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Mi sumisión en cuerpo y alma 5

en Grandes Series

Siento mucho la tardanza he estado muy ocupada, sin embargo no os preocupéis que no abandonaré el relato.Gracias por leer, los comentarios se agradecen.

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Salí del baño con mucho cuidado para que no me viera ninguna de mis amigas, le mandé un mensaje a Miriam para decirle que me iba a casa y esperé en la puerta del antro apoyada en una pared y con un dolor increíble en mi culo.Pronto, Sebastián se plantó a mi lado,me colocó la mano en la cintura y me llevó hasta el coche que tenía aparcado unas calles más abajo, todo este trayecto fue en un silencio sepulcral.Por dentro yo estaba hecha un mar de sensaciones donde convergían muchos sentimientos ira,tristeza,resignación,excitación etc.Aún así el que más fuerza cobraba era la ira, tenía unas ganas atroces de estamparle la mano en la cara, pero ya sabía por experiencias anteriores que mis esfuerzos se verían truncados por las diferencias físicas o en caso de que lo consiguiera las represalias no me hacían mucha gracia.

-Entra- Me dijo

Yo me senté en el copiloto de lado para evitar el dolor, el tiempo pasó hasta estar delante de su casa.Aparcó delante de la casa y ambos nos quedamos en silencio sin salir del coche ni hacer un sólo movimiento.

-tenemos que hablar-su mano se acercó a mi cara dispuesta a acariciarme.

-Ni te atrevas a hacer trampa,no me toques ni me mires a los ojos-

-¿Tanto te intimido?-dijo con una sonrisa burlona en su cara

Intento de nuevo tener contacto con mi cuerpo pero yo se lo negué de un manotazo.

-O me haces caso, y juegas bajo mis normas durante un minuto o me iré de este coche para siempre.

En sus ojos pude apreciar un atisbo de ¿miedo?(cosa que me emocionó un poco)pero rápidamente fue sustituido por ira.

-De acuerdo-reticentemente aceptó

-ahora vamos a hablar, mirarás a la ventana y yo a la otra.No me podrás tocar y me dejarás terminar las frases.-Cada momento que pasaba mi miedo se eliminaba para dar paso a una fuerza desconocida hasta ese momento para mí.

-Lo que ha pasado hoy, ha sido demasiado... No sé si seré capaz de vivir con cosas así.-recordándolo mis ojos se tornaron vidriosos.

-Lo siento, me he pasado con el castigo debería haber sido más indulgente.Me dejé llevar por mi ira-Estaba verdaderamente arrepentido.

-¿La conocías?-Pregunté

-¿A quién?-

-¿CÓMO QUE A QUIÉN? LA JODIDA CHICA QUE TE LA ESTABA CHUPANDO EN LOS BAÑOS-Estallé en un maremágnum de furia desatada.

-No digas palabrotas,Marta-Él seguía muy tranquilo.

-DIRÉ LO QUE QUIERA.¿QUIÉN ERA?-insistí en mi pregunta

-No lo sé-

-¿Cuántas chicas?-Yo cada vez estaba más furiosa

-¿Esta semana? ¿o cuánto tiempo?-replicó mofándose.

Esa fue la gota que colmó el vaso,salí del coche hecha un mar de lágrimas, odio y dolor.Arranqué a correr.Debido a mi calzado y al buen estado físico de Sebastián fui alcanzada en poco tiempo.Él me agarró de la muñeca, yo me giré y le propiné un puñetazo en los abdominales, haciéndome un daño tremendo en la mano.

-Deja de hacer estupideces,Marta-me dijo en tono serio

-¿En qué me diferenció de todas ellas?-pregunté llorando

-Tú eres diferente.

-¿En qué? ¿En que te sabes mi nombre, en que conoces a mi familia, en que soy un juguete que te follas más veces?.

-Nunca he besado a una mujer que no seas tú

Eso me pilló descolocada.Sus manos tomaron mi cara y sus labios poseyeron los míos. Intenté apartarle pero fue inútil.Al separarnos conectamos nuestras miradas y me hundí en la profundidad de sus ojos.

