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De playa 2

en Trios

Continuación de “De playa”.

Habíamos salido a cenar por el pueblo. Alice se encontraba fantástica con su vestido negro. Se ajustaba perfectamente a sus curvas y no podía evitar ir sobando su culo mientras buscábamos un sitio donde tomar una copa después de cenar. No se notaba marca alguna de sus bragas, aunque yo sabía que las llevaba, y tenía puesto el sujetador que le regalé hace tiempo, y que luce tan bien.

Llegamos a un local con ambiente cubano y nos pedimos unos mojitos. Nos escribió Nadia, le dijimos donde estábamos y contestó que llegaba en 10 minutos. Habíamos tomado nuestros mojitos que, unidos al vino de la cena, hacían que bailáramos desinhibidos.

 

Cuando llegó Nadia, estábamos enroscados en la bachata como nos gusta hacer. Alice se encontraba colgada de mi cuello y yo agarraba su culo con fuerza. Nadia nos vio tan acaramelados que no quiso molestarnos. Después que acabó la pieza fuimos a su encuentro y tras un par de besos, nos pedimos los tres otra ronda de mojitos. Nadia iba vestida con un vestido rojo tipo espartano, con un cordón en la cintura, que hacia resaltar su culo y sus pechos.

 

Estuvimos toda la noche bailando piezas cada vez mas pegados. Algunas veces bailábamos Alice y yo, otras bailaba con Nadia; pero cuando realmente me revolucioné fue cuando ellas dos bailaron “un reguetón lento”. Lo bailaban como si se desearan, rozándose continuamente, pegadas la una a la otra, cuando pecho con pecho cuando pecho con espalda, y recorriéndose mutuamente con las manos. Cuando terminó la canción, vinieron hacia mí y me dijeron que fuese pidiendo otra ronda mientras iban al servicio.

 

Las observé salir del baño y algo había cambiado. A Nadia se le notaban los pezones con el vaivén de sus tetas, pero, a mi novia se le notaba perfectamente todo el contorno de sus pechos con sus erectos pezones. Yo les dije, con sorna, que parecían no llevar nada debajo del vestido y, levantándose ligeramente la parte delantera de sus vestidos, me dijo Alice: -Compruébalo tu mismo. Metí mis manos por debajo de sus vestidos y me encontré sus coños desnudos y chorreando. Puse cara de asombro y mi novia dijo: -Es que en el baño nos hemos portado un poco mal.

En la siguiente canción yo estaba bailando con Alice e iba repasando su cuerpo con mis manos, por encima de su vestido. De repente siento otras manos entrelazadas con las mías, y mientras besaba los labios de mi novia, Nadia besaba su cuello.

 

Salimos los tres abrazados del pub. Yo iba en medio de las dos y así fuimos repasándonos mutuamente hasta la parada de taxis. Tocaba sus culos por encima de la ropa y ya estaba que no me cabía dentro del pantalón.

 

Me senté en el asiento de copiloto del taxi, dejando el asiento trasero para ellas dos. En la conversación que teníamos dentro del coche, a mi novia se le cortaron levemente las palabras, señal que algo estaba pasando. Miré hacia atrás y tenían sus manos metidas de bajo del vestido de la otra, moviéndolas con parsimonia sobre los labios vaginales.

 

Las habitaciones del hotel eran de exterior y estaban todas en una misma planta, con las terrazas de acceso independientes pero abiertas. Al llegar a la puerta de nuestra habitación, yo me enganché con Nadia y le di un morreo a la vez que metía mano por debajo del vestido. Alice dijo: -¿y para mí no hay?.

 

Arrinconamos a mi novia contra la puerta de la habitación. Nadia y yo metimos con urgencia nuestras manos en su entrepierna que estaba empapada. Subimos su vestido hasta que asomaron sus tetas y atrapamos sus pezones desafiantes con los labios. Estábamos tan calientes, que seguimos sobando hacia arriba hasta sacar el vestido por completo sobre su cabeza, dejándola completamente desnuda en plena calle. Volvimos con nuestras bocas a sus pechos y, mientras yo metía dos dedos en su vagina, Nadia le daba ritmo con los suyos en el clítoris. Terminó corriéndose sonoramente, de pie y apoyada contra la puerta de la habitación.

