miprimita.com

El pastor y el chico de ciudad. III (Mi padre)

en Gays

 
Los tres estábamos en el sofá acariciando nuestros cuerpos, desnudos, con nuestras pollas flácidas y goteando semen. Me había convertido en la putita de estos dos sementales. Pero mi felicidad se vio interrumpida. 
 
- Joder! Qué hora es? Es ya de noche...mis padres se van a preocupar.
 
Con tanta actividad se había pasado el tiempo volando, eran casi las 11 de la noche y mis padres no sabían nada de mi desde la tarde. Estaba en mitad de la nada y no sabía como volver hacía el pueblo andando.
 
- Tranquilízate, llámalos y diles que te quedas con unos amigos. Dijo Manuel.
- Eso eso, y duermes con nosotros, así podemos seguir jugando.
- Noo no lo entendéis, mi padre me va a matar, siempre aviso de donde estoy y mira que hora es.
- Yo te acercaba al pueblo pero tengo el coche averiado.
- Madre mía, diez llamadas perdidas de mis padres!!. Digo mientras miro el móvil.
 
Llamo a mi padre, le explico que me había caído corriendo y me había hecho daño en el tobillo. Con la mala cobertura que había nos los podía llamar. Me había socorrido un pastor que pasaba por la zona y me había llevado a su casa.
 
- Vale papá, te mando la ubicación y vienes a por mi.
 
Pude ver las caras de tristeza en mis nuevos amigos cuando decía eso. Me puse a vestirme, mi padre vendría a recogerme de un momento a otro. Padre e hijo se resistían a vestirse, decían que así estaban muy cómodos.
 
- Te veremos mañana?. Pregunto Manuel.
- Lo intentaré, pero con la escusa del tobillo no creo que me dejen salir.
- Joee ahora que había probado tu culo van y me lo quitan.
- Estaré algunos días más por el pueblo, ya encontraré la manera de venir.
 
Manuel se fue a vestirse a su habitación, el hijo se quedó en el sofá tan solo con los boxer, manchados de lefa. Su padre volvió con unas bermudas y una camiseta vieja y se sentó a su lado.
 
- Por qué no te despides con un besito?. Dijo Manu agarrándose el paquete.
- Mi padre puede llegar en cualquier momento.
- Por lo menos tarda media hora más, el camino del pueblo aquí está muy malo.
 
Miraba al muchacho poniéndome cara de pena, sobándose el rabo. Me habían encantado aquellas pollas, y la suya era la que menos había disfrutado. No tarde en reaccionar a sus insinuaciones. Me arrodillé delante de él y le saque la polla morcillona de los boxer.
 
- Lo sabía, no te irías sin darte otra buena ración de mi rabo.
- Calla, vallase que me arrepienta.
 
Esta vez se dejó hacer, lamí su tronco venoso, recogí los restos de su anterior corrida, me recreaba en su capullo grande, su padre nos miraba sobándose la entrepierna.
 
- Papá, te estás animando?
- Es que vaya boquita tiene el chaval, menuda técnica.
 
Ayudé a Manuel a sacar su polla, la volvía a tener como un tronco. Pajeaba al padre, mientras se la comía al hijo.
 
- Manuel dos veces te has corrido hoy y sigues queriendo guerra.
- Los hombres del campo somos así, rió.
 
Alternaba las dos pollas en mi boca, me comía una primero y pasaba al siguiente, si estaba mucho rato en una, corriendo iba el otro a separarme y llevarme a la suya. 
 
- Papá ya vale, me toca!
- Calla niño y pajeate.
- Ya estoy harto de pajearme, ahora tenemos a Javier.
- Deja a Javier tranquilo, a él le gusta más mi polla. Grito el padre.
- Buenoo chicos ya valee, procuraré atenderos a los dos. Dije poniendo un poco de orden.
 
Seguí compartiendo mi boca con aquellos pollones, hasta que en un momento Manu me quitó la mano de la polla de su padre y la cogió él. Miraba atónito al hijo masturbando a su propio padre, mirándolo con cierta ternura. El padre le devolvió la mirada sonriendo.
 
- Te acuerdas papá, como cuando era pequeño.
- Claro que me acuerdo, te encantaba jugar con mi polla, después te hiciste mayor y preferiste jugar solo con la tuya.
 
Que demonios querían decir?, padre e hijo habían tenido relaciones antes, y gracias a mi estaban resurgiendo? No se, pero aquello me excitaba aún más. El niño seguía pajeando al padre, yo mamando al niño, cambiábamos, el padre pajeaba al hijo y yo me ocupaba de la polla del padre.
 
- Papá, nos corremos los dos en la boca de nuestro amiguito a la vez?
- Venga, nos ponemos de pie mejor....PERO...QUIEN DIABLOS ES ESE QUE ESTÁ EN LA VENTANA?
- Ostia, es mi padre!! Mierda mierda!!! nos ha pillado!!
 
Salgo corriendo abriendo la puerta y parar a mi padre, mientras mis dos amigos guardan sus pollas, pero al encender la luz...
 
