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Tomado por las pelotas

en Sadomaso

Allí se encontraba Roberto, un hombre con bastante poder adquisitivo y con una vida muy cómoda. Allí estaba amarrado y completamente desnudo delante de un espejo. Las cuerdas le  impedían moverse. Atado de pies y manos a dos pilares, uno a cada lado.

-¿Ya has despertado?-pregunto una voz femenina.

-Si, ¿donde estoy?-con voz temblorosa y viendo que estaba desnudo.

-En el infierno-respondió soltando una risa.

Una mujer se puso delante suya. Era guapa, el pelo corto y rosa, vestida con un traje de cuero que dejaba sus voluminosos y bellos pechos al aire. En su entrepierna llevaba el coño al aire y se veía muy bien. No pudo evitar tener una erección.

-Vaya con el cerdo, pero si se le ha puesto dura-comentó tocando su polla con la punta del látigo.

Tenía una polla de tamaño normal, con un pequeño vello rodeando los huevos que si eran grandes. Ella se colocó detrás suya y le acarició suavemente las nalgas, luego paso su mano por el escroto, palpando sus huevos. Agarro su pene y retiro el prepucio.

-¿Con esta birria de polla satisfaces a tu mujer?. Pobrecilla, seguro que esta contigo por dinero porque por amor...ja,ja-se empezó a reír.

-Sueltame-exigió.

-No, de eso nada...-agarro su polla con más dureza y la empezó a masturbar.

El hombre gimió un poco al sentir aquel masaje, no podía evitarlo, lo hace muy bien. Tras unos intensos minutos soltó varios chorros potentes de semen que fueron directos contra el espejo manchándolo.

-¿Quién te ha dado permiso para eyacular?-lo agarró de los huevos y los apretó provocando que gritara de dolor.

-Ahhhhhhhhhhh, sueltame los huevos-rogaba este gritando.

Al cabo de unos segundos lo hizo para alivio de Roberto. Se levantó y se marcho. Cuando regreso sintió algo en sus pelotas.

-¿Qué vas a hacer?-pregunto recuperando aire tras el apretón.

-Tomando precauciones-él vio como estiro su escroto y luego lo rodeaba con una cuerda alrededor. 

Estas quedaron colgando mientras el hombre intentaba zafarse de forma inútil.

-Así evitaremos que eyacules.

Luego se puso un dildo en su cintura mientras metía el dedo en el culo de aquel cerdo. Al ver aquello Roberto empezó a rogar que no lo hiciera.

-Por favor eso no...¡NOOOOOO!-grito al sentir como su culo era desvirgado.

Ella lo jaló del pelo mientras movía sus caderas. Adelante y atrás de manera continuada.

-Oh...si...te gusta eh...-dijo al ver como su polla volvía a crecer.

-No, no me gusta-mintió.

Mientras le penetraba, le agarro suavemente de los pezones y los retorció un poco. Su pene ya palpitaba pero la cuerda impedía que sus huevos pudieran liberar la enorme carga que aún contenían dentro. Ella apretó duramente ahora sus huevos provocando un gran dolor en Roberto que gritaba aún más, sentía que sus fuerzas le fallaban y sus piernas temblaban.

-A pesar del dolor...tu polla sigue dura-los soltó y ahora masturbaba aquella cosa que le colgaba.

Su pene estaba ya morado, deseaba correrse pero esa cuerda era lo que se interponía.

-Por favor ya no puedo aguantar...quiero eyacular...-rogaba.

Entonces ella paró de embestir con ese enorme dildo. Se lo desató y lo dejo metido en aquel culito que había desvirgado. Para sorpresa pero sobretodo alivio de Roberto le quito la cuerda quedando las pelotas colgando de tanto estirarlas.

-Gracias-agradeció este sintiendo de nuevo el circular la sangre por sus huevos.

Escuchó entonces un ruido extraño, no sabía muy bien como describirlo. Ella se puso delante con unas tijeras, un frío le recorrió todo el cuerpo y su cara se volvió blanca. Pero su polla estaba aún dura.

-No creo que esto sea ya de utilidad-puso el filo en sus huevos y le hizo mirarla.

-Por favor...no...no lo hagas...-estaba asustado.

-¿Porqué?, ¿tan valiosas son para ti?-este asintió.

Tomo su cara con una mano mientras aún seguía sosteniendo estas en sus huevos.

-Mirame-no le quedaba otra.

-No...por favor...-sus ojos pedían clemencia.

¡Zas!. Al escuchar eso la mujer sintió como chorros de semen impactaron contra ella.

-JA,JA,JA. ¿Realmente pensabas que te los iba a cortar?-no paraba de reír.

Roberto expulsó dos chorros intensos antes de dejar de eyacular. Respiro aliviado y sintió como el sudor recorría su cuerpo. Luego la mujer le desató, el quito el dildo y pudo vestirse. Tomo su cartera y le pago lo acordado.

-Gracias por la sesión de hoy. Pero sigo duro-dijo desde la puerta y mirando como sobresalía de su pantalón

-Oh...vaya cerdo tenemos je.je-miro aquel bulto y esbozó una sonrisa.

-¿Me ayudas?-pregunto con aquella mirada tierna.

-Claro-levantó su pie y le dio de lleno en los huevos.

Luego cerró la puerta dejando a este en el suelo agarrando sus partes.

-Menuda sesión, ojalá hubiera sido más larga-dijo ella.

Tras unos minutos de refrescarse ella te mira.

-Oh, olvidaba que estabas aquí querido lector. Me has pillado en una de mis sesiones-tomo una botella de agua y la bebió.

Estaba preciosa. Ella te mira.

-Espero que hayas disfrutado viendo como enseñaba a ese cerdo una lección. Aunque veo por el bulto de tus pantalones que te ha gustado. Vamos...quitatelos...eso es...ahora los calzoncillos...JAJAJAJAJA, ¿Esa cosa es tu polla?. Pero si es más pequeña que la de Roberto. En fin...¿ya estás a punto y apenas has empezado a masturbarte?-pregunto.

Se toca los pechos mientras pone cara de satisfacción.

-¿Ya te has corrido?. Que poco aguante. A ti si te deberia cortar las pelotas por eyaculador precoz y tener una polla tan pequeña. Bueno, si quieres tener una sesión conmigo ya sabes. Me llamo Rosa y creeme que después de tener una sesión conmigo volverás una y otra vez-te da un beso en la mejilla y un pequeño azote en tus pelotas.

Luego te marchas a limpiar lo que has ensuciado con tu leche. 

¿Deseas asistir a otra sesión con Rosa?. ¿A qué tipo de sesión?. Puedes elegir entre 3: Femdom, humillación en la playa o CFNM.

Elige tu próxima sesión...Ah, pero esta vez...procura aguantar más tiempo con tu leche en los huevos.