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Decidiendo nombres, I

en Trios

— ¿Han pensado en nombres? — Violeta acariciaba su abdomen con todo el amor maternal que tenía dentro de ella.

Apenas se podía sentir el bulto creciendo dentro de ella, su vecina la doctora, le había asegurado que tenía casi tres meses de embarazo, pero Violeta estaba segura que era menos tiempo, ya que las náuseas matutinas todavía la molestaban diariamente.

— Propongo que si es niña yo elijo el nombre, y si es niño ustedes.

— ¿Si es niño va a llevar dos nombres? — Preguntó Joaquín mientras acariciaba las piernas de Violeta que estaban en su regazo.

— ¿Qué apellidos va a llevar? — La mano de Liam descansaba sobre el pecho desnudo de Violeta que tenía la cabeza recargada en las piernas de él.

Un temblor suave recorrió a Violeta mientras intentaba contener la risa.

— ¿De que te ries?, traviesa. —  Joaquín deslizó su mano sobre el culo desnudo de su amada.

— Bueno, — dijo entre risas Violeta, — pueden pelear por poner su nombre y apellido. Una pelea en lodo, yo con gusto sería testigo.

— ¿Te parece? — Fue la respuesta de Liam. Un gemido necesitado rasgó el aire cuando Liam pellizco el pezón que tenía cerca y Joaquín azotó el trasero de Violeta.

— Vaya, vaya. Parece que nuestra pequeña zorrita esta caliente. — Joaquín acarició el trasero que acababa de azotar y deslizó la mano hasta llegar al coño de Violeta, que permanecía quieta.

Violeta sintió como Joaquín deslizaba un dedo sobre sus labios necesitados, mientras Liam acariciaba sus tetas que cada día estaban más sensibles. Sabía que cualquier movimiento de su parte podría hacer que sus amos dejaran de jugar con ella, últimamente les encantaba torturarla.

Violeta no pudo más aguantar más, Joaquín sólo hacía una leve caricia sobre su carne hinchada por la necesidad. — Por favor, amo. — Su voz salió como un susurro lleno de desesperación.

— Mmm, tú qué opinas, Liam, ¿cómo se ha portado esta zorrita?

— Bueno — Liam se tomó su tiempo para responder mientras pellizcaba alternativamente los pezones de Violeta.

— Por favor amo, se los suplico.

— Creo que ha sido deliberadamente provocadora. — Liam dio su veredicto mientras deslizaba la mano por el abdomen de Violeta.

Unas cuantas lágrimas se deslizaron por la cara de Violeta cuando se dió cuenta que su oportunidad de correrse se había esfumado. Deslizándose fuera del sofá, Violeta se arrodillo frente a sus amos, con las rodillas abiertas, y las manos detrás de la cabeza empujando sus tetas al frente. — Por favor, usenme a su conveniencia.

Las profundas risas de sus amantes llenaron la casa. — Que cambio tan radical. — Admiró Liam mientras jalaba el cabello de Violeta para echar su cabeza hacía atrás y darle un salvaje beso en la boca. Joaquín aprovechó para pellizcar los pezones y hacer rebotar sus tetas.

— Ve y prepara la cena. — Dijo Joaquín en cuanto Liam la soltó.

— Sí, amo.

Violeta caminó hacia la cocina, a pesar de que no se había corrido, sus jugos se acumulaban en su entrepierna, era cuestión de tiempo para que empezaran a bajar por sus muslos.

Decidió que unas quesadillas eran una buena idea para cenar, empezó a sacar los ingredientes y a poner la cafetera, pronto sus dos amos se le unieron, uno ayudando a hacer el pico de gallo y otro preparando los cafés para ellos y chocolate para ella, poniendo todo en una bandeja.

Ninguno perdió la oportunidad de darle suaves nalgadas a su culo, o para acariciar una teta, besos y caricias fueron repartidas por todo su cuerpo, pero se mantuvieron lejos de su coño, que ahora chorreaba sus jugos.

Liam llevó la bandeja con las quesadillas, a la sala, seguido de Joaquín con las bebidas calientes y finalmente venía Violeta cargando servilletas y cucharas. Pusieron todo en la mesa de centro y ellos se sentaron en el sillón. Violeta hincada en medio de ellos, con los brazos detrás de la cabeza ofreciendo sus tetas.