- Pero papá que haces?
- Yo...esto...no es lo que parece....
 
Salen a la puerta Manuel y el hijo, ven a igual que yo a mi padre con los pantalones por las rodillas y con la polla fuera y empalmada. 
 
- Te estabas pajeando papá? le pregunto.
- Bueno, es que ver semejante espectáculo me ha excitado.
- Cuanto tiempo se supone que llevas aquí?
- Hace unos minutos, no he visto mucho..
- Me presento, soy Manuel el dueño de la casa y este es mi hijo, porqué no pasamos dentro y charlamos tranquilos.
 
Los cuatro entramos y nos sentamos por el salón, mi padre en una silla y yo en otra, Manuel y Manu en el sofá. 
 
- Yo tengo que decirle que aquí no estaba pasando nada de lo que su hijo no fuera consciente y libre. Dijo el pastor.
- No no, por la forma en que os la chupaba se veía muy feliz. Dijo mi padre.
- Lo siento papá, he conocido a estos dos esta tarde, es cierto que me caí y que Manuel me ayudo, pero una cosa llevo a la otra y así hemos acabado.
- No te tienes que disculpar, tu lo puedes hacer, no como yo. 
- Qué quieres decir papá?
- Pues verás hijo, a mi también me gustan los hombres a igual que las mujeres. Quiero mucho a tu madre y nunca he hecho nada, pero veros a vosotros no me he podido remediar.
 
Todos nos miramos, sin saber que decir, estaba intentando asimilar lo que mi padre acababa de decir. Vaya tarde de locura llevaba y ahora esto.
 
- Señor, si usted quiere polla por mi no se corte, aquí tiene la mía. Dijo Manu, con la intención de suavizar el ambiente.
 
Todos reímos, pero hubo un segundo que nos quedamos en silencio, nuestras cabezas se activaron y calentaron. Seríamos capaces de seguir con la faena?
 
Manu fue el primero en tomar la iniciativa, se levantó y fue hasta mi padre, se quitó los boxer exhibiendo su polla medio empalmada.
 
- Dele, a ver si la chupa tan bien como su hijo. Dijo Manu.
 
Mi padre miró a su alrededor y sin pensárselo le agarró la polla y se la metió en la boca. 
 
- Uuff tenía usted hambre por lo que veo. Dijo Manu jadeando.
 
Miraba a mi padre como se la chupaba al chico, al otro lado del salón Manuel se había vuelto a sacar la polla, y guiñándome un ojo me invitó que fuera a por ella. Me desnude para estar cómodo, me volví a arrodillar y otra vez a chupar aquel nabo. De reojo miraba a mi padre de vez en cuando, Manu le había sacado la polla y lo estaba pajeando.
Mi padre es más o menos como yo, 42 años, cuerpo algo atlético, blanquito de piel, hacía natación por lo que tenía buenas piernas y culo. Su polla era larga y fina, se veía muy recta y firme.
 
- Quiero sentarme, véngase al sofá Pedro(como se llama mi padre) y quítate la ropa. Dijo Manu.
 
Manu se sentó a escasos centímetros de su padre, hizo arrodillarse a mi padre junto a mi.
 
- Mira papá que suerte tenemos. Dijo Manu
- Ya te digo, hay que aprovecharlos.
 
Allí estábamos mi padre y yo, comiéndoles los rabos a padre e hijo, todos disfrutando.
 
- Sube Javier, ponte encima. Dijo Manuel
- Papá intercambiamos?, el papi la chupa de maravilla, pero quiero disfrutar de su nene. Dijo Manu
- A ver que tal sabe el culito de Pedro.
 
Nos pusimos de rodillas sobre el sofá dándoles la espalda, Manuel e hijo se cambiaron de lados.
 
- Papá abre bien las piernas, disfrutarás más. Le dije a mi padre, agarrándolo del culo para que se abriese para Manuel.
- Veo que sabes mucho, ¿desde cuando?. Me preguntó.
- Sabes quien es el vecino del quinto, con él perdí la virginidad.
- Qué cabrón con suerte, su mujer esta buena y encima se tira a mi hijo. Y alguien más?
- Bueno, está aquel profesor de matemáticas, que me suspendió y al final saque un 9, no fue por que estudié precisamente.
- Vaya con el nene, tiene más trayectoria que todos juntos, dijo Manuel.
- Yo no se pero al papá se le está poniendo bien dura escuchando al hijo, dijo Manu agarrándole la polla a mi padre. 
- Que dices! es por la situación. Explico mi padre.
- Ya claro, dame tu mano Javier, a que la tiene bien dura?, llevando mi mano hasta la polla de mi padre.
 
No se por qué, pero en aquel momento era lo que me apetecía, el morbo de la situación, las hormonas, cuatro tíos desnudos, me hizo no soltar la polla de mi padre y empezar a pajearlo.
 
- Qué haces hijo?, pregunto mi padre.
- Tranquilo, ellos no se van a asustar, han sido ellos quienes me han enseñado.
- Eso es Pedro, no nos asustamos, somos una familia un poco especial. Dijo Manu, buscando la boca de su padre para darle un morreo.
 
