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Comedora Gourmet

en Hetero: Infidelidad

Todo comenzó con una foto que recibí en mi whats app. Y sin duda, no dejaba lugar a duda.

Una mujer con máscara, tumbada en un sofá, con la boca bien abierta. La máscara cubría toda su cara y solo tenía la abertura de la boca.

Diego estaba de pie echándole una súper corrida, a escasos centímetros.

La foto, traía un texto, que decía: Mira qué pasa, cuando voy súper cargado.

Soy Silvia de nuevo.

Algunos ya me conocéis de mis anteriores relatos : La merienda I y II, la piscina de Daniel.

Morenaza, buena figura, 1'70, casada con David, y muy,muy sexual.

Desde que empecé a contaros mis experiencias, he recibido tal cantidad de correos, que me es imposible contestar a todos al instante.

Por ahora, he respondido a las propuestas más interesantes. El resto, lo haré, poco a poco.

Vuelvo al relato.

El que me mando la foto, es Diego, un amigo, que conocimos por respondernos a un anuncio, de una web swinger.

Le respondí a su foto:

Que desperdicio de leche. Ya sabes que a mí me gusta, que toda entre en mi boquita.

Porque tú eres una " Comedora Gourmet "

Que cabrón, como me conocía.

Nos seguimos mensajeando y le propuse buscar un día, que nos viniese bien a todos, para ir a " merendar "

Esa foto me había encendido. Ver ese chorrazo, saliendo de su rabo, me había puesto cachonda perdida. Él sabe lo tragona que soy, por las veces que hemos quedado. Y había conseguido lo que quería. Ponerme a mil.

Le dije que se lo comentase a algún amigo suyo, de confianza, para que se reservase unos días, antes de quedar. Y estuviesen bien cargados.

La semana se me hizo eterna, ya que habíamos quedado para el viernes por la tarde.

Mi marido ayudaba a encenderme más. Cada vez que tenía una oportunidad, me provocaba.

Me decía que me iba a ofrecer con collar y cadenita, para que me usasen a su antojo, que no nos iríamos de la casa de Diego, hasta haber tragado varias veces, sus lechadas. Que lo grabaría todo.

Estaba súper salida.

Mientras se acercaba el viernes. Pedí alguna cosilla a una web, que me encanta. Ya que tienen un montón de ropita, zapatos y complementos, para ser "malvada"

A mí me gusta ir a la cita, en plan formal, y después cambiarme, para sorprenderles.

El jueves llego mi pedido. Un vestido y un mini plug, terminado en cola de zorrita.

Él vestídito, me quedaba como un guante, resaltaba mis curvas y con un escote espectacular.

Estaba segura que les encantaría.

Me quite el vestido y probé el mini plug anal. Era divino. La imagen de mi culo con la colita de zorra, era brutal. Me hacía sentir muy golfa.

Por la noche, David me probó el collar con la cadenita. Y solo imaginar lo que ocurriría al día siguiente, cuando él me ofreciese a esos dos cabrones, me encharco.

El viernes por la mañana se me hizo eterno, el reloj parecía que no avanzaba. Se me hizo larguísima.

Habíamos quedado a las 18:00 en su casa. Y la verdad es que tenía esa mezcla de nervios y calentura, que suelo tener antes, de una " fiesta "

Llegue a casa y mientras esperaba que llegase David, prepare mi bolsita de pendoneo.

Lubricante, algún juguete, el collar, la cadenita, el vestido, unos zapatos de doce centímetros de tacón, el mini plug de zorra, y una bata cortita y muy sexy de seda.

Durante el trayecto en el coche, mi chochete palpitaba.

No sabía a quién me encontraría, en casa de Diego, porque no conocía al chico que había citado esta vez. Ya que al que conocía, no podía esta vez.

Pero estaba segura, que estaría a la altura y sería de su plena confianza.

Como estás zorrita? Me preguntó mi marido.

Muy salida, y deseando que me ofrezcas a esos dos guarros.

Yo iba con unos vaqueros, unos mocasines y una camisa blanca, súper formal.

