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Soy la muñeca de mi hermano II clases de manejo

en Amor filial

Después del fin de semana que mi hermano y yo nos quedamos solos en casa y me hizo suya cuando descubrió que me gustaba espiarlo en el baño nuestra relación fue creciendo, hacíamos el amor cada vez que podíamos, y cuando teníamos tiempo platicábamos de nuestras fantasías y deseos, de las cosas que nos gustaría hacernos. En estas conversaciones yo siempre mencionaba ideas perversas como hacer el amor en una iglesia, que me follara en el confesionario, o hacerlo en el campo sobre el pasto desnudos y que la tierra y el aire puro nos roce el cuerpo mientras nos hacemos uno del otro, pero mi hermano invariablemente sacaba el tema de hacernos el amor a las tres, es decir a mí, a nuestra hermana menor y a mamá, y cuando yo nos imaginaba a las tres siendo poseídas y dominadas por mi hermano me empezaba a destilar mieles de mi vagina y más aún cuando él mencionaba que también si nos dejaba a las tres embarazadas sería su mayor fantasía hecha realidad.

En realidad esa idea me excitaba bastante, no solo lo que me contaba mi hermano sino incluso pensar que diría la gente si de repente las tres quedáramos embarazadas. Y que haríamos si eso pasara, ir las tres por la calle caminado y buscando cositas para los bebés… usando ropa de maternidad y acariciando nuestros vientres entre nosotras, y nuestro hombre viendo su obra.

Cada vez que el tema salía yo le decía que convencer a nuestra hermana no sería tan difícil. Aunque era joven ya empezaba a interesarse por el sexo pues me hacía preguntas, ella y yo compartimos el cuarto y como soy cuatro años mayor que ella en ocasiones me cuestionaba sobre si había estado con algún chico, o que hacía o decirle a los compañeros que el gustaban. Cosas normales de adolescentes. Por eso imaginaba que sería sencillo seducirla poco a poco. En cambio a mamá no tenía idea de cómo seducirla o entregársela a mi hermano. Pero él decía que ya tendríamos la oportunidad.

Sin embargo lo que voy a contar en este relato sucedió unas semanas después de que mi hermano y yo tuviéramos nuestro primer encuentro en aquel fin de semana. En aquella época mi hermano estaba cerca de los 15 y yo acababa de cumplir 17, mi hermana menor tenía 13 años en ese momento y  mi madre debía tener ya los 35 fue madre muy joven. Pero ellas dos no figuran realmente en este relato ya solo lo menciono por los que me lo han estado preguntando. Por su edad mi madre quería que mi hermano aprendiera a manejar, y como ella trabajaba casi todo el día me encargo a mí enseñarle a manejar.

Mi hermano se llama Dante y en aquella época era un adolescente delgado de piel morena, y cabello negro y cortó,  sus brazos parecían un par de ramas y sus costillas se alcanzaban a notar bajo la piel. No era precisamente un adonis, pero era alto y de ojos claros, además no sé qué tiene su aroma que me vuelve loca. A mi hermano también le gustaba usar pantalones de mezclilla más o menos rotos y camisetas  sin manga cuando estaba fuera de la escuela, eso dejaba ver lo delgado de sus brazos y los bellos de sus axilas.

Yo por mi parte también soy de piel morena y cabello oscuro pero mis ojos son más bien oscuros. Mis pechos ya eran más grandes que los de mis compañeras, aunque no son tan grandes como lo son ahora, mi trasero estaba firme por el ejercicio que yo hacía, pue pasaba tiempo en el gimnasio y además era parte del equipo de porristas y la tabla rítmica de la escuela además siempre me ha gustado el baile, así que aunque no soy una atleta me gusta estar en forma y mantener mi cuerpo saludable. Además a mí me gusta tener completamente depilado mi cuerpo no tener vellos en ninguna parte salvo obviamente las pestañas y las cejas. Apropósito en esa ocasión me había puesto una minifalda de mezclilla que me llegaba a varios dedos sobre las rodillas y una blusa rosa “strapless” que dejaba mis hombros al descubierto y no usaba brassier ya que la misma blusa me sostenía los pechos.

Como ya les comente mi madre me encargo que le enseñara a manejar a mi hermano así que durante las tardes después de que mi madre llegaba del trabajo con el coche, mi hermano y yo lo tomábamos para salir a conducir por las afueras de la colonia donde vivíamos. Ya que era una colonia de los márgenes de la pequeña ciudad donde vivíamos.

