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Encuentro con mi profesor 2.

en Confesiones

Tras el primer encuentro con Martin, estuvimos hablando una semana, pero la cosa se había enfriado. En clase él estaba raro, me evitaba todo el tiempo, no cruzaba ni si quiera la mirada conmigo, ni me hablaba, era como si yo no existiera.

                Estuve rayada durante esas últimas semanas, estaba claro, reflexionando entendí, que ya estaba aquí el verano, el se iría para Sevilla y yo me quedaría. El sólo quería una aventura, un ‘aquí te pillo, aquí te mato’, un polvo. Y no es que yo quisiera algo serio con él, es que me llegaba a sentir utilizada, porque la sensación que me había aquella vez que estuvimos juntos no era esa.

                Los días pasaron y mi actitud en clase lo decía todo, me limitaba a trabajar, me duchaba más rápido que nunca y me iba. Jamás le busque, pues quien se fue sin ser echado, dicen que vuelve sin ser llamado y así fue.

                Una semana antes de acabar el curso cumplía años Carla, una compañera de Cádiz, que se había vuelto un apoyo incondicional durante este último año. Sara, Carla y yo decidimos salir esa noche a su cumpleaños, obviamente lo pasamos genial, estuvimos toda la noche de discotecas, bebiendo, fumando, bailando, pasándolo en grande. De camino a casa, tal vez, eran las 8 menos cuarto de la mañana, aun nosotras llevábamos nuestro puntillo, tras el alcohol bebido durante toda la noche.

Hago un inciso para explicar, que él con el ‘puntillo’ me refiero a esa pequeña ‘borrachera’ que llevas tras haber bebido de mas la noche anterior.

                Total como decía, en la mañana mientras volvíamos a casa, las tres de risas, haciendo tonterías, fruto de ese puntillo que explique anteriormente, Martin, pasó con el coche él iba camino de la universidad. Y nosotras estaba claro que no íbamos a ir. Faltamos a su clase y recibí una llamada, era él con el numero del centro de profesores.

-          Os espero esta tarde a Carla, Sara y a ti  en mi despacho a las 4 de la tarde, tengo que hablar seriamente con vosotras.

Tenía tantas cosas que reprocharle… Tras llegar la hora, nos reunimos con él y nos anunció que tras haber faltado hoy a clase sin justificación medica , ya que el sabía perfectamente que habíamos ido de fiesta, estábamos totalmente suspendidas y debíamos hacer la prueba teórica de Junio.

-          Venga ya Martín, no hemos faltado ni un solo día a clase, nos hemos esforzado, los trabajos te los hemos entregado siempre antes de tiempo,hemos hecho  las actividades de clase de sobresaliente y por solo un día, ¿nos vas a suspender? no pienso presentarme.-  le dije muy enfadada.

-          Me alegra que lo hayas entendido ese es tú problema – Me dijo sin apenas mirarme.

-          No por favor, mándanos ha hacer un trabajo teórico, lo que sea, un  proyecto, pero no nos suspendas – le reprocharon Carla y Sara.

-          Está bien, vosotras lo pedisteis de forma diferente, habéis pedido hacer otra cosa, otra opción para aprobar, para seguir apostando. Ella sin embargo dijo que ni si quiera se presentaría. Podéis marcharos chicas, ella se queda aquí necesito hablar con ella sobre su actitud y dar una solución a esto.

-          Chicas esperadme en casa, yo iré cuando acabe. -  me dieron un beso en la mejilla y se fueron deseándome suerte.

Agache la cabeza ni si quiera quería mirarle a la cara me parecía tan injusto.

-          ¿qué es lo que quieres? – le dije mientras mis ojos se llenaban de lagrimas por la rabia acumulada. (Pero me dije no, no me va a ver llorar).

-          Mírame…me encanta cuando te  enfadadas. - me dijo.

Entonces me levante de la silla, y frente a el le dije:

-          Llevo dos semanas escribiéndote por WhatssAp, esperando aun que sea un ‘no puedo hablar’, todos los mensajes me los dejas en leído, ni si quiera me miras en clase, parece que dejé de existir después de que nos viéramos. ¿Tan mal nos fue? Enserio, que pensé que para ver sido la primera vez que nos veíamos a solas, parecía que me deseabas demasiado, que tenias ganas de estar conmigo, pero ya veo lo que buscabas, un polvo de mierda.

