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Aventuras en la Carretera 2 - Un regalito

en Sexo con maduros

Habían pasado un par de semanas desde que conocí a Bruno, tras unos días de silencio habíamos empezado a intercambiar mensajes, casi siempre subidos de tono pero no habíamos quedado en nada.

Ayer me comentó que iba a pasar por la zona y ya que era sábado, si salía podía contar con él para recogerme. Empecé a hacer aguas, desde entonces no había conocido a nadie que me apeteciera llevar a la cama y esta era la relación sin compromiso que me gusta, y que me da placer.

A medida que terminaba la tarde me dispuse a arreglarme para salir con unas amigas a la ciudad, me estaba duchando cuando me acordé de él y decidí hacer una foto, desde fuera, en la que se veía mi silueta desnuda dentro de la ducha, borrosa por el agua y el vapor, y se la mandé con un mensaje de texto:

“Refrescándome para salir esta noche ¿sigo contando con tu servicio de recogidas? *guiño*”

En unos minutos contestó ofreciendo todos sus servicios y pidiendo nuevas fotos, a lo que solo contesté algunas sonrisas y seguí arreglándome. Elegí sin dudar mi body negro con escote hacia el ombligo. Alguna amiga ya me había comentado que no lo veía apropiado ya que tengo mucho pecho y es un reto que no se salga nada en un escote tan profundo. Perfecto para Bruno.

Y lo completé con mi minifalda de piel roja y unas botas negras. No podía llevar sujetador con algo así por lo que me coloqué mi tanga  y me miré ante el espejo. No había duda de que se le iba a poner dura nada más verme. Hice una foto posando ante el espejo y se la envié, me fui directamente a la calle.

Su contestación fue casi inmediata, con un divertido “De repente me has recordado lo empapada que estabas cuando te embestí ¿Te acuerdas?” dejé pasar algo de tiempo, llegué a mi destino y pedí mi primera copa antes de contestar.

“Me acuerdo aun mejor de lo que te costó abrirme, cuánto tuviste que empujar para encajármela dentro ¿y tú?” Casi de inmediato: “Joder que coño tan estrecho tienes. Avísame en cuanto necesites volver y mándame una foto de esas redondas tetas que tienes”

Pasé la noche bailando y tomando copas, cuando ya entrando la madrugada fui al servicio y al salir, ante el espejo del baño abrí mi top dejando los pezones justamente tapados e hice una foto sorbiendo mi coctel para enviársela, informándole también de que me iría en una hora. No era del todo cierto pero yo ya tenía ganas de tenerle entre las piernas.

Solo en 40 minutos me avisó de que andaba cerca y un aparcamiento amplio donde podía esperarme sin problemas. Me despedí de mis amigas diciendo que estaba cansada y caminé hasta allí. Fue fácil localizar su vehículo, me acerqué a la puerta que él ya estaba abriendo, fui a subir pero me chistó para que parara, bajé el escalón mirándole intrigada.

  • Ábrete el top.
  • ¿Aquí en medio?
  • No hay nadie, llevo aquí un buen rato. Y me has hecho pensar en ellas durante horas. Ábrete el top ahí de pie -dudé mirando la solitaria explanada, aun podía haber gente en los coches que no se vieran fácilmente, me sentí excitada pero seguramente por estar bebida.
  • ¿Qué más me ofreces además del viaje de vuelta? -se volvió hacia la parte trasera y sacó una botella de ron, mostrándomela.
  • También tengo una de whisky si la prefieres -sonreí y abrí el top hacia los lados. Los pechos saltaron a su posición, quedando expuestos a la brisa de la noche- mmm, esos son. Sube, pero no te tapes. -Escalé los escalones hasta el asiento y cerré la puerta.
  • Dame esa botella, ahora es mía -me agarró una de las tetas con la mano completa, acariciándola y luego apretando el pezón suavemente.
  • Aun no. Se te están endureciendo solos. ¿Te gusta exponerte?
  • Un poco, no lo se...
  • Esto ¿te ha gustado verdad? Lo noto
  • La verdad es que si
  • ¿Te atreves a quedarte así? Ya no puedes cubrirte, hasta que te deje en casa -asentí agarrando la botella y esperando hasta que la soltó, y llevó la otra mano a mi otra teta, me giré un poco hacia él.
  • Cuántas pajas debes haberte hecho pensando en esa noche conmigo...
  • Muchas preciosa, dos esta misma noche así que vas a tener que aguantar un buen rato porque pienso tardar mucho en correrme. Tengo que follarte por cada una de ellas -en cuanto terminó de hablar llevó la boca a mi pezón derecho lamiendo y succionando como si se muriese de hambre, haciéndome gemir y sentir como se me rebosaba el tanga de jugo- Bebe -dijo parando un segundo para alternar con el otro.

