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Vis a Vis en Prisión

en No Consentido

Me llamo Alis, hace dos años falleció mi madre, por lo que vivo sola en casa, con mi padre.

Mi vida era bastante rutinaria, entre la escuela y las tareas de casa, así que mi padre, que siempre se preocupa mucho por mí, me propuso esa tarde de domingo que dejara a un lado los libros, y fuéramos a dar un paseo, para que me diera un poco el aire.

Estaba terminando el curso, y pronto vendrían los exámenes finales, pero lo llevaba bastante bien, así que me pareció bien.

Era un día muy soleado y ya estaba harta de tanto estudiar, así que fuimos a pasear por la zona del paseo marítimo y luego decidimos entrar en un cine multisalas.

Escogimos dos peliculas, primero vimos una de Disney para mí, y después otra de acción, más del gusto de mi Padre. Entre las dos películas, cuando salimos, se nos había hecho de noche.

Yo llevaba un vestido de color rojo, de hombros descubiertos, algo escotado de pecho y mucho más de espalda y con falda a media pierna - en fin, bastante provocativa, pero es que mi padre me lo consentía todo.

Camino de casa, volvímos andando, yo cogida del brazo de mi padre y a medio camino tuvimos que pasar por un callejón muy poco iluminado.

A mitad del callejón nos salieron dos hombres que nos interceptaron el paso, y de no sé donde aparecieron otros tres más por detrás nuestro.

Uno de los de enfrente, que parecía ser el jefe, se dirigió a mi papa

- Que haces vejete con esa putita tan guapa ¿no es muy joven para ti?

Mi padre le contesto:

- No es ninguna putita, ¡es mi hija!

El tipo respondió:

- Ja ja ja, No me lo creo, si fuera tu hija no la dejarías vestir así - y dirigiéndose a mi añadió

- Pareces muy jovencita, dime ¿cuántos años tienes, preciosa?

- 16, ¡pero cumplo 17 el próximo mes! - contesté de forma impulsiva

- ¿qué te parece si dejas al abuelo y te vienes con nosotros? ¿no te apetecería pasar un buen rato?

- ¡dejarla en paz! - gritó mi padre interponiéndose entre los dos

Dos de los tipos que estaban detrás nuestro inmovilizaron a mi padre amenazándole con un arma, y los otros tres jugaron conmigo pasándome de uno a otro, besándome en la boca y aprovechando para manosearme todo lo que quisieron.

Yo intentaba apartarlos de mi y evitar que me besaran, pero mi resistencia era inútil

En un momento dado, me echaron al suelo y el jefe de la banda se puso sobre mi sujetando mis brazos contra el suelo, a ambos lados de mi cabeza y lamiendome la cara. Al mismo tiempo, dos de la banda, uno a cada lado, me separaron las piernas manteniéndolas abiertas.

En vano intenté resistirme.

A un gesto del jefe de la banda, uno de los que inmovilizaban a mi padre se acercó para mantener mis brazos contra el suelo y el jefe de la banda se colocó entre mis piernas, levantándome la falda del vestido y bajándose los pantalones, me arrancó las braguitas de un violento tirón y enseguida note su glande entreabriendo los labios de mi coñito

- ¡No por favor, que soy virgen! suplique!

¡El jefe de la banda, sin mediar palabra, ansioso, me penetró, rasgándome el himen, y yo grité a causa de la sensación de sentirme brutalmente penetrada!

Desesperado, mi padre agarró el brazo armado del tipo que le retenía, el más joven de la banda, forcejearon, consiguió quitarle el arma y le disparó varias veces, matándolo.

En ese instante apareció la policía, subiendo corriendo por el callejón, alertados por los diparos y más preocupados en que mi padre soltará el arma que empuñaba, que en detener a los violadores, de forma que todos ellos salieron corriendo por el otro lado del callejón y consiguieron huir.

Me llevaron al hospital, pero aparte del susto y algo de hemorragia por la desfloración no tenía nada grave, pero mi padre fue detenido.

Su abogado pretendía hacer valer la legítima defensa, pero el fiscal decía que la respuesta fue desproporcionada y que hubo ensañamiento, al final se llegó a un trato con el fiscal y mi padre fue condenado a seis meses de cárcel, en una prisión de baja seguridad, y en condiciones bastante suaves dadas las circunstancias en las que se produjo el homicidio.

Unos días después, detuvieron a los componentes de la banda

Me citaron para identificarlos y luego a declarar en el juicio, y así lo hice, pero hubiera preferido no hacerlo, porque pasé mucha vergüenza y el juicio se centró más en lo provocativa que vestía ese día, que en la agresión de los delincuentes.

