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Happyland 2

en Hetero: Infidelidad

-...Porque te extraño, desde aquel noviembre, cuando soñábamos juntos el querernos siempre ¡me duele! Ese frio noviembre cuando las hojas caen a morir por siempreee... ¡Noviembre sin ti es sentir que la lluvia me dice llorando que todo acabó! - No sabía si escuchar en la radio del auto esa canción era parte de una terapia sadomasoquista, pero los guardias que manejaban el auto parecían felices escuchándola. 

-Señores, señores. Con todo respeto, parecen ustedes dos maricas recién casados ¿No sería mucha molestia cambiar de estación o al menos apagar la radio? 

Con un gesto de disgusto el copiloto me miró por el retrovisor para luego mirar a su compañero que quitó los ojos del camino para mirarlo con una risa burlona. 

-Te dijo marica...- dijo el piloto riéndose mientras apagaba la radio. - es Mateo el que le gusta este tipo de música- refiriéndose al copiloto. 

-Gracias. 

-Solo porque tu padre es tu padre. Si no te cortaría las piernas por llamarme marica, que te quede claro. -dijo el marica. 

El trayecto era largo. Happyland quedaba a las afueras de la ciudad, teniendo que pasar por las colinas que rodeaban a la ciudad, senderos extensos y una que otra granja. Llegamos a un punto donde todo era bosque a los lados de la carretera, con árboles de todo tipo de colores y tamaños, cubriendo las montañas que con un poco de esfuerzo se lograban ver al fondo, montañas que gracias a la pareidolia tomaban la figura de una mujer recostada, con sus curvas atraídas por la gravedad, trayéndome el recuerdo de Camila desnuda por debajo de las sabanas que esculpían sus muslos y caderas que causaban tortura a mi cordura al saber que no la podía dominar ya que me lo impedía el ver su rostro dormido y sosegado. La carretera seguía hasta un pueblo llamado el Socorro, ahí hice que pararan el auto con la excusa de mareo. Cuando estaba dentro del baño noté que tenía 5 llamadas perdidas de Camila de hacía una hora, las cuales no pude devolver ya que en ese pueblo no tenía señal. 

Continuamos el viaje hasta que, en medio de la nada se veía un portón inmerso en lianas, el auto se detuvo y el copiloto salió a abrir con una llave el portón, no sin antes retirar un poco las lianas. Al abrirla entró de nuevo al auto y aceleraron para adentrarse en ella. De inmediato llegó un campesino que desde afuera cerró el portón y caminó en dirección al pueblo. Luego del portón había un camino de barro y pasto a los lados, el camino duró 20 minutos hasta que vi la mansión de Andreas, de 3 pisos, increíblemente inmensa, masiva. Con pilares afuera de la mansión sosteniendo el segundo piso que sobresalía como un balcón. Era un palacio asombroso, Drácula sentiría envidia, aunque con el propósito por el cual fue creado se podía asimilar más a un panteón del tamaño del cementerio entero. 

Ingresé yo primero y ellos me seguían por detrás, el lugar era terrorífico. Había un pasillo bastante extenso el cual estaba flaqueado de habitaciones con ventanas que revelaban lo que había dentro de cada una. Cada vez que avanzaba me daban ganas de vomitar. En cada una de las habitaciones, que a veces eran separadas por pasillos que dirigían a lugares varios, habían vivas escenas de sexo salvaje, pero sin llegar a ser sórdido. En algunas orgías de muchos hombres y pocas mujeres que eran acorraladas por 4 hombres cada una, otras habitaciones de solo hombres y otras de solo mujeres. Muchas eran las habitaciones en las que había hombres sumisos a las órdenes de una prostituta vestida de colegiala traviesa que penetraba con consoladores de extremo tamaño los anos de los susodichos, mientras ellos gritaban y le pedían más. Eso solo era la punta de iceberg. Cuando llegamos a el final del pasillo miré a los guardias para ver a donde tenía que ir. Ellos me señalaron un ascensor a la derecha de una muy grande escalera alfombrada e iluminada con luces que enmarcaban cuadros de marqueses de la época Carolingia. Antes de entrar al elevador me detuvieron. 

-Mejor hagámosle el tour de la casa ¿No crees? - dijo uno de los guardaespaldas dirigiéndose al otro. 

-Pero que sea rápido. Sube la escalera, vamos al segundo piso. 

