Dos avispados jóvenes aprovechan que su madre duerme por efecto de los somníferos para sobarla y masturbarse. Pero luego es ella la que se resarce de su hambre de sexo con sus dos jóvenes pollas.
Los hijos, que habían conseguido echar un polvo fabuloso con la madre, se siguen preocupando de su vida sexual. Traman un plan para continuar su relación incestuosa incorporando al grupo a un buen amigo.
El plan de los muchachos resulta a las mil maravillas y tienen ocasión de ver a sus madres enlazadas en un tórrido abrazo lésbico que disparará la señal para comenzar a follar a ambas sin tregua hasta descargarse varias veces en ellas dejándolas agotadas por los orgasmos.