Me gusta ir muy discreta, pasar desapercibida y que luego les impacte mi cambio.

Avisamos a Diego, para que nos abriese el,parking.

Subimos en el ascensor, hasta la misma puerta.

Allí Nos estaba esperando Diego, vestido de sport. Me recibió con un pequeño morreo, metiendo su cálida lengua en mi boca. Mientras Diego saludaba a mi marido, pase al salón, y allí estaba Néstor, el amigo de nuestro anfitrión. 1,90 Moreno, trajeado, guapo,unos 35 años, esbelto, sin perilla, ni bigote( no lo soporto). Se acercó a mí, y me dijo:

Comedora Gourmet? Soy Néstor.

Que cabrón, le había contado a su amigo, mis habilidades.

Me dio un beso en la mejilla y el otro muy cerca de la comisura de los labios, a la vez que ponía sus grandes manos en mis caderas.

Pasaron Diego y mi marido.

Ya veo que mi amigo Néstor se ha presentado.

Sobre la mesa bajita del salón, había unas bandejas con canapés, pastelitos, una cubitera con dos botellas de Möet chandon y unas bandejas de shusi.

Descorcharon una de las botellas y nos sirvieron una copa.

Brindamos por la " Merienda " Estaba delicioso, me encanta el Möet. No hay bebida que me ponga más en situación, que este champagne.

Mientras ellos hablaban de tribialidades, les dije que iba al baño.

Este momento es súper excitante para mí. Me puse el vestídito, sin nada de ropa interior, los taconazos. Recogí mi pelo en una coleta alta, y me puse el collar de terciopelo negro, con swarovski, de perrita, sin enganchar la cadenita.

Me mire al espejo. Estaba divina. Y muy mojada.

Volví al salón y mi aparición les dejo sin palabras.

Madre mía, que cambio. Estas espectacular.

Me pasee alrededor de ellos, rozándome, para que me tocasen.

Diego fue directo a mi culo, subiendo la poquita tela que lo cubría. Y me sobaba las nalgas.

Néstor metió la mano por mi generoso escote, para acariciar mis tetas, a la vez que me daba su boca.

Yo no me quede quieta y mientras ellos me sobaban, les baje la cremallera a los dos, para intentar sacar sus trancas. Pero como estaban empalmadisimos, no podía.

David me había dejado en medio de los dos. Mientras yo intentaba sacar sus trancas, ellos no me lo ponían fácil. Me comían la boca, me magreaban a conciencia.

Mi marido engancho el mosquetón de la cadenita a mi collar, y tirando de él, me saco de en medio de los dos.

Que quiere mi perrita?

Rabos, pero no me dejan sacárselas.

Néstor y Diego se estaban desnudando, dejando al aire sus depilados cuerpos. Cuando los dos bajaron sus bóxer, no pude evitar exclamar.

Que pollon tiene Néstor, mira cariño, que capullo.

Mi marido me acerco a ellos, tirando de mi cadenita, y me dijo:

Diles lo que quieres!

Quiero vuestros rabos.

Mientras mis manos sopesaban sus huevos, y acariciaba sus pollones.

Quiero que me uséis, como una golfa. Soy vuestra puta.

Mi marido le dio la cadenita a Diego.

Dadle caña, que lleva toda la semana salida.

Estaba deseando probar con mi boca la polla de Néstor, pero ellos me mantenían erguida, tirando de la cadenita. Metiéndome mano, comiendo me la boca.

Mientras , mi marido saco la cámara, para hacerme fotos y video.

Os habéis reservado? Les pregunté.

Luego lo veras, golfa.

Me llevaron hacia el sofá, y se sentaron los dos. Uno al lado del otro.

Venga perrita, de rodillas, a mamar.

No hizo falta que me lo repitieran. Lo estaba deseando.

Como la de Diego la conozco bien, empecé por la de Néstor. Aunque tenía una en cada mano.

Por dios! Que capullo, me llenaba toda la boca. Y que grosor, con las venas bien marcadas.

