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Cena sorpresa

en Erotismo y Amor

Llegaste de trabajar a las 19:00, yo hoy había estado en la cocina toda la tarde preparándote una sorpresa. Nada más entrar estaba todo a oscuras menos una vela que había en la entrada, debajo de esta había un post-it amarillo que tenía un mensaje, “Deja la chaqueta y los problemas en la entrada ponte cómoda, y ves hacia la otra vela”. Cuando te levantaste te diste cuenta que había otra vela en la mesa del salón. Tú con una pequeña sonrisa dejaste la chaqueta y la bolsa sobre el perchero de la entrada, te quitaste los tacones y te soltaste el pelo. Dando cuatro pasos, inquieta por saber que ponía en la otra nota, llegaste sobre la vela, te agachaste y cogiste la nota, que decía “estás preparada para sentir algo diferente?, Si es que si, sigue hasta la siguiente vela, si es no, túmbate en el sofá...”. Intrigada por lo que venía después y con ganas de sentir algo diferente, te acercaste hasta la siguiente vela que estaba al fondo del pasillo, cuando te acercabas ibas pensando que podría ser, con una sonrisa nervios cogiste la nota, y sin pensar te pusiste a leer “si estás leyendo esto es por que quieres mas, bien hecho no te arrepentirás, gírate hacia la habitación y descubre la vela.” Sin dudarlo entraste en la habitación, la cama estaba hecha y con unos pétalos de rosa sobre la colcha que tenían una forma ovalada y en medio había un vestido negro de lycra donde había una vela encima de un sobre blanco, con cuidado dejaste la vela en el suelo, cogiste el sobre al abrirlo había un papel escrito, con el cuerpo inquieto por la intriga te pusiste a leerlo, “ esto es un regalo para ti, tienes que ducharte, relajarte y vestirte con todo lo que encuentres encima de la cama, una vez lo hayas hecho te acercas al comedor y ahí tendrás la siguiente pista. Espero que te guste y que te encuentres sexy con el regalo. En el baño tienes el resto de cosas. Por cierto cierra la puerta de la habitación para que no te entre frío.” Una vez acabaste de leer cogiste el vestido y te lo acercaste a tu cuerpo nervios, te miraste al espejo de la habitación y te pareció precioso, cuando te diste cuenta encima de la cama debajo del vestido había una lencería morada con puntilla, un ligero morado, un sujetador muy sexy el conjunto lo cerraba unas braguitas de tanga transparentes. Sin dudarlo cerraste la puerta de la habitación y empezaste a desnudarte, una vez te quitaste los pantalones empezaste a escuchar música clásica, suave pero con energía. Te quitaste la camiseta, el sujetador, las bragas, los calcetines y entraste en el baño, donde encima del lavabo había otra vela junto con un pintalabios morado oscuro, junto con otra nota, “cuando estes lista aquí tienes el complemento perfecto para esta noche” sin pensártelo más te metiste completamente desnuda con tu piel tersa, dentro de la ducha, la música seguía, junto con La Luz tenue que había en el baño, te diste una ducha relajante, con agua calentita, te enjabonaste el pelo y luego todo el cuerpo, sin poder evitar tocarte un poco por tu entrepierna, bien limpio pensaste. Después de enjuagarte saliste de la ducha, las gotas se deslizaban por todo tu cuerpo, por ese pecho firme y redondo, por las piernas, los brazos. Una vez seca y con la toalla enrollada sobre la cintura empezaste a vestirte, primero la ropa interior, las medias con el ligero, el sujetador, te miraste al espejo y te veías realmente atractiva, tuviste la tentación de salir así del cuarto, pero querías ver como te quedaba el vestido, lo cogiste por la parte inferior y poco a poco lo introdujiste por la cabeza, en cuestión de segundos se deslizo por todo tu cuerpo y la sensación era genial, era suave como, cómodo, te estaba perfecto té caía como un guante, te estabas mirando al espejo, girándote para ver el culo maravilloso que te hacía, redondito y en su sitio, te habían acertado la talla a la perfección. Cuando acabaste de pintarte saliste de la habitación y en el suelo había una rosa azul sobre un papel amarillo, Cogiste la rosa y el papel y leíste “estas espectacular”. Andando llegaste hasta el salón donde en la mesa había una vela con dos copas de vino blanco, tú preferido, estaba fresquito, en ese momento estabas un poco extrañada, no me habías visto por ningún lado de la casa pero todo estaba como recién puesto... mirabas hacia todos los lados buscando a quien te había preparado todo esto, tú cuerpo se estaba excitando, tanto misterio, tanta pasión, tanto detalle te tenia abrumada. Querías saber que quedaba por delante, así que como en las anteriores leíste la nota “esto es solo el principio de todo, pero si quieres brindar con esa copa, solo tienes que pedirlo, pero solo hay una condición, y es que no nos podemos tocar. Aceptas?” en ese instante dijiste en voz alta, -si acepto- y después de unos segundos que se te hicieron horas, salí de detrás de la puerta de la cocina, con un smoking negro, camisa blanca, pajarita de color rojo, el pelo recogido con una coleta sin que ningún pelo se saliera de su sitio, la barba bien arreglada. Di dos pasos hacia ti y me quede a escasos milímetros de tu cara. En ese momento sonó el canon de pachelbel. Sin moverme cogí las dos copas de vino y te ofrecí una, y allí estábamos los dos, sin poder tocarnos, con una luz muy tenue que solo nos permitía ver nuestros rostros, sintiendo la presencia de dos cuerpos espectaculares, con la fragancia de los perfumes entrando dentro de nosotros, disfrutando del erotismo creado por la situación. En ese momento rompí el silencio, para confirmar lo que suponía, que el traje te quedaba como si lo hubieran hecho a medida.  -estás preciosa- dicho esto levante la copa y te propuse un brindis, - por todo lo que nos queda y porque esta noche exploremos todos nuestros sentidos - a lo que tú respondiste, - Salud-. Los dos acercamos la copa a nuestros labios y bebimos un sorbo que nos supo a gloria, un vinito blanco frio, que calmaba nuestro cuerpo sediento y caliente.