En la subida vi una mujer pelirroja con unos ojos hipnotizantes color verde salvia, un vestido de encaje terciopelo escarlata que le llegaba a los tobillos y le dejaba descubierta una pierna, manga larga, con un escote generoso. Unos tacones de cinco centímetros con un tono de rojo que no supe definir, dos manillas en su muñeca derecha de oro con unos diamantes incrustados en fila, unos aretes redondos colgando de sus orejas y un maquillaje sencillo con un labial oscuro. Me miró con una sonrisa pícara que me dio a entender al instante que me conocía de algo. No exagero si digo que era una diosa, un rostro con facciones y simetría perfecta. Con unas curvas muy tonificadas, divinas, senos grandes, pero no exagerados, un culo...No, un culote bien puesto, asombroso y magistral. 

- ¡Virgen santísima! –dijo Mateo el guardaespaldas. - Samantha. Solo le falta un bigote a tu culo para que tengas un “señor culo”. - Ella solo lo miró con asco y siguió por un pasillo perdiéndose en él. 

Algo me decía que no debía ver lo que había en el segundo piso, y con razón. El segundo piso era la zona de los “especiales”. El segundo piso no tenía paredes que separaran a las habitaciones, era un solo suelo lleno de gente pululando de un lado para otro buscando un torturador. Hombres reducidos a pedazos de carne con patas que lo único que hacían era pedir más excremento y latigazos. Personas desnudas, algunas con tetas, con máscaras variadas, desde máscaras Hannya hasta máscaras de cine de terror genéricas. El suelo lleno de líquidos de dudosa procedencia, con un mefítico aroma a todo tipo de fluidos corporales. Personas colgando de un cielorraso moribundas con coronas de espinas, sangrando y con sus partes íntimas amarradas al suelo, siendo estiradas hasta tomar un color morado, en otros, azul. Mujeres en el suelo cubiertas de orina originaria de los hombres con mascara, con el rostro rojo y moretones en los brazos. Hombres y mujeres sentados en sillones sobre pequeñas tarimas que vigilaban que todo fuera acorde al plan, de vez en cuando uno de estos monitores silbaba para que algún torturador dejara la actividad que hacía por ser, tal vez, muy excesiva. Una mujer con mascara y desnuda que no era torturadora, cuyos rasgos físicos eran sorprendentes por los voluptuosos que eran, se acercó a mí gateando e intentó orinarse en mi zapato, por el enojo le di una bofetada que, lejos de alejarla, le causo risa. Pidiéndome más se abrazó a mi pierna y lamió mi mano. Yo no sabía cómo reaccionar, así que simplemente me quedé quieto, confundido mirando a todos lados hasta que un torturador me salvó. 

EH! PERRA. DEJA AL INVITADO EN PAZ ¡EL QUE TE VA A ROMPER A PUÑETAZOS SOY YO! - después de eso la abofeteó con tanta fuerza que la tumbó al suelo y se la llevó lejos tomándola por los pelos. Pude ver su vagina llena de líquidos seminales y orina dejar un rastro a medida que la se la iban llevando lejos. 

Aceleré el paso hasta llegar a una puerta en la que había un pequeño vestíbulo que conducía a otra puerta más grande. Antes de poder tocar la puerta una mujer me detuvo con un gritito. 

- ¡Espera! - me volteé y era un tipo de secretaria, que, al igual que todos en el segundo piso, estaba desnuda, pero sin mascara. Pude ver en su rostro un estado de éxtasis seguramente causado por alguna droga alucinógena. Pero lo que más me causaba inquietud era un aspecto familiar que no lograba descifrar - Tengo que anunciar tu llegada a Lord Corelli. 

-Tranquila Silvia, es Gadriel, hijo de Corelli. 

Lord! Corelli- corrigió a Mateo. 

-Lord Corelli- dijo el guardaespaldas tomando un suspiro. 

- ¡¿Ese guapo joven es Gadriel?!- dijo poniéndose unas gafas que estaban en la mesa. Dios mio! ¿Qué haces aquí? Mi pequeñín especial...- cuando empecé a recordar quien era, ella se tapó su desnudez con las manos. Era mi tía Patricia, de parte de mamá. 

-Mierda, tía ¿Qué haces aquí? 

-Gadri, ¡no me mires! Estoy desnuda. 