Pasaba de una a otra. Las chupaba, lamia, acariciaba, con mi cara. Lengüeteaba sus gordos huevos.

Joder, que buena es. Como le gustan los rabos. Que razón tenías.

Ya te lo decía. Es la mejor. Mira como intenta metérsela hasta la campanilla.

David no paraba de hacer fotos.

Eso es zorrita, mamá bien. No querías rabos?

Son una maravilla, que pollas tienen, cariño. Me van a volver loca.

Podría haber estado toda la tarde, chupando esas trancas. Pero Néstor se levanto, y se puso de rodillas, detrás mía. Yo quería mirar hacia atrás, pero Diego me tenía agarrada por la coleta y me hacía bajar la cabeza, por toda su polla.

Néstor pasaba la palma de su mano, por mi encharcado coño.

Madre mía! Si esta chorreando.

Así lleva toda la semana, desde que Diego le mando la foto.

Quieres que te la meta?

Si clávamela!

No tan rápido. Pídelo como es debido

Por favor! Métele tu pollon a esta zorrita. Lo estoy deseando.

Y no te pongas goma, que me sienta más puta, y la note bien.

No había terminado la frase, cuando noté como su capullazo se abría paso entre mis labios.

Despacito, que la note bien.

Ya no pude seguir hablando, porque Diego agarro mi cabeza con ambas manos y me la metió hasta el fondo de mi boquita. Moviendo su cadera, para follarme la.

Néstor tampoco me hizo caso y empujó su cadera, para metérmela toda.

Por dios! Me sentía repleta.

Perdí la noción del tiempo y de las corridas que me provocaba Néstor, paseándose por mi coño.

Él cabron lo hacía muy bien. Fuerte, suave, sacándola toda y volviéndola a meter entera.

Déjamela a mí un rato. Le pidió Diego.

Me la saco y ocupó el sitio en el sofá, para que se la chupase a el y Diego se puso de rodillas y me la clavó de una.

Que cabrones, me estaban dando bien.

No sé cuándo ocurrió, pero mientras me follaban y mamaba, de repente vi como un señor de unos 65,años, con los pantalones bajados se meneaba la polla, viendo como Néstor y Diego, me daban a su antojo.

Su polla no era muy larga, pero sí gorda y venosa.

Yo chupaba la de Néstor y Diego me follaba, pero no quitaba ojo, del viejo, meneándose la.

Este señor es el conserje y le hemos invitado, para que te de leche , vaya que con la nuestra, no tengas suficiente.

Que cabrones, esto había sido idea de mi marido y Diego le había ayudado.

Acércate! Y pónsela en la boca. Dijo mi marido.

Deje de mamar a Néstor y mientras me follaba Diego, abrí mi boca, y el viejo, me la metió, toda.

Buff! Que boca tiene esta guarra. No voy a durar nada.

Cuanto más me follaba Diego, más succionaba el rabo del viejo. La tenía muy dura.

Me sentía muy guarra, mamando, el rabo del conserje. Y no paraba de correrme con la follada de Diego. A la vez que meneaba el pollon de Néstor.

No aguanto más, zorra. Me estás ordeñando.

Recibí en el paladar el primer chorrazo de leche caliente. El segundo, el tercero, el cuarto.

Por dios! No paraba de correrse. Bramaba como un toro, echando chorros, en mi boca.

Toma puta, toma crema. Que me han dicho que te gusta tragar.

Mi primera intención, fue mantenerla en la boca, pero echaba tanta, que tuve que tragar. Y la verdad es que tenía buen sabor.

Eso es zorra, que Néstor y el conserje, vean lo tragona que eres, decía Diego.

A que no os mentía, cuando os dije que era una " Comedora Gourmet "

Me la saco de la boca, para apretársela bien y que saliesen las últimas gotas. Yo saqué la lengua, para que cayesen en ella y no se perdiese, ninguna.

Cuando se iba a retirar hacia atrás, me la metí en la boca, para rebañarla bien y dejársela limpia.

Joder! Que puta tienes, es la mejor.

