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Me gusta que me manoseen

en Confesiones

Hola, me presento, me llamo Fátima Cota, aunque pueden llamarme Fati, soy una chica, mi edad la pueden deducir fácilmente, soy mexicana, estoy en secundaria aun y pues descubrí esta página hace poco tiempo.

Presentándome físicamente pues soy algo bajita, solo mido 1.53, de cabello negro que me llega hasta mis pechos, los cuales, pues no son muy grandes, muy normales realmente, mis pezones son café claro y mi piel también es clara. Mis nalgas son un poco mejor, no digo que destaquen mucho, pero me siento bien con ellas, aunque claro, aun me falta desarrollarme un poco más.

Primero que nada, tengo que decir que soy virgen aun, he tenido un par de oportunidades para dejar de serlo, pero no es mi prioridad por ahora. Lo que les vengo a contar como mi primer relato es diferente a eso.

Yo estoy en segundo año de la secundaria, tengo amigas que ya han cogido, amigos que ya han cogido y también otros y otras que no, la verdad eso es lo de menos, pero a mi me gusta fijarme en los chicos tímidos, en los que son callados y así, me parecen tiernos y a la vez fáciles de provocar (A lo largo de mis relatos verán que me encanta hacerlo). Muchas veces me les he acercado, cuando hay poca gente en el salón o directamente nadie, y me les pego mucho o a propósito aprieto mis pechos con mis brazos para que ellos las vean, cosas por el estilo, pero cuando pase a segundo año, es decir en agosto de este mismo año, decidí que iría mas lejos con ellos y a la vez yo lo disfrutaría más.

Con nuevos compañeros ahora espere un par de semanas para poder ver quienes eran los que mas estaban solos o mas callados eran. En cuanto identifique a uno así espere a que diera la hora del descanso y me quede con el en el salón, así mi plan dio inicio. Su nombre es Gustavo, es un chico de mi edad, es delgado y de piel oscura, de pelo muy corto y mas alto que yo, lo cual no es nada raro.

-Hola Gustavo. -Me pare a su lado, inclinándome, dejando ver un poco mis pechos. - ¿Por qué siempre te quedas aquí en el salón en el descanso? ¿No te gusta salir?

-Si me gusta… -Notaba como les daba una mirada de vez en cuando, aunque nervioso. -Pero me siento más cómodo aquí en el salón, es mas tranquilo.

-A mí también me gusta estar aquí… puedo hacerte compañía si quieres desde hoy. -Me senté en el banco detrás del suyo, el se giro hacia mí. -Además, puedes ayudarme en algo.

- ¿Ayudarte en qué? No soy tan bueno en las materias.

-No, no, no me refiero a eso, es que estos días me siento muy estresada… y… -Me incline hacia enfrente lentamente, apoyando mis pechos sobre la paleta del banco. -Leí en internet que una buena manera de desestresar a las mujeres es que un hombre… ya sabes… -Mientras hablaba me sentía increíblemente nerviosa, mi corazón latía fuerte, no pensé que seria tan “difícil” para mí.

Nuestro uniforme es un jumper, que va sobre una camisa blanca de manga corta. Desabroche los botones de hasta arriba de esta y daba el espacio perfecto para que se vieran aun mas mis tetas. El las vio y después me vio a mí. Estaba muy nervioso y yo también estaba muy nerviosa. Extendí mi mano y tome una de las suyas, la acerque a mi lentamente mientras vigilaba que nadie estuviera viendo o algo parecido.

Hice que tocara uno de mis pechos por encima de la ropa, solté su mano y deje que el hiciera lo que quisiera con ellos. Primero solo me miraba, apenado un poco y no los tocaba mucho pero conforme los segundos pasaron comenzó a tomar confianza de lo que estaba haciendo. Comenzó a tocarlos con mas seguridad, primero solo con una mano y después con ambas. Sentía mucha adrenalina, una sensación increíble. Le volví a tomar una mano y ahora la llevé dentro de mi camisa. El de inmediato comenzó a tocarlos ahora por dentro, ya que el jumper no deja mucho espacio solo podía meter una sola mano, pero eso era lo de menos. Conforme mas tocaba mas adentro iba hasta que llego hasta uno de mis pezones. Estaban duros ambos, querían ser acariciados, al igual que mi vagina que estaba como loca pidiendo atención, pero aun no era su momento. Comenzó a tocarlo suavemente, mientras yo daba pequeños gemidos.

En eso yo de casualidad volteé a ver sus piernas y me di cuenta de que estaba duro, tenia una erección por la situación. Sin pensarlo tome su miembro por encima de su pantalón. Nunca había hecho algo parecido, fue puro instinto. Estaba muy duro y se sentía algo húmedo en la punta (con el tiempo supe porque era esto). Pero no duro mucho mas nuestra actividad, a los pocos segundos de haberlo agarrado suena la campana y ambos rápidamente nos acomodamos en nuestro banco. Yo me fui al mío mientras abrochaba mi camisa y el se volteo hacia el frente fingiendo que nada pasaba.

Se que no es un relato largo y posiblemente tampoco sea bueno pero es mi primer intento en esta página, con el tiempo les contare mas experiencias con mis compañeros de clase así como también pueden mandarme mensaje a mi correo: faticotarelatos@gmail.com sé que no es un medio de comunicación usual pero lo prefiero por ahora, al menos hasta que me haga un Facebook para ustedes. En fin, cualquier cosa pueden también dejarla en los comentarios de este relato, como sugerencias para mejorar mi redacción o cualquier cosa. Hasta la próxima.