miprimita.com

Conociendo a mi ídolo

en Hetero: General

El concierto estaba a punto de terminar. La gente estaba comenzando a dispersarse, o bien para ir a sus casas, o bien para ir a tomar unas cervezas a algún bar cercano. Pero Ruth y yo, decidimos ir cerquita de los camerinos. Amábamos a ese grupo, tanto como a nuestra vida.

-Susi, esto empieza a hartarme... Llevamos veinte minutos de espera, y aquí no aparece nadie.

-Ten paciencia, Ruth. Ya saldrán.

Pero la paciencia de mi mejor amiga, tenía un límite.

-Mira, paso. Me voy a dormir. Estoy destrozada. ¿Te importa?

-Claro que no, cariño. Me quedo un rato más, y, si no salen, me voy yo también.

Nos dimos dos besos, y nos despedimos hasta el día siguiente. No sin antes, hacerle jurar que le contaría si había alguna novedad. Pasaron veinte interminables minutos, cuándo se me ocurrió la locura.

"No me voy de aquí sin conocer a Mister X". Así se llamaba el cantante de la banda. Así que aproveché una oportunidad de oro; las puertas se abrieron, salieron un par de chicas, y, sigilosamente, me colé dentro.

El pasillo era muy largo, y estaba en semi penumbra. Al fondo, había una puerta entornada. Mi curiosidad, hizo el resto. Me acerqué como un gato, sin hacer ruido.

-Es que no puedes seguir así, "Mis" - Escuché - No puedes traerte a todas las fans a cada camerino al que vayas, y follártelas. ¿Qué pensaran sus padres?

-Al cuerno, sus padres. Yo no las obligo.

-Mira chico, haz lo que te dé la gana. Yo me piro.

-Como quieras.

Intenté esconderme detrás de un pequeño sofá que allí había. Intentar pasar desapercibida.

Cuándo el hombre pasó a mi lado, contuve la respiración. Afortunadamente, no se percató de mi presencia.

-Vamos, ven... Ya se ha ido - Escuché.

-¿Seguro?

-Seguro.

Me asomé de nuevo, para comprobar que Mister X no estaba sólo. Una mujer rubia, se sentó a su lado, en el sofá.

-¿Dónde nos llegábamos?

-Creo que ibas a hacerme una felación - El rostro de Mister X, parecía totalmente ido.

"Las putas drogas", pensé.

La mujer rubia, se arrodilló ante él, le bajó los pantalones de cuero, no sin dificultad, los calzoncillos, y se metió el miembro del cantante en la boca.

-Eso es... Lo haces mejor que la anterior groupie con la que estuve.

-Eres un cerdo.

Pero lejos de parar, continuó chupándosela. Mis cuerpo comenzó a estremecerse.

-¿Por qué no te desnudas?

La chica, como un autómata, se quitó la chaqueta de cuero, y la camiseta que llevaba por debajo, dejando a la vista dos magníficos pechos.

-Deliciosos - Mister X, se apresuró a lamerlos.

"Esto es demasiado. Me voy".

Pero nunca se me ha dado bien no llamar la atención. Al darme la vuelta, tropecé con el sofá, dando de bruces contra el suelo. Veinte segundos más tarde, una mujer voluptuosa, estaba frente a mí.

-¿Quien eres tú? - Preguntó, mientras Mister X, aparecía detrás suyo.

-Vaya, hoy es mi día de suerte. Dos groupies para mí sólo.

Me tendió la mano, la cogí, y, rudamente, me introdujo en el camerino.

-¿Sabes que espiar está, muy, pero que muy mal?

Mi cabeza, miró hacia el suelo. Estaba avergonzada.

-Lo... Lo siento... Yo...

-¿Por qué no te quedas? Ya que estás aquí, puedo ofrecerte algo de beber - Dijo él, señalando el mueble-bar.

Miré de reojo a la otra chica, que se tapaba, avergonzada, sus voluptuosos pechos.

-Gracias.

Se dirigió al mueble-bar, y, un silencio incómodo se instaló entre nosotras.