Diego me la saco y me levantaron. Me llevaron de la cadenita, hasta un puff grande, donde me tumbaron boca arriba.

Néstor abrió mis piernas, cogiendo mis tobillos. Puso la punta de su capullazo en mi coño, y entro suavemente.

Que delicia, como me gusta tu tranca. Me siento repleta.

Diego se puso a horcajadas sobre mi cabeza y me dio a lamer sus huevos.

El conserje se sentó para ver cómo me follaban y mi marido no dejaba de hacer fotos y vídeo.

Que suerte tienes, vaya zorra que tienes en casa. No me la habían chupado así nunca.

Lo sé, es la mejor. Metida en faena, no la hay más golfa.

Yo no paraba de correrme con la follada de Néstor, era una locura. Enlazaba una con otra.

Néstor, cuando quieras, estoy a punto. Vamos a darle a la perrita, su leche. Que parece que no ha tenido suficiente con la del conserje.

Si! Por favor, dadme la merienda. Quiero leche caliente.

Me sentaron en el suelo y se pusieron cada uno a un lado de mi cabeza.

Cómenos los huevos, que te la vamos a dar.

Los cabrones, se la meneaban, mientras yo iba de unos huevos a los del otro.

David no paraba de grabar y el conserje se la tocaba viendo la escena.

Abre bien la boca y saca la lengua, que te la voy a echar.

Casi no me da tiempo, cuando ya tenía el primer chorro de Diego, que apuntaba bien, para que entrase toda en la boca. Al segundo chorro de Diego, me entró el primero de Néstor.

Toma guarra, toma y no tragues, que quiero ver tu boquita bien llena.

Diego me la echo toda dentro, pero Néstor me regó un poco la cara, como era tan espesa, no se cayeron los goterones. Jugué un poco con la leche de mi boca y trague, para que no se me cayese. Y después de saborearla, iba a recoger los goterones de mi cara con los dedos, pero David le dijo a Néstor:

Dásela con la polla, le encanta.

Utilizó su capullo como un pincel. Lo untaba y me lo daba a lamer.

Cuando acabó, se fueron turnando, para meterla en mi boca.

Vamos perrita, demuéstrales lo bien enseñada que te tengo y déjaselas bien limpias.

Así? Las dos juntas? Que ricas.

Estuve un buen rato lamiéndolas con mi lengua, para que no quedase ni rastro de crema.

- Que delicia de pollas. Tengo que verlas más a menudo.

Al terminar, el conserje, volvía a estar empalmado y mi marido también. Pero les puse carita de darme un respiro y propusieron picar algo, para reponer fuerzas. Me sirvieron otra copita de Möet.

Me puse los tacones y me fui al baño. Quería darme una ducha.

Mientras lo hacía, pasaban por mi mente, las imágenes de todo lo que me habían hecho. Y me moje de nuevo. Quería más.

Busqué en mi bolsa, el lubricante y el plug de colita de zorra. Me lo metí, me coloque la coleta , me puse los tacones y una batita de seda, que siempre viene en mi bolsa.

Salí de nuevo al salón y con solo mirar a mi marido, entendió que seguía cachonda y con ganas.

Ahora quería follarmelos yo, disfrutar de sus rabos, montándome encima de ellos, cabalgarlos, culear, llevar yo el ritmo. Y que al final, me diesen la leche los cuatro a la vez, conserje incluido.

Pegue mi culete al paquete de mi marido, para que notase lo que me había puesto.

Metió la mano entre mi bata y toco, la colita de zorra.

Pero que es esto?

Levanto mi bata y haciéndome girar, les mostró a todos mi culete, con mi colita de zorra.

Que bonito, te queda ideal.

Es lo que tiene que llevar, una zorrita como tú.

Muéstrate bien.

Me quite la bata y gire en el centro, moviendo mi culete, para que viesen mi colita.

Les encanto, sus rabos se empezaron a poner morcillonas.

Me agaché a chuparsela a mi marido, mirándoles a ellos. Eso no falla.

Que puta es.

Como le gustan los rabos.

No todos. Solo los grandes, depilados y con buenos capullos. Jajajaja

Los nuestros.

