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Lavando el coche

en Hetero: General

Ella decidió acercarse al autolavado. El de la gasolinera nueva era su favorito. Primero aspiraba las alfombras y todo el interior. Cuando abrió el maletero vio una bolsa y pensó...que habra dentro?

Al abrirla aparecieron sus conjuntos de lencería, medias de liguero, un antifaz y un consolador realístico nada discreto, ni por tamaño ni por grosor.
 
Decidió lavar el coche mientras pensaba dónde pararía para dejar el coche impoluto.
 
Como era verano, no le importaba que el agua de la pistola le salpicara. De hecho su vestido azul se había mojado también, pero al ser finito, en seguida se secaría.
 
Subió al coche y se paró en un descampado cerca del camino pero donde apenas nadie podía verla. Salió del coche, secó con un trapo los cristales, limpió el salpicadero, tiró ambientador y cerró todas las puertas. Decidió el maletero y el morbo se apoderó de ella. Busco el consolador y lo lamió como si fuera la polla más rica que había probado y entonces se puso cómoda. Se sentó dentro del maletero, apartó su tanga y empezó a introducirse lentamente aquel enorme juguete. Mmmm pensó.....qué gustito más rico. Por un momento y sin importarle donde se encontraba, decidió proseguir con su tarea. Ahora su movimiento era rápido mientras su coñito se tragaba todo el juguete. Empezaron los calores, los jadeos y contoneos. Las piernas le temblaban mientras se sexo cada vez estaba más y más mojado. A ratos tenía que mojarse los labios con la lengua mientras algun gritito de placer se le escapaba.
 
Siempre que se daba placer , liberaba sus pechos de cualquier opresión. Luego pellizcaba sus pezones y masajeaba sus gemelas. Mmmmm y con la otra mano empujaba su juguete hasta dejarlo casi todo dentro de su cueva. Le gustaba ver como salía casi disparado por culpa de sus juguitos.
 
Llevaba ya un rato penetrándose cuando decidió llevar el juguete a su clítoris. Uffffff ahí sí que perdía los papeles. Empezó a frotarse tan fuerte como su aguante le permitía. No quería correrse aún. Le fascinaba cortarse el placer en seco para así intensificar todas sus sensaciones.
 
Sus dedos ahora estaba tan mojados como su coñito. Estaba tan excitada que no se había dado cuenta que alguien la observaba. Era un ciclista. El chico estaba apoyado en el manillar y no le quitaba los ojos de encima. Mientras se acercaba, ella hizo el intento de recomponerse pero ya era tarde y él le dijo...no por favor...sigue disfrutando. Por mi no te cortes. Ella se excitó aún más y con los nervios se le cayó el consolador. El chico lo cogió al vuelo y le dijo...me dejas que te ayude?
 
Upsss...pero...yo no....
 
Shhhh porfavor....insisto...déjate llevar.
 
Nunca antes le había pasado nafa igual así que poseída por el morbo de la situación, se dejó llevar al máximo. Entonces el chico empezó a penetrarla con el consolador, sus movimientos eran rápidos, intensos. Ella cada vez  gritaba más, y con cada grito, más salvaje era el adentro.
 
En poco tiempo llegó el primer orgasmo, tan duradero como mojado. Empapada hasta el culo, el chico decidió aprovechar la jugada y se fue directo al otro agujero. Primero despacito para dilatarlo bien, luego con la puntita del juguete lo iba conquistando hasta que en un de movimientos, todo el juguete se había adentrado en su culo. Con una mano sostenía el juguete y con la otra masajeaba sus pechos. Ella empezaba a estar desencajada de placer. De repente, dejó de sentir nada. El chico había parado en seco, ella se preguntaba qué le había pasado. Cuando el chico se giró, aprovechó para bajarse la cremallera de su maillot. Hasta abajo, y entonces sacó su miembro. Estaba tan excitado o mas que ella.
 
Entonces se acercó de nuevo y le dijo...te apetece que ahora te de placer con mi juguete?
 
Ella asintió con la mirada, aquella polla no tenía nada que envidiar al juguete. Era ancha en la base y estrecha en la puntita, como a ella le gustaban. Entonces ella se agachó y empezó a comérsela con deseo. El chico tuvo que apoyarse en el coche porqué las succiones eran intensas. Picarón le dijo....tenías hambre?
 
Ambos sonrieron y ella siguió devorándolo, de arriba a abajo, a veces se recreaba en su capullo para de golpe metérsela entera en su boca. Otras chupaba sus testículos, con una rapidez que le provocaba flojera. A ella le encantaba comérsela, se habría tirado más rato de no haber sido porqué él la hizo subir y cuando la tuvo cara a cara le dijo...impresionante lo que acabas de hacerme. Y acto seguido, le dio un beso de tornillo que casi la deja sin respiración. Cuando separaron sus bocas, el chico le dio su número y le dijo....llámame esta noche, te invito a cenar.
 
Ambos se vistieron, se despidieron y se fueron. 
 

Entrada la tarde, ella le llamó y quedaron para continuar donde lo habían dejado.