Condenaron al jefe a 12 años y a sus compinches a 5 años cada uno, pero más a causa de otros delitos que habían cometido previamente que por el de mi agresión.

Al salir de la sala del juicio el jefe de la banda me miraba muy fijo y me asustó, pero ¿qué iba a poderme hacer?, iba a estar bien encerrado, él y toda su banda, durante bastante tiempo.

Al ser menor el juez me dejo en custodiá de mi tía, mientras mi padre estuviera en prisión, pero mi tía se limitó a firmar los papeles y nada más salir del juzgado se desentendió completamente de mi. Nunca nos hemos llevado bien y ahora encima me echaba a mi la culpa de que su hermano estuviera en prisión.

Así que ahora estaba sola en casa, a cargo de todo y hasta que saliera mi padre de prisión, con el dinero justo para pasar el mes.

Mi rendimiento en la escuela bajo mucho, pero los profesores fueron bastante comprensivos dadas las circunstancias y me dieron bastante margen y ayuda en los exámenes finales, basándose en mi rendimiento anterior.

No me podía sacar de la cabeza, el momento de la agresión, con ese tipo sobre mí, su cuerpo en contacto con el mío, penetrándome, por primera vez.

La psiquiatra me había advertido que lo que me pasó me podría provocar rechazo a los hombres, pero fue todo lo contrario, el recuerdo me excitaba hasta el punto de que, a solas en mi habitación tenía que terminar masturbándome, imaginando que hubieran consumado la violación.

Al mes, me comunicaron que mi padre tuvo una pelea con otro de los presos, ¡no me lo podía creer!, normalmente mi padre es muy pacífico si no hay una provocación grave, ¿en qué estaría pensando?

Le retiraron el régimen de visitas y me comunicaron que lo trasladaban a otra prisión.

Me estremecí cuando me enteré de que se trataba de la misma prisión donde estaba retenida la banda que nos asaltó, no podía ser otra ya que solo hay estas dos en la provincia, pero mucho me temía que aprovecharan ahora para vengarse. ¡Tenía que hacer algo!

A través de nuestro abogado, pedí entrevistarme con el jefe de la banda que nos asaltó, se llama Pablo, para pedirle que no le hicieran nada a mi padre … y he de confesar que también porque no sé que me pasaba que necesitaba verlo

Me recibió sonriente

- Hola Alis, te esperaba, ya sé que van a trasladar a tu padre a esta prisión, y no te voy a mentir, el preso con el que tuvo la pelea seguía instrucciones mías

Eso confirmaba mis sospechas, me quedó claro que estaban ejecutando un plan para vengarse y me entró el pánico

- ¡Por favor, no le hagan daño a mi padre!

- ¿Qué no le hagamos nada? ¡Tu padre mató a uno de los de mi banda!

Comencé a llorar y suplicar

- ¡Pero el solo quería defenderme! ¡Por favor se lo pido! ¡haré lo que sea!

- Mira Alis, por esto esperaba que aparecieras por aquí, podemos hacer un trato si tú quieres, respetaremos a tu papi, pero sólo si a cambio podemos terminar lo que empezamos contigo

- ¿que ... que quiere decir?

- Veras Alis, voy a ser claro, me quedé con las ganas de terminar de follarte y el resto de mi banda también, tan jovencita y tan guapa, esa piel tan suave y tersa, ese coñito virgen ... pienso que me lo debes, cumplir esta condena por tan poca cosa que hice contigo es ridículo, pero por una buena follada contigo sería otra cosa.

- pe-pero, es que yo nunca lo he hecho antes con un hombre y no... - Pablo me interrumpió

- ¿qué tienes que perder?, ya no eres virgen, lo sé porque te desvirgué yo mismo ¡jaja! y fue un verdadero placer. ¡No tengas miedo!, te prometo que no te haré daño, se trata solo de hacer el amor, de forma civilizada, esta vez con tu consentimiento y, ¿quién sabe? a lo mejor hasta acaba gustándote.

Tuve que hacer un esfuerzo increíble para contener mis emociones, en mi interior no sabía si gritar de rabia, llorar o saltar de alegría, el pensamiento de hacerlo con Pablo volvía a mi como cuando estaba a solas en mi habitación, ¡mi corazón me iba a cien!, la parte racional de mi ser intentaba justificar que era solo por el bien de mi padre

- pero … si le dejo hacerme ... eso, ¿me promete que no le harán daño a mi papá?

- Tienes mi palabra, y no solo no le haremos daño, sino que mi banda y yo mismo le protegeremos del resto de los presos, ¡aquí hay gente muy mala!