-Vaya, no me había dado cuenta. - en toda mi familia la única persona que me trató bien fue mi tía aunque ahora veo que es igual que todos en mi familia. Mi madre pasaba el día en el trabajo, o follando con cualquiera que se le cruzase por el camino sin importarle que yo estuviera en casa y mi padre solo la utilizaba para que se acostara con socios y así poder tener mejor posibilidad de éxito en sus negocios. Mi padre dice que la única razón por la cual tuvo un hijo con mi madre era porque sus genes eran adecuados para hacer un niño con rasgos perfectos, al cual podría utilizar para manipular a mujeres con su “rostro perfecto” de empresarios importantes para sacarles dinero o mucho peor, hacerlos clientes de Happyland. No es por lucirme, pero nací físicamente como él esperaba, pero no lo ayudé en sus negocios. Mido 1.90, aunque mi padre es más alto, tengo ojos celestes y unas facciones que muestran masculinidad, o al menos eso decían mis exnovias, las cuales siempre repetían que era muy guapo, aunque también recalcaban que mi padre estaba más bueno, estoy seguro que cada vez que le terminaba a una novia, mi padre se las follaba. Soy pelirrojo y lacio, normalmente me dejo la barba, pero no la dejo crecer mucho. Mi padre desde que yo era muy joven quería crear a un manipulador perfecto, así que me entreno física e intelectualmente para eso, por eso tengo un cuerpo marcado, siempre he hecho ejercicio, aunque sin ser excesivo, tengo músculos, pero no sobresalen mucho, lo más característico en mí son mis manos, que son más grandes de lo normal para alguien de mi altura, eso me ha conseguido mucho sexo, ya que muchas mujeres les gusta eso. 

-Deja de joder Silvia. Abre la puerta. - ella oprimió un botón abajo del escritorio y luego sonó un “click”. El otro guardaespaldas, el cual nunca supe su nombre, abrió la puerta y se escuchó el rumor de un piano. Estaba sonando el Preludio en Do sostenido menor, op. 3, n.º 2 de Rachmaninoff, el cual en mi niñez tuve que escuchar más de cien veces hasta que “aprendiera a apreciar la buena música” 

- ¿No se cansa de esa misma canción Lord Corelli?  - dije dirigiéndome a mi padre, el cual era quien tocaba el piano de espaldas a la puerta. Me ignoró por completo durante toda la pieza musical. Ya acabada se levantó y vino hacia mí con una sonrisa que, tras años de convivencia, supe que era falsa, pero aun así se veía muy real. Se quedó a tres palmos de mí y con una seña echó a los guardias de la habitación. 

-Gadriel, hijo mío. Sé que no me vas a creer si te digo que me alegra verte. 

-Tienes razón, no te creo. 

-Iré al grano.No busco tu perdón por lo que te he hecho. No hice nada malo, tu no supiste aceptar tu destino. Pero te traje a este lugar para que puedas redireccionar tu vida, conmigo, te doy mi mano una vez más. Juntos, podremos cambiar el rumbo de la historia. Te daré todo lo que quieras, solo pídelo, si aceptas estar a mi lado, pagaré todas tus necesidades. Repito, es tu destino. 

-¿Mi destino? ¿Mi destino es convertirme en un demonio como tú? - dije un poco enojado por la tozudez de mi padre. 

-En los tiempos que corren, el ser llamado demonio es un alago ¿Has visto como está el orbe? ¿No ves que el ser humano ha superado en niveles de sadismo a todo demonio? Los demonios son ángeles si los comparamos con los autócratas, genocidas y majaras que lideran este país. 

-Lo dices como si no fueras humano. Aunque eso explicaría porque no te ves viejo a pesar de perder tu juventud hace tiempo. 

-La juventud no yace en la piel mustia, mora en las ideas frescas y renovadoras. - dijo esto dirigiéndose a un escritorio al fondo de la habitación. Cogió un papel y volviendo a mi posición me lo mostró. - Se que estás en el cenit de tu juventud, vástago de la sexualidad y el desenfreno. Apostasía de todo lo que te rodea y convertirte en un bohemio que se guía por su propio placer es lo que buscas. Tenerte encadenado a mí sería una contradicción, ya que te enseñé que tienes que romper todas las cadenas que te impiden ser libre, pero necesito que trabajes para mí. Al menos estas semanas, si haces lo que te pida por estas semanas tendrás todo lo que quieras por 5 años, sabes muy bien que puedes considerarme un loco, pero al igual que don quijote, un loco con honor y palabra. Piensa que podrás viajar con Camila a Punta Cana, o a Cancún, incluso a París por 2 semanas, hacer un periplo con todo pagado. Aunque no es de mi incumbencia, voy a darles el dinero que necesiteís tú y Camila para graduarse y tener un hospedaje decente, no ese potrero que existe bajo el nombre de “motel” en el que sobreviven. No apoyo tu decisión de enamorarte de Camila, pero si eso es lo que quieres... Recuerda que el amor es un acicate de la naturaleza para que los seres se reproduzcan y no extingan a la especie, aunque ya esté extinta obra y gracia de las inaprensibles ganas de matarse entre ellos para tener exceso de recursos que luego serán malgastados. Firma el contrato. - Tras ese discurso vi el papel, era un contrato en el cual decía que debía trabajar por tres semanas bajo el mando de Andreas “Dannato” Corelli, no podía decir nada a nadie de lo que pasara en esa mansión y no podía salir hasta cumplir las tres semanas. 

