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Aliviando a mi hijo.

en Amor filial

Una noche mi hijo llega insatisfecho después de ver a su novia y yo lo alivio oralmente.

Era una noche como cualquiera; eran cerca de las 11, yo estaba acostada, casi dormida, mi hijo había salido con su novia, así que llegaría un poco más tarde y mi hija en su cuarto durmiendo o a punto de hacerlo. Aprovechando la soledad y mi típica pijama de primavera –una playerita de tirantes muy delgada y unos pequeños calzoncitos- saqué uno de mis dildos y me masturbé delicioso; me dormí minutos después.

De repente, supongo que muy poco después de haberme quedado dormida, me desperté porque me estaban acariciando las tetas; era mi hijo, me había bajado uno de mis tirantes y me estaba acariciando las tetas.

Yo – Qué pasa, Pato? Qué haces? –me acomodé un poco la playera-.

Pato – Estuve fajando con Caro, pero me dejó con las ganas; después de que se vino ya no quiso seguirle…y pues me duelen los güevos.

Yo – Y? Ve a desahogarte a tu cuarto –susurré-.

Pato – No, tengo muchas ganas de coger, mamá…y creo que tú también –me señaló con los ojos mi dildo, lo había dejado a mi lado- así nos desahogamos los dos.

Yo – No, cómo crees?

Pato – Ándale! Ya lo hemos hecho varias veces –volvió a bajarme los tirantes y  acariciarme las tetas, me pellizcó los pezones-.

Yo – Pero no está bien…además ahí está tu hermana, Pato.

Pato – Está dormida, mamá –me apretaba las tetas- tengo muchas ganas de coger, me dejó bien pinche caliente la cabrona de Caro –se le veía el bultote debajo del pantalón-.

Yo – No te la jaló? –le acaricié el bulto-.

Pato – Sólo por encima de la ropa.

Yo – Así?

Pato – Por debajo del pantalón –le abrí el pantalón y le acaricié el paquete sobre el bóxer- mmmmm…qué dura me la pones, mamá.

Yo – Te gusta, Patito?

Pato – Un chingo…me la jalo mucho pensando en ti, mamá.

Yo – Fajaron rico?

Pato – Muy rico…le comí las tetas, le acaricié la conchita…

Yo – La dedeaste, Pato?

Pato – Sí, mamá…por eso se vino rápido…antes me la mamó un poco.

Yo – Te la mamó rico, Patito?

Pato – Muy rico, mamá.

Yo – Así? –se la sequé del bóxer y empecé a mamársela- mmmmmmmm…

Pato – Ay, cabrón, qué rico me la mamas, mami!

Yo – Ssshhh…no despiertes a tu hermana…mmmmmmm…mmmmmmmmm…

Pato – Aaaahhhh…-se hincó en la cama y mientras yo se la mamaba empezó a acariciarme la conchita, primero sobre mi calzoncito y luego metió la mano a mi panty; me masturbó unos minutos y después me dedeó-.

Yo – Mmmmmmmm…méteme el dildo, Patito…mmmmmmmmm…-se lo di y me lo metió mientras de la mamaba, yo puse mis ojos en blanco, me excitó muchísimo- ay, qué rico…-se la jalé un poco y luego volví a mamársela-.

Pato – Qué cosota te metes, mamá…con razón aguantas buenas vergas –después de unos minutos aceleró el mete y saca del dildo, yo me excité un chingo, dejé de mamársela, se la jale y abrí mis piernas encogiéndolas.

Yo – Me a venir, Pato…ayyyyyyyy…

Pato – Qué rico, mamá….vente…

Yo – Ay, no mames, no mames, no mames…-me metió la verga en la boquita para silenciarme- mmmmmmmm…mmm…mmm…-me saqué de la boca y ahogué mi grito orgásmico- mmmmmmmmmmmmmm.

Pato – Ahora voy yo, mamita –me sacó el dildo, se acomodó de misionero y me la metió de un empujón, yo aún no me recuperaba de mi orgasmo-.

Yo – Ay, Pato…mm..mm…-yo gemía por las duras embestidas de mi hijo- te gusta cogerme, hijo?

Pato – Me encanta cogerte!

Yo - Ssshhh…habla quedito…te gusta metérmela, Pato?

Pato – Me encanta metértela, mamá! Estás bien buena!

Yo – Ay, qué rico te coges a tu mamá, Patito! –sus embestidas arreciaron- cógeme, Pato, cógeme!

Pato – Me voy a venir, mamá, me voy a venir.

Yo – Sí, hijo, vente…échame tu lechita…mira qué rico rebotan mis tetas –le encanta eso- en dónde quieres echarme tu lechita, Patito? Quieres venirte en mis tetas? –él seguía bombeándome duro y jadeando- no hagas ruido…quieres venirte en mis nalgas? En la boquita de tu mami?

Pato – Me quiero venir adentro.

Yo – Adentro?? –nunca lo había hecho- pero Pato…-en ese momento se vino adentro de mi, mi hijo me llenó de semen, yo también me vine, no pude evitarlo; mi hijo me dio unas pocas embestidas mientras acababa de venirse-.

Pato – Aaaahhhh…qué rico…me encanta que seas tan puta, mamá –se salió y se acostó a mi lado, yo me recosté de lado, hacia él, se la agarré y se la jalé un poco-.

Yo – Rico, Patito?

Pato – Delicioso, mami…-se la mamé un poquito para recibir lo último de su lechita en mi boquita; oímos unos ruidos y luego se cerró la puerta de mi hija-.

Yo – Nos habrá oído??

Pato – No, seguro fue al baño, mamá.

Se la mamé unos minutitos más y luego se fue a su cuarto; ambos dormimos muy relajados y satisfechos.