Ambos se agacharon sobre nuestros culos, jugando con sus lenguas en nuestros hoyitos, salivandolos, metiéndonos varios dedos, haciéndonos gemir.
 
- Mire Pedro que bien abierto está su hijo, cogiendo un par de dedos de la mano de mi padre y metiéndomelos por el culo.
- Qué cachondo estás no hijo?, decía mi padre mientras movía sus dedos en mi culo haciéndome jadear.
- Dele las gracias a la polla de mi padre, ella se ha encargado de abrirlo. Decía Manu
- Igual se va a quedar tu agujero Pedro, te dolerá al principio, pero aguantarás como tu hijo. Dijo Manuel
 
Los pastores, padre e hijo, agarraron sus pollas y las guiaron hasta nuestros culos, la de Manu no costó que entrara en mi culo, lo tenía bien dilatado, sin embargo a mi padre le estaba costando más clavarse la de Manuel.
 
- Animo papá, eso es solo al principio, después gozaras clavándote esa polla, le dije.
- Arrrggg me raja el ojete!! me revientaa!!
- Aguanta Pedro ya casi está!
 
Los dos se pusieron a follarnos, Manuel ya había cogido ritmo con mi padre que se deshacía en gemidos, los ruidos inundaban toda la casa, los huevos dando palmadas en nuestros cachetes, los jadeos de los cuatro, así durante un buen rato hasta que decidimos cambiar.
 
- Creo que es hora de disfrutar de nuestros hijos, no crees Pedro.
- No se a lo que te refieres pero no suena mal. Contestó mi padre.
- Ponte de pie Pedro, aquí a mi lado.
- Y ahora qué?
- Venga muchachos a que esperáis, a comerle las pollas a vuestros padres.
 
Manu no se lo pensó dos veces y corriendo se arrodilló delante de su padre y se puso a mamar. Yo fui más reacio, pero allí estaba mi padre, mirándome, con su polla tiesa apuntando al techo, me arme de valor y me acerqué.
 
- No tienes porqué hacerlo hijo. Me dijo.
- No papá, no pasa nada, lo tenía que haber hecho hace mucho tiempo.
 
Me abracé a mi padre y ambos nos fundimos en un morreo pasional, fui bajando hasta que llegue a su polla, me la metí en la boca y la chupé con gusto, aquella polla que me dio la vida.
 
- Que bien la chupas hijo, me decía.
- Doy fe de ello Pedro, su hijo es un maestro mamándola. decía Manuel.
 
Papá me paró e hizo que me incorporase, me dio otro beso y con sus manos buscó mi culo agarrándomelo fuerte, y metiendo su pulgar en mi agujero.
 
- Quieres que te folle? me pregunto.
- Claro que si papá.
- Ponte en el suelo, a 4 patas.
 
Me puse como me dijo, abriendo mi culito, se acercó en cuclillas, me agarró de la cintura y me la metió con ganas. Estaba tan cerca de Manu que alcanzaba a chuparle la polla, y no lo dude, me metí la polla en la boca mientra el seguía comiéndosela al padre y pellizcándole los pezones. Pero eso no duró mucho, Manuel echó sobre la mesa a su hijo, y empezó a comerle el culo, aquel culo grande y peludo. Para sorpresa de todos, el niño grande se estaba retorciendo de placer mientras el padre le lamia el ojete. Sin pensárselo le metió la polla de una estocada, haciendo que casi tirase la mesa. Lo tuvo que agarrar fuerte para seguir follándoselo. Al otro lado mi padre y yo continuábamos a lo nuestro, papá no era tan rudo como los pastores, su técnica era mas suave pero intensa. Me agarraba del pelo para impulsarse en cada embestida, me estaba haciendo gozar de lo lindo.
 
- Estoy que explotoo!! Me voy a correr casii!! Dijo mi padre.
- Yo también, contestó Manuel.
- Tengo una idea, dijo Manu, por qué no os corréis primero los padres sobre los hijos y después al revés?.
 
Todos estuvimos de acuerdo, así que nos arrodillamos Manu y yo delante de nuestros respectivos padres, los dos se pajeaban rápidamente y nosotros esperábamos con la boca abierta. No tardaron mucho en correrse, lo hicieron casi los dos a la vez.
 
-Arrrgggg me corrooooo, gritaba Manuel.
- Y yooo uffffff. mi padre.
Empezaron a caer chorros de todos lados, los dos hijos los cogíamos como podíamos, empaparon todas nuestras caras y cuando acabaron los dos les limpiamos las pollas y nos besamos.
 
- Uuff q pasadaa! dijo mi padre.
- Bueno venga! Que ahora nos toca a nosotros! Dijo Manu.
 
Nos pusimos de pie y empezamos a pajearnos delante de ellos, tampoco tardamos mucho en hacerlo, repartimos nuestra corridas para los dos padres, ellos se morreaban intercambiándose el semen de sus bocas. Los cuatro caímos rendidos en el sofá.