-          No es cierto.

-          Si lo es, Martin si lo es, eres casi 10 años mayor que yo ¿Porqué te ibas a fijar en mí? además, ya llega el verano, vuelves a Sevilla con tu gente y parece que aquí no has conocido a nadie, te hubieras ahorrado el llevarme contigo aquel día ¿vale?

-          Intente olvidarme de ti, huía de lo que me daba miedo, me daba miedo enamorarme de ti, me gustas demasiado, jamás he dejado de pensar en ti. He intentado contestarte muchas veces a los mensajes, pero sabía que tenía que olvidarte. Cada día se me ha hecho más cuesta arriba el hacer como que no existes, escuchar a estos chicos, hablar de ti, ¡hasta sentía celos!  puedes decirle a tus amigas, que están aprobadas y no te preocupes, tu también lo estás, solo quería verte, quedarme contigo, hablar las cosas antes de irme.

-          Pues yo no quiero hablar nada Martin  ya no quiero decir nada mas, quiero irme a casa. Hasta el año que viene, espero que  a tus nuevas alumnas, no les hagas lo que me hiciste a mí. – Y Salí de ahí, me dirigí al piso con mis compañeras.

En el camino, pase por aquella calle donde me recogió la primera vez y  ahí estaba, esperándome.

-          Por favor, déjame hablar contigo.- me decía mientras se bajaba del coche.

-          Tú no has querido hablar conmigo en estos días, no te lo mereces.- le dije, aun que deseaba  irme con él y acabar aquello que empezamos.

-          Lo siento ¿vale? No sabes las ganas que he tenido estas semanas de estar contigo.

Me monté en el coche, no pude resistir y nos dirigimos a su casa, me senté en el sofá y me dijo:

-          Ven, subiremos arriba.

Me eche en la cama  completamente vestida, su cuarto era enorme, tenía varios sofás en color mostaza  y una cama enorme,  tenia televisor justo enfrente de la cama, y algo que me encantaba, espejos en el techo. La combinación de colores, las cortinas, el balcón, todo me fascinaba.

Se recostó conmigo en la cama, tras poner unas canciones en la televisión, pasando su brazo por detrás de mi nuca y me beso en la frente.

-          No sé qué me pasa contigo desde el primer día que te vi y hoy que casi hace un año que te conoci, te juro que no he podido dejar de pensar en ti.

-          No te creo, solo quieres engatusarme de nuevo.-  realmente había notado desde el minuto uno esa atracción entre nosotros.

-          Martin, yo no estoy enfadada contigo, no te debo nada, quizá fue mi culpa el hacerme ilusiones contigo.

Me beso en los labios y indicó que me callara.

- Dejáme acabar lo que empezamos... Solo así serás consciente de cuanto te deseo.

Comencé a besarle apasionadamente los labios, mientras cruzaba mi lengua con la suya, intercambiábamos saliva y nos mirábamos, estábamos demasiado cachondos.

-          No sabes con quien te has metido en la cama, seguro que me buscarás para repetir.- le dije.

-          No cabe duda de que lo hare.

Me metí debajo de las sabanas le baje los calzoncillos y comencé a comerle esa pedazo de polla,  el me quitó la sabanas de encima, para ver mi cara mientras le comía esa ENORME POLLA. Casi como mi consolador, no me creía lo que estaba chupando, estaba dura, casi a reventar, comencé a chuparle el capullo, mientras babeaba, me la comencé a meter cada vez más adentro de mi boca y mas seguidamente, lo escuchaba gemir, mi boca no paraba de babear por su pene, bajando las babas hasta sus huevos. Entonces se levanto, se puso de rodillas y comenzó a follarme la boca. Yo daba arcadas, pues me estaba metiendo la polla hasta el fondo de mi garganta.

Le empuje para que se acostara en la cama y me puse encima del él comenzando a cabalgarle mientras le pasaba mi lengua por sus labios. Sin parar de moverme, comencé a tener orgasmos casi seguidamente, tenía toda su polla chorreando, no paraba de correrme y de gemir como una puta desesperada.

