miprimita.com

R.o.s i

en Lésbicos

 

 

 

 

 

Redescubrimiento mi orientación sexual.

Capítulo I

—Ven, rápido.

—Vale, que deseas?

—Arrodíllate-le digo- Mientras yo me quito el blue jean rápidamente y abro mis piernas...

Ven, le jalo, come y un uff( jueputa que rico)  sale de mi boca

Me lame mientras me agito en mi cama, cuando llegó al climax y ella sube hasta mi boca y me besa pruebo mi sabor y su saliva me encanta.

Le desvisto y la recorro toda desde sus pechos hasta su monte de venus, abro sus labios vaginales con mis dedos, le tocó con mi lengua y mis manos, cada vez se moja más y gime y se aprieta a las sabanas, la follo toda durante una hora y me voy.

Las personas que me distinguen no saben nada sobre mi orientación sexual, nunca ve han visto con ningún novio, ni con ninguna amiga inseparable, yo comparto con todos, río, juego, me enojo pero lo que he vivo con Paola durante los tres últimos años sólo ella y yo lo sabemos.

Mi historia con Paola inicio de una forma poco ortodoxa

Mi vida sexual con otra persona inicio cuando tenía 14 años con un compañero de clases, y era bastante heterosexual hasta que cumplí 18 años en ese momento una de mis amigas quedo embarazada y no fuí yo pero sentí el pánico más impresionante del mundo, ya que ví como su vida se iba transformando, sus prioridades eran otras.

Desde ese entonces ya había tenido entre ocho compañeros sexuales, usando preservativo y la pastilla pero me dije que aunque me encantará el sexo me iba tomar un tiempo para plantear que hacer ya que no había pensado en casarme y menos en los niños,

En ese momento me dediqué hacer actividades física para reemplazar un placer por otro y para levantar mi humor de perros que había conseguido a base de terminar con mi vida sexual de forma inmediata.

Empecé la universidad e inicie paralelamente a trabajar en un bar. Mi familia siempre ha tenido una posición buena económica pero mi emancipación y mi rebeldía hacían que fuera una luchadora, astuta.

Un día vi un cartel en un coliseo público que me encanta frecuentar decía que estaban buscando tutorías académicas de matemáticas, física y química para una adolescente de doce años, me pareció interesante le tome una foto al anuncio y la guardé en mi celular.

Salí de clases mientras iba a comer algo me acordé del número y llame:

—Buenas días, hablo por el anuncio…

—Buenos días, mi hija es una persona difícil; tendrá usted qué lidiar con ella y con las asignaturas que dice el anuncio.

—Está bien creo que puedo solucionar ambas cosas.

—Bueno le parece que nos encontremos a la hora del almuerzo, traiga consigo los soportes que validen que puede enseñar esas tres asignaturas, una carta de recomendación, y su currículum.

—Comprendo señora, cuál es su nombre?

—Me llamo Regina

—Sra Regina yo soy Camila.

—Okay Camila, la espero en el centro comercial Adventure.

—Listo nos vemos mañana Sra Regina.

Me encamine  a mi casa a organizar toda la papelería que necesitaba

La Sra Regina estaba sentada y cuando se levantó fue imponente, alta, elegante.

—Buenas tardes Camila, siéntese por favor.

— (mientras me iba sentando)

Buenas tardes Sra Regina, estos son mis soportes—le entrego la papelería que me exigio—.

—Quién eres cuéntame porque quieres impartir clases particulares?

—Yo soy una estudiante universitaria, estudio trabajo social, mis notas en el colegio siempre fueron sobresalientes, me gusta trabajar, ganar dinero y trabajar en un bar los fines de semana.

—Qué edad tienes?

—Tengo 20 años.

— Y no crees que tienes ya demasiados obligaciones?

— No todavía puedo reordenar mi agenda.

—Okay. Puedes empezar la próxima semana?

—Si señora.

— Vale voy a verificar la información, y si toda esta correcto empezarás la semana que viene. Que tengas una feliz tarde

—Igualmente, hasta luego.

Seguí con mi rutina ir a la u, caminar, estudiar, trabajar. La señora Regina me llamo y establecimos tres días de estudio que coincidían con mi tiempo libre y con el tiempo de ocio de su hija.

Llegó el martes a las tres pm y toque el timbre de la dirección que me había dictado la mamá de Sara.

