Palabras sucias y palabras de amor entretejidas
I
Querida mía:
Por más que miro en la memoria
No encuentro otro instante de gloria
Más regocijante, feliz y extraordinario
Que el de aquella tarde de julio gaditano
En que después de tanto tiempo deseándolo
Pude lograr que mi ilusión no solo fuera fantasía.
Recuerda, había alcanzado de ti tu voluntad de hacerlo,
Pero con la persona, con el hombre que tú querías,
Me dijiste; y yo acepté con sumo agrado,
En la idea de que así tú lo gozarías
Como lo gozaste tanto al lado mío
Mientras yo te acariciaba y os veía.
Como dice la frase hecha: fueron
Los preparativos arduos: llamadas,
Incertidumbre, avisos, palabras perdidas…
En esa espera de lo que se acerca y a puerto llega
Inexorablemente tentador transgresor excitante y bello:
-Sí, cariño; ya he quedao con Javi, el viernes a las ocho viene.
Desde ese momento hasta cuando fue,
Viví en arrebato, en fascinación continua,
Cada segundo, cada minuto, cada… pensando
Que de veras iba a alcanzar muy pronto el paraíso
El sueño de los sueños de los sueños de mi pasión oculta
Acariciado mil veces, incluso suplicado con lágrimas secretas.
Por eso, corazón mío, lo rememoro ahora, lo revivo
Y lo registro igual que si hubiese ocurrido anoche,
Cuando fue hace ya qué sé yo, ¡14 o 15 años!
Recapacito y siento que ese instante de oro
Tuvo a más otras secuencias sin olvido
De besos, de magreos, de pollazos,
De orgasmos tuyos maravillosos,
De palabras sucias y palabras
De amor entretejidas.
Tuyo siempre, incomprendido.