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De la ciudad al campo

en Transexuales

Hola a tod@s , soy Raquel tengo 27 años, vivo en Madrid soy trans y estoy buenísima. (Tenía que decirlo)

Bueno os voy a contar la historia de uno de los momentos más importantes y que más me han marcado.

Vivía con mi madre en Madrid, mi madre era periodista y escritora. Ella era muy abierta y desde que era muy pequeño se dio cuenta que yo era gay, siempre me apoyo y ayudo en todo, y jamás me juzgo por ser como era. Ella era todo para mí, sabía que pasara lo que pasara siempre podría contar con ella.

A mi padre no llegue a conocerlo mucho, ya que cuando yo tenía 5 años murió en un accidente en el campo. La familia de mi padre vivía en el campo tenían tierras y ganado, ellos al contrario que mi madre eran chapados a la antigua, muy rudos y católicos.

Así que desde la muerte de mi padre, la relación con mi abuela y tío paterno se enfrió mucho y apenas nos veíamos. Mi abuela nunca entendió que yo fuera gay, y culpaba a mi madre de haberme educado en el pecado.

Mi vida con mi madre era genial, podía contarle que chicos me gustaban, ir de compras juntas, comentar si un chico estaba bueno, incluso sabía que yo usaba lencería femenina.

Con ella no había secretos.

Un día al volver del instituto, mi madre estaba en el sofá con una mirada extraña. Y me dijo, me dijo que me sentara con ella. Me senté y me dio la peor noticia que podía esperar.

Tenía cáncer, e iba y le quedaban 6 meses. Me dijo que esos 6 meses tenían que ser los mejores de toda su vida ya que eran los últimos y no quería pasarlos llorando.

Yo rompí a llorar, ella me abrazo y estuve llorando durante mucho mucho rato. Mi mundo se había partido en mil pedazos, mi madre se moría y yo me quedaría sola, quien iba a cuidar de mí???

Los siguientes 6 meses fueron muy felices, aprovechamos el tiempo al máximo. Hasta que un dia mi madre no se pudo levantar de la cama, habia llegado la hora. Ese dia mi madre me entrego una carta, me dijo que la leyera cuando ella se hubiera ido, que no me preocupara que todo iria bien.

Quando al fin ella me dejo, me dispuse entre lágrimas a leer la carta. En ella me decía que

Mi tío José el hermano de mi padre se haría cargo de mí, eso me aterro; ella sabía que no me iba a gustar nada eso, así que previendo la situación ya se había encargado de hablar con mi tío, y le había hecho jurar que cuidaría de mí, y que no intentaría hacerme cambiar, ni me humillaría por ser como soy. Solamente había un inconveniente y es que debería ir a vivir con él al pueblo por lo menos hasta cumplir los 18. Textualmente decía “tu tío es muy anticuado pero es un hombre de palabra y sé que jamás faltaría a un juramento”, “además le amenace con volver de entre los muertos si lo hacía”. También me decía que no me tenía que preocupar por el dinero, ya que ya lo había dispuesto todo y que llegada la hora el notario me leería el testamento, en el cual quedaba todo bien claro.

El día de su funeral mi abuela y mi tío vinieron del pueblo, aunque tuviésemos nuestras diferencias me ayudaron mucho en ese momento tan difícil. Yo apenas podía levantarme del sofá del velatorio y mi tío se encargó de todo, elegir ataúd, flores recordatorios...

El día siguiente de enterrar a mi madre fuimos al notario, mi madre me había dejado el piso de Madrid y cerca de 3 millones de € en un depósito, del cual cada mes mi tío recibiría una generosa cantidad para mi manutención, a los 18 años podría ir a vivir al piso de Madrid e iría recibiendo el dinero en distintas fases para que no pudiera dilapidarlo.

Al cabo de una semana partí con mi tío hacia el pueblo, el pueblo estaba en la provincia de león muy cerca de Asturias, mi abuela vivía en una casa pequeña en el pueblo. Pero mi tío tenía un caserío más apartado donde tenía una granja de vacas lecheras. Fue un chocó para mi pasar de la gran ciudad, al campo con vacas y un olor a estiércol que lo inundaba todo. Que largos se me iban a hacer estos 4 años...