- ... está bien, pe-pero ¿cómo quieres hacerlo conmigo?, estando en prisión

- Los presos tenemos derecho a una vis a vis un día por semana, mientras mantengamos buena conducta, quedarás con cada uno de nosotros, uno diferente cada día, como si fueras nuestra novia

- ¿Cómo? ... ¿con todos vosotros?, ¡pero yo pensaba que me estabas proponiendo hacerlo una vez y solo contigo…!

- No niña, tiene que ser con toda mi banda, tal como hubiera sucedido si no nos hubiera interrumpido tu padre y la policía, y tendrás que repetir cada semana con todos nosotros, mientras dure la condena de tu padre ... o hasta que te quedes embarazada de uno de nosotros, lo que sea que suceda antes

- ¡¿qué?! ¡No pienso quedarme embarazada de ninguno de vosotros!

- Haz lo que quieras, pero que te quede claro que ninguno de nosotros usaremos preservativo contigo. Si lo prefieres así, entonces será mientras dure la condena de tu padre, los cinco meses que le quedan, ¿lo tienes claro?

Estaba muy claro, pero me quede muda, no me salía la voz

Por megafonia anunciaron que se estaba terminando el tiempo de visitas

-  Dime Alis, ¿tenemos un trato? Me has de dar una respuesta ahora.

- ¡Está bien!, ¡no tengo otra opción!

- Buena chica!, irás a ver a mi amigo Ruiz, mi abogado te pasará la dirección, regenta un club de prostitución y otras cosas ilegales, pero no te preocupes, que no te hará nada, él te facilitará documentación falsa, ya que con solo 17 añitos recién cumplidos no te dejaran entrar para una vis a vis y has de justificar documentalmente que tienes una relación sentimental con cada uno de nosotros.

Al salir de las dependencias, se me acercó el abogado de Pablo y me entregó una hojita de papel.

Recogí el papel con la dirección y fui a ver a ese tal Ruiz, en los barrios bajos de la ciudad.

Era un señor mayor y barrigón, me recibió en su despacho, me hizo unas fotos de cara y a los tres días me volvió a llamar para entregarme los documentos.

- Bien Alis, aquí tienes tu nuevo DNI, lo has de presentar cuando vayas a la prisión, junto con esta documentación que te entrego y que acredita que tienes una relación sentimental con cada uno de los cuatro chicos de la banda de Pablo.

Me entregó los papeles y añadió:

- Sólo has de presentar en cada caso la del preso que te toque ese día, no todas a la vez ¡jaja! Los guardias van cambiando cada día y no guardan registro de las visitas, por confidencialidad, tan solo comprueban la documentación en el momento de la visita para autorizar o no la entrada, por lo que no se darán cuenta que vas a ver a cuatro reclusos diferentes, ya lo hemos hecho otras veces, como cuando algún preso paga para que lo visite alguna de mis chicas.

 - ¿y cómo funciona esto de los “vis a vis”?

- Los “vis a vis” suelen durar media hora, aunque a veces se prolongan hasta un máximo de tres horas. No se pueden entrar paquetes ni objetos de ningún tipo, ni joyas, ni móvil, ni reloj, ni dinero. Lo más práctico es que vayas ligerita de ropa y con tan solo la documentación del preso que te toque ese día. El bolso con tus cosas te obligarán a dejarlo en un cajetín en la entrada.

Reviso la documentación, veo mi foto en el nuevo DNI, me resulta chocante no ver mi nombre en él, también han cambiado el año de mi fecha de nacimiento en un par de años.

- Esther Nadal - leo el nombre del DNI

- Si, acostúmbrate a responder a él para que los guardias no sospechen si te llaman por ese nombre

- ¡Ya!

- Y dime Alis, aparte de este pequeño negocio que te traes con Pablo y sus amigos, ¿no te interesaría ganar dinero de verdad?

- ¿Que? ¿Cómo?

- Si, trabajando para mí, como scort de lujo, tienes mucho potencial, ganarías mucho dinero

- ¿trabajar de puta? ¡Jamás me atrevería a algo así!

- Es una lástima, piénsatelo y tenlo en cuenta en el futuro. Si alguna vez necesitas dinero y quieres probar, vienes a verme, te trataremos muy bien

Por mi cabeza cruzo la necesidad que tenía de dinero, pero ni por asomo pensaba trabajar de puta para ganarlo, no por dinero

- Gracias, pero no creo - le contesté muy secamente

Salí de allí y, camino de casa, me fui mentalizando de lo que me esperaba con la banda de Pablo y de que no iban a usar preservativo conmigo, así que lo primero que hice fue ir a una farmacia y les pedí que me aconsejasen para empezar a tomar la píldora. Me daba vergüenza ir a mi ginecóloga habitual, ya que me conoce desde niña.