Justo después me pues detrás tuyo y separe la silla de la mesa haciendo el gesto de que tomarás asiento. Entonces fue cuando te fijaste en la pequeña cinta de satén que había encima de tu plato. Mientras tú veías el detalle, yo me había sentado enfrente tuya, - Antes has aceptado querer sentir sensaciones diferentes, sigues dispuesta?- tú con una cara entre incredulidad e interrogación, mirando la cinta, - sigo queriendo pero...- antes de que acabaras la frase - pues debes ponerte la cinta tapándote los ojos, y puedes estar tranquila te recuerdo que en tu última nota ponía que estaba prohibido tocarse- dicho esto aceptaste y te pusiste la cinta sobre los ojos,

- No veo nada-

- Así es como debe ser- en ese momento se te agudizaron los demás sentidos, me oíste como movía la silla para levantarme, oíste mis pasos como se acercaban a ti, y sentiste mi respiración detrás de tu oreja. -vamos a jugar a un juego- empecé susurrando al oído, -yo te voy a ir poniendo la cena y tienes que ir comiendo pero sin ver nada. Me tienes que ir diciendo que es cada cosa y si aciertas tendrás un premio, jugamos?- sin pensártelo dos veces aceptaste,

- Vale pero como lo voy ha hacer no veo el plato?-

- Tranquila yo te iré dando poco a poco cada bocado-

- Si es así sin problemavs- dicho esto me dirigí hacia la cocina y volví con el primer entrante, lo serví en dos copas, y empecé a susurrarte al oído

- Es de color rosa, frequito entra mucho mejor, tiene una fruta que te encanta, y un poquito de cava, ahora pruébalo y dime si sabes que es?- te acerque la copa a tus labios te humedeciste segundos antes con la lengua, abriste la boca y lo probaste. Tu cara era de placer, estabas saboreando el líquido granizado que te ofrecía, una vez te lo acabaste me dijiste.

- Sorbete de fresas con cava-

- Correcto este era muy fácil- le advertí- pero empezamos bien, ahora tu regalo- cogí de la mesa que tenía cerca una pluma, y empece a rozarla por su cuello, desde la parte trasera hacia delante, subiendo por hasta la parte de atrás de la oreja, por un lado y por otro del cuello, tú cuerpo se estremecía, tenías el cuerpo sensible al no poder ver, la piel de convertía en ojos al sentir que algo lo rozaba, sentías cada milímetro que se desplazaba, a la vez sentías como otras parte de tu cuerpo se erizaban. Pasados unos minutos me detuve.

- Pasamos al primer plato?- 

- Si por favor- dijiste con la voz entrecortada sentías como tú cuerpo se estaba poniendo muy caliente, y querías más, aunque sabias que tenías que acertar el plato.

