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El viejo mecanico engraso bien el sexo de mi mujer

en Sexo con maduros

Habíamos decidido retomar nuevamente otro trio y teníamos al candidato perfecto, solo faltaba engatusarlo y que aceptara, pues era un viudo mecánico que ahora tras jubilarse reparaba algunas averías en casa cuando le surgía algún compromiso , pues hace tiempo cuando tenía el talles operativo mi mujer le había llevado el coche varias veces y notaba como la miraba picaronamente, incluso llego a lanzarle algún piropo que mi mujer se tomó a broma según me contaba, pero ahora que habías entrado en esta dinámica ella me dijo que siempre se había fijado en su bulto cuando estaba en el taller y que le parecía enorme además era un viejo muy atractivo de esos de aspecto macho con vello abundante en el pecho y aspecto algo desaliñado  pero muy varonil.

  Preparamos el terreno y le llamo mi mujer a que viniera a ver en nuestro garaje el coche de ella que por cierto llevaba ya tiempo sin moverse por problemas de batería y alguna cosilla más, poniéndose ella para la ocasión ropa informal pero provocativa para ver la reacción de él.

   Se presentó esa misma tarde a última hora pues le dimos la dirección, diciendo no podía haber venido antes pues venia de reparar otro vehículo de un amigo en su casa, llego con su aspecto característico e incluso con las manos medio ensuciadas en grasa, pidiendo disculpas por ello.

  Lo llevamos al garaje y tras examinarlo le encontró varios fallos y dijo que lo reparaba si estábamos dispuestos a pagar lo que valía pues podía ser alguna pieza algo caras.

  Mi mujer durante el examen se mostró algo provocativa sin pasarse pero para llamar su atención e incluso mostro parte de su sexo delicadamente al agacharse con él a través de su falda pues me dijo no se había puesto bragas para provocarlo.

 Y bien que lo provoco pues se fijó y busco las vistas varias veces, notando yo como parecía se le había endurecido un poco su enorme paquete que marcaba a un lado del pantalón.

 Le dijimos que sí que lo aceptábamos pero que nos diera un presupuesto, mientras mi mujer le dijo que subiera a tomar un café a la casa por las molestias o una cerveza fresca mientras yo recogía todo en el garaje y luego les acompañaba.

 Según me conto luego mi mujer cuando subieron él le dijo que quería lavarse las manos si podía pasar al baño, acompañándolo ella para darle una toalla y decirle donde estaba, a la vez le insistió en que si les podía hacer un descuentillo, que ella se lo agradecería.

 El picaronamente le dijo que si era ella la que se lo agradecía  no habría problemas, que estaba para hacerle algún favor como ella pedía, y acercándole la  boca al oído como para que yo no lo oyera desde abajo, le dijo. Además ese coño que me has mostrado abajo descaradamente me encantaría comértelo y follarlo cuando tu marido no este, que veo tienes ganas de un buen macho que te folle.

 Puso cara de sorpresa, pero él le dijo no pongas esa cara que se cuándo me están provocando y mira como me pusiste, a la vez que le agarraba su mano para llevársela a su enorme bulto.

 Mi mujer no retiro la mano según me conto e incluso se lo masajeo hasta que el la beso posesivamente, a la vez le dijo cuando tu marido se valla llámame que te voy a follar como nadie lo hizo.

  Ella le dijo, no tiene que salir para eso, él está de acuerdo, nos van los tríos y él es bisexual y le gusta verme con otro.

 Joderrrrr dijo el medio sorprendido, pues cuando suba te va a ver ya medio empitonada, pues tengo unas ganas de meterte todo hasta el fondo que no veas.

 Tranquilo le dijo ella, que quiero me aguantes mucho tiempo, me gustas mucho y quiero me deis placer los dos juntos.

  Se agacho  allí mismo de rodillas y bajándole la falda y abriendo la blusa   comenzó a besarle el sexo y manosear con sus rudas manos sus pechos.

 Hice en ese momento acto de presencia a la vez que dije, ya veo empiezan sin mí, diciendo el que mi mujer le había provocado y quería macho.

 Pues dele lo que le pide que yo ayudo, me gusta verla disfrutar bien y de lo lindo.

  Me baje el pantalón rápidamente y me quite la ropa acercándome a ellos para mi mujer me la cogiera y  la pajeara.

  Buena pollita y dura tienes pero creo le va a guastar más la mía a tu mujer, mientras se levantaba y dejaba caer los pantalones y los calzoncillos al suelo para  quedarse también desnudo.