Si ya estaba bastante desconcentrada antes, los siguientes días pasaron sin tener ni conciencia de ellos, estaba nerviosa, ausente y muy excitable, por suerte ya no tenía que ir a clase.

Y casi sin darme cuenta ha llegado el día, jueves, hoy es la cita del primer día, con el jefe de la banda, Pablo.

Mientras voy hacía la prisión me pregunto a mí misma ¿porque me habré puesto tan guapa y arreglada? Y encima, en un impulso repentino me he puesto el mismo vestido rojo del día de la agresión.

El DNI falso y la documentación que me ha facilitado Ruiz es muy convincente y entro sin problemas en la prisión.

Tras los desagradables procedimientos rutinarios me conducen a una habitación de unos 14 metros cuadrados con una cama de matrimonio, como de metro y medio de ancho, con colchón duro y muelles debajo, Al lado hay una mesilla de noche de madera con un paquete de Kleenex encima, varios preservativos y una pequeña ventana rozando el techo. La luz es muy tenue.

Doy un respingo cuando oigo cerrarse bruscamente la puerta metálica detrás de mí, oigo que la cierran con llave y me quedo sola en la celda.

Al otro lado de la habitación hay otra puerta metálica, esta tiene una abertura grande en el centro, que se puede cerrar desde afuera. Ahora está abierta y por eso puedo ver que detrás de la puerta hay un pasillo.

Al cabo de unos minutos, oigo pasos que se acercan por el pasillo. Se abre la puerta metálica frente a mí y entra Pablo, el jefe de la banda, esposado y acompañado de dos guardias, lo hacen entrar, quedándose los guardias en el pasillo, cierran la puerta metálica y a través de la abertura de la puerta le sueltan los grilletes de las manos, luego cierran la abertura y nos dejan solos.

Pablo se acerca a mí, con una gran sonrisa de triunfo en la cara, me abraza y luego me besa en la boca, me dejo hacer sumisa y temblorosa.

- ¡Por fin eres mía! - exclama - ¡ven, no tengas miedo!

Me lleva a la cama, me hace quitarme la ropa y me tumba sobre ella. Mi cuerpo queda desnudo y expuesto completamente a su vista.

Pablo se tumba sobre mí y me sigue besando en la boca, enredando sus manos en mi cabello, yo le correspondo tímidamente, luego se quita los pantalones y los zapatos, me abre las piernas y se coloca entre ellas.

Rememoro el día de la violación y me asusto, pero permanezco inmóvil sobre la cama.

Inevitablemente, su miembro se abre paso penetrándome como aquel día, cierro los ojos y me abrazo a sus hombros, esperando sentir el mismo dolor que la otra vez, pero no, ahora no me duele.

Noto su miembro erecto dilatar mi vagina y presionar las paredes interiores y abrir los pliegues dilatándolos, me introduce su miembro progresivamente hasta el fondo de mí vagina.

La penetración no es brusca y resulta sumamente placentera. Mentalmente agradezco que Pablo sea, esta vez, tan considerado conmigo.

Sin sacar su miembro de mi cuerpo, Pablo se quita la camisa de la prisión y ahora completamente desnudo sobre mí, se abraza a mis hombros y empieza a follarme, sin dejar de besarme.

¡Estoy siendo follada por primera vez en mi vida!

De repente me entran dudas, ¿pero que estoy haciendo? ¡mi padre está en la prisión precisamente para evitar que me hicieran esto! ¡y aquí estoy yo dejándomelo hacer! ¿estoy loca o qué?

- ¡Espera, no!, ¡me lo he pensado mejor, no quiero hacer esto! para! - le digo a Pablo

Pablo no me hace caso, intento forcejear para soltarme, pero es imposible, Pablo es mucho más fuerte que yo, y me tiene bien sujeta.

Al notar mi resistencia, Pablo se excita aún más, parece que eso le gusta, y me folla con más ritmo y profundidad, todo su cuerpo desnudo en contacto sobre el mío.

Me está forzando, pero en mi interior me gusta sentir su cuerpo musculoso que se aplica a conciencia presionando fuertemente sobre mi cuerpo. Todo lo que me hace me excita y al cabo de un rato, agotada, dejo de resistirme abrazándome temblorosa a su cuerpo, es entonces cuando notó como un fuego crece en mi interior más y más y un escalofrió frio que, sin poder evitarlo, termina estallando en un violento orgasmo, es el primero de mi vida con un hombre, mientras Pablo sigue follándome sin parar.

¡Esto es delicioso!, ¡nunca antes había sentido tanto placer en mi vida! Y Pablo sigue follándome sin detenerse y encadeno varios orgasmos más. ¡Esto es maravilloso, estoy encantada!