Salí de la cocina con un plato más grande, cuando fui a dejarlo sobre la mesa me di cuenta de que ya no te quedaba sorbete, te lo habías bebido todo, aparte la copa y deje el plato sobre el mantel blanco.

- Tengo un poco de sed, me puedes dar un poco de vino?- le acerque la copa a los labios y antes de que llegara sacaste la lengua para tocar la copa, ese movimiento de lengua me sorprendió, pero era síntoma de que estabas disfrutando, bebiste un trago y deje la copa sobre la mesa.

- El primer plato es una délicatesse oriental, está compuesto por varios elementos enrollados entre sí, puede ser de varias cosas, pero este es de uno que te gusta especialmente. - dicho esta pista, acerque un pequeño bocado a tus labios que esperaban abiertos, a que se introdujera la comida en ellos. Con delicadeza deje el trocito sobre tu lengua, y empezaste a saborear.

- Umm está riquísimo- dijiste mientras tu cara expresaba lo que acababa de decir.

- Me alegro de que te guste, y sabes lo que es?-

- Es shusi, pero no sé muy bien de que, puedo probar otro trocito?- sin decir nada volví a meterle otro trozo en la boca.

- Es shusi de salmón? -

- Correcto-

- Buff la verdad es que con los ojos cerrados se saborea todo más-

- Es verdad que agudizas los demás sentidos- dicho esto cogí otra vez la pluma si me dirijo hacia su escote, el vestido dejaba ver una parte considerable de tu pecho, con la pluma en la mano la acerque hacia la parte inferior del cuello y rozando otra vez empecé a deslizarla hacia abajo, una vez llegue hasta donde el vestido me dejaba, la moví hacia arriba siguiendo el contorno de tu pecho, primero el derecho y luego el izquierdo, tú sonrisa no tardó en aparecer te gustaba la sensación que producía el contacto de la pluma sobre tu cuerpo, sentí como te gustaba ya que tus pezones empezaron a sobresalir del vestido creando unas pequeñas montañitas sobre el vestido ajustado, sin dudarlo pase la pluma por encima del vestido justo donde estaban esos pequeños salientes, tú suspiro me indicó que había acertado. Repetí los movimientos unas veces más hasta que me dijiste.

- Buff esto es demasiado, pero quiero más- dejando la pluma a un lado cogí de nuevo la copa y te la volví a acercar a los labios. Cuando la quite tu lengua se relamió todo el labio superior queriendo coger hasta la última gota con un movimiento muy sensual.

- Quieres otro plato?- pregunte

- Si por favor- suplicaste sin casi mover los labios

- El siguiente plato se come con las manos así que te indicaré donde está y tú tienes que cogerlo,-

- De acuerdo-

Saque el segundo plato - este plato está compuesto por varias piezas unidas por palo, es un animal que vive en el mar blanco cuando está crudo y naranja cuando está cocinado, sabes de que te hablo?-

- Umm que difícil-

- Tranquila en cuanto te lo metas en la boca lo sabrás- dicho esto empecé con las indicaciones para que pudieras cogerlo y metertelo en la boca.

- Pon el brazo en la mesa, muévelo hacia la izquierda un poco, todas el plato, ahora usa dos dedos para hacer la pinza sobre el palo que sobresale. Cerraste los dedos pero lo rozaste, al siguiente intento ya lo cogiste, poco a poco y con miedo te lo fuiste acercando a la boca bien abierta porque no sabías el tamaño, una vez la notaste entre los labios cerraste la boca y mordiste suavemente.

- Dios que maravilla- susurraste- es una brocheta de langostinos con salsa de naranjas.- volviste a morder. Te había gustado. Una vez acabado con el primero empezaste con el segundo, pero esta vez al comertelo te lo introdujiste desde la cola hasta la mitad en la boca sin morder y lo volviste a sacar repetiste el movimiento un par de veces,hasta que decidiste morder y absorber todo el juguito que tenía el bocado.

- Creo que te esta gustando esto de experimentar con los sentidos- afirmé con cara sonriente, nunca antes te había visto tan excitada comiéndote un langostino.

- Está riquísimo y me gusta tener que adivinar-

Al haber acertado té tocaba premio, no sé si te gustaba más la comida o el premio, cogí de nuevo la pluma, y acercándola poco a poco te la pase por la cara, por los labios y fui bajando más rápidamente que la vez anterior, pase por el pecho, llegue al ombligo por encima del vestido, y llegue a la cintura seguí bajando por encima de una pierna hasta la zona que no estaba cubierta por el vestido. Acaricié con la pluma las rodillas le di una vuelta y Lila desplace hasta la parte posterior de esta, subiendo y bajando, en una de esas cuando subía noté que abrías las piernas todo lo que el vestido daba de si, como indicándome que pasara por ahí, haciendo caso de tu sugerencia metí la pluma por la parte interior de tus muslos hasta llegar a tocar casi el tanga, pero me detuve, cosa que provocó un suspiro en ti.