Mi tío me mostro la que sería mi habitación, estaba en la segunda planta, la verdad es que era muy espaciosa muebles rústicos pero muy acogedora tenía un tocador y un baño con bañera en la habitación, la habitación de mi tío estaba en la planta baja así que eso me daba algo de privacidad.

José vivía solo en esta casa aun que tenía una mujer que se encargaba de la casa, le hacia la compra, le limpiaba y hacia las comidas y cenas. El solo venía a comer a cenar y a dormir, ya que pasaba el día trabajando en la granja con un par de empleados que tenía.

Los primeros días se hicieron muy aburridos ya que era verano y no tenía que ir al colegio pasaba los días encerrado hablando con amigas por internet. Estaba harta de estar ahí necesitaba una válvula de escape, llevaba desde que había muerto mi madre sin vestirme de chica y necesitaba relajarme. Eran las 4, y Manuela la mujer que hacia las tareas ya se había ido y mi tío no volverían hasta las 9 así que tenía toda la tarde para mi sola.

Me encerré en el baño me duche, limpie mi anito bien, me depile por completo, y puse crema por todo mi cuerpo.

Entonces abrí mi maleta secreta en la que llevaba absolutamente de todo, para esa tarde escogí un cortes rojo y negro, unas medias de rejilla negras. También me coloque una peluca rubia y me maquille como mi madre me había enseñado. Ya no recordaba lo buena que llegaba a estar cuando me transformaba. Salí del baño y me tumbe en la cama, me conecte en un chat y conecte con un chico con el que ya había tenido sexo. Empecé a jugar con un consolador mientras el chico me veía por la webcam, yo podía ver como se masturbaba, después de un buen rato yo me corrí sin apenas tocar mi pollita y me quede totalmente relajada. Cerré el ordenador y me di una vuelta por la habitación, estaba mirando por la ventana cuando de pronto, vi a mi tío a lo lejos. Debía estar a unos 100 metros de la casa pero sin duda estaba mirando hacia mi ventana. Di un paso atrás y me escondí, no estaba segura de sí me habría visto, así que decidí quitarme la ropa y salir a dar una vuelta por la granja para disimular y calmar mis nervios.

Llego la noche y mi tío vino a cenar, mientras cenábamos me pregunto a qué hora había marchado Manuela esa tarde, yo le dije que como siempre sobre las 4. Sospechaba algo estaba claro, debía de haberme visto aunque no insistió mas en el tema seguimos cenando sin más. La verdad es que aquella situación me había excitado bastante.

Al día siguiente repetí la misma operación, baño, lencería y maquillaje. Y después de hacerle un espectáculo a mi novio de internet. Volví a asomarme a la ventana, y otra vez vi a mi tío, solo que esta vez estaba mucho más cerca y tenía que haberme visto perfectamente. Su mirada era de sorpresa pero también de lujuria y deseo. Me excite bestialmente, y volví a esconderme y me quite toda la ropa excepto el tanga, decidí dejármelo puesto como prueba de que era yo la chica de la ventana.

Mi tío era un hombre alto, fuerte y bien parecido era extraño que no estuviera casado siendo mi abuela como era la verdad, había algo misterioso en él y me excitaba cada vez más.

Llego la hora de cenar yo no sabía muy bien cómo actuar, así que decidí hacer como si nada hubiera pasado, aunque notaba como cada vez que lo tenía detrás me clavaba los ojos en mi culo. Mientras el calentaba la cena, yo iba a coger los vasos que estaban en alto, y aproveche para dejar que pudiera ver el tanga que llevaba, era rosa con encaje uno de mis favoritos. Cuando tuve los vasos en la mano me gire y puede ver la lujuria en su mirada, lo mire y el me miro no nos dijimos nada, pero yo sabía que eso solo podía terminar de una manera.

A la tarde siguiente repetí la misma operación, me asome a la ventana y nada no apareció. Por la noche volví a hacer el espectáculo note como me miraba, pero intentaba disimularlo.

