Hace poco, comencé a salir con un chico y ahora somos novios.

Vive en una casa grande con un jardín amplio, eso nos da algo de privacidad. Así que, cuando nos quedamos solos, él se sienta en el borde de una silla y saca su pene, entonces me pongo de rodillas y comienzo a lamer sus huevos y el tronco, se le brota una cabeza firme y brillante, me encanta hacerle cosquillas con la lengua en todo el frenillo, también darle suaves chupones en todo el pene.

Al rato de hacer eso, comienzan a salirle las primeras gotitas de flujo, yo le lamo la punta y se la dejo limpia de nuevo mientras sigo con las lamidas por todo su pene, pero en pocos momentos vuelven a salir de nuevo, tanto que si me descuido un poco literalmente se babea, me encanta jugar con esas gotitas, pongo la lengua debajo y dejo que me caigan antes de lamerlo de nuevo para dejarlo limpio. 

Cuando las gotas ya salen seguido me dedico a lamerle la punta del pene para comerlas todas, la introduzco dentro de mi boca y la sigo lamiendo, mi chico se agita muchísmo y me pide que acaricie el resto de su pene, yo lo hago y de vez en cuando succiono un poco para seguir lamiendo sin sacar la punta de mi boca. De pronto simplemente explota dentro de mi boca y me la llena de semen, me lo trago de un tirón.

Debo decir que cuando termino quedo muy húmeda y con demasiadas cosquillas en mi cosita, entonces el mete la mano entre mis bragas y me frota hasta que me corro, todavía no hemos hecho otra cosa, yo sigo siendo virgen, pero me gustaría seguir experimentando, ya les contaré cuando me decida a dar el paso.

No se si esto califica como relato o si les guste, espero que si, me encantaría utilizar este medio para contar estas cosas y saber qué piensan. Un beso para todos.