 Lo primero que se me escapo fue, ostia puta que pollon tienes…joder que gruesa y que cabezón, dios  la vas a partir en dos cuando se la metas.

 Soltó unas carajadas mientras mi mujer se agacho como una posesa a intentar comerse aquel pollon gordo y venosos como nunca había visto uno.

 Estaba rodeado todo su cuerpo por unas enormes y llamativas gruesas venas que se marcaban como si tuviese un fino cordón enrollado por todo el tronco acabando en una gorda cabeza totalmente descubierta, rosada y marcada ya algo por la edad y seguramente por todos los coños que había follado.

 Su culo blanco y musculoso contrastaba con sus negras y peludas pelotas que colgaban algo destacando también su grosor.

 Su pecho totalmente cubierto de vello blanco y largo le daban un aspecto de macho impresionante y mi  mujer estaba goteando ya delante de aquel viejo que seguro la iba a dejar bien servida.

 Joder resople acercándome y pidiéndole permiso para palpar aquella enorme y gruesa polla.

  La toque y me quede impresionado del grosor y ya de casi su dureza pues había crecido ya de lo lindo, puse la mía junto a la suya y parecía el hermano pequeño a su lado, me volvían a dejar por los suelos y mira que calzo un 18 pero el grosor y la forma de aquel pollon nos dejos a mí y a mi mujer asombrados.

 Vamos a un sitio más cómodo dijo, y tomando a mi mujer en sus  brazos como si fuese una muñeca, me dijo, llévanos al catre que tu mujer está chorreando de ganas la folle.

 Abrí la puerta del dormitorio y quite la ropa de la cama, depositándola en ella a la vez que le abrió sus piernas  y  sin miramientos se tiro como un poseso a su chochito mojado.

 Tenía más decisión que de la esperada pues se apodero del sexo de mi mujer y se lo comió con ansias y descaro haciendo que esta subiera la cadera con las comidas y entradas de su lengua.

 Pase por detrás de él y su pollon le colgaba así como los huevos de una forma escandalosa que casi hace me tire a comérselos, se le había endurecido y el grosor intimidaba y ya deliraba pensando cuando se la clavara a mi mujer esta no pararía de gritar de placer.

 Se corrió mi mujer pero él seguía comiéndole el coño y pellizcándole los pezones hasta que esta suplico la montara.

 Le levanto las piernas a ella bruscamente y la atrajo hasta el borde de la cama arrastrándola por esta y subiéndolas sobre sus hombros, quedando mi mujer abierta de patas delante de el con cara asustada cuando este agarro su duro nabo y los restregó por su coño empapado y mojado por su corrida.

 Mi miro con cara vicioso y me dijo, veo estas deseando me la folle delante de ti y la haga gozar como nadie se lo hizo, pero quiero oírte a ti decírmelo.

 Lo mire mientras me pajeaba el rabo y se lo acercaba a mi mujer para que lo chupara, cuando le dije ,  follala y reviéntala a pollazos amigo, quiero ver como se metes todo eso y la follas hasta dejarla sin sentido.

 Le metió la punta gorda y rayada primero y la restregó por toda la puerta del chocho de mi esposa, mientras esta gemía y suplicaba se la clavara toda.

 Y con un golpe de cadera le metió media tranca mientras se inclinó hacia ella para sobarle los pechos, haciendo el resto entrara hasta la base, dejando a mi mujer en un estado que casi explota de placer nuevamente.

 Abrió sus piernas en la totalidad que casi la parte en dos y dejándose caer comenzó a subir y bajar aquel blanco y musculoso culo sobre ella con un ritmo armónico que la llevaba a un estado de medio trance.

  Apenas atinaba a chuparme la polla con los gemidos que daba en cada metida y sacada, retirándosela de la boca pues empezó el a besarla fuertemente.

 Me miro y dijo sabe la boca de tu mujer a polla  continuando metiéndole la lengua.

 Quede un poco en el aire pues pensé si la acercaba igual me la comían los dos o igual el, la rechazaba y quedaba yo medio cortado, decidiéndome al final acercarla cuando mi mujer volvió a tener otro orgasmo y el líbero su boca para dejarla gritar, aflojando él ahora las acometidas  aunque se las daba más lentas y secas y fuertes.

 De rodillas como estaba junto a sus cabezas me decidí a ponerla en los labios de mi mujer y esta sobaba mi cabeza ya goteaba liquido de la excitación tan grande que tenía.