Mi hermano no desaprovechaba la oportunidad de meterme mano como es natural. A Dante le encantaba sobarme el cuerpo y sobre todo los pechos, y algo que me encantaba que él siempre usara palabras más bien fuertes o muy groseras, me decía: “Me encantan tus tetas hermanita, están bien ricas ya quiero mamártelas todas” Yo le pedía que se estuviera tranquilo porque iba manejando, que se esperara a que llegáramos al “campo”. El campo es como le decíamos a un viejo terreno baldío de tierra donde los fines de semana se acostumbra jugar futbol o béisbol y que algunas personas usamos para clases de manejo ya que no hay peligro de chocar con algo, además los días entre semana está completamente solo y está pegado a un pequeño campo donde hay varios árboles a los pies de un cerro lo que también lo hace un lugar hermoso para días de campo.

Mi hermano se tranquilizó sabia el peligro de que pasara algo por manosearme mientras estaba al volante. Pero al llegar al campo se lanzó sobre mí, me bajo la blusa sin mangas y me empezó a apretar los pechos, y a chuparlos, lo clame como pude y le dije que si daba bien cinco vueltas seguidas sin que se le apagara el coche podría tener todo esto, pues a eso era a lo que habíamos ido a que aprendiera a manejar. El acepto y me dijo “Esta bueno hermanita, na’más voy a aprender a manejar bien pa’poder llevarme unas putas al motel a cogérmelas bien rico… y te prometo que vas a ser la primera a la que me lleve a coger” me dijo mi hermano mientras se agarraba el paquete que ya tenía parado entre las piernas.

Nos cambiamos de lugar y cuando me baje del auto para dejarle el asiento del conductor libre mi hermano aprovecho para darme una nalgada. Apenas me quite del asiento Dante saltó de su asiento al del chofer y me espero a que subiera pero obviamente si dejar de ver con lascivia mi cuerpo al caminar y contonearme por enfrente del auto. Subí al auto y me senté en el asiento del pasajero y el arranco el coche, en el primer intento de prender el coche se le ahogo, no logro encenderlo hasta la tercera vez que lo intentó. Cuando empezó a dirigir el auto le dije que hiciera el primer cambio con la palanca, y en ese momento le tome el pene y empecé a acariciarlo; le dije que tenía que aprender a concentrarse y sonríe “Estas pendeja…” me dijo sorprendido “Tienes que aprender a concentrarte en el camino hermanito” le dije yo, “acaso tu hermanita está siendo muy traviesa”. A mi hermano se le apago el coche varias veces, pues no podía concentrarse en hacer los cambios correctamente apretar el “clutch” y cambiar la velocidad mientras lo masturbaba. Pero después de casi una hora, pudo hacerlo bien y dar las cinco vueltas que le había puesto como condición.

Yo me mordí los labios pues sabía lo que se avecinaba. Dante se abalanzo de nuevo sobre mí y esta vez no lo evite, el bajo mi blusa sin mangas y empezó a chupar con fuerza mis pezones mientras yo le sobaba el pene sobre el pantalón. No tarde mucho en bajarle el cierre mientras nos besábamos y sacar su bella y gorda verga, él sabía que me encantaba y por eso no usaba calzón cuando estaba conmigo a solas. Saque su pene y me baje a chupárselo, si ya de por si estaba gorda cuando me lo metí a la boca empezó a hincharse aún más y a crecer. Le estaba mamando la verga a mi hermano en el auto  el me dirigía agarrándome del pelo, me fascina sentir que la mano de alguien me dirige me usa como su juguete, eso lo descubrí con mi hermanito Dante.

Luego el me hizo sentarme en el asiento del pasajero y como se salió del coche le dio la vuelta y abrió mi puerta me hizo sacar las piernas y abrirlas y se arrodillo entre mis piernas u mientras se masturbaba empezó a lamer mis labios y mi clítoris, hizo a un lado el pedazo de tela de la tanga que llevaba puesta y con su lengua acaricio mi intimidad. Metió un dedo en mi vagina mientras seguía besando mis muslos, y lamia mi clítoris. Esas caricias me hicieron sacar mis jugos y destile mi placer orgásmico en el néctar lubricante que mi vagina expulsaba. Tuve el primer orgasmo de la tarde.

Él se calentó y se quitó la playera que llevaba. Me hizo salir del coche y me apoyo en la parte de la cajuela para empinarme y penetrarme mejor apunto su miembro palpitante a mi vagina; me penetro sin compasión, aunque no tenía por qué tenerla, mi coñito está muy húmedo y su verga estaba empapada de mi saliva y ya empezaba a sacar caliente liquido preseminal. Sentía su gorda verga entrar en mi profundidad, sentía como apretaba en mis entrañas y yo trataba de apretarla con mis músculos. Podía escuchar a Dante resoplar y mientras me bombeaba, le agarraba del cabello y de la cintura mientras yo trataba de aferrarme a la cajuela del coche sintiendo como me taladraba. Me encantaba sentirme suya en la clandestinidad. Mi hermano saco su miembro de mi interior y se dirigió de nuevo al interior del auto.