Lo pensé por 5 minutos los cuales pasaron muy lento, necesitaba desesperadamente la ayuda económica, Camila era mi todo, mi ángel, quería lo mejor para ella. Decidí firmar el papel por Camila, pensé que después de todo eso podríamos volver a ser felices y tranquilos con una vida de lujos. En algo que no puedo negar es que mi padre es un hombre de palabra, jamás la rompe, por nada del mundo. Y fui testigo de eso una vez cuando tenía 10 años, en la que me prometió que iba a mandar a la banca rota a unos magnates dueños de un banco por haberse acostado con mi madre al frente mío sin el permiso de él. Después de dos meses salió a la luz extorciones, violaciones en contratos de confidencialidad de parte del banco a sus clientes y relaciones con una mafia que estaba creciendo en ese entonces. Las esposas y las hijas de los dueños trabajaron por 6 años en la casa de mi padre como esclavas, las cuales conozco desde que soy niño. Los magnates fueron a prisión en la cual fueron asesinados por otros prisioneros que antes trabajaban para mi padre, pero nunca se pudieron vincular esas muertes con él. 

-Acepto, pero que va a pasar con Camila y mi universidad, estoy a mitad de semestre. No puedo desaparecer así como así. 

-Ya le dije a Camila que no se preocupe por ti, ella cree que estás de viaje con tu madre en aras de la reconciliación, por todo lo que te hizo de joven. Dijo que le parecía muy tierno y que no iba a estorbar en tu Catarsis. Respecto a tu universidad, el decano de la universidad es cliente de Happyland, así que va a hacer lo que yo le diga. Va a congelar tu semestre, tus notas serán todas sobresalientes y continuarás el próximo semestre. - Dudé que Camila hubiera cedido así de fácil, algo me olía mal, pero leyéndome la mente, mi padre dijo: 

-No te preocupes por Camila, tú sabes que soy bueno convenciendo gente, ella se lo creyó. Se molestó porque tú no le dijiste nada, le dije que tú tampoco sabías, porque si te enterabas antes de tiempo te ibas a negar a viajar con tu madre, así que fue inesperado para los dos. - me entregó una pluma y una tabla donde podía apoyar el papel para firmarlo, lo firmé, lo que esbozó una sonrisa que trasmitía pura maldad en su rostro. 

-Sabía que aun te podía llamar hijo. - En el tercer piso está tu habitación, dile a tu tía Silvia que te guíe. Mañana empiezas a trabajar, yo te daré las instrucciones de lo que debes hacer. 

-Dímelo ahora.  

-Vas a hacerle una visita a la esposa del alcalde, necesito construir en un terreno que está a nombre de la alcaldía. He intentado negociar con él, pero el tipo es un imbécil, no se da cuenta de que mis ofertas son más beneficiosas para él que para mí, pero su esposa si se dio cuenta, así que lo vamos a extorsionar con su amada y siempre fiel esposa. En pocas palabras tienes que grabar teniendo sexo con ella y tratándola como una prostituta de poco precio que andan desnudas en los barrios bajos. 

-Tú eres mejor que yo, tu serías capaz de hacerla comer tus heces, como lo hiciste con mis exnovias, hazlo tú. - solo bastó una mirada de profunda autoridad que me hizo temblar para darme a entender que tenía que hacerlo yo. Que hijo de puta, hasta yo era su perra. 

-Mañana a las 7 vas a estar listo con un traje que te conseguí, es muy elegante, a la esposa le encanta la donosura. Estará en un almuerzo hecho por el gobernador para que políticos de otras ramas del poder público suelten la mano en tratados “no muy legales”. 

-Sí, señor. 

"Si mi padre hubiera hablado con Camila sobre mi desaparición ¿Entonces por qué tenía 13 llamadas perdidas de ella?" pensé saliendo de la habitación.

Algo no anda bien.

 

Nota del autor: Cambié la categoría ya que la consideré más idonea para el desarrollo de las próximas partes de esta historia.