Finalmente, él también se corre, lo espero ansiosa, entregada completamente a él, noto su miembro latir mientras su esperma se derrama en mi interior.

Finalmente, mientras termina de correrse, Pablo me vuelve a besar en la boca con ansia.

Una vez satisfecho, Pablo se levanta, volviendo a vestirse, yo me quedo toda temblorosa sobre la cama, incapaz de moverme y sin saber qué hacer con todo ese semen que ha derramado en mi interior.

Mientras se pone la ropa me dice

- ¡Te has portado bien! mañana te toca con mi hermano Juan, trátalo bien

Una vez a solas, gasto casi todos los kleenex de la mesita intentando limpiarme del semen de Pablo.

Cuando salgo de la prisión voy temblando de cuerpo entero, mi cabeza es un embrollo de sensaciones y pensamientos contradictorios.

Todo el día lo paso rememorando la cita con Pablo, muy excitada y expectante de cómo será hacerlo también con su hermano.

Al día siguiente, viernes, me toca hacerlo con el segundo de la banda, Juan, el hermano de Pablo, y aún ni siquiera he tenido tiempo de asumirlo.

Cuando llego a la entrada de visitas de la prisión me doy cuenta de que el guardia de la recepción de visitas ¡es el mismo que ayer!, ¡no sé qué hacer! ¡no puedo irme sin más, podrían hacer algo a mi padre!, intento no mirar al guardia directamente y no llamar mucho la atención, para que no recuerde que ya me dejo pasar ayer para visitar a otro preso.

Al cabo de unos tensos minutos me dejan pasar y me conducen a una de las celdas de vis a vis, no es la misma de ayer, pero parecen exactamente iguales.

Me siento en la cama a esperar, de los nervios que he pasado en la entrada casi no me sostengo de pie.

Poco después, entra Juan, es más joven que su hermano Pablo, pero está más fibrado, ¡Jolines, que bueno que está!

Me adelanto para abrazarme a él, pero él no me besa, me ordena desnudarme.

Resulta que a Juan le gusta atarme a la cama por las muñecas y tobillos, así que improvisa unas ataduras utilizando mis medias para atarme por los tobillos a ambos extremos de la cama y usando el liguero me ata por las muñecas juntas a la cabecera de la cama.

Después se desnuda y tumbado sobre mi, juega a penetrarme bruscamente, de un solo golpe, para luego sacarla completamente y repetir la penetración completa una y otra vez.

La sensación de ser usada de esta manera me sobrecoge y me excita a la vez.

Después se decide a follarme mientras se dedica a estrujarme los pechos con ambas manos y chuparlos y besarlos.

Juan folla a un ritmo muy rápido, más rápido que Pablo, ¡y no puedo evitar tener un orgasmo enseguida!

¡Y luego tengo otro y otro más, y Juan sigue follándome sin parar!

Finalmente termina corriéndose dentro mío, y se queda aparentemente dormido sobre mí, con su cabeza sobre mi hombro.

Es el segundo hombre que me folla en la vida y me siento ... diferente.

Me doy cuenta de que he disfrutado mucho y eso me hace sentir culpable y avergonzada.

Algo más tarde, Juan me despierta, yo también me había quedado dormida y dulcemente y con un beso en la boca me indica que me vista que ya es la hora de marcharme.

La ropa interior está rota y ya no me la puedo volver a poner, pero vuelvo a casa feliz, no sé por qué.

Me gustaría contárselo todo a mis amigas, pero no puedo hacer eso. Me pongo música y me dedicó a bailar por toda la casa hasta caer exhausta.

Al día siguiente, sábado, es mi tercera cita con los miembros de la banda de Pablo.

¡Esta vez vengo excitada y con ganas de hacerlo!

Por suerte el guardia de la recepción de visitas es otro diferente.

¡Hoy me toca con el grandullón de la banda, es literalmente el doble de grande que yo!

Cuando lo veo entrar por la puerta, agachando la cabeza para poder pasar por la puerta, me estremezco de miedo y me quedo paralizada.

Se quita la ropa frente a mí, y una vez desnudo, no mejora, es muy peludo y su miembro es mucho más largo y grueso que los de Pablo o Juan, avanza desnudo hacia mí, con su enorme miembro colgando entre sus piernas y yo aún ni me he movido de la impresión, de pie y vestida, junto a la entrada.

Me levanta en brazos y me lleva a la cama, me quita el vestido, casi arrancándolo, se sitúa sobre mi cuerpo desnudo e intenta penetrarme.