Me pareció una gran idea, bebí unos cuantos sorbos mientras el succionó hasta dejarlos un poco inflamados, me soltó dirigiéndose a su volante y arrancó para salir de allí hacia la carretera. Seguimos bebiendo, yo bastante más y bromeando hasta salir de la ciudad hasta la solitaria carretera.

Para entonces todo estaba mezclándose en mi cuerpo y el calor seguía subiendo entre bromas, decidí abrir la ventanilla aprovechando la poca velocidad.

  • ¿Que haces niña?
  • Shh, te va a gustar. ¿Querías que me expusiera no? -me asomé levemente por la ventanilla notando el viento en todo el torso, me arrodillé en el gran asiento dándole el trasero.
  • Estás loca -dijo riéndose. Unos segundos después oí un “click”, el sonido de una cámara
  • ¿Has hecho una foto?
  • Puedo verterlo todo desde aquí, quiero recordarlo en unos días, tranquila no se te ve la cara -noté como un par de dedos me tocaban sobre el tanga que le estaba enseñando en esa posición. Moví la cadera ayudándole a rozarme y riéndome.

Tras un par de roces lo apartó e introdujo un dedo un par de dedos dentro de mi vagina, alcé un poco el trasero para que viera y continuara hasta que metió el dedo, repitiendo cada vez más hasta meter otro más. Continuó despacio un par de minutos hasta volver a dejarme solo uno dentro y con el otro, ya muy mojado me acariciaba el ano.

Pensé unos segundos disfrutando como lo humedecía, cuando llegó el momento y empezó a presionar suavemente con la yema del dedo al contrario de lo que esperaba, me excité, y me quedé quieta, esperando que consiguiera entrar hasta que llevó el momento, una oleada de escalofrío me recorrió, volvió a sacarlo y repitió, sin dejar de meterme el otro en el coño.

Poco a poco ya había metido la mitad de su grueso dedo y yo esperaba paciente y ardiendo cuando cupiera entero y me abriera un poco más. Pero lo dejó todo y noté como giraba hacia la salida de la carretera, llegando a un lugar vallado, parecía no haber nada más que una caseta.

  • ¿Dónde estamos?
  • Es un apartadero para descansar en la carretera. Vuelve aquí -me jaló de la cintura para que volviera a la cabina y me sentó de golpe, reclinó mi asiento- gatea hacia la parte trasera -bebí un poco más y dejé la botella en un lugar seguro hasta gatear.

Cuando me tuvo ene l mismo punto de vista que un momento antes me paró por la cadera, volvió a apartar el tanga y llenarme la vagina con dos dedos sin problema. En poco volvió a meter la mitad del dedo dentro de mi culo sin preparación como antes, aspiré de sorpresa y le dejé hacer.

  • Te está gustando así ¿Verdad?
  • Si, despacio.
  • Así suavecito... -lo metía y sacaba despacio y sin problema, cuando sacó el que tenía en mi vagina y se colocó detrás de mi sin sacar el dedo de mi trasero.

Noté su polla en la puerta de mi raja mientras empezaba a empujar para entrar notando resistencia a pocos centímetros.

  • Mm... a esto me refería
  • Aprieta bien cariño -le animé sintiendo que todo me daba vueltas. Empezó a abrirse paso empujando sin parar de jugar con el dedo en mi ano. Cuando la metió entera noté un segundo dedo abriendo un poco más.

Siguió follándome lentamente hasta que me abrí completamente a todo su aparato entre gemidos y paró de moverse, yo reaccioné moviéndome hacia él.

  • Vamos te toca, métetela si quieres correrte -me empecé a mover con más fuerza metiéndome su polla y los dedos dentro y notando escalofríos cada vez mayores, entre gritos- ¿Vas a correrte? 
  • Si... Ahh... Si sigo me corro...
  • ¿Quieres correrte?
  • Si...
  • Más fuerte, vamos...
  • ¡Si!
  • Vamos, más. Los dos sabemos lo perra que puedes ser, mira como te abres tu solita...
  • ¡VOY A CORRERME! ¡SI! ¡QUIERO CORRERME! -subió un poco más mi falda y me golpeó una nalga con fuerza que me hizo avanzar de la impresión.
  • Venga, córrete pequeña -agarró mi cadera con las dos manos, liberando mi culo y me comenzó a embestir hasta el fondo, muy rápido, lo notaba entrar y salir a una velocidad irreal mientras me faltaba el aire.

En unos segundos más me encontré gritando y retorciéndome por un enorme orgasmo, aun agarrada de las caderas, no paraba de metérmela a pesar de que llevaba un buen rato intentando soltarme, incapaz de aguantar más, pero seguía alargando mi corrida un minuto más hasta que la sacó de golpe, me tumbé en el asiento esperando que parasen los espasmos de mi cuerpo.

Cuando conseguí enderezarme un poco estaba a mi lado, también había reclinado el asiento del conductor y estaba meneándosela y mirándome sonriente.