 

Entramos en la habitación los tres. Alice entró desnuda, con el vestido en la mano, y yo sacando el vestido de Nadia por la cabeza. Me saqué la ropa y me puse detrás de nuestra invitada. Agarraba sus redondas tetas desde atrás y mi novia le chupaba el clítoris con ritmo mientras le penetraba con los dedos la vagina. Alice se chupo dos dedos de la otra mano y penetro con ellos el ano de Nadia. Ésta no pudo aguantar más y se corrió entre espasmos en cuanto sintió los dedos en su agujero estrecho. No pude más, puse a mi novia en cuatro contra el cabecero de la cama y se la metí en su coño desde atrás. Estaba tan excitado que no tardé en correrme, lanzando chorros de esperma en su interior.

 

Yo todavía estaba en la misma postura dentro de Alice, cuando Nadia, viendo nuestros dildos de cristal encima de la mesita, nos pregunto: -Os gusta el sexo anal.

Mi novia contestó: -Ahí tenemos los dildos pero aún no los hemos usado mucho.

-Pues esta noche los vamos a usar. Dijo Nadia.

 

Me hizo descabalgar de Alice. Nadia cogió el dildo pequeño, lo mojó en el semen de la vagina de mi novia, y penetró el ano de ésta repetidamente hasta que, entrando ya con facilidad, lo retiró.

Cogió el mediano e impregnándolo bien en el líquido de la vagina, fue penetrando poco a poco el ano de Alice. Lo sacaba un poco, dejaba caer saliva en el ano y penetraba un poco más que la vez anterior, hasta que Alice se relajó y ya entraba sin dificultad.

 

El dildo más grueso, tenía forma de bombilla redondeada. Nadia lo chupo como si fuese una polla, después lo metió en la vagina de mi novia con cierta dificultad, al estar ocupado el ano con el otro dildo. Los dejó dentro de su interior y, masajeando su clítoris, le preguntó: -Te gusta tu doble penetración. Alice sólo soltó un gemido. Sustituí los dedos de nuestra invitada en el clítoris de mi novia. Su grano del placer estaba crecido y sobresalía. Era como un pequeño pene del tamaño de un garbanzo. Nunca lo había visto así.

Nadia sacó los dos dildos y acercó el dildo más grande, con forma de bombilla, al culo de Alice. Lo penetró hasta la base. Después lo saco y lo tuvo entrando y saliendo levemente, jugando con su parte mas gruesa en el anillo anal de mi novia. Ésta termino relajando el culo con lo que el dildo entraba y salía ya sin dificultad.

Nadia sacó el dildo y Alice tenia el agujero completamente abierto y redondo. Lo puso junto al dildo pequeño y penetró otra vez su ano con los dos juntos, dejándolos encajados. A continuación, dio vuelta a mi novia, quedando ésta con el pecho hacia arriba, tumbada en la cama. Ahora Alice tenia los dos dildos encajados en el ano, mientras, Nadia chupaba su clítoris, le metía los dedos en la vagina y yo chupaba los pechos de mi novia.

 

Alice explotó, fue como un gemido continuo que duraría como un minuto o más, y nunca la había visto corriéndose así.

Esta historia tiene una buena parte de realidad, está basada en nuestras experiencias con “Nadia”, y está dedicada a esta mujer que hace de nuestros escasos encuentros algo muy morboso y especial. Además de nuestras experiencias con Nadia, tenemos otras en las que, generalmente previo acuerdo, una o varias nos miran. Dependiendo de la atracción y la calentura del momento ha acabado en mucho más que un contacto visual. Muchas gracias a tod@s los que os habeis puesto en contacto a partir de la publicación de “De playa”, y en especial, a quienes han compartido vivencias con nosotros.

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