Seguí intentándolo durante unos días sin resultado.

Hasta que un día lluvioso me asome sin esperanza, y para mi sorpresa él estaba allí mismo bajo la lluvia. Su mirada era la de un macho en celo, estaba empapándose con el chaparrón que estaba cayendo, dio un paso al frente y subió a mi habitación como alma que lleva el diablo.

Se abalanzo sobre mi sin mediar palabra y me beso con pasión mientras sentía su cuerpo mojado por la lluvia, le fui desabrochando la camisa. Tenía un torso increíble, yo le acariciaba y arañaba la espalda mientras él me lamia el cuello, sentía como su pene aprisionado dentro del pantalón se frotaba con mi vientre. Pude ver nuestro reflejo en el espejo de la habitación y casi me vengo solo con ver esa imagen, era increíble. Decidí ir al grano, y empecé a acariciar su pene por encima del pantalón con una mano, mientras con la otra buscaba el botón para poder liberar a esa bestia que tenía entre las piernas.

Al fin lo conseguí, y vaya herramienta tenía mi tío, empecé a masturbarlo mientras el seguía besándome y sobándome el culo. Ya no pude esperar más y me deje caer de rodillas, quedando su rabo a la altura de mi cara, le mire a los ojos desde abajo y comenzó la que creo que fue, ha sido y será la mejor mamada de mi vida, primero la fui lamiendo muy suave dándole pequeños lametones, después me metí el capullo en la boca mientras con la lengua le hacía cosquillitas y poco a poco me la trague hasta el fondo, disfrute se sus preciosos huevos los lamí, succione y presione haciendo que mi tío se retorciera de placer. Cuando ya llevábamos un buen rato mi tío me hizo levantarme y me beso otra vez compartiendo así el sabor de su polla. Después me lanzo a la cama y me coloco a cuatro patas y empezó a comer mi culito, bocado a bocado, lengüetazo a lengüetazo. Yo estaba en el cielo, empezó a meterme un dedo, luego dos y así estuvo un buen rato. Note como se detenía para coger algo en la mesita de noche, al notar el fresquito en mi anito supe que era lubricante. Por fin me iba hacer suya, ya no podía resistir más tiempo sin tener esa polla dentro de mí. Primero froto su pene contra mi culito, presionando cada vez que pasaba por la entrada de mi culito, mientras él se frotaba yo empujaba hacia atrás, quería sentirla dentro ya. Al fin se detuvo y empezó a empujar su polla contra mi esfínter que fue cediendo poco a poco, muy lentamente me fue penetrando, se notaba que el muy cabron ya se había follado unos cuantos culos, no sentí ni pizca de dolor, cuando note sus huevos contra mi supe que la tenía toda dentro, mmmmm que placer sentí, todavía me estremezco hoy al recordarlo.

Una vez la tenía toda dentro empezó un lento bombeo, que fue acelerando gradualmente hasta convertirse en unas tremendas envestidas, que me arrancaban gritos de placer, que salían de lo más profundo de mi cuerpo, debido a la fuerza de las envestidas mis brazos cedieron y mi cara choco con el colchón, pareció que eso todavía calentó mas a mi tío que arremetió mas fuerte contra mi culito yo no paraba de gritar y jadear. JODER!! Como follaba mi tío me estaba volviendo loca de placer. Entonces se detuvo, me la saco e hizo que me girara coloco una almohada bajo mi culo, coloco mis piernas en sus hombros y volvió a metérmela dulcemente, mientras me iba follando en esa posición volvía a besarme con pasión. Yo ya estaba a punto de correrme, pero no quería que se acabara ese momento, mi tío volvió a acelerar el ritmo y a meterla tan profundo como podía. Hasta que entre gritos y empujones se corrió dentro de mí, al sentirlo note como yo me corría salvajemente sin ni tan solo haberme tocado mi pollita.

Mi tío se tendió a mi lado en la cama, mientras yo sentía como mi culo chorreaba semen a raudales. Me sentía en la gloria, madre mía que polvo acababa de echar.

Sería el primero de muchos en ese verano.