No creía que me pudiera llegar a caber semejante miembro, pero al final lo consigue, al penetrarme me siento como si me partiera en dos y me hace gemir y llorar y su peso sobre mí me sofoca, comienza a follarme violentamente y pienso que no voy a ser capaz de soportarlo, por suerte se corre muy rápido.

No ha sido tan genial como con Pablo o Juan, y no me ha satisfecho, pero al menos he cumplido, así que gracias a mi sacrificio mi padre continua a salvo.

Cuando me vuelvo a poner el vestido, veo que está roto y he de regresar a casa manteniéndolo unido con una mano para que no se abra.

Estoy tan abrumada que no ceno nada, lo prefiero para ir ahorrando dinero porque no me queda mucho.

Al día siguiente es Domingo y he de hacerlo con el ultimo miembro de la banda.

El guardia es otra vez el de los dos primeros días, y esta vez estoy segura de que me ha reconocido, ya que al pedirme la documentación se ha dirigido a mí por mi nombre falso, Esther, antes de poder leerlo en la documentación, y encima estoy tan atolondrada que a la primera no reacciono y me ha tenido que llamar dos veces, pensaba que se iba a descubrir todo, pero sorprendentemente no pasa nada y me deja entrar junto con el resto de las visitas.

Desconcertada entro en las dependencias de la prisión. No puede ser que no se hayan dado cuenta, o son muy estúpidos o tal parece que hacen la vista gorda.

El último miembro de la banda es un hombre mayor, de la edad de mi padre, pero más delgado de complexión.

No habla mucho, cuando nos quedamos solos me toma del brazo bruscamente y me lleva a la cama, ordenándome sacarme toda la ropa y tumbarme sobre la cama.

Una vez en ella, me ata bruscamente sobre la cama, como hizo Juan, pero me pone boca abajo, y empieza a masajearme el culo e introducirme un dedo en el orificio, con la clara intención de penetrarme analmente.

- No espera, eso no, nunca lo he hecho por allí

- Calla zorra - me responde – tu padre mato al que era mi mejor y único amigo, te partiría el cuello ahora mismo, pero no te voy a matar porque solo eres una niña, y porque Pablo me ha dicho que no lo haga, pero no esperes que te trate con delicadeza, así que ahora tú vas a pagar por lo que le hicisteis.

- Por favor - le suplico - ¡no me haga daño!

- No te voy a mentir, ¡esto te va a doler!

Intento gritar para pedir ayuda, pero me tapa la boca con una de sus grandes manos, mientras con la otra dirige su miembro e intenta penetrarme.

Es la primera vez que me lo hacen por detrás, y aunque no lo hace de golpe, me duele y se me hace insufrible, pero no puedo soltarme, aunque la sensación de ser sometida me excita.

Al final consigue metérmela toda y, estirándome bruscamente del pelo hacía atrás para hacerme levantar la cabeza, comienza a follarme analmente a buen ritmo.

Me duele mucho y ahora que tengo la boca libre no paro de gritar y chillar.

Mientras me sodomiza puedo oír abrirse la mirilla de la puerta metálica, supongo que algún guardia está vigilando lo que pasa, alertado por mis gritos.

Pero no interviene, aunque el tipo me está dando una tremenda paliza con sus violentas embestidas penetrándome, manoseandome y maltratando mi cuerpo, tirándome del pelo hacia atrás, haciendo incluso amagos de estrangularme en un par de ocasiones

Se me hace interminable hasta que el tipo termina corriéndose y se deja caer sobre mi cuerpo sodomizado.

Después de correrse, me la saca y por fin puedo descansar, ¡que alivio!

Pero es por poco tiempo.

No contento con haber estrenado mi culito, el tipo me desata los tobillos y me da la vuelta sobre la cama, para dejarme boca arriba, aunque no me resisto, me vuelve a atar los tobillos, me penetra ahora vaginalmente de forma brusca y me folla salvajemente durante muchísimo rato.

- Espero que te quedes embarazada, ¡puta!

El tipo es brutal y muy violento. No lo estoy disfrutando tampoco esta vez.

Cuando termina, con un gemido prolongado, se queda como dormido a un lado de la cama.

Me ha dejado dolorida y desfallecida y aunque estoy excitada no he llegado a correrme, tampoco esta vez.

Estoy dolorida y muy cansada y al cabo de un rato me quedo dormida yo también …

Me despierto al notar que me están penetrando vaginalmente de nuevo, abro los ojos y me encuentro sobre mí al guardia del control de la entrada de la prisión follándome, el preso ya no está, intento forcejear para sacármelo de encima, pero el guardia me dice

- No te resistas Esther, ya sabemos que eres una puta, has estado viniendo cuatro días seguidos a tener relaciones con cuatro presos diferentes, no puedes ser la novia de ninguno de ellos, no sé cuánto cobras, pero si quieres seguir trabajando aquí tendrás que acceder a que nosotros nos cobremos nuestra parte.