—Buenos tardes—me habló una chica joven—.

—Hola soy la tutora de Sara

Bienvenida, sígame por favor.

—La seguí y me dirigió a un cuarto amplio, había estantes llenos de libros y era un espacio agradable.

—Sara! ya está tu maestra aquí.

—Okay Pao puedes traernos algo de beber por favor, limonada—me pregunta Sara—.

— Sí por favor.

—Okay, dos limonadas Pao y unos snacks por favor.

— Claro, ya los traigo señoritas.

 

 

 

—Hola Sara, yo soy Camila espero que nos entendamos y que puedas aprender y sacar adelante estás asignaturas.

—Camila, me dice—no podemos fingir que estudio, que flojera todo esto.

—Sara que piensas hacer cuando salgas del Liceo?

—No he pensado en nada.

—Te faltan cuatro años, te puedo orientar con algunas profesiones y veremos cuál te apasiona más, te parece?

—reina elsilencio—

—No quiero obligarte a nada pero sacar el liceo adelante es importante para tu futuro, quiero que tengamos una relación respetuosa y que te sientas libre de expresar cualquier opinión de forma clara y respetuosa yo haré lo mismo.

—Vale está bien

—Muéstrame los objetivos de matemáticas, física y química por fa.

Cuando Sara se fue, llegó Paola —Aquí le traigo su refrigerio— Disculpe la demora es que la mamá de Sara me llamo para conversar sobre estas tutorías.

—Vale no se preocupe- le digo-

Veo que no sale de la habitación sino más bien se hace un poco distante al escritorio y a las sillas donde nos sentabamos Sara y yo.

El primer mes pasó siempre así llegaba y me abría Paola y me dirigía dónde Sara, en ese mes siempre espere el espíritu rebelde del que me había dicho la madre de Sara pero no llego.

Hasta que un día

—Hola Paola!

—Hola ! La srita Sara no está.

—Qué? Y eso?

—Pase y tome asiento, le voy a traer una limonadita, Gracias— le digo—

—Aqui tiene su refresco—Gracias—

—Siéntate por favor Paola, y me cuentas qué pasó con Sara.

—Salió con unas amigas se iban a cine

Observo a Paola y me parece muy hermosa.—Paola te puedo preguntar algo?

—Claro dígame.

—Por qué haces este trabajo, qué edad tienes?

—Lo hago porque me gusta y reemplazo a mi madre que no lo puede hacer porque se encuentra enferma, tengo 27 años.

—Vale comprendo, y por cuánto tiempo piensas estar en esto?

—Por qué me cuestiona tanto? Es un trabajo decente no le parece?

—Eees, si claro pero te veo para cosas grandes me parece que estás desperdiciando tu juventud.

—Ya, disculpe pero creo que es mejor que se vaya.

—Hey espera, nada de lo que he dicho lo dije con mala intención.

—Okay

—Sabes Sara se estaba comportando muy bien, me sorprendió hoy— le digo—

—Si me pareció raro— me dice—.

—Vale, voy a llamar a su madre para decirle lo de hoy es mi responsabilidad.

—Si me parece correcto.

Mientras hablaba con la mamá de Sara

Paola estaba sacudiendo algo su cuerpo se balanceaba rítmicamente.

Joder tengo que plantearme hacer más ejercicio, es más este fin de semana me voy a nadar—pensaba—.

Tuve que ponerme firme con Sara, empezando desde el mismo día que se fue a cine y llegaron como ola la primera tanda de sus exámenes en los cuales aprobó por encima de 7 todas las asignaturas.

Para ambas fue una sensación de felicidad, estaba muy contenta e orgullosa de ella.

Pero me pasaba algo extraño pese a que reajuste mis horarios y estaba yendo a hacer actividad física no podía dejar de pensar en Paola en su actitud sumisa y en su cuerpo, algunos raro porque nunca me gustó que nadie fuera sumiso ni que se sintiera inferior a nadie, me encanta que mi pareja hable y tengamos una relación equilibrada.

Cuando iba caminando una sábado y escuchando música me encontré con Paola.

—Hola srita —me tocó el hombro—.

Me gire y le mire a los ojos—Hola Paola, Cómo estás?—.

—Bien srita y usted?

—Bien también —le sonreí— Sabes que te parece si te invito a un helado, puedes?

—Hoy sí es mi día libre.

