la cama y la abrazó con ternura. La noche no acabó ahí, se la folló una y otra vez, toda la noche. Yo no dormí mirando toda la noche hasta las ocho de la mañana. Le echó seis polvos largos y trabajados. Yo me corrí una y otra vez mirándolos. La putita se vistió y abandonó la casa. La vi salir con un vestuario impropio de la hora. Qué envidia me daba. Ví a Alex entrar en la ducha y salir con una toalla en la cintura, con ese cuerpazo y me fui a la ducha. La necesitaba, tenía que ir a Spinning a las nueve, así que me apresuré.
     
      Al salir de la ducha me puse un top muy ajustado y unos pantalones leggins que marcaban mi figura y me dispuse a salir. Justo en la calle, me dirigía al coche y no pude evitar mirar a casa de Alex. Ví que estaba en la cocina y no pude evitar dirigirme a su casa sin saber qué excusa poner. Llegué a su timbre y toqué. Oí sus pasos acercarse y abrió la puerta, llevaba un albornoz blanco anudado muy abierto en el torso, mostrando su impecable bronceado. Hooooooola, qué sorpresa, mi vecina haciéndome una visita....- dijo riendo maliciosamente- , pasa, estás en tu casa. Me pasó a la cocina sin ni siquiera preguntarme a que había venido. Estoy preparando un zumo, quieres acompañarme?. Acepto encantada - dije- será un placer. Me invitó a sentarme en la cocina. Lo estaba observando, tenía muy ajustado el albornoz y podía adivinar el bulto de su enorme polla a través del albornoz. Se acercó a mí entregándome un vaso de delicioso zumo, permitiéndome oler su aroma a macho. En ese momento decidí pasar a la acción, justo cuando se sentó me acerqué al fregadero y me llené un vaso de agua esperando que viese mi fuerte y cuidado trasero. Me contorneé para que pudiera admirarlo, pero cuál fue mi sorpresa que cuando me di la vuelta estaba ojeando el periódico sin prestarme la menor atención. Me acerqué por detrás y mire el periódico poniendo a su alcance mi escote pero no me hizo ni puto caso. No sabía qué hacer. En ese momento me dijo sin más, bueno guapa tengo que irme, cuando acabes tu zumo, cierra la puerta por favor. Ha sido un placer compartir el zumo contigo, y se fué sin más. Salí de su casa desconcertada, no sabía qué hacer. Así que me fui al gym sin más. Estaba indignada, no entendía qué había hecho mal. Completé mi horario de Gym y me fui a casa a comer.