Tras de él, de pie, veo que hay tres guardias más esperando turno, masturbándose mientras me miran.

¡No puedo asimilar lo que me está pasando!

- No lo entiende ¡No soy una puta! - intento explicarme, pero uno de los guardias que esperaba turno me mete su polla en la boca y ya no puedo hablar.

Intento forcejear, pero todavía estoy atada de los brazos y piernas mientras, uno tras otro, terminan los cuatro violándome, al menos estos usan preservativo.

Después de que los cuatro guardias terminan, me desatan uno de los brazos, para que yo misma termine de desatarme, aunque apenas tengo fuerzas para moverme.

Mientras se visten, hablan entre ellos:

- ¿Qué os parece?, habrá que pagarle algo a la puta para que vuelva

Ignorándome completamente, negocian entre ellos la cantidad, y una vez de acuerdo cada uno de ellos me arroja un billete de 20€ sobre mi cuerpo ultrajado y violado.

- Toma, te los has ganado, y por las molestias, ya sabemos que debes de cobrar más, pero nosotros no somos tan ricos como estos mafiosos, tendrás que conformarte con esto. A cambio te dejaremos seguir trabajando aquí.

Me siento humillada, cuando consigo recuperarme lo suficiente, me desato el otro brazo y los pies, me vuelvo a poner la ropa y recojo el dinero porque me hace falta, ya que al estar mi padre en prisión no tenemos ninguna otra fuente de ingresos y los escasos ahorros se están agotando rápidamente y no quiero tener que ir a suplicar a la zorra de mi tía.

Observo que, a causa del forcejeo, se me han marcado las ataduras en tobillos y muñecas, y la ropa interior está rota como la otra vez y ya no me la puedo poner, pero cuando me levanto es peor, apenas puedo andar y tengo que regresar cojeando hasta mi casa.

Por suerte pude descansar tres días, hasta el jueves siguiente, cuando comenzó otra semana en la que prácticamente, se repitieron las mismas escenas

Aunque ahora ya no necesitaba ni siquiera presentar la documentación a los guardias, estos me dejaban pasar directamente, y como iba cuatro días a la semana, decidieron repartírseme uno diferente cada día. Así que, cuando un preso terminaba conmigo y se iba, yo ya sabía que debía quedarme en la cama para que el guardia de turno se cobrase su parte.

La peor parte era siempre con el último de la banda, este me dejaba siempre destrozada, empeñado en vengar a su amigo conmigo, llegó un punto que los domingos empezaba a temblar involuntariamente ya desde antes de entrar en la celda.

Durante dos meses tuve que volver a ir a la prisión, cada semana, de jueves a domingo, y ser follada por los guardias y los hombres de la banda, uno diferente cada día.

Y encima, me indignaba que podía visitar a la puta banda de delincuentes, pero a mi papa no lo podía ir a visitar porque no tenía los privilegios al venir de la otra prisión como castigo. Pero casi que mejor, porque los guardias se hubieran pensado que se trataba de otro cliente y me hubieran querido follar también después de visitarlo.

Aunque el dinero de los guardias me venía muy bien ahora que en casa no entraban los ingresos de mi padre.

Poco a poco mi trato y familiaridad con los miembros de la banda evolucionó. Me dí cuenta de que ... ¡los amaba! ... ¡incluso al vejete de los domingos!, me daba mucha pena que mi padre hubiera matado a su mejor amigo e intentaba compensarle todo lo posible, dejando que se desahogara conmigo, aguantando su brutalidad y dandole todo el placer que podía darle.

El lo debío notar porque, poco a poco, empezó a ser algo más amable conmigo

El primer día al inicio del tercer mes, fue diferente, dejaron entrar a todas las visitas, pero a mí me hicieron esperar, no sabía que pasaba, pero decidí colaborar para evitarme problemas.

Cuando estuve sola, los guardias me hicieron pasar a una de las habitaciones de visitas, para follarme los cuatro, uno detrás de otro, me extrañó ese comportamiento, pero no podía hacer otra cosa que obedecerles.

Solo después que terminaron me anunciaron que se había producido un altercado entre los presos y que estos habían perdido los privilegios por buen comportamiento por lo que ya no podrían acceder a los “vis a vis” en 3 meses.