Con calma, Joaquín empezó a buscar algo que ver en Netflix.

— ¿Lista para cenar?, zorrita. — Preguntó Liam mientras sacaba su erección de los pantalones.

— Si, — respondió Violeta, casi saltando en su lugar por las ganas que tenía de chupar las pollas de sus amos.

Violeta prácticamente se aventó sobre la polla de Liam, la metió lo más profundo que pudo en su boca y empezó a succionar. — Con calma, traviesa, que así te vas a lastimar. — Dijo Joaquín mientras le acariciaba la mejilla.

— Uno creería que está famélica. — Se burló Laim entre resoplidos.

Después de dejar la polla bien lubricada Violeta la sacó de su boca y empezó a acariciarla con la mano, mientras se llevaba la polla de Joaquín a la boca. Empezó a intercalar las, chupaba una, y acariciaba a la otra, después cambiaba, todos sabían que no faltaba mucho para que ellos se corrieran, habían tenido las erecciones desde que se sentaron a ver la tele y desnudaron a su zorrita.

Cuando no faltaba nada para terminar, ambos apuntaron sus pollas a la cara de Violeta. — No dejes que se te riegue la leche, zorrita. — Dijo Liam un segundo antes de bañarla con su semen.

Pronto la cara de Violeta estaba llena de la corrida de Liam y Joaquin, habían apuntado a toda su cara, ella tenía la boca abierta y gran parte de la leche de Liam había parado ahí, el resto goteaba por su barba hasta sus tetas, en cambio Joaquín había repartido su corrida por la frente y mejillas de Violeta, escurriendo de sus tetas hasta su abdomen.

Violeta chupó las pollas flácidas de sus amos hasta dejarlas completamente limpias y después se esparció la leche como si fuera crema, hasta que su cuerpo la absorbió toda.

— Ahora si, pasa la cena, pequeña zorrita.

Con mucho cuidado Violeta pasó el plato con las quesadillas y las bebidas a sus amos. Sentada en el suelo en medio de ellos, recargada en las piernas de Liam, cenó de las manos de sus amos, y cuando sintió que el cuerpo le pesaba, simplemente escaló el cuerpo de su amo Joaquín hasta enroscarse en su regazo.

Después de cenar, Joaquín cargó a Violeta hasta su dormitorio, la colocó en el centro de la cama y se deslizó junto a ella, Liam hizo lo mismo del otro lado.

Con mucho cuidado la pusieron de lado, de frente a Joaquín, Liam levantó una de las piernas de Violeta y la colocó sobre las piernas de Joaquín, esa era la posición favorita de ella. Poco a poco empezó a acariciarle las tetas desde atrás, y Joaquín le acariciaba las nalgas, a pesar de estar medio dormida, Violeta empezó a mecerse contra ellos. Pequeños jadeos salían de su boca.

La polla de Liam se deslizaba desde su coño hasta su culo, esparciendo sus jugos a lo largo de la trayectoria, la polla de Joaquín se le clavaba en el ombligo y la hacía desear que la deslizara más abajo.

Poco a poco Liam metió su mástil en la entrada de Violeta, centimetro a centimetro la hacía temblar de placer, se movió hasta que sus bolas tocaron el clítoris de Violeta y le arranco un grito de placer. Liam sacó su polla y la acerco al culo de Violeta.

— Respira, traviesa.

Liam empujó la punta de su polla dentro del agujero de Violeta. A Violeta se le cortó la respiración, pero no tuvo tiempo de protestar, ya que Joaquín le enterró la polla de una embestida en el coño, sacándole un grito de placer y que se retorciera, haciendo que la polla de Liam se clavara más en su culo.

— Eso es putita.

Liam no podía detenerse más, empezó a empujar dentro de Violeta mientras sentía las embestidas que le daba Joaquín en el coño.

El embarazo tenía a Violeta más sensible y cachonda de lo normal, si que pronto se encontró corriendose y rogando por más mientras era penetrada por ambos agujeros, antes de que se diera cuenta, ambas pollas estaban profundamente clavadas en ella, se corrió más veces de las que podía contar, y para cuando perdió la conciencia en el mar de sensaciones, era vagamente consciente de sus amos estaban profundamente enterrados en ella, llenándola de semen.