 Subió su boca de besar el cuello de mi esposa y ante mi sorpresa beso mi punta que estaba en los labios de mi mujer, siendo ahora atendida por las dos bocas que hacían de labios mientras yo retiraba y metía mi polla entre ellas.

 Me dijo avisa si te corres no me llenes de leche abriendo la boca y metiéndose media polla mia en ella.

 Quede encantado de aquel paso pues no pensé él se decidiera a ello, pero me puso muy excitado y casi exploto, avisándole y sacándola para no derramar mi leche en su boca.

 La puse en los labios de mi mujer y está ahora chupo con ganas hasta que explote y me corrí en su boca, vaciando hasta la  última gota en su interior.

 Al sacarla me la volvió a chupar levemente junto a ella, para levantarse y cambiar de postura.

 La cogió como una muñeca de trapo y la giro en el filo de la cama y poniéndola con el culo en pompa virada hacia él, se la volvió a clavar virulentamente haciendo la cama se moviera a cada embestida salvaje que le daba.

 Le azoto el trasero suavemente y mirándome me dijo, así quieres me la folle bien? Mientras le daba sacaba y metía su grueso nabo en el coñito de mi esposa que ya andaba reventada de placer y gemidos.

 Acelero y su cara se transformó en la de un poseso que ahora gemía y gruñía entre dientes, cogiéndole la cadera fuertemente y soltando chorros de semen en su interior mientras se dejaba caer sobre su espalda, a la vez que daba golpes secos sobre ella, haciendo la cama temblara ante aquellas embestidas.

 La tuvo que llenar toda pues estuvo buen rato con ella dentro metiendo y sacando a golpes secos haciendo mi mujer explotara tan fuerte que quede asustado de sus gemidos.

 Le caían a él dos gotas de sudor por las sienes  cuando me llamo a que me acercara a ver el coño de mi mujer de cerca.

 Le veía respirar a el aun acelerado, cuando me dijo, si quieres comételo ahora y chúpame la punta la polla si no te da asco.

 Me agache medio sumiso y con mucho gusto le comí el coño a mi mujer chorreando espesa leche que salía por la puerta de su interior, sujetándome él ahora la cabeza para girar su polla a mi boca y poner su punta en ella.

 Era enorme y tuve que hacer un esfuerzo para chupar su enorme cabezona  que sabía a leche y jugos de mi esposa, diciéndome me encanta ver cómo me la comes delante de tu esposa.

 Se la chupe hasta que  se aflojo un poco tocándole también sus enormes pelotas, a la vez que el me agarro las mías diciendo también las tenía gordas.

 Me dijo recupérate que ahora la vamos a follar los dos juntos, que está hoy no se levanta de la cama hasta que le demos unas buenas folladas.

 Era dominante en las situaciones y tanto mi mujer y yo nos dejamos llevar pues lo cierto es que follaba muy bien y estaba para hacerle un traje.

  Se tumbó en la cama bocarriba para recuperarse un poco abrazando a mi esposa para acercarla a él y así poder acariciarle los pezones con el brazo que la pegaba a su pecho mientras con la otra mano acariciaba su chochito dejando que ella le acariciara los huevos  y la polla semidormida.

Yo me puse de rodillas y bese a mi mujer para luego bajar a sus pechos si bien una de sus manos seguía con un pezón pellizcándolo mientras se dejaba tocar la polla, abriendo las piernas para mostrar relajados los enormes y peludos huevos que reposaban sobre la cama.

Tras un rato nos dijo a los dos que se la comiéramos, lanzándose mi mujer como una posesa a chupársela, pues se notaba le encantaba aquel enorme y venoso rabo, ayudándole con algún masaje aunque me dedique  a comerle el coñito  mientras ella se la chupaba y se la ponía dura.

 Puse a mi mujer a cien con la comida y estaba a punto de caramelo cuando decidí allí en esa postura montarla y clavársela.

 Me fue fácil que se corriera pues estaba excitadísima chupando aquel coloso que ahora ya brillaba y había llenado por completo sus venas de sangre, marcándose si cabe aún más grueso que antes.

 Yo estaba a punto de correrme también dentro de ella y pensé en resguardarme para follar con el juntos pero me pidió que le lubrificara el chochito con mi leche y no hizo falta mucho para dejarle mi recado dentro, pues me había excitado viendo aquella mamada y mi mujer me movía su cadera como nunca la había visto.