-Bien.. ¿Me vas a decir que hacías detrás de la puerta? ¿Espiar? - Dijo, ofreciéndome Whisky.

-No, es que me perdí y...

-Claro... Te perdiste. Siéntate y ponte cómoda. Espero que no te asustes ante lo que vas a ver.

Hice lo que me ordenaba, la mano me temblaba, y derramé un poco de Wkisky en la alfombra.

Mister X se arrodilló ante la chica, le quitó los pantalones, el tanga, la abrió de piernas, y comenzó a pasar su lengua por el clítoris. Le tenía rasurado; como si se esperase que esto iba a pasar. Soltó un gemido.

-Porno en directo - Dijo Mister X, mirándome mientras lamía el clítoris de su fan.

Otro gemido de la fan, este con más intensidad. Comencé a excitarme.

-Sé libre de hacer lo que quieras.... ¿Cómo te llamabas?

-Su... Susi.

-Bonito nombre. Desnúdate, si quieres, o haz lo que más desees.

Sin pensarlo, me senté en el suelo, me deshice de mis pantalones rojos, y me quedé con el tanga al aire. Estaba muy excitada.

-Quiero masturbarme mientras os miro.

La chica me miró, mordiéndose el labio.

-Adelante, cielo.

Conduje mi mano al interior del tanga, notando como mi coño comenzaba a empaparse, ante la escena que tenía enfrente.

-¿Sabes? - Le dijo a la chica- Estoy seguro de que tienes un coño muy apetitoso, pero me apetece que me la chupes un poco.

Se levantó y llevó su miembro a la boca de la groupie, que lamió con ansia. Comencé a masturbarme con fuerza. Estaba tan excitada, que dejé de tocarme, me acerqué a la chica, y le quité los pantalones.

-¿Puedo? - La pregunté.

Ante su movimiento afirmativo de cabeza, llevé mi lengua a sus braguitas, y comencé a recorrer la silueta de su clítoris.

-Mmm. Cómemelo - Rogó ella.

Le quité las braguitas, y comencé a succionar su coño. Nunca lo había hecho con ninguna chica, pero, estaba tan caliente, que no me paré a pensar.

-Que polla tienes, Mister X - Dijo, entre gemidos.

-Calla, y déjame follarte la boca.

Comenzó a mover su pelvis violentamente, mientras ella gemía debido a la comida de coño, que yo le hacía. Estábamos los tres excitadísimos. 

-No puedo más.

Mister X agarró a la chica, la puso a cuatro patas en el sofá, y comenzó a follársela. Yo, mientras, observaba la escena, con dos dedos en el interior de la vagina. El camerino se convirtió en un festival de gemidos.

-Me corro, fóllame fuerte, Mister X. Quiero correrme.

Aceleré la masturbación. Yo también me iba a correr ante el erotismo de la escena que estaba viviendo.

-Voy a correrme yo también - Anuncié.

Mister X salió de la chica, se puso de pie, y nos miró con esa mirada lasciva.

-Quiero que os folléis.

Nos miramos, indecisas. Pero aquello sonaba bastante a una orden. Nos pusimos en la alfombra, juntando nuestros clítoris, y comenzamos a movernos al compás. Creo que casi me corro, nada más rozar su mojado coño.

-Diooss, nunca había hecho esto, es muy excitante - Gimió la chica.

El vaivén de nuestros cuerpo bailó mientras mil sensaciones se apoderaban de mí. Mister X no perdía detalle, mientras se masturbaba.

 -Corréos - Suplicó.

No hizo falta que dijese nada más. Cuándo la chica y yo nos separamos, dos chorros abundantes salieron de nuestros clítoris, empapando la alfombra.

-Joder, me corro. Venid.

Nos acercó a su miembro hinchado, abrimos la boca, y un gran chorro de semen, nos empapó enteras. Nos besamos las dos, compartiendo flujos.

-Sois muy cerdas. De las mejores groupies que he tenido. Ahora, vestíos y largaos.

Lo que se había perdido mi amiga Ruth.