Entramos a su casa, él me llevaba tomada por la cintura.Aunque yo no olvidaba lo sucedido y me producía un dolor terrible sólo recordarlo, mi enfado había disminuido mucho.Me dirigí a la cama mientras él se lavaba los dientes, lentamente me quité el vestido mientras bostezaba, estaba verdaderamente hecha una mierda, me metí en mi lado de la cama.Sebastián no tardo mucho en hacer lo mismo quedamos espalda con espalda.

Me desperte, eran las 8 de la mañana, Sebastián dormía y yo no sabía como había acabado con la cabeza en su pecho y siendo protegida por sus grandes brazos.Intenté zafarme de su agarre pero se despertó.

-Estás inquieta esta mañana nena,sigue durmiendo ,es domingo-me rascó la nuca al mismo tiempo

La habitación estaba totalmente oscura por las persianas que estaban cerradas.

-No quiero dormirme-agarré su pene con mi mano mientras me frotaba contra él.

No dijimos nada más simplemente comenzamos a devorarnos el uno a otro, yo frenéticamente paseaba mis manos por su cuerpo mientras él exploraba mis curvas con sus labios, pronto su boca encontró mi costado produciendo en mí gemidos.Él se sentó en la cama arrastrándome para subirme a horcajadas encima suya,nos miramos los dos encendidos por la pasión yo con necesidad de reivindicarme en su corazón y él con un ansia viva por tomarme.

Besó mi cara, hasta llegar a la parte superior de mi cuello donde trazó un camino con su lengua hasta mi clavícula,yo estaba prácticamente ardiendo no necesitaba ningún preliminar pero él insistí en torturarme, con mis manos tiré de su espalda hacia abajo con la fe de que se diera prisa, pero él no lo hizo.Dejó un suave mordisco en mi cuello, mientras desabrochaba mi sujetador trayecto hacia lamió mi pecho izquierdo mientras con los dedos maltrataba al derecho siguió su trayecto hacia abajo delineando mi vientre con la lengua y llenándolo de besos hasta plantarse delante de mi intimidad.

-No las rompas, por favor-

Sólo pude escuchar un gruñido de protesta para más tarde retirarlas, todo lo delicadamente que pudo

y centrarse en lo que de verdad importaba,

-Me encanta tu olor

-¿Podrías no decir esas cosas?Son bochornosas-

-No prometo nada-seguidamente mordisqueo, lamió y torturó de forma vil la cara interior de mis muslos provocandome ligeros espasmos,muy impaciente le supliqué mientras le agarraba del pelo

-Por favor, házmelo ya...-

Su boca conectó con mi vagina pronto sus labios atraparon mis labios vaginales, mis manos agarraron su cabeza tirando para que se acercará más,una de sus manos me mantenía fija sujetándome por el bajo vientre contra la cama mientras la otra hostigaba mis hinchados pezones.Pronto su lengua presionó mi botón del placer mientras me penetraba con los dedos rítmicamente, sentí el fuego acumulándose, estaba cerca.

-No pares-dije entre cortada por mi respiración errática.

Como siempre paró, me dejó al límite más brutal e injusto.

-¿Por qué?-proteste visiblemente frustrada y ansiosa.

-Porque queda lo mejor-

Al escuchar esto, me tiré hacia atrás en la cama y con mis manos abrí los labios de mi vagina, casi suplicando la penetración.

-Ponte de pie delante de la cama-me ordenó

Yo le hice caso al momento,él seguía completamente enfundado en su pijama, yo por otra parte estaba desnuda, ésto me pareció como poco injusto así que decidí quitarle la parte de arriba.

-¿Puedo quitarte la parte de arriba?-Puse la cara de niñita buena que sabía que tanto le ponía para ganarme el sí.No esperó a mi respuesta y quedó delante mía sin camiseta, dejándome sin aliento, por muchas veces que lo hubiera visto siempre me dejaba sin palabras ese torso desnudo tan sumamente definido.Pero mis manos siempre tenían una parte favorita, los costados a los que aproveché para sobar ávidamente.Me agarró las manos poniéndomelas encima de la cabeza y dejándome una vez más expuesta ante el escrutinio de sus manos, su mano fue recorriendo las curvas de mi cuerpo, hasta llegar a mi cara donde posó su mano.

-Chupa mis dedos como si fuese mi polla, si quieres recibir tu recompensa-

Su pulgar se posó sobre mis labios y sus ojos sobre los míos.