Los vuestros son una maravilla.

Senté a mi marido en el puff y me senté, clavándome la, dándole la espalda, para ver a los tres.

Mientras cabalgaba a mi marido, ellos no perdían detalle, meneándose la.

Me pone muy salida, ver cómo un tío me mira y se la menea. Si ya son tres, es la locura.

Después de un buen rato clavándome la, le pedí a Diego, que ocupase el sitio de mi marido.

Con el me subí de frente, dándole a mamar mis tetas. Yo culeaba a mi ritmo y él me guiaba por su rabo poniendo sus manos en mis nalgas.

Encima de ellos, me corria cuando yo quería, y no paraba.

Cabrones! Me vais a matar a orgasmos. No puedo parar de correrme. Joder!

Néstor ya estaba sentado,en una esquina del sofá, con su rábazo apuntando al techo, esperando su turno.

Vamos perrita, que te voy a empalar.

Me baje de Diego y me subí encima de Néstor, metiéndome yo misma la tranca.

Madre mía! Me encanta, me vuelve loca. Noto como tu capullo roza mi coño.

Otra corrida en seis subidas y bajadas por su tranca.

El muy guarro me daba la lengua para que se la chupase. Y me movía por su rabo, llevando el ritmo el.

Entre corrida y corrida,oí como mi marido, le preguntó al conserje,si me quería follar.

No aguantaría nada, se mueve como un molinillo, prefiero llenarle la boca otra vez.

Estuve subida sobre Néstor hasta que mi marido me cogio de la coleta y me puso a cuatro patas sobre el sofá.

Vamos a turnarnos, hasta que estemos a punto de corrernos y se la echamos los cuatro a la vez.

Si por favor, montarme como a una yegua, quiero notar vuestros huevos chocando en mi coño.

Soy vuestra puta,,darme cabrones.

Me daban diez o doce embestidas, agarrados a mis caderas, y dejaban mi coño, para el siguiente.

Joder! Se subían en el sofá y me montaban como a una yegua.

El conserje no podía más.

Estoy apunto, para darle más leche a esta golfa.

No sigas meneándote la, que se le demos todos juntos. Le dijo mi marido.

Yo estoy para cuando digáis, dijo Diego.

Deja que me la folle un poco más, le dijo Néstor a mi marido.

Como me embestía. Estaba a horcajadas sobre mi culo y me empotraba como un animal.

Mientras, mi marido cogio unas gafas de secretaria, de mi bolso.

Cuando queráis, dijo Néstor.

Baja golfa, que te vamos a dar lo que te gusta.

Me puse las gafas, me senté sobre mis talones, pase mis manos a la espalda y abrí mi boquita.

Se pusieron los cuatro muy cerca, pegando sus pollas a mi cara, mientras se la meneaban.

Dadme leche, lo necesito, quiero más, me habéis dejado con ganas. A partir de hoy me podéis llamar cada vez que tengáis los huevos llenos. Me la voy a tragar toda. Apuntad bien, cabrones.

Venga, vamos a darle su merienda a la " Comedora Gourmet " dijo Diego.

Empecé a recibir chorrazos de leche, por los cuatro sitios. La mayoría entraban en mi boca, me daban en los dientes, en la lengua.

Ellos bufaban.

Toma zorra, toma leche, traga.

Abre bien, toma.

Puta, eres la más puta.

No paraban de correrse y yo tragaba y tragaba.

Cuando terminaron mi marido dijo:

Ponérselas lo más cerca posible.

Y me hizo un montón de fotos, mientras yo jugaba con ellas, con la leche, con mi lengua, lamia la leche que tenía alguno,en sus dedos. Apretaba sus capullos, para rebañar las últimas gotas, lamia las gafas. Unas fotos brutales.

Estuve más de diez minutos lamiendo, hasta dejar las cuatro pollas relucientes.

Picamos algo para reponer fuerzas y nos marchamos cerca de las Díez. Cuatro horas de pollas deliciosas.

Sugerencias parpicante2017@yahoo.com