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Mi actriz porno favorita - Capítulo Cuatro

en Erotismo y Amor

Capítulo 4

Nada más despertar, empezó a notar ya su cuerpo algo resentido, no llegaba a ser dolor, pero sin duda aquello le hizo recordar lo movida que había sido la noche en aquella habitación de hotel.

Le dolían los pechos, los primeros moratones empezaron a aparecer sobre ellos y al tocarlos se  percató de lo pegajosos que se encontraban también, pensó por un momento que tan solo se trataría de saliva pero no tardó demasiado en recordar que aquel hombre había terminado eyaculando sobre sus enormes pechos. Entonces fue cuando notó el amargo y pegajoso sabor que rondaba por su boca, una sensación igual de pegajosa que la que rondaban por sus pechos.

Tras ello, cerró los ojos, deslizó su mano derecha por sus piernas hasta llegar a su zona íntima, la sentía también algo resentida, y por supuesto húmeda y pegajosa, y tras introducir dos de sus dedos por los labios de su vagina, terminó de confirmar lo que realmente ya sabía: todavía quedaba restos de semen de aquel hombre en su interior.

-         Te habrás tomado la pastilla, ¿verdad? – al escuchar la voz de aquel hombre se llevó un pequeño sobresalto y levantó medio cuerpo de la cama intentando cubrir un poco su cuerpo desnudo con las sábanas mientras centraba su atención en su representante.

-         Sabes que siempre lo hago… - respondió con un fino hilo de voz.

-         Así me gusta. – aquel hombre dejó de abrocharse su camisa tal y como estaba haciendo para acercarse a la chica y dejar un beso sobre su frente. – No me gustaría que mi chica favorita se quedase embarazada en el mejor momento de su carrera.

-         Si no me medicase para ello, ya me habría quedado embarazada hace mucho, creo que no es necesario recordarte a lo que me dedico…

-         Esa es mi chica… - y tras aquellas palabras, a pesar de ya tener puestos los pantalones, aquel hombre no tuvo ningún problema en bajar la cremallera para volver a sacar su enorme miembro y acercarlo al rostro de su chica. – Tengo algo de prisa hoy pero… todavía tengo algo de tiempo para servirte el desayuno, ¿Qué me dices?

Megumi ni siquiera respondió, tan solo se limitó a asentir tímidamente y cuando quiso darse cuenta ya tenía aquel enorme miembro en su boca golpeando su garganta, la mano de aquel hombre se encontraba sujetando su nuca en señal de que no detuviera lo que estaba haciendo, y tras un pequeño y un tanto desagradable gemido de su representante, Megumi empezó a sentir su cálida esperma llenando su boca no teniendo otro remedio que empezar a tragar todo lo que pudo mientras que el semen restante empezó a caer por su barbilla cuando aquel hombre empezó a extraer su miembro de su boca.

-         Llamaré un taxi para que te lleve a casa, date una ducha y nos vemos esta tarde, recuerda que tenemos trabajo.

Y con aquellas palabras se despidió, tras cerrar la puerta de la habitación, Megumi se encontraba todavía sentada sobre la cama y no pudo evitar arrancar a llorar, y acto seguido y conducida por un ataque de tos, se levantó de la cama para ir hasta el lavabo para empezar a devolver el semen de aquel hombre que se le había quedado en la garganta.

Entonces se metió en la ducha, cargada de dudas y sintiéndose algo sucia, pues aquel hombre era su representante y pareja, o amante, o quien sabe lo que serían ya a estas alturas… y le amaba, había sido siempre muy atento con ella aunque en ocasiones discutieran, aunque a veces pareciera que tan solo la utilizara para satisfacer sus necesidades sexuales, pero no quería pensar así, sabía que su representante tenía siempre mucho trabajo y que no siempre podía dedicarle todo el tiempo del mundo, aunque a veces, situaciones así le hacían plantearse una cosa: ¿Realmente era feliz con esta vida?

No había sido tampoco un día muy agradable para Shuichi, no dejaba de pensar en todo lo ocurrido en la noche anterior y en si Megumi se había ido enfadada, aunque pensándolo mejor, ¿Qué más daría? Posiblemente no volvería a verla jamás, posiblemente ya se habría olvidado de él… pero esa nota… le pedía apoyo, tal y como había estado haciendo hasta ahora, y fue eso lo que le mantuvo todo el día atento a las redes sociales de la idol hasta finalmente bien entrada la pone, escribió un mensaje en su Twitter tras haber estado todo el día desaparecida:

“Chicos, siento haber estado todo el día desaparecida y lamento que se suspendiera el evento de ayer, de verdad que voy a seguir trabajando y os compensaré por ello”

Al menos Shuichi empezó a sentirse algo más tranquilo, quiso responder el tweet, aunque sabía de sobra que posiblemente Megumi ni lo vería con tantos mensajes que recibe, pero lo hizo, quiso hacerlo, quiso apoyarla tal y como ella le había pedido:

“Mucho ánimo Megumi, te estaré apoyando, siempre, es una promesa”

-         Te gusta mamarla… ¿Eh zorra?...

-         Mmm…

-         Aaah… su vagina también está muy rica…

-         ¿Sí?... Pues entonces yo voy a darle el premio gordo…

Con lo de “premio gordo” se refería a penetrarle por detrás, pues en eso consistía la grabación de hoy, Megumi era violada por tres chicos en un karaoke, jamás la palabra “corten” había sonado tan placentera, incluso más que el polvo que acababa de echar con aquellos tres chicos.

-         ¿Estás bien Megumi? – preguntó al menos uno de los chicos.

-         Sí… estoy bien. – respondió mientras se limpiaba la boca.

-         ¡Aún no me puedo creer que haya follado contigo! ¿Me podrías firmar un autógrafo? – y con aquellas palabras, aquel muchacho había fastidiado la poca educación que había mostrado en un principio.

Los tres muchachos que habían rodado con ella el vídeo de hoy se marcharon entre risas, otro de los ayudantes se acercó para dejarle caer un albornoz por encima de su espalda diciéndole que podía irse ya a su camerino, y eso hizo, se dio una ducha y después cogió su teléfono móvil para revisar sus redes sociales.

Y entonces cuando se encontraba tumbado en la cama sin ganas de nada, su móvil sonó, era una notificación, de twitter para ser más exactos, y más sorpresa fue cuando Shuichi vio que se trataba de un mensaje privado:

“Gracias… de verdad, vi tu mensaje y quería darte las gracias por apoyarme siempre. Oye, tal vez suene algo disparatado pero… ¿Te gustaría que nos viéramos?”