—Genial vamos le digo quitándome los audífonos y apagándolos

—Buenos días—nos dice la camarera—.

—Buenos días nos da por favor dos helados uno de chocolate y el otro de—miro a Paola esperando su repuesta—.

—Otro de ron con pasas por favor;

Nos da nuestros helados, pago y nos dirigimos a una silla del parque.

—Gracias por el helado srita.

—Paola deja de decirme srita soy Camila y ya nos hemos visto muchas veces dime Camí o Camila pero deja ya ese srita.

—Disculpe es la costumbre.

—Vale, cuéntame que tal tu día libre.

—Está muy bien, vengo a respirar un poco de aire fresco, a caminar y despejarme la mente.

—Yo lo hago cada fin de semana o sino moriría de estrés con todo lo que tengo que hacer.

—Me parece muy bien Camila

—Vos tenes novio Paola?

—No por el momento ya que trabajo y estoy pendiente de la salud de mi mamá, pero a veces me falta el valor de otro cuerpo que no sea el mío.

—Te entiendo, yo procuro ocuparme tanto físicamente como mentar para no tener tiempo de desear algún contacto humano de esa naturaleza.

—Si tuviera una persona que se conformara con un poco de mi tiempo, podría surgir algo?

—Si conociera un tipo que mi inspirará confianza y aceptará lo mismo que has dicho dejaría de lado mi celibato.

Paola se acerca y me dice—Puedo ser esa especie de tipo si lo desea Camila—.

Al escuchar eso me da un pequeño escalofrío, y lo primero que digo—No soy lesbiana—.

—Yo tampoco srita pero podemos ayudarnos mutuamente, no le parece?

Me tengo que ir—me levanto y logró poner distancia entre nosotras—disfruta tu día—le digo mientras me alejo—.

Chao —le escucho decir—.

Pasaron cuatro meses desde esa pequeña charla, yo actuaba como si nunca nos hubiéramos encontrado ese sábado, continúe con mis tutorías y Sara se estaba convirtiendo poco a poco en una estudiante modelo aunque de vez en cuando se escapa y me dejaba sola con Paola.

Paola me trataba igual nunca note nada extraño en su forma de comportarse.

Pero un día que Paola se había esfumado, y yo estaba en modo lujuria

Paola—le dije—a dónde se a ido Sara?

Paola siempre se sentaba en un rincón de la habitación mientras impartía mis tutorías

—Posible se escapo —me dice—.

Joder pero será caradura — digo—y luego escucho a Paola reír.

—Es una loquilla, yo la ví super concentrada tanto que me estaba dormitando.

—Bueno otra vez me toca llamar a la sra Regina.

—Hágalo mientras le preparo algo para merendar.

—Muchas gracias Paola— le digo—Recojo las documentos y todo el material de estudio.

Camino hacia la cocina, te ayudo con algo?—le pregunto?—.

—No gracias.

—Bueno no quiero estar en el comedor solo, te puedo acompañar aquí?

—Si pero, espera te voy a traer un banquillo para que estés más comoda.

—Eres muy amable, gracias.

Ya sentada la escuché cantar y desenvolverse en toda la cocina.

—Bueno puedes ir al comedor, ya te llevo lo que preparé.

—Hey! Puedo llegarla..

—No usted es la invitada

—Venga no me hagas rogarte- tomo dos platos y los coloco en el comedor—

Sale de la cocina con dos bebidas

Sabe no puedo sentarme con usted— la miro—.

—Por qué?

—Porque soy una empleada

—Pues ya somos dos —le sonrió—.

Comemos y me habla de la historia e su mamá la sra Rosa con la familia de Sara

Me gusta escucharla.

—Estuvo delicioso, Sara es afortunada de tenerte —opino—.

—Con gusto.

Me levanto a llevar los platos y los vasos cuando estoy lavandolos, me abraza por la espalda y le acaricia lentamente, me besa la mejilla

Ya no puedo concentrarme en los platos lavo mis manos como puedo, cierro la canilla y me giro, nuestros cuerpos se acomodan perfectamente, ella me junta más cuánto me aprieta la nalga y yo me abrazó a su espalda mi boca busca la suya, nuestro beso fue tornándose violento y ya nos faltaba el aire así que volví a arrimarme en su cuello y ella me susurró en el oído— te deseo—.

 

 

 

 

Blackluck.