 Caí sobre ella mientras me corría apoyando mi cara sobre nuca y viendo como devoraba a duras penas aquella enorme polla mientras él le sujetaba la cara guiándola en la mamada.

 Era el centro de atención de la cama y dominaba el viejo la situación a sus anchas, tomando a mi mujer ahora para que le acercara su conejo a la boca para comérselo.

 No le importo que yo acababa de correrme aunque no había sido muy copiosa la corrida, pues le metía la lengua dentro hasta el fondo lamiendo y comiendo chochito mientras mi mujer se retorcía de gusto sujetándola por las posaderas que de vez en cuando azotaba levemente. Yo pase un momento a ocupar el puesto vacante que dejo mi mujer de chupadora y agarrando aquel tronco por la mitad, intente metérmelo en la boca.

 Era impresionantemente grueso  y venoso  y asustaba tenerlo allí delante de mis ojos todo duro, pero como pude me metí la cabeza en la boca y la comí con ganas hasta el punto que dijo..joder macho que bien la chupas. Insistiendo uno con aquella ardua faena de meter algo más en la boca.

 Tras comerle bien el chochito le dijo que se montara sobre el y cabalgara a su gusto, sentándose mi mujer sobres sus muslos primero con las piernas abiertas  y agarrando aquel tronco venoso se dispuso a restregarse la cabeza por los labios de su chochito, agarrando a dos manos aquel pollon enorme.

 Me puse tras ella  de pies para verla mejor como se restregaba la polla por su chocho apoyando la mía dormida sobre su cara para ver si dejaba algún chupetón, y así hizo cuando el a la alentó a que me la mamara mientras se masturbaba con aquella tranca.

  Se puso a punto de correrse nuevamente mientras él nos observaba y disfrutaba de sus restregones hasta que mi mujer se decidió a subirse clavándose lentamente aquel rabo hasta el fondo.

 Quedo encajada y sujeta moviendo el lentamente las caderas animándola a que ella hiciera lo mismo.

 Hecho la cabeza hacia atrás con los ojos en blanco y la bese mientras gemía moviéndose clavada sobre aquella gruesa polla, alargando el, las manos hacia su pezones que pellizcaba a la vez que le decía, sigue así y métetela toda que vea tu marido como te folla un macho bien.

 Duro la monta unos cinco minutos que aguanto mi mujer hasta correrse y quedarse sin fuelle.

 Así clavada como la tenia se incorporó y la dejo caer a ella hacia atrás quedándose sobre ella con el cuerpo medio flexionado  y comenzando ahora una follada endiablada con un ritmo infernal de pollazos entrando y saliendo y golpeo de los huevos contras sus muslos y chocho, haciendo gritar a mi mujer de placer y pidiendo parara que no podía aguantar más aquellas embestidas.

 El poseído por la excitación no ceso en el empeño y resoplando como un macho en celo  la follaba salvajemente, hasta el punto de manar sudor por su pecho y  sienes por el esfuerzo placentero de aquella follada.

 Mi mujer suplicaba moviendo la cabeza hacia los lados que cesara pero el, la follaba aun con más intensidad hasta que de golpe dio unas folladas secas y duras a la vez que grito entre dientes mientras soltaba toda su leche en el chocho mi mujer.

 Pensé la reventaba con aquellos golpes hasta el fondo pero a la vez sentí envidia del placer que estaba recibiendo pues la había follado salvajemente pero había disfrutado mucho.

 Se dejó caer sobre la cama boca arriba para recuperar la respiración viendo como por su polla aun le salían gotas del resto de la corrida, incorporándose mi mujer a duras penas y dejándose caer sobre su pecho con su cara sobre su frondoso pectoral, acaricio este diciéndole que estaba agradecida por los polvos que le había pegado, mirándome a mi igualmente entre risas para darme también las gracias.

 Nos vestimos tras un buen aseo de nuestras partes y le invitamos a cenar, manteniendo una conversación muy relajada y amena donde le expusimos todos nuestros gustos y el porque nos habíamos decidido a dar ese paso, ofreciéndose el para cuando nos apeteciera repetir la faena, alabando ambos su enorme dotación, cosa que le hizo gracias y nos agradeció diciendo que estaba disponible para cuando quisiéremos repetir, mirándome a la vez que me dijo, y tu vigila que puede ser un día me caliente y venga  y me la folle aunque tú no estés, pues tienes una hebra muy buena y además cuento con la ventaja le gusta mi polla.

 Le dije que allí lo esperábamos que organizándolo podíamos pasarlo los tres bien.