 

  • Aun no hemos acabado y mira como estás... No se si vas a ser capaz de llegar a mi nivel niña -bromeó.
  • Ya no sabes lo que se puede aguantar a mi edad... -agarré su verga con la mano y me acerqué lamiéndola un par de veces.

Se colocó dejándome mejor acceso y echando las manos atrás mientras poco a poco empecé a metérmela en la boca hasta que llegó adentro. Durante unos minutos estuve regalándole una mamada que le estaba encantando, oía como gruñía intentando aguantarse, un par de veces me agarró el pelo para que me entrase más, le gustaba probar y aguanté sin respirar cuanto él me probó.

  • Suelta -me retiró por el pelo sin tirar demasiado- o vas a hacer que me corra. Desnúdate

Me retiré la falda y el top ya mal colocados y el tanga empapado que aun no me había quitado. En cuanto terminé me tumbó sobre mi espalda y abrió los muslos llevando la boca a mi entrepierna, lamiendo despacio cada rincón y subiendo poco a poco de velocidad hasta introducir un dedo haciendo que empezara a gemir.

Volví a notar un dedo en la entrada de mi ano que esta vez entró casi sin problema y pudo empezar a masajear y probar con el segundo que con algo más de dificultad empezó a entrar. Sentía escalofríos recorriéndome, me gustaba ese juegueteo.

Entonces se colocó arrodillado entre mis piernas agarrándome los pechos y lamiéndolos más ansioso, succionando de vez en cuando. Con una mano colocó su polla entre los labios de mi vagina, deslizándose y mojándola mientras el roce me excitaba aun más.

Coló un par de dedos dentro de mi boca mientras le metía despacio hasta volver a notar como me abría, dio un par de embestidas sacándola de nuevo, noté como se colocaba en mi culo y frotaba un par de veces la entrada, intenté relajarme sintiendo la resistencia, tras unos segundos de roce empezó a empujar despacio. Tan caliente sentía que le quería dentro, pero empezaba a doler y aun no había conseguido entrar.

Aun con una mano en mi boca, con la otra abrió mis piernas más y empezó a masturbarme, insistiendo en entrar en mi trasero. Pude aguantarme un par de quejas cuando un calambre me cruzó al sentirme ceder, había conseguido introducir la punta-

  • ¡Ah! Para, para -le toqué el abdomen para alejarle, él sin moverse cogió i mano y la llevó a una de mis tetas.
  • Aguanta así un poco -frotaba mi clítoris más rápido contrarrestando el ardor de mi trasero que empezó a relajarse un poco aun sintiéndole un poco dentro.

En un minuto la sacó y volvió a llevar la boca a mi coño, succionándolo, bajó dando un par de lamidas a mi ano, más relajado. Volvió a su posición de rodillas para follarme un poco más, volvía a estar empapada. Pero no había terminado, se colocó sin esperar en mi trasero y volvió a meter la punta ante un grito mío. 

  • Ah! Cuidado -empujó un poco más, entrando un par de centímetros- Ay! Es muy grande, para, podemos ir jugando pero ahora no. gruñó un poco manteniéndola dentro y empezó a sacarla, recogiendo mi tanga mojado de nuestro lado y metiéndolo en mi boca tapándola con la mano.

Me cerró las piernas colocándoselas al hombro y abrió mi raja hasta llegar al fondo con un golpe, di un grito amortiguado por mi tanga y su mano, esta vez de enorme placer. Siguió follándome sin parar, golpeando el fondo de mi vagina hasta que se cansó y me colocó a cuatro patas ante él alzándome bien la cadera y volvió a entrar manteniéndome las piernas cerradas.

Empezó a abrirme las nalgas y sentí como caía líquido, seguramente saliva, con unos dedos me masajeó de nuevo la entrada sin dejar de metérmela. No tardé ni un minuto más en correrme entre gritos por segunda vez. Él mantenía mi tanga dentro de mi boca, cuando acabé dejando caer la cabeza de cansancio mientras seguía, se agarró a mi cadera con fuerza embistiendo con a hasta acabar corriéndose dentro entre gemidos.

Quedó tumbado sobre mi hasta que nos sentimos con respiración. Le sonríe recogiendo la botella que había quedado de lado y bebiendo como si fuera refresco para volver al estado en que mejor estaba.

  • Cuando quieras puedes llevarme a casa.

Pasamos un rato allí hasta que me acercó en unos minutos dejámdome bastante cerca de casa mientras hablábamos de cualquier cosa. Cuando paramos para irme, volví a quitarme el tanga bajo su mirada, que estaba ya mojado completamente y lo colgué de su retrovisor.

  • Te dejo un regalo de recuerdo, puedes enseñárselo a tu mujer, o olerlo cuando me eches de menos.

Bajé del vehículo viéndole reír y me fui a casa a ducharme y dormir sintiendo algo de ardor en el trasero un par de días, pero mojándome las bragas cada vez que lo recordaba.