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Historia 13 El dia siguiente

en Confesiones

La mañana del martes estuve meditando sobre lo sucedido. Por un lado había sido muy excitante, placentero, morboso.

Me intrigaba el saber cómo reaccionaría yo a medio día, ya que Mario llegara y mi esposo también. No es que me molestara lo sucedido, pero si era el no saber si Mario y Miguel se contaban al respecto, y si eso ocasionaría que mi sobrino le dijera a mi marido.

Espere entre el nervio y la incertidumbre a que transcurriera la mañana. Llego la hora y Mario llego. Me saludo como siempre y se acomodó en la sala en lo que fui a la cocina.

Había un silencio raro, extraño. Quizá era mi incertidumbre, así que decidí sentarme al lado de Mario.

- Que serio estas?

- Un poco, es que puede que repruebe una materia este bimestre. Respondió

- Ah, pensé que era otra cosa

- No tía.

Silencio de nuevo

- Y Miguel? Pregunte

- Se fue a su casa, me dijo que tenía que ayudarle a su tío en una casa.

Mi marido ya estaba por llegar y no sabía aun nada de lo que quería saber. Por un momento pensé que me estaba dejando llevar y que quizá no había nada de qué preocuparse, después de todo Mario había sido discreto y Miguel no se veía que fuera de los que andan contando las cosas.

Me levante para ir a la cocina y Mario me siguió.

- Que pasa? Pregunte

- La verdad es que lo de ayer me gustó mucho y he estado pensando en Usted toda la noche y la mañana.

- Ah, y porque no me lo dijiste antes, después de todo nuestro secreto es nuestro.

- Pues sí, respondió. Voy por las tortillas?

- Si y de paso traes un refresco. Apenas iba a darle dinero cuando ya se había salido a hacer el encargo.

Me distraje un poco y mi marido llego, al poco tiempo llego Mario de regreso con el encargo completo. Nos sentamos y entre la plática de todo y nada pasamos la comida. Mi marido se despidió y nos quedamos solos Mario y yo.

- Dime que te pasa.

- Pues la verdad es que son varias cosas. Dijo Mario

- Bueno dime una pues. Me agrada esa parte de que fuera dócil, a diferencia de Miguel.

- Pues es que tía, lo de ayer me gusto y pues… hizo una pausa mirándome y agachando la mirada

- Quieres hacerlo otra vez, dije yo

- Pues sí, pero quiero hacer más cosas

Después de todo no era tan dócil pensé

- Que cosas quieres hacer?

- Pues ya sabe, este mmh

- Dime pues, dije yo ya un poco excitada por la conversación y su comportamiento

- Quiero que me enseñe, dijo mirándome con una mezcla de excitación y nervio.

- Ah, pero y su tu tío se entera? o alguien más?

- No nadie, no digo nada.

- Mmm, lo mire un poco, no es que la idea me desagradara a decir verdad, era lo que había estado esperando. No sé porque al final de cuentas siempre soy de las que esperan eso, no creo recordar que alguna vez yo hubiera empezado algo. Bueno, exprese, pero primero hay otras cosas que debes aprender.

- Usted enséñeme, voy a ser su mejor alumno.

Me acerque un poco a él ofreciéndole mis labios, él se acercó y puso los suyos suavemente sobre los míos. Abrí un poco la boca y lanzo su lengua a mi interior, eso me agrado. Mi lengua se cruzó con la suya, sentí lo caliente de su respiración y vi su movimiento con la mano apretándose la verga.

- Ya dije al momento en que me separaba de él.

- Que, dijo Mario

- Nunca te la agarres, cuando beses así busca la mano de la chica y llévala para que ella te la agarre.

- Ah, dijo al momento en que se me acercaba buscando mis labios.

De nuevo nos besábamos. Hay ocasiones en las que pienso que a algunas personas se les da eso del besar rico de forma natural y ese era el caso. Las lenguas se confundieron y busco mi mano llevándola a su verga. La sentí primero con la palma de mi mano, sintiendo su dureza. La apreté un poco y se la empecé a sobar. Apenas estaba en eso cuando sentí que su respiración se agito y me beso más fuerte al tiempo que sentí lo caliente y húmedo de su semen a través de su pantalón. Arrecie el movimiento con mi mano.

- Ya, exclamo.

Lo solté y sonreí.

- Ve a limpiarte

- Si, dijo dirigiéndose al baño.

Tras unos minutos regreso

- Me vine bien rápido

- Estabas muy caliente, comente

- Si, me salieron muchos y eso que me la jale todavía en la mañana.

- En serio? Pregunte sonriendo

- Si. Ya me tengo que ir.

- Es temprano, comente

- Si pero tengo que hacer unos mandados de mi mama

- Ah que bien que ayudes, dije sonriendo. Quieres llevarte ropa interior?

- Si

- Escógela ahí en el cuarto.

Entro y después de un momento salió.

- Tengo una idea.

- Cual? Pregunto Mario

- Mañana que se vaya mi marido después de comer, pasas al cuarto y escoges dos cambios de ropa interior que quieras que te modele.

- Arre va, ya se me está parando de nuevo.

- Pues ya sabes qué hacer con la que llevas. Comente

- Si, la voy a dejar bien mojadita. Tía, después me cuenta de cómo empezó Usted y eso?

- Está bien, después.

Guardo todo y se acercó para despedirse. Busco mis labios y respondí igual, me beso rico, con deseo. Tome su mano y la lleve a mi nalga. La apretó y lo separe soltándome.

- Se te va a parar de nuevo, dije sonriendo.

- Pues ya está pero ya que.

Salió de casa y cerré la puerta. Muchas cosas estarían por suceder.