Pronto dos de sus dedos entraron en mi boca, yo centré todos mis esfuerzos en los dos dedos con los que él me follaba la boca ya que no me permitía moverme, los lamí con ansia luchando para empujarme más hacia adelante y poder introducirme las totalidad de estos en mi boca.

-Mírame mientras lo haces, quiero ver esa cara de zorrita tuya-

Le mire a los ojos otra vez poniendo mi mejor cara de princesa que no ha roto un plato en su vida,en un instante me encontré debajo suya y el se hundió en mí de un tirón.

-Por favor déjame tocarte-él me tenía sujeta y yo ansiaba disfrutar de su colosal figura con mis manos,no me respondió pero sí me soltó, yo me agarré a él mientras el orgasmo me abarcaba ,noté como él también se precipitaba al vacío clavé mis uñas en su espalda y mis dientes en su hombro suplicándole que no se detuviera jamás.

Aumentó la fuerza de las embestidas provocando mi orgasmo y el temblor de la cama, nuestros ojos entraron en contacto y mi boca con la suya.Él sacó su miembro ardiendo y de unas cuantas sacudidas se vacío sobre mi cara, yo lo recogí todo en mi boca para no desperdiciar nada .

-Puedes tragartelo-lo hice al momento y los dos quedamos dormidos uno al lado del otro completamente desnudos y extasiados.

Me desperté con una sensación de paz muy fuerte que sin embargo fue desapareciendo conforme

recordé como había trascurrido la noche anterior aunque la furia había pasado no estaba para nada

contenta con Sebastián.Inspeccioné la habitación que tan bien conocía, buscando a Sebastián ya que

no estaba en la cama,salí de la cama completamente desnuda de la noche anterior,mi piel todavía tenía el recuerdo de sus manos.

-Es un bruto-dije casi susurrando con una sonrisa

-Anoche no me pediste que fuera suave y lento-dijo mientras se acercaba por la espalda y me agarraba

-Eres un tonto-me dí la vuelta mientras me reía y escondí mí cara en su torso,mis manos le acercaron hacía mí buscando su toque.Pronto su boca conecto con mi cuello, y yo empecé a buscar el roce de mis partes íntimas con su pierna, sin embargo él se retiro.

-¿Por qué?-yo no le dejé ir del todo,colocando mis manos,una en su pecho y otra en su erección palpitante.

-Cariño, me encantaría follarte hasta que llorases, pero mis padres están abajo,llegaron hace un par de horas-

Pronto toda la sangre me subió al cerebro de nuevo,velozmente me puse la ropa y me arreglé en el espejo.

-Joder... Tengo que bajar,¿Qué estarán pensando de mí?¿limpiaste el desorden que formamos anoche? Sólo tengo el vestido para ponerme.

-No te vas a poner el vestido.

-Claro que me lo voy a poner

-No- su voz tan seca y sus ojos tan decididos me hicieron achantarme

-Por favor...-supliqué- No puedo bajar en ropa interior

-Vas a bajar con una camiseta mía y un pantalón de deporte aunque te esté grande.

Yo estaba hecha nervio

-Tranquila.-él seguía muy sereno

-¿Por qué no me has despertado antes?

-Iba a hacerlo pero no tuve valor, estabas tan mona babeando la almohada-

Le eché una mirada que podría haberlo mandado directamente a la tumba y bajé las escaleras

para desayunar sin llamar mucho la atención.

Al llegar a la cocina se me heló la sangre, me encontré con el padre de Sebastián,Pablo.No es que nuestra relación fuera mala sino que simplemente no era, ya que él era escueto y siempre frustraba mis intentos de conversación con monosílabos,solamente recordaba una vez que había conseguido tener más que un intercambio de palabras y fue básicamente un interrogatorio por su parte el primer día que vine a su casa.

A su lado estaba Ana,la madre de Sebastián, ella era el polo opuesto de Pablo,siempre tenía una sonrisa y unas bonitas palabras para todo el mundo,cándida y maternal.Por ello fue un gran alivio verla en la mesa, sabía que podía contar con ella para no ahogarme en el mar de silencio que me sobrevenía.

-Buenos días-saludé al sentarme a la mesa

Casi al instante, Ana se sentó con nosotros y puso su mano sobre la mía.

