La conozco hace un tiempo, charlamos, tenemos buena conexión, no nos cansamos de pasar tiempo juntas.

Ella es doctora y yo enfermera, trabajamos en el mismo sanatorio hace un tiempo, es inevitable no sentirme atraída por tan hermosa mujer, rubia, labios perfectos, buenos pechos, una sonrisa divina y una mirada que enamora.

Cada vez que me toca guardia con ella siento todo tipo de senaciones, mi respiración aumenta y tímidamente le hablo cuanto puedo para llamar su atención. Le pregunto por su formación, por sus otros empleos, en fin, por cualquier cosa que sea tema de conversación. Amo verla trabajar, mientras hago lo mio, la observo con el rabillo del ojo, tan serena, concentrada y haciendo con pasión su trabajo, me enamoro cada vez más.

Un día me pide con su sexy voz que me acerque a su oficina, escapando de mis compañeras invento una excusa y me voy de mi servicio. Golpeo la puerta de su oficina, "pase" me responde, respiro profundo y entro...

"Cierre bien la puerta" me pide, y cuando lo hago siento como se acerca, y la veo tan hermosa y ardiente y me animo a besar sus labios, la abrazo y comienzo a buscar su cuello con más excitación.

Esta mujer me estaba enloqueciendo, quería mas, quería continuar, y la adrenalina de que alguien podía descubrirnos aumentaba aún más el calor del ambiente. Me besa apasionadamente, me toca con timidez pero poco a poco aumenta la intensidad, me acaricia por debajo del ambo, siento arder mi piel bajo sus manos, me siento excitadísima, quiero más, tomo su cola con mis manos, presiono hasta atraerla plenamente hacia mi, comienzo a gemir y me para... "nos pueden descubrir, tengamos cuidado" me dice, nuevamente me da un beso apasionado y se sienta en la silla.

Caigo en la realidad de que pasó un tiempo de que me fui de mi servicio, me despido sin dejar de mirarla, de desearla, y me voy.

Hasta que no finalizó mi turno no pude concentrarme, estaba empapada, recordando cada detalle, ansiando poder sentir su boca húmeda y caliente, de nuevo, en la mía.