La noticia fue una mezcla de sentimientos, por una parte me indigno, porque significaba que los guardias se habían aprovechado de mí, por otra parte me apenó porque iba a dejar de ver a los chicos de la banda, ¡y a Pablo!, y por otra parte me alegró porque significaba que ya no tendría que degradarme más y cuando se cumplieran los tres meses ya estaría mi padre fuera de la prisión.

Al salir de las dependencias de la prisión, el abogado de Pablo me esperaba en la puerta y me entregó un papel, la nota decía:

“Hola Alis

Como te habrán comunicado, ya no podremos tener nuestra cita habitual, muy a mi pesar, pero nuestro acuerdo continúa, ya que te recuerdo que aún te quedan tres meses de deuda.

Haremos lo siguiente, en vez de quedar con nosotros, necesito que vayas a ver a un tipo al que debo dinero.

Ya lo conoces, se trata de Ruiz, el que te facilito tu documentación.

Tú le pagaras mi deuda, como hacías con nosotros.

Haz lo que él te diga y si él no me informa desfavorablemente, tu padre seguirá con bien en la prisión.

Un beso

Pablo”

¡Después de leer la nota de Pablo me quedé muy fastidiada!, ¡ese no era el trato!, pero no tenía posibilidad de discutirlo con Pablo, así que me tocaba ir a ver al Sr. Ruiz de nuevo.

Me recibió en su despacho como la otra vez:

- Hola Alis, sientate, Pablo me ha informado que puedo cobrarme su deuda contigo

- Si, eso me he pedido que haga, ¿cuánto le debe?

- 4.000€, es lo que costó hacerte la documentación que usaste para visitarlo en la prisión ¿recuerdas?

- Pero yo no tengo dinero ¿qué puedo hacer?

- ¡Fácil!, puedes trabajar para mí como scort en mis locales, como te ofrecí en su momento

- ¿qué? ¡pero es que yo no soy una puta!

- Quizás no lo eras cuando nos vimos la otra vez, pero Pablo me ha informado que llevas dos meses haciéndolo con él y su banda todas las semanas, y también sabe que te lo montas con los guardias de la prisión por dinero, no sé, a mí me pareces bastante puta, pero nadie te obliga Alis, si no quieres colaborar ya te puedes ir, tan sólo que sepas que tendré que informar a Pablo que su deuda sigue vigente

- ¡No, espere! … espere … ¡está bien!, ¡hare lo que me pida!

- Bien, eres una chica lista, además de muy joven y bonita, sacaré mucho beneficio de tus servicios ...

- ¿Y cómo será? - pregunté ya sin esperanza de poderme librar de lo que me esperaba

- Vendrás aquí todos los días de 9 de la noche hasta las 2 de la madrugada. Estarás en los pisos de arriba, has de beber y bailar con los clientes, ser divertida, sexy, provocadora y hacer todo lo que ellos te pidan, chupar pollas, orgias en grupo, todo lo que te digamos ¿estás dispuesta?

Asentí con la cabeza, incapaz de pronunciar un si

- ¡Bien!, te haremos unas fotos para publicidad

- ¿publicidad?

- ¡Si, tenemos que anunciarte para que nuestros clientes vean que hay una chica nueva y que eres bien joven y guapita!

- ¡Pero que no se vea mi cara!

- Tranquila, la cara la taparemos, aunque es una lástima porque eres muy guapa

Me acompañó al cuarto de al lado, el mismo donde la otra vez me hizo las fotos para el DNI falso, pero esta vez me ordeno desnudarme completamente

Mientras me desnudaba, el Sr. Ruíz no dejaba de mirarme de arriba a abajo con ojos llenos de deseo.

Despues de hacerme las fotos el Sr Ruiz me ordenó tumbarme sobre un pequeño colchón que trajo arrastrando desde un rincón

Ya sabía lo que iba a pasar

El Sr. Ruiz se quitó la ropa y me folló mientras lo grababa todo con la misma cámara con la que me había hecho las fotos

Me dí cuenta de que me tenían completamente en sus manos y que no podía negarme a nada de lo que me quisiera hacer, esto iba a ser peor que hacerlo con la banda de Pablo.

Al día siguiente, al salir de casa temprano por la mañana, encontré en los parabrisas de los coches cercanos, tarjetas con mi foto anunciando los servicios del club, ¡se me anunciaba con mi nombre real y no me habían tapado la cara!

Apresuradamente, recogí todas las tarjetas que pude para que ningún vecino las encontrara, aunque eso no sirvió de gran cosa como más adelante pude comprobar.

Durante tres meses tuve que ejercer como prostituta y hacer y dejarme hacer todo lo imaginable.

Pasado ese tiempo, mi padre salio de prisión, y yo dejé de ejercer de puta, pero decidí volver a visitar a los chicos de la banda de Pablo todas las semanas.