-¿Cómo estás? Hace mucho que no te veo- preguntó sonriendo

-Muy bien, muchas gracias- le respondí con una sonrisa

Seguimos hablando durante un rato hasta que fuimos interrumpidas por la fuerte voz de Pablo.

-¿Cariño ,podrías revisar el correo?-

-¿Ahora?-

-Ahora-su voz sonaba tan autoritaria como siempre

Ana obedeció servicialmente, con una sonrisa salió de la cocina mientras que su marido para mi

sorpresa le miraba el culo sin tapujos.Nos quedamos solos, la tensión del ambiente se podía cortar con un cuchillo y yo rezaba para que llegará Sebastián y me llevará a mi casa.De reojo aproveché para mirar las facciones de Pablo,tenía la cara llena de arrugas y la piel muy estropeada para alguien que ha trabajado en una oficina,siempre cara de cansancio y casi malhumorada me atrevería a decir, a pesar de todo esto.Era un hombre muy atractivo tanto por sus facciones como por su complexión,ya que era aproximadamente del porte de Sebastián.Sin embargo no producía en mí, el calor interno que sí lo hacía su hijo, su belleza era como lo de una escultura griega, de la cual no te enamorarías pero si puedes apreciar su elegancia

-¿Cómo te va?-La pregunta me sorprendió como un tiro

-Bien, ¿y a usted?- estaba cagada no sabía porque ese hombre me podía imponer tantísimo

-¿Cómo os va al chaval y a ti?-ignoró al cien por cien mi pregunta

-Bien-Preferí esa respuesta a “anoche lo pille mientras una zorra se la chupaba, me cabree nos reconciliamos y hemos follado como animales ¿y a usted? “

-Me alegro

Hasta ahí llego nuestra conversación, Sebastián irrumpió en la estancia, cruzó miradas con su padre

, estuvieron sosteniéndose la mirada hasta que Sebastián me indicó con un gesto que me levantará.

En la puerta nos encontramos con Ana que volvía de recoger el correo,

-¿Ya os vais?-

-Sí- respondió Sebastián-voy a sacar el coche-

Sebastián, se fue y nos quedamos solas su madre y yo.La tristeza brotó en mi pecho al recordar tan nítidamente las imágenes de la noche anterior.Ana agarró mi mano y mi abrazó.

-Lo siento, no sé com...-dije mientras me limpiaba las lágrimas

-Sé que es complicado,Sebastián es un bruto al igual que su padre,aún así perdónale y quierele mucho porque aunque sea un hombre de las nieves en cuanto a sentimientos refiere, te ama con locura y yo lo sé.

Yo cada vez dudaba más de esta afirmación, pero esas palabras me reconfortaron como un plato de sopa caliente en el invierno más gélido.Me quitó una lágrima con su mano y me abrazó.

-Ya sabes que si necesitas lo que sea, esta es tu segunda casa y yo tu segunda madre-

Me monté en el coche, pensativa sobre las palabras de Ana.

-¿Qué te ha pasado ratona se te ha comido la lengua el gato?-preguntó sacándome de mis sueños despierta.

-¿Cómo te llevas con tu padre?- alguna vez le había preguntado pero nunca había obtenido respuesta debido a la forma tan ágil que tienen sus manos de callarme recurriendo a mis necesidades más primarias

-Muy bien ¿y esa pregunta?¿Te han dicho algo mis padres?-

-No, sólo que no te he visto hablar con él más de dos frases nunca.

-Es un hombre callado, y yo respeto a él y a su decisión de serlo, supongo que me he acostumbrado a hablar sin palabras cuando estoy con él,me ha enseñado mucho con pocas palabras.

Quería seguir haciéndole preguntas pero llegamos a casa,él se bajo para abrirme la puerta y me despidió con un apasionado beso.

-Echaré de menos tus labios sobre mi boca, y sobre lo que no es mi boca-

-¡Quieres callarte,cerdo, mi madre te ha podido escuchar!-le dí una colleja

-auch- se quejó mientras sonreía burlón-Adiós,princesa-

Entré a casa, y eché un vistazo a mi móvil por primera vez en todo el día, 10 llamadas perdidas y 30 mensajes de Miriam.