-          Jamás me he follado una polla así… ah, ah, oh siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, no puedo para de chorrear.

-          Sigue guarra, mira tu cara estas deseando de que te heche toda mi leche.

Me puse en cuatro patitas y comenzó a follarme agresivamente, ¡¿Cómo se podía mover así?! , estaba disfrutando como una puta, por sus huevos se escurrían las gotas de mi flujo, y el no paraba de follarme.

-          Sigue no pares, no pares. Me corro otra vez, como me gusta si, ahhhhhhh, sigue sii, ahhhhhh.

-          Me corro niña, date la vuelta, quiero que te lo comas todo.

Tras dos o tres embestidas mas, me cogió la cabeza, y rápidamente me metió su polla en la boca, mientras la metía y la sacaba de mi boca, iba saltando dentro de ella chorritos de leche caliente… Me relamí los labios. Y él comenzó a comerme los pezones, me los comía como loco mientras su polla rozaba mi clítoris,  acostado encima de mí, fue besándome las tetas, bajando por mi barriga hasta llegar a mi coño. Estaba chorreando, mi clítoris hinchado y yo demasiado cachonda…

Se metió bajo mis piernas y comenzó a comerme el coño, su lengua comenzó a vibrar sobre mi clítoris, me lo succionaba y pasaba su lengua por mi coño haciendo un movimiento circular. Mientras comenzó a meterme poco a poco los dedos, su lengua estaba recorriendo mi coño completamente, me comenzó a besar los muslos mientras yo  no paraba de gemir.

Mi cuerpo comenzó a estremecerse, estaba llegando al final, mientras me metía los tres  o cuatro dedos por el agujero de mi coño, me lamia el clítoris, iba a tener una explosion de placer en breves.

En ese momento, le indique que se levantara,  comenzó a darme unos segundo con su dedo en mi clitoris, como un desesperado, sabiendo lo que estaba a punto de ocorruir, entonces y casi sin pensarlo, un chorro salió por mi coño, que le empapaba todo el pecho.

En ese momento, volvió a meter la polla en mi coño y comenzó a follarme de nuevo, yo  cachondisima, esta vez, el estaba encima de mí, por lo que no paraba de besarle de chuparle la cara, los labios, de morderle su lengua…

Me cogió de mis pies, y me los coloco sobre sus hombros, comenzó a follarme como un loco mientras yo no paraba de gemir.

-          Sigue no pares por favor.

-          Déjame correrme dentro de ti.

-          Córrete, si correteeee ahhhhhh.

-          Ahhhh, siiii ohhhhh, me corroooooooooooooooooo ahhhhhhhhh.

Se corrió dentro de mí, su leche caliente recorría el interior de mi coño. Se recostó de nuevo a mi lado y me volvió a besar.

-          Me encantas, ahora más que nunca.

Me recosté encima de su pecho y le pregunte…

-          ¿y después de esto qué?

-          No me iré a Sevilla, iré a visitar a mi familia, durante dos semanas, y volveré contigo.  El año que viene trabajo en la misma universidad, aun que ya no te dé clase, nos veremos todos los días que tú quieras. No estoy de broma, no tienes ni puta idea de lo que me has hecho sentir.

-          Espero verte muchas más veces, pasar contigo más ratos así, no sé Martin, no quiero que esto quede en nada.

-          Te prometo que no será así.

Nos duchamos juntos en una bañera enorme y me fui a mi piso a prepararme, Martin me había invitado a cenar fuera de la ciudad, para que nadie nos viera, pues toda la universidad hablaría de nosotros. Durante el verano continuamos viéndonos casi todos los días, excepto los días que él estuvo en Sevilla. En agosto, nos fuimos a pasar unos días fuera, en la playa, donde hubo mucho sexo, sexo y mucho más sexo.

Para los que os lo preguntáis, a día de hoy, aun seguimos viéndonos casi todas las semanas.

Pero dejare esos días en los que no hemos parado de follar, para otra ocasión. Espero que os haya gustado tanto como a mí vivir esta experiencia, si es así, dejádmelo saber en los comentarios.