Abrió la puerta trasera y se metió luego, yo iba detrás del pue me venía jalando suavemente dela mano y cuando se sentó en el asiento trasero me hizo una seña para que me sentara sobre él, así lo hice. Yo me senté sobre su pene rente a mi hermano así podía besarlo y hablarle al oído, el me abrazo y acariciaba mi espalda, yo le clavaba las uñas en la suya, yo tenía mi ropa arrugada en mi cintura pues no me había quitado ni la blusa ni la falda, la falda solo me la había subido y la blusa me la había bajado. Sin embargo al cabalgar sobre el pene de mi hermanito mis aretes hacían ruido, pero el sonido que sobresalía era ese sonido de materia pegajosa y humedad que salía de mi coño por el contacto de su miembro. Y el aroma era aún más delicioso nuestro sudor y nuestros fluidos sexuales. Todo sazonado con el sonido de nuestros besos que en ese momento eran algo agresivos, incluso en ocasiones lo mordía, y él se quejaba, que completaban mis suspiros de placer por saberme la hembra de mi hermano,

Yo le decía “Cógeme hermanito me encanta tu verga… me encanta ser tu puta; cógeme y hazme tuya”. “Me en canta cogerte hermanita, me encantan tus tetas, me encanta tu culo y sobre todo me encantan tu coño” me decía él mientras me acariciaba cada parte que mencionaba y me chupaba y lamia los senos no solo concentrándose en los pezones ahora lamia todos mis pechos y les daba mordiditas. Luego me acomodo acostada sobre el asiento trasero, me recostó y se me puso sobre mí me siguió penetrando de forma rítmica y me besaba me decía al oído que me iba a dar su leche y la sacó. Apunto a mis pechos y me tiro toda su leche en 5 o 6 descargas sobre mis pechos, cuello cara y pelo, quede con su pegajoso moco pegado a mi piel, mi hermano me beso en los labios y me dijo “Te amo hermanita, eres la mejor hermana mayor del mundo” yo sonreí y lamí de lo que pude de su leche, lo que no alcanzaba con mi lengua lo recogí con mis dedos y me lo comí. Mi hermano me volvió a besar, y después me hizo lamer el semen que callo en el asiento y en el piso del automóvil. Lo abrace y le dije que lo amaba. Y así emprendimos el viaje de regreso a casa, manoseándonos por el camino.

Al llegar a casa actuamos normal, y teníamos experiencia en eso. Mi hermano entro y se fue al baño, mi madre nos preguntó ¿cómo les fue? yo dije “Bien, yo creo que pronto va andar manejando solos” y me acerque a saludar a mi madre de beso y luego bese a mi hermanita como era lo habitual, y ellas hicieron caras de extrañeza, obviamente debieron haber percibido el aroma a semen y sexo en mí, y la estúpida de yo no lo pensó hasta que ya era demasiado tarde. No me cayó el veinte de lo que hice al saludarlas también me fui al cuarto. No pensé tampoco que el coche debería estar impregnado del aroma a sexo de mi hermano y yo, y que mi madre lo iba a percibir en la mañana cuando tomara el coche para irse a trabajar, de seguro en cuanto abriera la puerta al día siguiente el aroma le daría de frente a la cara y sería imposible que no supiera a que se debía ese aroma.

Fui a la habitación de mi hermano y le dije “Dante no mames, mi mamá va oler el coche y va saber que estuvimos haciendo, ni modo que no reconozca el olor a sexo y que no sepa quienes lo usamos…” él me dijo “Ya se Lore, por qué crees que te cogí adentro, a poco crees que no se va a mojar cuando ate los hilo. Te dije que me las voy a coger a las tres y ya verás…” se acercó a mí y me dio un beso mientras me acaricio el coño que de oírlo ya se había empezado a calentar. El muy cabrón tenía un plan, yo no sabía cuál era pero por primera vez imagine que podría lograr su objetivo de cogernos a las tres, incluso de “preñarnos” como él decía. Lo más increíble fue que mi madre no comento nada al día siguiente, incluso nos alentaba a que saliéramos más tiempo en las clases de manejo, era imposible que no detectara el perfume a sexo incestuoso y aun así nos incitaba a salir en juntos.

Saludos incestuosos a todos los lectores de Todo Relatos. Si alguna persona ha tenido o le gustaría tener alguna experiencia similar o tiene fantasías de incesto con cualquier miembro de su familia me gustaría que nos pusiéramos en contacto. También si alguien quiere dejar algún comentario o critica del relato por favor háganlo ya es mi segundo relato y me gustaría ir mejorando. Mi correo es: loresexyescort69@gmail.com

¡VIVA EL INCESTO, LA FORMA DE MÁS SINCERA AMOR EN FAMILIA!