- No pares-

- Si, aún no hemos llegado a ese punto- le respondí yo, y diciendo esto saque la pluma y le comenté muy cerca del oído susurrándole.

- Ahora ya vamos con el postre- si quieres seguir, afirmaste con la cabeza.

Dicho esto saque el último plato.

- Para acabar la cena tengo un postre que te encantará, tiene una parte dura y otra mas jugosa, también se come con la mano, pero tienes que ir con cuidado porque te puedes manchar la cara si fallas-

- Umm que es?- preguntaste inquieta en la silla.

- No te lo puedo decir, ya te he dado muchas pistas- al mismo tiempo le daba indicaciones para que cogiera el postre con los dedos, el primer trozo que cogiste tenía mucha salsa, te la acercaste a la boca y fallaste te pusiste los labios llenos de la salsa.

- Uyss y ahora que?- dijiste mientras con la lengua te rebañabas los labios en busca de toda el jugo, - es chocolate- acto seguido mordiste la pieza que tenías entre los dedos y en un acto de placer soltaste un gemido,- qué rico, me encanta, fresas con chocolate-

Yo sonriendo afirmé - así es fresas con... - me cortaste antes de que me diera tiempo a acabar - y ahora cuál es la sorpresa, he acertado- dicho esto separaste las piernas hasta que el vestido te dijo basta, y aún así te lo subiste un poco más para poder abrirlas más.

- Te recuerdo que no te puedo tocar?-

- Nooo, ya se ha acabado la cena- dijiste como protesta, querías que te tocara lo que con la pluma casi tocaba,

- Pero yo no te he dicho que fuera solo durante la cena-

-No me puedes dejar así.- me recriminaste con una sonrisa.

- Yo no he dicho que te vayas a quedar así, solo que no te voy a tocar- tu cara cambio de repente cuando sentiste otra vez la pluma por el cuello, deslizándose poco a poco hasta llegar a la oreja, en ese mismo momento, sentiste como por otro lado te rozaba algo más duro pero que no sabias que era, te entro un pequeño escalofrío, te estaban abordando por dos sitios a la vez, uno suave y blandito y otro tb suave pero más duro.

Seguí con el movimiento del más duro, hacia tus piernas estás estaban abiertas de par en par, poco a poco fui acercando el elemento hasta que llego al interior de tu vestido y una vez entro en contacto con la tela de tu tanga, empezó a vibrar, cosa que te excito más, te sorprendió, tu cuerpo se comprimió, entraste en una especie de espasmos, a la vez la pluma pasaba por tus pechos, por tus pezones, por tus labios por los ojos, y al mismo instante el objeto duro apretaba contra tu clitoris por encima de las bragas. Seguí con estos movimientos sin parar de susurrare al oído - esta noche vas a explotar tus sentidos, vas a sentir por cada poro de tu piel, se te va a estremecer el cuerpo hasta que no puedas más- sentías mi aliento en tu oído, notabas cuando mis labios se cerraban al hablar, como tragaba saliva al verte disfrutar de esa manera.

Después de 5 minutos así, empezaste a temblar, tu cuerpo no aguantaba más, necesitabas gritar, tus músculos se encogían, tus manos sobre el mantel se cerraban como si quisieras arrancarlo del sitio, no me podías tocar ni yo a ti, pero estabas deseosa de tocarme cada rincón de mi cuerpo, pero sin darte el mínimo respiro aumenté la potencia del vibrador y fue en ese momento cuando ya no aguantaste más, tus bragas acabaron chorreando por tus piernas todo el jugo maravilloso, tus pezones se iban a salir del vestido, tus labios tenían la marca de tus dientes al mordetelos... explotaste de gusto, con un gemido tremendo y tú cuerpo con espasmos incontrolados me suplicaste que parara, que y’a no podías más. - para por favor, no puedo más, me va a dar algo...-

Dicho esto empecé a retirar todo poco a poco de tu cuerpo yendo hacia atrás y hacia delante, dando la sensación de que iba a continuar...

- Ahora ya nos podemos tocar, se ha acabado el juego, espero que hayas disfrutado, porque yo sí y mucho, me encanta darte placer. -

Fin